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JonatánPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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La amistad íntima de Jonatán con David se remonta a poco después de que este matara a Goliat. Aquella acción valiente en defensa del pueblo de Jehová debió conmover de manera especial a Jonatán. Al escuchar el relato del propio David, “la misma alma de Jonatán se ligó con el alma de David, y Jonatán empezó a amarlo como a su propia alma”. (1Sa 18:1.) Estos dos valerosos guerreros y devotos siervos de Dios “procedieron a celebrar un pacto” de amistad. Jonatán podía ver que David tenía el espíritu de Dios. (1Sa 18:3.) No tuvo celos de él ni le tuvo por rival, como hizo Saúl. Por el contrario, su respeto por cómo dirigía Dios los asuntos fue un ejemplo excelente para su amigo más joven. No se dejó influir por el deseo de Saúl de matar a David, sino que, por el contrario, le puso sobre aviso y trató de interceder por él. Cuando David se vio obligado a huir, Jonatán se encontró con él para ayudarle y celebró un pacto con David con el propósito de que en el futuro este le protegiera a él y a su casa. (1Sa 19:1–20:17.)
Jonatán volvió a hablar con Saúl acerca de David, pero casi le costó la vida, pues en un estallido de cólera Saúl arrojó una lanza a su propio hijo. Jonatán y David acordaron verse en un campo donde, en apariencia, el hijo del rey había ido a practicar el tiro con arco. (1Sa 20:24-40.) Los dos amigos renovaron su vínculo de afecto y “empezaron a besarse y a llorar el uno por el otro”, algo que en tiempos bíblicos no era extraño entre varones, como puede verse aun hoy en algunos países. (1Sa 20:41; Gé 29:13; 45:15; Hch 20:37.) Más tarde, Jonatán pudo ponerse en contacto con David por última vez en Hores y fortaleció su “mano respecto a Dios”; a continuación, renovaron su pacto. (1Sa 23:16-18.)
En la Biblia no hay ningún indicio de que Jonatán tomara parte en las expediciones de su padre contra David, pero en la batalla contra los enemigos de Dios, los filisteos, Jonatán luchó hasta la muerte, y perdió la vida el mismo día que dos de sus hermanos y su padre. Los filisteos colgaron sus cadáveres en los muros de Bet-san. Sin embargo, hombres valientes de Jabés-galaad los quitaron de allí y los enterraron en Jabés. Más tarde, David trasladó los restos de Saúl y Jonatán a Zelá. (1Sa 31:1-13; 2Sa 21:12-14; 1Cr 10:1-12.) David lamentó profundamente la muerte de su amigo íntimo Jonatán, e incluso salmodió sobre Saúl y Jonatán la endecha titulada “El arco”. (2Sa 1:17-27.) El rey David mostró bondad especial a Mefibóset, el hijo cojo de Jonatán, que tenía cinco años cuando su padre murió. Con el tiempo tuvo un lugar permanente en la mesa del rey. (2Sa 4:4; 9:10-13.)
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JonatánPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Saúl debió tenerle un cariño especial por sus cualidades varoniles, y es evidente que estaban muy unidos. (1Sa 20:2.) Sin embargo, esto no disminuyó el celo de Jonatán por Dios y su lealtad a su amigo David.
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