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  • La seguridad en el agua no se consigue por accidente
    ¡Despertad! 1988 | 22 de mayo
    • En el caso de que se cayera por la borda o de que el barco volcase, ¿qué debería hacer? 1) Trate por todos los medios de no ceder al pánico. 2) Si no lleva puesto un chaleco salvavidas, procure agarrar uno. 3) Como la mayoría de las embarcaciones se construyen de tal modo que aunque vuelquen no se hundan, es mejor quedarse junto a ellas; eso ayudará a que los rescatadores le localicen. 4) Si el agua está fría, trate de sacar fuera tanto de su cuerpo como sea posible y quédese quieto a fin de evitar la hipotermia.

      El cuerpo se enfría veinticinco veces más deprisa en el agua que en el aire, y si pedalea o nada, perderá aproximadamente tres veces más calor que si se queda quieto. Muchos se ahogan cuando tratan de nadar hacia la orilla, ya que esta suele estar más lejos de lo que parece. Y cuanto más fría está el agua, más deprisa se cansa uno.

      Si usted se encuentra en el agua sin un chaleco salvavidas y sin la posibilidad de agarrarse al barco o a otro objeto, puede utilizar su propia ropa para flotar. La publicación del Servicio de Guardacostas de Estados Unidos, titulada Accidents, aconseja: “Si lleva una camisa, abotónese el cuello y sujéteselo apretado a la garganta. Doble la cabeza hacia adelante, tire de la parte delantera de la camisa hacia el rostro y sople entre el segundo y el tercer botón. Mantenga el cuello de la camisa apretado para retener el aire. Este se quedará dentro de la camisa y formará una burbuja a su espalda”. Por lo menos tiene un chaleco salvavidas temporal que le puede ayudar a flotar y a no perder energía.

      Debe notarse que el Servicio de Guardacostas dice que si las personas simplemente llevasen puesto un chaleco salvavidas se podrían reducir las muertes en un 75%. No obstante, la mayoría de las personas ven los chalecos como algo que les aprisiona o que no resulta cómodo ni atractivo. Otros no se los ponen porque se consideran buenos nadadores. (Véase el recuadro: “Los buenos nadadores también se ahogan”.) Como la mayoría de las leyes lo único que requieren es que haya a bordo chalecos salvavidas, pero no exigen que se lleven puestos, es una cuestión de preferencia. No obstante, no hay duda de que usted va más seguro si lo lleva puesto.

  • La seguridad en el agua no se consigue por accidente
    ¡Despertad! 1988 | 22 de mayo
    • El problema más frecuente con el que se tropieza el buceador quizás sea el agotamiento, bien por aventurarse demasiado lejos o por luchar contra una corriente. Un poco de previsión y de planear de antemano puede servir para que se evite esta situación. Y un peligro mayor, aunque no tan frecuente, tiene que ver con sumergirse a demasiada profundidad y quedarse sin oxígeno antes de poder regresar de nuevo a la superficie. Eso puede hacer que pierda el conocimiento y se ahogue. Como el subir deprisa requiere un gran esfuerzo por su parte, la cantidad de oxígeno transportado por la sangre se reduce con mayor rapidez que cuando se sube más despacio. Sepa cuáles son sus límites y nunca espere hasta que esté casi sin aliento antes de empezar a subir. Deje siempre un margen para mayor seguridad.

      El surf, ya sea sobre tabla o sin ella, es una emocionante manera de disfrutar de la fuerza de las olas. Una clave para la seguridad en este caso es no desestimar dicha fuerza y estar al corriente de cuáles son las zonas que deben evitarse. Los expertos saben que el contorno del suelo oceánico afecta las olas. Por ejemplo: cuando el declive de la playa es abrupto, las olas golpean el fondo con mucha fuerza, y el deportista incauto podría sufrir graves daños. A esas olas se las suele llamar “dumpers” (volcadoras).

      Cuando las aguas están revueltas por las corrientes y hay resaca, se presenta otro peligro para el que practica el surf. El ser arrastrado mar adentro es una experiencia aterradora. Pero el saber que la corriente pierde su fuerza a unos metros de la orilla puede evitar que la persona sea presa del pánico.

  • La seguridad en el agua no se consigue por accidente
    ¡Despertad! 1988 | 22 de mayo
    • [Recuadro en la página 18]

      Los buenos nadadores también se ahogan

      Muchas veces los organismos correspondientes han quedado desconcertados al saber de casos en los que un buen nadador se cae por la borda sin haber sufrido ningún daño aparente y simplemente desaparece. No obstante, según la Cruz Roja Americana, ciertas reacciones fisiológicas al agua fría pueden proporcionar algunas explicaciones. Cuando el agua fría entra de repente en los canales auditivos se puede producir laberintitis calórica. Esta puede causar vértigo y hacer que la víctima quizás nade hacia el fondo en lugar de hacia la superficie, y se ahogue. Otra posibilidad es la hiperventilación refleja. El que de repente se entre en contacto con el agua fría puede causar una respiración rápida e incontrolable. Si eso se produce cuando se tiene la cabeza sumergida, es posible que la persona se ahogue. El dolor es otro factor que contribuye a ahogarse. El introducirse de repente en agua fría puede ser tan doloroso que la víctima sufra un choque o un ataque cardiaco. ¿Qué lección se puede aprender de todo esto? Trate el agua con respeto. Trate el agua fría con aún más respeto.

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