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“Escucha las palabras de los sabios”La Atalaya (estudio) 2022 | febrero
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“Escucha las palabras de los sabios”
“Presta atención y escucha las palabras de los sabios” (PROV. 22:17).
CANCIÓN 123 Seamos leales y sumisos al orden teocrático
AVANCEa
1. a) ¿Por qué podría alguien aconsejarnos? b) ¿Por qué es importante escuchar los consejos?
TODOS necesitamos que nos aconsejen de vez en cuando. A veces, somos nosotros los que le pedimos consejo a alguien a quien respetamos. En otros casos, puede que un hermano esté preocupado por nosotros y nos haga ver que estamos a punto de dar “un paso en falso”, es decir, a punto de hacer algo de lo que luego nos arrepentiríamos (Gál. 6:1). O puede que el consejo nos llegue cuando nos corrigen después de haber cometido un error grave. Sea como sea, debemos escuchar los consejos, porque son para nuestro bien y pueden salvarnos la vida (Prov. 6:23).
2. Según Proverbios 12:15, ¿por qué debemos escuchar los consejos?
2 El texto temático de este artículo nos anima a escuchar “las palabras de los sabios” (Prov. 22:17). Nadie lo sabe todo en esta vida; siempre hay alguien que tiene más conocimiento o experiencia que nosotros (lea Proverbios 12:15). Así que, cuando escuchamos los consejos, demostramos que somos humildes, que estamos conscientes de nuestras limitaciones y que nos damos cuenta de que necesitamos ayuda para alcanzar nuestros objetivos. Jehová inspiró al rey Salomón para que escribiera estas palabras: “Con muchos consejeros se consiguen buenos resultados” (Prov. 15:22).
¿Cuál de estos dos tipos de consejo le cuesta más aceptar? (Vea los párrafos 3 y 4).
3. ¿De qué maneras pueden llegarnos los consejos?
3 Los consejos pueden llegarnos de manera directa o indirecta. ¿A qué nos referimos con consejo indirecto? Al que recibimos cuando leemos algo en la Biblia o en una de nuestras publicaciones que nos hace reflexionar en cómo estamos haciendo las cosas y nos motiva a hacer los cambios necesarios (Heb. 4:12). ¿Y qué es el consejo directo? Puede ser el que nos dé un anciano o cualquier otro hermano maduro cuando se da cuenta de que tenemos que mejorar en algo. Si alguien nos da un consejo basado en la Biblia, demuestra que nos quiere mucho. Por eso, demostremos nuestra gratitud escuchando a esa persona y tomándonos en serio sus consejos.
4. Según Eclesiastés 7:9, ¿qué reacción debemos evitar cuando nos aconsejen?
4 Siendo realistas, los consejos que más nos cuesta aceptar son los directos, y puede que hasta nos ofendan. ¿Por qué? No tenemos ningún problema en reconocer que somos imperfectos. Pero, cuando alguien nos señala un defecto o un error concreto, puede que nos cueste aceptarlo (lea Eclesiastés 7:9). Quizá pongamos excusas, cuestionemos la motivación de la persona que nos dio el consejo o nos ofendamos por la manera en la que nos habló. O hasta es posible que pensemos: “¿Qué derecho tiene a aconsejarme a mí? ¡Él también se equivoca!”. Es más, si no nos gusta el consejo, puede que lo ignoremos o que hablemos con otra persona esperando que nos diga lo que queremos oír.
5. ¿Qué veremos en este artículo?
5 En este artículo, analizaremos el ejemplo de algunos personajes bíblicos que rechazaron los consejos y el de otros que los aceptaron. También veremos qué puede ayudarnos a nosotros a aceptar los consejos y cómo nos beneficia hacerlo.
RECHAZARON LOS CONSEJOS
6. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Rehoboam?
6 Veamos el ejemplo de Rehoboam. Cuando se convirtió en el rey de Israel, el pueblo le pidió que les aliviara las cargas que les había impuesto su padre, Salomón. Rehoboam hizo algo bueno: consultó a los ancianos de Israel. Ellos le dijeron que, si hacía lo que el pueblo pedía, siempre tendría su apoyo (1 Rey. 12:3-7). Por lo visto, a Rehoboam no le gustó aquel consejo, así que se fue a consultar a los hombres que se habían criado con él. Aquellos hombres probablemente tenían más de 40 años, por lo que tendrían algo de experiencia en la vida (2 Crón. 12:13). Pero, en aquella ocasión, le dieron a Rehoboam un mal consejo: le dijeron que fuera más duro con el pueblo (1 Rey. 12:8-11). Rehoboam recibió dos consejos diferentes. Pudo haber orado para preguntarle a Jehová cuál de los dos debía seguir, pero no hizo eso. Aceptó el consejo que más le gustó: el de los hombres más jóvenes. Y las consecuencias fueron desastrosas tanto para el rey como para el pueblo. En nuestro caso, puede que los consejos que recibamos no siempre sean lo que queremos oír. Pero, si están basados en lo que dice la Biblia, debemos aceptarlos.
7. ¿Qué aprendemos de lo que le pasó a Uzías?
7 El rey Uzías también rechazó los consejos. Con la intención de ofrecer incienso, entró en una parte del templo en la que solo podían entrar los sacerdotes. Ellos le dijeron: “¡Uzías, a ti no te corresponde quemar incienso para Jehová! Solo los sacerdotes pueden quemar incienso”. ¿Cómo reaccionó Uzías? La Biblia dice que “se puso furioso”. ¿Y por qué rechazó el consejo? Es probable que, por ser el rey, creyera que podía hacer lo que quisiera. Pero Jehová no lo veía así. Si Uzías hubiera sido humilde, hubiera aceptado el consejo y se hubiera ido del templo de inmediato, Jehová quizás lo habría perdonado. Pero por su atrevimiento Jehová lo hirió con lepra, y tuvo esa enfermedad “hasta el día de su muerte” (2 Crón. 26:16-21). ¿Qué aprendemos de lo que le pasó a Uzías? Que, si rechazamos los consejos de la Biblia, perderemos la aprobación de Jehová, sin importar quiénes seamos.
ACEPTARON LOS CONSEJOS
8. ¿Cómo reaccionó Job cuando lo aconsejaron?
8 En la Biblia, también encontramos ejemplos de personas que aceptaron los consejos, y Dios los bendijo por ello. Veamos el caso de Job. Aunque él quería agradar a Dios, no era perfecto. Cuando estuvo bajo mucha presión, dijo cosas que no estaban bien. Y por eso recibió consejos directos de Elihú y de Jehová. ¿Cuál fue la reacción de Job? Fue humilde y aceptó los consejos. Dijo: “Hablé sin entendimiento”. Y añadió: “Retiro lo dicho y me arrepiento en polvo y ceniza”. Jehová bendijo a Job por ser humilde (Job 42:3-6, 12-17).
9. ¿Cómo reaccionó Moisés cuando Jehová lo corrigió, y por qué es un buen ejemplo para nosotros?
9 Moisés es un buen ejemplo de alguien que aceptó la corrección de Jehová después de haber cometido un error grave. En una ocasión, se dejó llevar por la ira y no le dio honra a Jehová. Por eso, perdió la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida (Núm. 20:1-13). Cuando Moisés le expresó a Jehová lo decepcionado que estaba con aquella decisión, él le dijo: “Nunca me vuelvas a hablar del tema” (Deut. 3:23-27). En vez de amargarse, Moisés aceptó aquella decisión, y Jehová siguió usándolo como líder de la nación de Israel (Deut. 4:1). Job y Moisés son buenos ejemplos para nosotros. Job cambió su manera de ver las cosas y no trató de justificarse. Y Moisés demostró que aceptaba la corrección de Jehová sirviéndole fielmente aun después de haber perdido algo muy valioso para él.
10. a) Según Proverbios 4:10-13, ¿cómo nos beneficia aceptar los consejos? b) ¿Qué buena actitud han demostrado algunos hermanos?
10 Si imitamos el ejemplo de hombres fieles como Job y Moisés, nos irá bien (lea Proverbios 4:10-13). Muchos hermanos han hecho eso. Emmanuel,b un hermano que vive en la República Democrática del Congo, recibió consejos de algunos hermanos. Veamos lo que comenta: “Algunos hermanos maduros de mi congregación se dieron cuenta de que estaba a punto de naufragar en sentido espiritual y vinieron a ayudarme. Seguí sus consejos, y gracias a eso me he evitado muchos problemas”. Una precursora de Canadá llamada Megan confiesa: “Los consejos que he recibido no siempre han sido lo que quería oír, pero sí lo que necesitaba escuchar”. Y un hermano de Croacia que se llama Marko dice: “Perdí un privilegio de servicio, pero reconozco que el consejo que me dieron me ayudó a recuperar el equilibrio en sentido espiritual”.
11. ¿De qué se dio cuenta el hermano Karl Klein?
11 Otro ejemplo de alguien que se benefició de aceptar los consejos es el del hermano Karl Klein, que fue miembro del Cuerpo Gobernante. En su biografía, contó que el hermano Joseph Rutherford, un muy buen amigo suyo, en cierta ocasión le dio un consejo muy claro. El hermano Klein reconoció que al principio no reaccionó muy bien. Explicó: “La próxima vez que [el hermano Rutherford] me vio, dijo con voz alegre: ‘¡Qué tal, Karl!’. Pero debido a que aún me sentía lastimado, simplemente lo saludé entre dientes. A esto él contestó: ‘¡Karl, cuidado! ¡El Diablo quiere entramparte!’. Me sentí avergonzado, y contesté: ‘Oh, no pasa nada, hermano Rutherford’. Pero él sabía que no era cierto, de modo que repitió la advertencia: ‘Está bien. Sólo ten cuidado. El Diablo quiere entramparte’. ¡Cuánta razón tenía él! Cuando guardamos rencor a un hermano, especialmente por decir algo que tiene el derecho de decir […], nos exponemos a las trampas del Diablo”c (Efes. 4:25-27). El hermano Klein aceptó el consejo del hermano Rutherford, y siguieron siendo muy buenos amigos.
¿QUÉ NOS AYUDARÁ A ACEPTAR LOS CONSEJOS?
12. ¿Cómo nos ayuda la humildad a aceptar los consejos? (Salmo 141:5).
12 La humildad nos ayudará a aceptar los consejos. Esta cualidad nos hace recordar lo imperfectos que somos y lo insensatos que podemos llegar a ser a veces. Como ya vimos, Job tenía un modo de pensar equivocado, pero más tarde lo corrigió. Fue humilde y aceptó los consejos de Elihú aunque era un hombre mucho más joven que él (Job 32:6, 7). Jehová bendijo a Job por ser humilde. La humildad también nos ayuda a nosotros a seguir los consejos, incluso cuando pensamos que no los necesitamos o cuando la persona que nos aconseja es más joven que nosotros. Un anciano de Canadá dice: “Nosotros no nos vemos como nos ven los demás. Así que, ¿cómo vamos a progresar si nadie nos aconseja?”. ¿Quién no necesita seguir cultivando el fruto del espíritu y seguir mejorando como maestro? (Lea Salmo 141:5).
13. ¿Cómo debemos ver los consejos que recibimos?
13 Veamos los consejos como una muestra del amor de Dios. Jehová quiere lo mejor para nosotros (Prov. 4:20-22). Cuando él nos da consejos mediante su Palabra, una publicación bíblica o un hermano maduro, nos demuestra que nos ama. Y, como dice Hebreos 12:9, 10, “lo hace para nuestro beneficio”.
14. ¿En qué debemos centrarnos cuando nos den un consejo?
14 Centrémonos en lo que nos dicen, no en cómo nos lo dicen. A veces, pudiera parecernos que la persona que nos dio un consejo no lo hizo de la mejor manera. Claro, el que da un consejo debe esforzarse por darlo de modo que resulte fácil aceptarlo (Gál. 6:1).d Pero, si somos nosotros los que recibimos el consejo, debemos centrarnos en el mensaje, incluso si pensamos que no nos lo dieron de la mejor manera. Podríamos preguntarnos: “Aunque no me gusta la manera en la que la persona me dio el consejo, ¿tendrá algo de razón? ¿Puedo pasar por alto sus defectos y beneficiarme de lo que me dijo?”. Sería bueno que encontráramos la manera de aprovechar cualquier consejo que nos den (Prov. 15:31).
PEDIR CONSEJOS TRAE BENEFICIOS
15. ¿Por qué es bueno que pidamos consejo?
15 La Biblia nos anima a pedir consejo. Proverbios 13:10 dice: “La sabiduría acompaña a los que piden consejo”. ¡Y qué gran verdad es esa! Quienes piden consejo en vez de esperar a que se lo den a menudo progresan más en sentido espiritual. Así que tomemos la iniciativa y pidamos consejos.
¿Por qué le pide consejo esta hermana joven a una hermana madura? (Vea el párrafo 16).
16. ¿En qué situaciones podríamos pedir consejo?
16 ¿En qué situaciones podríamos pedir consejo a alguien de la congregación? Veamos algunas. 1) Una hermana le pide a un publicador de experiencia que la acompañe a dar una clase y luego le pregunta en qué puede mejorar. 2) Una hermana soltera quiere comprarse unos pantalones, así que le pide a una hermana madura que le dé su opinión sincera sobre los que ha elegido. 3) Un hermano tiene su primer discurso público en la congregación y le pide a un orador de experiencia que lo escuche con atención cuando lo presente para que luego le dé algunas sugerencias. Incluso quienes llevan muchos años dando discursos hacen bien en pedirles consejos a otros hermanos y ponerlos en práctica.
17. ¿Qué debemos hacer para beneficiarnos de los consejos?
17 Seguramente, en las próximas semanas o meses todos recibiremos algún consejo, sea directo o indirecto. Cuando eso suceda, recordemos lo que hemos visto en este artículo: seamos humildes, centrémonos en lo que nos digan —no en cómo nos lo digan— y pongámoslo en práctica. Nadie nace siendo sabio. Pero, si escuchamos los consejos y aceptamos la disciplina, la Biblia promete que nos haremos sabios (Prov. 19:20).
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¿“Alegran el corazón” sus consejos?La Atalaya (estudio) 2022 | febrero
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¿“Alegran el corazón” sus consejos?
“Aceite e incienso alegran el corazón, igual que la dulce amistad que nace de un consejo sincero” (PROV. 27:9).
CANCIÓN 102 Ayudemos a los débiles
AVANCEa
1, 2. ¿Qué lección aprendió un anciano que aconsejó a una hermana?
HACE muchos años, dos ancianos visitaron a una hermana que llevaba un tiempo sin ir a las reuniones. Uno de ellos le leyó varios textos de la Biblia sobre la asistencia a las reuniones. Él pensó que la visita había animado a la hermana, pero cuando ya se iban ella les dijo: “Ustedes no tienen ni idea de lo que estoy pasando”. Los hermanos le habían dado consejos sin preguntarle qué problemas tenía. Así que la hermana no sintió que la hubieran ayudado.
2 El anciano que le leyó los textos recuerda lo que pasó: “En ese momento, pensé que estaba siendo irrespetuosa. Pero cuando lo pensé mejor me di cuenta de que, en vez de haberle mostrado todos los textos apropiados, hubiera sido mejor haberle hecho preguntas apropiadas como ‘¿qué tal estás?’, ‘¿cómo te sientes?’, ‘¿cómo puedo ayudarte?’”. Este anciano aprendió una lección muy importante, y ahora es un pastor que ayuda a los demás con empatía.
3. ¿Quiénes pueden dar consejos en la congregación?
3 Los ancianos, que son pastores, tienen la responsabilidad de dar consejos a quienes los necesiten. Pero hay ocasiones en las que otros hermanos de la congregación quizás tengan que dar consejos. Por ejemplo, puede que alguien tenga que aconsejar con la Biblia a un amigo (Sal. 141:5; Prov. 25:12). O es posible que una hermana de más edad tenga que aconsejar a una hermana más joven sobre asuntos como los que se mencionan en Tito 2:3-5. Y, por supuesto, los padres a menudo tienen que aconsejar y corregir a sus hijos. Así que, aunque este artículo se ha preparado para los ancianos, a todos nos hace bien repasar cómo dar consejos prácticos y animadores, que son los que “alegran el corazón” (Prov. 27:9).
4. ¿Qué preguntas contestaremos en este artículo?
4 En este artículo, contestaremos cuatro preguntas que tienen que ver con dar consejo: ¿cuál es la motivación correcta?, ¿de verdad es necesario?, ¿quién debería darlo? y ¿cómo podemos dar consejos que tengan un buen efecto?
¿CUÁL ES LA MOTIVACIÓN CORRECTA?
5. ¿Por qué es más probable que alguien acepte un consejo si se le da con cariño? (1 Corintios 13:4, 7).
5 Los ancianos aman a sus hermanos. Y a veces demuestran ese amor aconsejando a alguien que va por mal camino (Gál. 6:1). Ahora bien, cuando un anciano va a aconsejar a alguien, debería pensar en algunos aspectos del amor que mencionó el apóstol Pablo: “El amor es paciente y bondadoso. […] Todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta” (lea 1 Corintios 13:4, 7). Meditar en estos versículos ayudará al anciano a ver si su motivación es el amor y a dar el consejo con la actitud correcta. Es más probable que una persona acepte el consejo si siente que quien se lo da se preocupa por ella (Rom. 12:10).
6. ¿Qué buen ejemplo puso Pablo al dar consejos?
6 El apóstol Pablo es un buen ejemplo para los ancianos. Por ejemplo, él no dudó en aconsejar a los hermanos de Tesalónica cuando fue necesario. Pero en sus cartas primero los felicitó por su obra fiel, por su labor motivada por el amor y por su aguante. También pensó en sus circunstancias y les dijo que sabía que estaban soportando dificultades y persecución (1 Tes. 1:3; 2 Tes. 1:4). Y hasta les dijo que eran un ejemplo para otros cristianos (1 Tes. 1:8, 9). ¡Qué felices debieron sentirse al recibir tanto ánimo! No les cabía ninguna duda de que Pablo los quería mucho. Por eso, los consejos que les dio en sus dos cartas tuvieron un buen efecto (1 Tes. 4:1, 3-5, 11; 2 Tes. 3:11, 12).
7. ¿Por qué podría reaccionar mal una persona cuando recibe un consejo?
7 Si damos consejos con la actitud incorrecta, puede pasar lo que dijo un anciano de experiencia: “Hay quien reacciona mal cuando se le da un consejo no porque el consejo esté mal, sino porque no se le da con cariño”. ¿Cuál es la lección? Que es más fácil aceptar los consejos cuando los motiva el amor, no el enojo.
¿DE VERDAD ES NECESARIO?
8. ¿Qué debería preguntarse un anciano antes de aconsejar a alguien?
8 Los ancianos no deberían precipitarse al dar consejos. Antes de aconsejar a alguien, un anciano debería preguntarse: “¿De verdad es necesario que le diga algo? ¿Estoy seguro de que está haciendo algo malo? ¿Está pasando por alto algo que dice la Biblia, o simplemente está haciendo algo que yo no haría?”. Un anciano sabio no “se precipita al hablar” (Prov. 29:20). Si tiene dudas, puede hablar del tema con otro anciano a fin de ver si hay alguna razón bíblica para dar el consejo (2 Tim. 3:16, 17).
9. ¿Cómo pueden los ancianos imitar a Pablo al dar consejos sobre la ropa y el arreglo personal? (1 Timoteo 2:9, 10).
9 Veamos un ejemplo. Supongamos que a un anciano le preocupa la manera de vestirse o arreglarse de un hermano. Podría preguntarse: “¿Hay razones bíblicas para decirle algo?”. Como no quiere dejarse llevar por su propio criterio, podría pedirle su opinión a otro anciano o a otro hermano maduro. Juntos podrían analizar lo que dijo Pablo sobre la ropa y el arreglo personal (lea 1 Timoteo 2:9, 10). Pablo no dio una lista de normas sobre lo que se puede hacer y lo que no. Más bien, habló de principios que nos guían para vestirnos de manera apropiada, con modestia y buen juicio. Él sabía que los cristianos pueden elegir cómo vestirse y arreglarse, siempre y cuando no vayan en contra de lo que dice la Biblia. Al decidir si van a aconsejar a alguien, los ancianos deberían analizar si la persona demuestra modestia y buen juicio.
10. ¿Qué debemos recordar sobre las decisiones personales?
10 Debemos recordar que dos hermanos maduros pueden tomar decisiones diferentes sobre cierto asunto. Pero eso no significa que una esté bien y la otra esté mal. Así que no impongamos a los demás nuestra opinión sobre lo que está bien y lo que está mal (Rom. 14:10).
¿QUIÉN DEBERÍA DARLO?
11, 12. Si es necesario dar un consejo, ¿qué debería preguntarse un anciano, y por qué?
11 Si está claro que es necesario aconsejar a alguien, la siguiente pregunta es quién debería hacerlo. Por ejemplo, antes de aconsejar a una hermana casada o a un menor de edad, un anciano debería hablar del asunto con el cabeza de familia. Puede que este prefiera dar el consejo él mismo o estar presente cuando el anciano lo haga.b O, si se trata de una hermana joven, quizás sea más conveniente que la aconseje una hermana de más edad, como se mencionó en el párrafo 3.
12 Hay otra pregunta que un anciano debería hacerse: “¿Soy yo el más indicado para dar el consejo, o será mejor que lo haga otro?”. Por ejemplo, una persona con baja autoestima quizás reaccione mejor al consejo si se lo da un anciano que haya tenido sentimientos parecidos, pues la tratará con más empatía. Eso sí, todos los ancianos tienen la responsabilidad de animar a los hermanos a hacer los cambios necesarios para actuar de acuerdo con lo que dice la Biblia. Si alguien necesita corrección, lo más importante es que la reciba.
¿CÓMO PODEMOS DAR CONSEJOS QUE TENGAN UN BUEN EFECTO?
¿Por qué deben ser los ancianos “rápidos para escuchar”? (Vea los párrafos 13 y 14).
13, 14. ¿Por qué es importante que los ancianos sepan escuchar?
13 Sepa escuchar. Cuando un anciano esté preparándose para dar un consejo, debería preguntarse: “¿De verdad conozco las circunstancias del hermano? ¿Sé por lo que está pasando? ¿Se estará enfrentando a problemas que desconozco? ¿Qué es lo que más necesita ahora?”.
14 El principio de Santiago 1:19 les aplica a los que dan consejos. Santiago escribió: “Todos deben ser rápidos para escuchar, pero lentos para hablar y lentos para la ira”. Un anciano no debería dar por sentado que conoce todas las circunstancias del hermano al que va a aconsejar. Proverbios 18:13 nos recuerda: “Responder a un asunto antes de oír los hechos es tonto y humillante”. Lo mejor es preguntarle directamente a la persona, y para ello hay que escuchar antes de hablar. Eso fue lo que aprendió el anciano que mencionamos al principio del artículo. Se dio cuenta de que, en vez de empezar la visita con la información que llevaba preparada, debió haberle hecho a la hermana preguntas como “¿qué tal estás?”, “¿cómo te sientes?”, “¿cómo puedo ayudarte?”. Si los ancianos se preocupan por conocer la situación de los hermanos, es más probable que los ayuden y los animen.
15. ¿Cómo pueden los ancianos aplicar el principio de Proverbios 27:23?
15 Conozca bien el rebaño. Como vimos al principio, para obtener buenos resultados al aconsejar a alguien, no basta con leer unos cuantos textos y dar algunas sugerencias. Los hermanos necesitan sentir que nos preocupamos por ellos, que los comprendemos y que queremos ayudarlos (lea Proverbios 27:23). Los ancianos deben esforzarse por ser buenos amigos de los hermanos y las hermanas.
¿Qué deben hacer los ancianos para que les sea más fácil dar un consejo? (Vea el párrafo 16).
16. ¿Qué deben hacer los ancianos para que sus consejos tengan un buen efecto?
16 Los ancianos deben evitar dar la impresión de que solo hablan con los hermanos cuando tienen que llamarles la atención por algo. En vez de eso, deben tener la costumbre de conversar con ellos y de interesarse por ellos cuando pasan por dificultades. Un anciano de experiencia dice que, si hacen eso, llegarán a ser buenos amigos de los hermanos. Y añade: “Entonces, cuando surja la necesidad de dar un consejo, será mucho más fácil hacerlo”. Y, a su vez, al que recibe el consejo le será mucho más fácil aceptarlo.
¿Por qué deben los ancianos dar consejos con paciencia y cariño? (Vea el párrafo 17).
17. ¿Cuándo es especialmente importante que los ancianos muestren paciencia y cariño?
17 Muestre paciencia y cariño. Es especialmente importante mostrar paciencia y cariño cuando alguien rechaza al principio un consejo basado en la Biblia o tarda en ponerlo en práctica. Los ancianos no deberían molestarse si ocurre eso. Deben seguir el ejemplo de Jesús, de quien se dijo en cierta profecía: “No romperá la caña que está quebrada ni apagará la mecha que apenas arde” (Mat. 12:20). Por eso, el anciano puede pedirle a Jehová en sus oraciones personales que ayude a la persona a ver por qué necesita el consejo y a ponerlo en práctica. Puede que ella necesite tiempo para pensar en lo que se le dijo. Si el anciano es paciente y cariñoso, la persona se centrará en el consejo y no en cómo se le dio. Por supuesto, el consejo siempre debe estar basado en la Palabra de Dios.
18. a) ¿Qué debemos recordar al dar un consejo? b) Como se ve en la imagen y en el recuadro, ¿qué deben analizar los padres antes de aconsejar a un hijo?
18 Aprenda de sus errores. Como todos nos equivocamos, no podremos aplicar a la perfección las sugerencias de este artículo (Sant. 3:2). Vamos a cometer errores, pero debemos esforzarnos por aprender de ellos. Si los hermanos ven que los amamos, se les hará más fácil perdonarnos si hacemos o decimos algo que los ofende. (Vea también el recuadro “Un mensaje para los padres”).
¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?
19. ¿Cómo podemos alegrar el corazón de nuestros hermanos?
19 Como hemos visto, no es fácil dar consejos efectivos. Todos somos imperfectos, tanto los que dan consejos como los que los reciben. Por eso, recordemos los principios que hemos analizado en este artículo. Cuando aconsejemos a alguien, hagámoslo con la motivación correcta. Además, asegurémonos de que el consejo de verdad es necesario y de quién es la persona indicada para darlo. Hagamos preguntas y escuchemos con atención para saber cuáles son las circunstancias de la persona. Esforcémonos por ponernos en su lugar. Tratemos a los hermanos con cariño y seamos buenos amigos de ellos. No olvidemos nuestro objetivo: dar consejos que tengan un buen efecto y que alegren el corazón (Prov. 27:9).
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