Buenos ejemplos: David
Además de ser un gran amante de la música, David es un talentoso intérprete y compositor. Incluso hace sus propios instrumentos (2 Crónicas 7:6). Como es tan buen músico, el rey de Israel lo invita a tocar en la corte (1 Samuel 16:15-23). David acepta, pero no se le suben los humos a la cabeza ni deja que la música ocupe el primer lugar en su vida. Más bien, utiliza su talento para alabar a Dios.
¿Qué hay de ti? ¿También amas la música? Aunque quizá no seas un gran músico como David, sí puedes seguir su ejemplo. No dejes que la música se convierta en lo más importante para ti. Tampoco permitas que haga que pienses y actúes de un modo que manche el nombre de Jehová. Úsala para añadir sabor a tu vida. La capacidad de componer música y disfrutar de ella es un regalo de Dios (Santiago 1:17). David lo empleó de una forma que agradaba a Jehová. ¿Harás tú lo mismo?