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“Mi reino no es parte de este mundo”La Atalaya (estudio) 2018 | junio
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4 En realidad, los judíos en general estaban deseando que llegara el Mesías, pues esperaban que fuera un líder político que los liberara del yugo de Roma y devolviera el esplendor a la nación judía (Luc. 2:38; 3:15). Muchos creían que el Mesías fundaría un reino terrestre en Israel. Cuando eso ocurriera, los millones de judíos que vivían dispersados por otros lugares regresarían a su patria. De hecho, Juan el Bautista le preguntó una vez a Jesús: “¿Eres tú Aquel Que Viene, o hemos de esperar a uno diferente?” (Mat. 11:2, 3). Es posible que él quisiera saber si sería otra persona la que hiciera realidad los sueños de los judíos. Tras la resurrección de Jesús, dos discípulos se lo encontraron de camino a Emaús y le dijeron que el Mesías no había hecho lo que ellos esperaban (lea Lucas 24:21). Y, poco después, los apóstoles le preguntaron a Jesús: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?” (Hech. 1:6).
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“Mi reino no es parte de este mundo”La Atalaya (estudio) 2018 | junio
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6. ¿Cómo dejó claro Jesús que no buscaba poder político en la Tierra? (Vea el dibujo del principio).
6 Poco antes de morir, Jesús se dio cuenta de que algunos de sus seguidores esperaban que fundara un reino terrestre con su sede en Jerusalén. Para ayudarlos a entender que él no iba a hacer eso, les contó la parábola de las minas. En ella, se comparó a un “hombre de noble nacimiento” que tendría que irse durante mucho tiempo (Luc. 19:11-13, 15).
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