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Sirvo con alegría a pesar de las enfermedadesLa Atalaya 2006 | 1 de junio
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Como la obra cristiana seguía progresando y más gente aceptaba la verdad bíblica, los hermanos vieron necesario tener un sitio fijo donde celebrar las reuniones. George —mi hermano mayor— y su esposa, Eleni, ofrecieron un cobertizo que usaban como granero, situado al lado de su casa. Hubo que repararlo hasta transformarlo en un lugar apropiado para celebrar las reuniones, y así fue como los hermanos llegaron a ser propietarios del primer Salón del Reino de la isla. ¡Qué agradecidos estaban! ¡Y cómo estimuló aquello el crecimiento!
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Sirvo con alegría a pesar de las enfermedadesLa Atalaya 2006 | 1 de junio
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[Ilustración de la página 17]
El primer Salón del Reino, en Xylophaghou, todavía en uso
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