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  • Masada... ¿por qué sucedió?
    La Atalaya 1990 | 15 de octubre
    • Varones de puñal en Masada

      Antes de que estallara la rebelión judía de 66 E.C., los romanos habían establecido una guarnición en Masada, un peñasco fortificado cerca del mar Muerto. Aunque Masada estaba en un lugar aislado, Herodes el Grande había construido allí un hermoso palacio invernal. Construyó un sistema de transportación de agua que permitía hasta disfrutar de baños termales. Sin embargo, un punto más importante es que bajo la ocupación romana se almacenó una gran cantidad de armas en aquella fortaleza. Durante el auge de la oposición a los romanos como fuerza de ocupación en Palestina, las armas estuvieron en peligro de caer en manos de revolucionarios judíos. Entre los revolucionarios estaba el grupo de los sicarios, un nombre que significa “varones de puñal”, de quienes la Biblia dice que participaron en una rebelión. (Hechos 21:38.)

      En 66 E.C. los varones de puñal capturaron Masada. Con las armas que obtuvieron, marcharon a Jerusalén para apoyar la revuelta contra la gobernación romana. La matanza de las guarniciones romanas de Masada y Jerusalén por los revolucionarios judíos despertó la ira del Imperio Romano contra los demás judíos. Antes de que terminara el año 66 E.C. la Legión Duodécima romana bajo Cestio Galo penetró en Judea y acampó fuera de Jerusalén. Los romanos atacaron la ciudad por todas partes y hasta socavaron los fundamentos norteños del templo. De repente, Galo se retiró de Judea con sus soldados sin que hubiera razón clara para ello. “Si poco más quisiera perseverar en el cerco, tomara luego la ciudad”, escribió el testigo ocular Josefo.

      Pero los romanos no habían acabado su obra. Cuatro años después el general romano Tito marchó hacia Jerusalén con cuatro legionesa. Esta vez la ciudad entera fue destruida, y Judea fue puesta de nuevo bajo la gobernación férrea de Roma. Toda Judea excepto Masada.

      Los romanos, resueltos a aplastar esta última resistencia, rodearon la fortaleza con un grueso muro de piedra y ocho campamentos con murallas de piedra. Con el tiempo construyeron una rampa de tierra que llegaba hasta la cumbre... ¡una cuesta de hechura humana que se extendía por 197 metros (645 pies) y tenía 55 metros (180 pies) de altura! Sobre esto construyeron una torre y colocaron un ariete para abrir brecha en el muro de Masada. ¡Nada podría impedir que con el tiempo el ejército romano irrumpiera en esta última fortaleza judía y la capturara!

      Hoy día, las indicaciones claras de las posiciones de los campamentos romanos, el muro del asedio y la enorme rampa dan testimonio de cómo terminó la revuelta judía. En 1965 se terminó una extensa excavación arqueológica en Masada. The New Encyclopædia Britannica (1987) dice lo siguiente en cuanto a los hallazgos: “Se descubrió que las descripciones del historiador romano judío Josefo, que hasta entonces eran la única fuente detallada de la historia de Masada, eran muy exactas”.

      Pero cuando los romanos estaban a punto de irrumpir en el lugar, ¿cómo reaccionaron los varones de puñal a la exhortación al suicidio por Eleazar, hijo de Jairo? Josefo registra lo siguiente: “Mataron todos los más allegados y más amigos [...] y escogiendo luego diez hombres de entre todos [...] para matar todos los otros, ordenándose encima de los cuerpos de sus mismas mujeres e hijos, y abrazándolos a todos, se ofrecían muy aparejados todos para ser muertos por aquellos que habían de ejecutar tan desdichado serviciob. Ellos entonces, pues, todos eran ya sin algún temor, antes muy atrevidamente, muertos; pusieron la misma ley para ser todos muertos [...] Estuvo una mujer muy vieja escondida, y otra [...] por las minas que tenían hechas [...] Eran [los muertos] hasta número de novecientos sesenta entre mujeres y muchachos”.

  • Masada... ¿prueba de que había venido el Mesías?
    La Atalaya 1990 | 15 de octubre
    • El que visita las excavaciones hechas en Masada puede ver las ruinas de una sinagoga donde los sicarios o varones de puñal se reunían para adorar, y los baños rituales que se usaban para la limpieza religiosa.

      También se han hallado fragmentos de la Biblia en Masada. Puede que usted se pregunte si hay alguna diferencia entre el mensaje bíblico que poseían los varones de puñal y el que nosotros leemos en la Biblia hoy. El Dr. Yigael Yadin, en su libro Masada, escribió lo siguiente sobre el primer descubrimiento de esta índole:

      “Por un examen rápido hecho allí mismo, inmediatamente vimos que teníamos un fragmento del Libro de los Salmos, y hasta podíamos identificar los capítulos: era una sección desde el Salmo 81 hasta el Salmo 85. [...] Era posible fijarle fecha sin la menor duda. No podía ser posterior al año 73 d.C., el año en que cayó Masada. [...] Esta sección del Libro de los Salmos, como los otros rollos bíblicos que hallamos después, es casi exactamente idéntica [...] al texto de los libros bíblicos que usamos hoy”.

      Evidentemente los varones de puñal creían que el Autor Divino de las Escrituras Hebreas bendeciría el levantamiento de ellos contra Roma. Como explica The Universal Jewish Encyclopedia: “El celo fanático de los judíos en la Gran Guerra contra Roma (66-73 E.C.) recibía vigor de su creencia de que la era mesiánica estaba cerca. La pérdida del Templo solo sirvió para aumentar las suposiciones en cuanto a la venida del Mesías”.

  • Masada... ¿prueba de que había venido el Mesías?
    La Atalaya 1990 | 15 de octubre
    • Por ejemplo, los varones de puñal saqueaban y mataban a sus semejantes judíos y justificaban estos actos de terrorismo diciendo que era castigo para los judíos que supuestamente colaboraban con Roma. Un rabino del segundo siglo, Johanan ben Torta, dio esta razón para la calamidad que les sobrevino a los judíos del primer siglo: “Iban tras el dinero y se odiaban unos a otros”.

      No sorprende el que los judíos que verdaderamente temían a Dios anhelaran que apareciera el Mesías, pues ellos esperaban que este derribaría la gobernación romana y establecería un justo Reino de Dios. Pero hombres sin escrúpulos se aprovechaban de estas esperanzas.

      Mesías falsos

      Para el año 33 E.C. un líder judío llamado Gamaliel recordó a otros gobernantes de Jerusalén: “Antes de estos días [...] se levantó Judas el galileo en los días de la inscripción, y atrajo gente en pos de sí. Y sin embargo ese hombre pereció, y todos los que le obedecían fueron esparcidos por todas partes”. (Hechos 5:36, 37.)

      “La inscripción” que tuvo como resultado la revuelta de Judas se organizó en 6 E.C. con el fin de imponer contribuciones para Roma. Josefo nos dice que Judas “había [...] echado en el rostro a los judíos que [...] eran sujetos a los romanos”. El nombre Judas viene del nombre Judá, y sugiere que pertenecía a la tribu de la cual se esperaba al Mesías. (Génesis 49:10.) “Su fervorosa elocuencia y la popularidad de sus doctrinas atrajeron a su estandarte grandes cantidades de personas, muchas de las cuales lo consideraban el Mesías”, declara la Cyclopædia de McClintock y Strong.

      Note que Hechos 5:37 informa que los seguidores de este Judas no perecieron con él. Su movimiento, según el erudito judío Gaalya Cornfeld, “echó raíces profundas y despertó esperanzas mesiánicas”. De hecho, dos líderes de los varones de puñal, Menahem (Manahemo) y Eleazar, descendían de aquel Judas el galileo. Al principio de la revuelta judía en 66 E.C., Menahem armó a sus seguidores con armas que habían estado almacenadas en Masada. Entonces, “volvió como un rey a Jerusalén” y “llegó a ser líder de la revolución”. “Es casi seguro —añade la Encyclopaedia Judaica— que a Menahem [hijo de] Judá se le consideró un Mesías.”

      Sin embargo, en aquel mismo año Menahem fue asesinado por miembros de un movimiento revolucionario judío rival. Sus seguidores huyeron de regreso a Masada, donde Eleazar tomó la dirección de los varones de puñal hasta 73 E.C. El discurso en que Eleazar exhortó a cometer suicidio refleja las enseñanzas equivocadas de su antepasado Judas: “Habiendo determinado mucho tiempo ha, varones muy esforzados, no sujetarme a servidumbre, ni de romanos, ni de cualquiera otra gente, sino servir a Dios solamente”.

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