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¿Cómo aconseja a otros?La Atalaya 2012 | 15 de marzo
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3 Aténgase humildemente a la Palabra de Dios.
“No hago nada por mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me ha enseñado.” (JUAN 8:28)
¿Le dirá a quien pregunte: “Si yo fuera tú... “? Aunque la solución a un problema parezca obvia, conviene imitar el ejemplo de humildad y modestia de Jesús. Él era mucho más sabio y experimentado que cualquier otro ser humano; aun así, reconoció: “No he hablado de mi propio impulso, sino que el Padre mismo [...] me ha dado mandamiento en cuanto a qué decir y qué hablar” (Juan 12:49, 50). Las enseñanzas y consejos de Jesús se basaron siempre en la voluntad de su Padre.
Por ejemplo, en Lucas 22:49 leemos que antes de que fuera arrestado, sus discípulos le preguntaron si debían pelear para protegerlo. De hecho, uno incluso utilizó una espada. En el relato paralelo de Mateo 26:52-54 vemos que, hasta en esas circunstancias, Jesús dedicó tiempo a razonar con el discípulo sobre cuál era la voluntad de Jehová. Jesús conocía los principios que se hallan en Génesis 9:6 y las profecías del Salmo 22 e Isaías 53. Por eso pudo dar consejos sensatos que sin duda salvaron vidas y agradaron a Jehová.
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¿Cómo aconseja a otros?La Atalaya 2012 | 15 de marzo
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[Recuadro de la página 9]
Las ayudas que Jehová pone a nuestro alcance mediante su organización nos permiten dar y recibir los mejores consejos. Eclesiastés 12:11 asegura: “Las palabras de los sabios son como aguijones, y justamente como clavos hincados son los que se entregan a las colecciones de sentencias; han sido dadas por parte de un solo pastor”. Como si fueran “aguijones” —las varas puntiagudas que se utilizaban para guiar a los animales de tiro—, los consejos sensatos y amorosos guían a las personas sinceras en la dirección correcta. Los “clavos hincados” sirven para estabilizar las estructuras. De la misma manera, los buenos consejos pueden lograr resultados estabilizadores. Los sabios “se entregan”, es decir, encuentran gran satisfacción en analizar “las colecciones de sentencias” que reflejan la sabiduría de su “solo pastor”, Jehová.
Repitamos las palabras del Pastor al dar consejos. Es un privilegio escuchar con atención y dar consejos útiles siempre que podamos. Y si estos se basan realmente en los principios bíblicos, serán sensatos y contribuirán al bienestar eterno de quienes los reciban.
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