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¡Nace el Reino de Dios!Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Pero las dos alas de la gran águila le fueron dadas a la mujer, para que volara al desierto a su lugar; allí es donde es alimentada por un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la cara de la serpiente”. (Revelación 12:13, 14.)
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¡Nace el Reino de Dios!Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Mientras se peleaba la I Guerra Mundial, los hermanos de Jesús siguieron testificando fielmente hasta el grado posible. Esto se hizo a pesar de la oposición intensificada de Satanás y sus crueles secuaces. Finalmente, casi se hizo cesar el testimonio público de los Estudiantes de la Biblia. (Revelación 11:7-10.) Eso sucedió cuando tuvieron una experiencia muy similar a la de los israelitas en Egipto, quienes también aguantaron gran opresión. Entonces Jehová los llevó con rapidez, como sobre alas de águilas, a la seguridad en el desierto de Sinaí. (Éxodo 19:1-4.) De igual manera, después de la enconada persecución de 1918 a 1919, Jehová libró a sus Testigos, que representaban a su mujer, y los llevó a una situación espiritual que fue tan segura para ellos como lo fue el desierto para los israelitas. Esto vino como respuesta a las oraciones de ellos. (Compárese con Salmo 55:6-9.)
25. a) ¿Qué produjo Jehová en 1919, tal como produjo a los israelitas como nación en el desierto? b) ¿Quiénes componen esta nación, y en qué se les ha introducido?
25 En el desierto, Jehová produjo a los israelitas como nación; les proveyó lo necesario en sentido espiritual y físico. De manera similar, empezando en 1919 Jehová produjo a la descendencia de la mujer como nación espiritual. Esto no debe confundirse con el Reino Mesiánico que desde 1914 ha estado gobernando desde los cielos. Más bien, esta nueva nación está compuesta del resto de los Testigos ungidos en la Tierra, que fueron introducidos en una gloriosa heredad espiritual en 1919. Provistos ahora con “su medida de víveres a su debido tiempo”, fueron fortalecidos para la obra que tenían que hacer. (Lucas 12:42; Isaías 66:8.)
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