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Una vida plena y feliz sirviendo a JehováLa Atalaya (estudio) 2024 | septiembre
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APRENDO UNA LECCIÓN IMPORTANTE
Llevábamos varios años en la obra de circuito cuando, en 1978, nos invitaron a servir en el Betel de Canadá. Poco después, aprendí una lección importante y muy dolorosa. Me pidieron que diera un discurso de una hora y media en francés en una reunión especial en Montreal. Por desgracia, no conseguí que mi discurso fuera interesante para los asistentes, y un hermano del Departamento de Servicio tuvo que hablar conmigo. En ese momento, no veía algo que ahora tengo muy claro: que dar discursos no es lo mío. Pero reconozco que lo que me dijo ese hermano me cayó como una patada en el estómago. Sentía que nuestras personalidades chocaban, y me parecía que él estaba exagerando y que no me estaba diciendo nada positivo sobre mi discurso. Cometí el error de rechazar los consejos por quién me los daba y por cómo me los daba.
Aprendí una valiosa lección después de dar un discurso en francés.
Unos días después, un miembro del Comité de Sucursal habló conmigo. Admití que no había reaccionado bien y le dije que lo lamentaba muchísimo. Después, fui a pedirle disculpas al hermano que me había dado el consejo, y él las aceptó con todo el amor del mundo. Esa experiencia me enseñó una lección que nunca olvidaré, una lección de humildad (Prov. 16:18). Le he orado a Jehová muchas veces sobre el error que cometí, y estoy decidido a no volver a reaccionar mal cuando me den un consejo.
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