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Bodas alegres que honran a JehováLa Atalaya 2000 | 1 de mayo
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Todo hace suponer que había música apropiada y baile decoroso, pues estas cosas eran comunes en la vida social judía. Así lo indicó Jesús en su famosa ilustración del hijo pródigo. El padre rico de la historia estaba tan contento por el regreso de su hijo arrepentido que dijo: “Comamos y gocemos”. Según Jesús, la celebración incluyó “un concierto de música y danzas” (Lucas 15:23, 25).
Cabe señalar, no obstante, que la Biblia no especifica que en la boda de Caná hubiera música y baile. De hecho, en ninguno de los relatos bíblicos sobre bodas se habla de baile. Parece que para los siervos de Dios de tiempos bíblicos era algo secundario, no el aspecto principal de la celebración. ¿Aprendemos algo de esto?
En algunas bodas cristianas de África se usa un potente sistema de sonido. El volumen de la música es tan alto que los invitados no pueden conversar con comodidad. En ocasiones, es evidente que no hay mucha comida, pero lo que no falta es el baile, que fácilmente se desenfrena. En lugar de ser un banquete de bodas, esas ocasiones tal vez sean sencillamente una excusa para celebrar un baile. Además, la música fuerte suele atraer a alborotadores, extraños que se presentan sin invitación.
Dado que los relatos bíblicos de bodas no hacen hincapié en la música y el baile, ¿no debería servir eso de guía a la pareja que planea una boda que honre a Jehová? En preparación para varios casamientos recientes del sur de África, los jóvenes cristianos a los que se invitó a formar parte del séquito nupcial pasaron muchas horas practicando complicados pasos de baile. Dedicaron una cantidad excesiva de tiempo durante meses. Pero los cristianos han de ‘comprar el tiempo’ para “las cosas más importantes”, como la evangelización, el estudio personal y la asistencia a las reuniones cristianas (Efesios 5:16; Filipenses 1:10).
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Bodas alegres que honran a JehováLa Atalaya 2000 | 1 de mayo
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Si va a haber baile, puede presentarse de una manera digna y discreta. En caso de que haya parientes no creyentes o cristianos inmaduros que bailen con movimientos vulgares o sensuales, el novio podría hacer que se cambiara la música o pedir con tacto que se dejara de bailar. De otro modo, la boda podría degenerar en una ocasión desenfrenada y hacer tropezar a otras personas (Romanos 14:21).
Debido a los peligros inherentes a algunos tipos de baile modernos, a la música alta y al consumo libre de alcohol, algunos novios cristianos han decidido prescindir de estas cosas en su boda. Como consecuencia, ha habido quien los ha criticado; pero en lugar de eso, deberíamos encomiarlos por su deseo de evitar todo lo que pudiera causar deshonra al santo nombre de Dios. Por otro lado, algunos novios han decidido tener música apropiada, algo de baile y alcohol con moderación. En cualquier caso, el novio es responsable de lo que permite que ocurra en su boda.
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