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¿Por qué delegar, y cómo hacerlo?La Atalaya 2009 | 15 de junio
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¿Por qué delegar, y cómo hacerlo?
LA ACCIÓN de delegar es más antigua que nuestro planeta. Jehová creó a su Hijo unigénito y, después, valiéndose de él como “obrero maestro”, hizo el universo (Pro. 8:22, 23, 30; Juan 1:3). Cuando Dios formó a la primera pareja humana, les encomendó: “Llenen la tierra y sojúzguenla” (Gén. 1:28). En efecto, confió a los seres humanos la tarea de extender el paraíso de Edén hasta abarcar toda la Tierra. Como vemos, delegar ha sido un rasgo característico de Jehová y de su organización desde el principio.
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¿Por qué delegar, y cómo hacerlo?La Atalaya 2009 | 15 de junio
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Razones para delegar
Meditemos en el hecho de que Jehová creara a su Hijo unigénito y le permitiera participar en las obras creativas posteriores. Sabemos que “por medio de él todas las otras cosas fueron creadas en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas invisibles” (Col. 1:16). El Creador podría haberlo hecho todo él solo, pero quiso que su Hijo experimentara la alegría de realizar un trabajo productivo (Pro. 8:31). Esto ayudó al Hijo a conocer mejor las cualidades de Dios. En cierto sentido, el Padre aprovechó la oportunidad para capacitar a su Hijo unigénito.
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