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‘Seamos animosos y fuertes’La Atalaya 2003 | 1 de marzo
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Ejemplos de valor dignos de imitación
12. ¿Qué magnífico ejemplo de valor nos dio Jesús, y cómo animó a sus discípulos?
12 Meditar en personajes bíblicos que, como Jeremías, actuaron con valor contribuirá a que seamos más valerosos (Salmo 77:12). Por ejemplo, al examinar el ministerio de Jesús, nos impresiona el denuedo que manifestó cuando Satanás lo tentó y cuando se enfrentó a la férrea oposición de los líderes judíos (Lucas 4:1-13; 20:19-47). Gracias al poder de Jehová, nadie logró doblegar a Jesús. Por ello, poco antes de su muerte, les dijo a sus discípulos: “En el mundo están experimentando tribulación, pero ¡cobren ánimo!, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33; 17:16). Si ellos imitaban su modelo, también saldrían vencedores (1 Juan 2:6; Revelación 2:7, 11, 17, 26). Ahora bien, tenían que ‘cobrar ánimo’.
13. ¿Qué palabras de aliento les dirigió Pablo a los filipenses?
13 Años después de la muerte de Jesús, Pablo y Silas fueron encarcelados en Filipos. Más adelante, Pablo alentó a los filipenses a seguir “firmes en un mismo espíritu, esforzándose lado a lado con una misma alma por la fe de las buenas nuevas, y en ningún sentido atemorizados por sus contrarios”. A fin de vigorizarlos aún más, Pablo añadió: “Esto mismo [la persecución de los cristianos] es prueba de destrucción para [los perseguidores], pero de salvación para ustedes; y esta indicación proviene de Dios, porque a ustedes se dio el privilegio a favor de Cristo, no solo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él” (Filipenses 1:27-29).
14. ¿Qué efecto tuvo el denuedo de Pablo entre los hermanos de Roma?
14 Cuando el apóstol escribió su carta a la congregación de Filipos, volvía a encontrarse en prisión, esta vez en Roma, circunstancia que no le impidió seguir predicando con denuedo. ¿Cuál fue el resultado? Escribió: “Mis cadenas se han hecho públicas en asociación con Cristo entre toda la guardia pretoriana y entre todos los demás; y la mayoría de los hermanos en el Señor, sintiendo confianza a causa de mis cadenas de prisión, están mostrando tanto más ánimo para hablar sin temor la palabra de Dios” (Filipenses 1:13, 14).
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‘Seamos animosos y fuertes’La Atalaya 2003 | 1 de marzo
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Pues bien, veamos cómo cobraron ánimo los primeros cristianos. Cuando los sacerdotes principales y los ancianos de Jerusalén prohibieron a Pedro y a Juan predicar en el nombre de Jesús, estos se negaron a obedecer, por lo que recibieron reiteradas amenazas. Una vez puestos en libertad, se reunieron con sus hermanos y oraron diciendo: “Jehová, da atención a sus amenazas, y concede a tus esclavos que sigan hablando tu palabra con todo denuedo” (Hechos 4:13-29). En respuesta, Jehová los fortaleció con espíritu santo, y, tal como afirmaron después los líderes judíos, ‘llenaron Jerusalén’ con su enseñanza (Hechos 5:28).
9 Analicemos lo que ocurrió. Los discípulos no pensaron en rendirse al verse presionados por las amenazas de los líderes judíos, sino que rogaron a Dios que les diera denuedo para seguir predicando. Acto seguido, obraron en consonancia con tal petición, y Jehová los fortaleció con su espíritu.
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