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    Anuario de los testigos de Jehová 1995
    • La primera visita del presidente de la Sociedad

      Un acontecimiento que llenó de alegría a los hermanos chipriotas fue la visita del hermano Knorr, acompañado de Milton Henschel, en diciembre de 1951. Se celebró una asamblea de tres días en el Cine Royal, un local moderno sobre el que el hermano Knorr comentó: ‘Nos gustaría tener en Nueva York un lugar como este para celebrar nuestras asambleas de circuito’. Se había programado celebrar la asamblea de tres días en el Cine Royal, pero como estaba ubicado en la zona residencial de la ciudad antigua, se reservó en el centro de Nicosia el Cine Pallas para que el hermano Knorr pronunciara allí el discurso público el domingo por la mañana. Se dio mucha publicidad al discurso. Al lado del Cine Royal se colocaron cuatro grandes pancartas en griego y en inglés. Se distribuyeron 200 carteles por toda la capital. Se proyectaron anuncios en las pantallas de los principales cines. Los diarios en inglés, griego y turco anunciaron el discurso público, titulado: “¿Hará frente la religión a la crisis mundial?”. No sorprendió que en el principal diario comunista se negaran a anunciar el discurso ‘porque iba en contra de la política del partido’, y que el personal del principal diario nacionalista dijera que ‘primero tenían que conseguir la aprobación del arzobispo’.

      Con toda aquella publicidad, la cuestión era cómo reaccionarían los enemigos religiosos. La respuesta no se hizo esperar. Los letreros del Cine Royal fueron arrancados durante la noche, por lo que se avisó a la policía. El arzobispo preparó una octavilla con la advertencia: “¡ATENCIÓN! MANTÉNGASE ALEJADO DE LOS MILENARISTAS”. Parte del libelo decía: ‘¿Lo ve usted? Han traído a un extranjero para que los apoye. [...] Son lobos en ropas de cordero que han venido a devorar las ovejas cándidas de Cristo. [...] No se acerque a ellos; no les haga caso. No les preste atención, y quizá recobren el juicio y se corrijan. De parte del SANTO ARZOBISPADO’.

      ¿Conseguiría el hermano Knorr pronunciar sin contratiempos el discurso público en el Cine Pallas? Dejemos que un testigo ocular relate lo que sucedió. Don Rendell recuerda: ‘Llegué al cine cuando apenas habían dado las diez de la mañana. Había policías a la entrada, y vi que un grupo de jóvenes merodeaban con la intención de meterse y causar dificultades. Algunos hermanos conocían a muchos de los revoltosos y ayudaron a la policía a impedirles la entrada. Tuve que abrirme paso a empellones entre ellos para entrar. El hermano Knorr empezó su discurso a las diez y media de la mañana, con una asistencia de 420 personas. Cuando los hooligans religiosos comenzaron a golpear las puertas, la policía los detuvo. Sin embargo, lo que más nos preocupaba era cómo saldríamos de allí al concluir el programa. Los hermanos decidieron que con la ayuda de la policía mantendrían a los revoltosos a la entrada del cine. Entonces, al finalizar el discurso se nos pidió que saliéramos del local por una puerta trasera, lo que hicimos en silencio para evitar una confrontación’.

      Las campanas de la iglesia dan la señal de ataque

      Famagusta era en 1952 una hermosa ciudad de naranjales y limonares con una larga playa. Está localizada en la costa oriental de la isla, y dista pocos kilómetros de las ruinas de la antigua Salamina, donde predicaron el apóstol Pablo y sus compañeros. Pero tras la invasión turca de 1974, Famagusta se convirtió en el pueblo fantasma de la actualidad que apenas cuenta con un puñado de habitantes. Pues bien, en 1952 se hicieron los preparativos para celebrar una asamblea en uno de los cines de la ciudad. Se solicitó la presencia de la policía, pues la Iglesia Ortodoxa Griega había declarado la guerra a los testigos de Jehová y se tenían presentes los sucesos de asambleas anteriores. La mañana de aquel domingo era preciosa; los hermanos aguardaban con anhelo para escuchar el discurso programado para la primera sesión. Sin embargo, diez minutos antes de empezar la conferencia, cuando ya había 350 personas sentadas, se comenzaron a ver señales de que se avecinaban problemas. Antonios Karandinos, un misionero que servía en esta ciudad, se encontraba en la puerta de entrada del cine. Él relata:

      “Faltando diez minutos para que comenzara el discurso, se escuchó el repiquetear de las campanas de una iglesia ortodoxa cercana. Más tarde comprendimos que esa había sido la señal para que los sacerdotes y decenas de estudiantes de secundaria emprendieran la marcha hacia el cine. ¡Qué espectáculo! Unos sacerdotes dirigiendo a una pandilla de jovenzuelos resueltos a entrar al local. Nos preparamos para enfrentar esta dificultad. La puerta del recinto estaba cerrada, y cuando trataron de entrar por la fuerza, un sacerdote tiró de mi ropa y me la rasgó. Como la situación se tornó más peligrosa, pedimos la intervención de la policía, que se presentó rápidamente. Al ver frustrados sus intentos de interrumpir la reunión, la horda se dedicó a gritar y a lanzarnos insultos desde fuera del cine.”

      Llenos de frustración, los sacerdotes condujeron a la turba de nuevo a la iglesia. Jehová había otorgado la victoria.

  • Chipre
    Anuario de los testigos de Jehová 1995
    • [Fotografías en la página 87]

      Una emocionante asamblea en los cines Royal y Pallas, en 1951

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