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Días como “los días de Noé”La Atalaya 1986 | 1 de enero
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La fe de Noé en medio de un mundo depravado
5, 6. a) ¿Cómo contaminó Satanás a la humanidad? b) ¿De qué maneras demostraron Noé y su familia que no eran parte de aquel mundo?
5 Desde la rebelión en Edén, Satanás el Diablo se ha empeñado en ‘extraviar a toda la tierra habitada’. (Revelación 12:9.) Jehová, quien creó las facultades sexuales de la pareja humana, les dio el mandato de usarlas honorablemente en el matrimonio, a fin de ‘llenar la tierra’ con su prole. (Génesis 1:28; Hebreos 13:4.) Pero el Diablo introdujo la contaminación en la humanidad por medio de prácticas sexuales contranaturales. ¿Cómo? Algunos hijos de Dios de la región de los espíritus se unieron a Satanás en su rebelión. Se convirtieron en “demonios” y Satanás llegó a ser su “gobernante”. (Lucas 11:15.) Y, ¿qué hicieron los demonios? Bajaron a la Tierra, materializaron cuerpos humanos y cohabitaron con las bien parecidas hijas de los hombres. ¡Las consecuencias fueron espantosas!
6 Se reprodujo una raza híbrida de gigantes que eran mitad demonios y mitad humanos. Estos fueron los nefilim, unos “derribadores” asesinos de la humanidad, como lo indica el registro: “Y la tierra llegó a estar arruinada a la vista del Dios verdadero, y la tierra se llenó de violencia. De modo que Dios vio la tierra y, ¡mire!, estaba arruinada, porque toda carne había arruinado su camino sobre la tierra”. La violencia y la depravación sexual llegaron a estar tan extendidas que solo de un hombre, Noé, se pudo decir: “Resultó libre de falta entre sus contemporáneos. Noé andaba con el Dios verdadero”. De entre toda la humanidad, solo su esposa, sus hijos y sus respectivas esposas demostraron tener fe y un temor reverente. Es evidente que la familia de Noé no se había contaminado con la depravación sexual de su día. (Génesis 6:4, 9-12.)
7. Como quedó demostrado en los días de Noé, ¿sobre qué base juzga Jehová lo malo y lo justo? (Compárese con Mateo 25:40, 45, 46.)
7 Jehová borró de la Tierra aquel mundo violento, demoníaco y enloquecido por el sexo. Al enviar el gran Diluvio, barrió todo lo malo. La raza híbrida de los nefilim y los humanos corruptos desaparecieron en el olvido, mientras los demonios, que habían sido hijos de Dios, huyeron de nuevo a la región de los espíritus... a la espera del juicio divino contra ellos.
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Días como “los días de Noé”La Atalaya 1986 | 1 de enero
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En estos últimos días, la vida de mucha gente gira en torno al sexo, sea que estén casados o no. Y para muchas personas casadas, el divorcio o la anulación del matrimonio se ha convertido en el proceder normal. Hoy día muchos miembros de la cristiandad practican la homosexualidad y hacen caso omiso de las claras advertencias que, a este respecto, dieron los discípulos de Jesús. Ya, muchas de estas personas están ‘recibiendo en sí mismas la recompensa completa’ a causa del SIDA y otras enfermedades que se transmiten a través de las relaciones sexuales. Sin embargo, todavía puede haber una esperanza de salvación para ellos. Recuerde que Jesús habló en términos positivos de rameras que, habiendo limpiado sus vidas, llegaron a ser creyentes, en contraste con los líderes religiosos de su día que eran orgullosos e impenitentes. (Romanos 1:26, 27; 2 Pedro 2:9, 10; Judas 6, 7; Mateo 21:31, 32.)
11 ¡Cualquier miembro del pueblo de Jehová que se haya contaminado o se sienta tentado a envolverse en prácticas inmorales debe abrir los ojos y vestirse de la armadura completa que Dios provee! (Efesios 6:11-18.) Verdaderamente estos días son “como eran los días de Noé”. El Diablo, que es como un “león rugiente”, y sus depravados demonios están trabajando las 24 horas del día a fin de apartar y entrampar a los siervos de Dios. Debemos asumir nuestra posición en contra de esos enemigos, sólidos en la fe. (1 Pedro 5:8, 9.)
12. ¿Por qué es importante que nos apeguemos al consejo de Salmo 97:10?
12 Por extraño que parezca, aun personas prominentes en la organización de Jehová han sucumbido a prácticas inmorales, como la homosexualidad, el intercambio de esposas y abuso deshonesto de menores. También ha de decirse que, de las 36.638 personas que fueron expulsadas de la congregación cristiana el año pasado, la mayor parte de las expulsiones tuvieron que ver con prácticas inmorales. ¡La organización de Jehová tiene que mantenerse limpia! (1 Corintios 5:9-13.) Vivimos en un tiempo en que tanto los ancianos como los siervos ministeriales y, de hecho, todos los hermanos deben evitar cualquier circunstancia que pudiera inducir a la inmoralidad. La lealtad a las normas morales de Jehová será recompensada, tal como declara el Salmo 97:10: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de los que le son leales; de la mano de los inicuos los libra”.
13. ¿Qué advertencia sabia dieron los apóstoles Pablo y Pedro?
13 En la “gran tribulación”, a más tardar, se dará cuenta de los que “son repugnantes en su suciedad”. ¡Cuán interesados debemos estar todos en odiar, sí, aborrecer y evitar, la depravación mundana! ¡Debemos ‘huir de la fornicación’! (Revelación 21:8; 1 Corintios 6:9, 10, 18.) El apóstol Pedro, después de prevenirnos contra los apóstatas que introducen dudas en la congregación y alertarnos sobre la realidad del “día de Jehová”, nos exhorta a producir “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa”. Luego añade: “Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar. Por eso, amados, ya que están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para que finalmente él los halle inmaculados y sin tacha y en paz”. Por lo tanto, ¡qué gozo será el alcanzar la “nueva tierra”, donde Dios ‘hará que todas las cosas sean nuevas’ y limpias! (2 Pedro 3:3-7, 10-14; Revelación 21:1, 4, 5.)
Preste atención a otros ‘ejemplos amonestadores’
14. ¿Por qué fue solo temporal la limpieza que se efectuó en el Diluvio?
14 Después que el gran Diluvio limpió la Tierra de toda suciedad demoníaca y humana, Jehová les reiteró a Noé y sus hijos el mandato que originalmente había dado a Adán, diciendo: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra”. (Génesis 9:1.) Ellos cumplieron este mandato de manera simbólica, al producir las setenta “familias” —un número perfecto en sentido figurado— cuya lista figura en el capítulo 10 de Génesis. Pero la humanidad continuaba padeciendo las consecuencias del pecado heredado de Adán. Y, según la evidencia, la influencia demoníaca condujo de nuevo a los humanos a caer en la depravación sexual.
15. ¿Qué aprendemos del juicio de Dios sobre Sodoma?
15 Con el transcurso del tiempo, Abrahán, el “amigo” de Jehová, y su sobrino Lot se mudaron a la localidad de Canaán. Lot escogió establecerse en el distrito del Jordán, del cual se dice que era “como el jardín de Jehová”. Pero ¿era un jardín en sentido moral? ¡Muy al contrario! La ciudad de Sodoma, donde Lot se estableció, y la cercana Gomorra estaban saturadas de homosexualidad. No se podía hallar en ellas ni siquiera diez hombres justos. Por esa razón, Jehová trajo sobre aquellas ciudades “el castigo judicial de fuego eterno”. ¡Nunca más se reconstruirían aquellas ciudades depravadas! ¡Jesús se remitió tanto al juicio divino contra Sodoma como a lo que ocurrió “en los días de Noé” al subrayar la importancia de que nos mantengamos en guardia! (Génesis 13:10; 18:32; Judas 7; Lucas 17:26-30.)
16. ¿Qué actividad demoníaca exige que luchemos tenazmente por la fe?
16 ¡No se equivoque! ¡Satanás y sus demonios aún andan furiosos tratando de arrasarlo todo! Aunque, en sentido figurado, fueron arrojados a “hoyos de densa oscuridad” y se les ha impedido que materialicen cuerpos humanos, esos espíritus depravados están resueltos a corromper al hombre, y, en particular, a los siervos de Jehová. (2 Pedro 2:4-6.) Sin duda bajo la influencia de los demonios Canaán incurrió en un acto inmoral contra su abuelo Noé. (Génesis 9:22-25.) De seguro fueron ellos los que generaron el tipo de perversiones que llegó a conocerse como ‘la manera de obrar de la tierra de Canaán’, a tal grado que, finalmente, esta tierra ‘vomitó’ a sus habitantes. (Levítico 18:3-25.) Del mismo modo, los demonios fomentan hoy las prácticas sexuales contranaturales que afligen a tantas personas. Al luchar tenazmente por la fe, debemos resistir los ataques de esos ángeles caídos que inducen a la humanidad a ‘cometer fornicación con exceso, e ir en pos de la carne para uso contranatural’. (Judas 3, 6, 7.)
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