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Que todos estemos unidos como lo están Jehová y JesúsLa Atalaya (estudio) 2018 | junio
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JESÚS ENSEÑÓ A VENCER LOS PREJUICIOS CON AMOR Y HUMILDAD
8. Explique en qué principio fundamental se basa la unidad cristiana.
8 Jesús enseñó un principio fundamental en el que se basa la unidad cristiana. Dijo: “Todos ustedes son hermanos” (lea Mateo 23:8, 9). ¿En qué sentido somos hermanos? Por un lado, claro está, en el sentido de que todos descendemos de Adán (Hech. 17:26). Por otro lado, como explicó Jesús, sus discípulos son hermanos porque ven a Jehová como su Padre celestial (Mat. 12:50). Además, han llegado a ser parte de una gran familia espiritual que está unida por el amor y la fe. Por eso, en sus cartas, los apóstoles a menudo se refirieron a sus compañeros cristianos como hermanos (Rom. 1:13; 1 Ped. 2:17; 1 Juan 3:13).
9, 10. a) ¿Por qué no tenían motivos los judíos para enorgullecerse de su raza? b) ¿Cómo enseñó Jesús que está mal sentir prejuicios raciales? (Vea el dibujo del principio).
9 Después de dejar claro que debemos vernos unos a otros como hermanos, Jesús recalcó la importancia de ser humildes (lea Mateo 23:11, 12). Como ya hemos visto, a veces el orgullo dividió a los apóstoles. Además, en los días de Jesús, la gente se enorgullecía de su raza. Muchos judíos se creían superiores porque eran descendientes de Abrahán. Pero ese no era motivo para sentirse así, pues Juan el Bautista les dijo: “Dios tiene poder para levantar de estas piedras hijos a Abrahán” (Luc. 3:8).
10 Jesús condenó el orgullo racial. Aprovechó para hacerlo cuando un escriba le preguntó: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”. Jesús le contestó contando la parábola del buen samaritano, un hombre que se apiadó de un viajero judío al que habían asaltado y golpeado unos ladrones. Antes, varios judíos habían pasado por su lado sin hacer nada. En cambio, el samaritano se detuvo y lo ayudó. Jesús terminó la parábola diciéndole al escriba que debía ser como el samaritano (Luc. 10:25-37). De esa manera, Jesús mostró que un samaritano podía enseñarles a los judíos lo que es el verdadero amor al prójimo.
11. a) ¿Por qué tenían que ser imparciales los discípulos de Cristo? b) ¿Cómo ayudó Jesús a los discípulos a entender que debían ser imparciales?
11 Antes de subir al cielo, Jesús mandó a sus discípulos que predicaran “en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8). Para lograrlo, ellos tendrían que vencer los prejuicios y el orgullo. En ocasiones anteriores, Jesús les había hablado de las buenas cualidades de personas no judías, y así los preparó para predicar a todas las naciones. Por ejemplo, alabó la gran fe de un oficial militar que era extranjero (Mat. 8:5-10). Y en Nazaret explicó que Jehová había favorecido a no judíos, como la viuda de la población fenicia de Sarepta y el leproso sirio Naamán (Luc. 4:25-27). Además, Jesús no solo le predicó a una samaritana, sino que se quedó dos días en Samaria porque la gente mostró interés en su mensaje (Juan 4:21-24, 40).
LOS PRIMEROS CRISTIANOS LUCHARON CONTRA LOS PREJUICIOS
12, 13. a) ¿Cómo reaccionaron los apóstoles cuando Jesús le predicó a una samaritana? (Vea el dibujo del principio). b) ¿Cómo sabemos que Santiago y Juan no comprendieron del todo lo que Jesús quiso enseñarles?
12 Ahora bien, a los apóstoles no se les hizo fácil vencer los prejuicios. Por ejemplo, se sorprendieron al ver que Jesús le predicó a una samaritana (Juan 4:9, 27). Los líderes religiosos judíos no hablaban en público con las mujeres, y menos con una samaritana que tenía mala reputación. Cuando Jesús llevaba ya un rato hablando con la mujer, los apóstoles le dijeron que comiera algo. Pero él estaba tan absorto en la conversación que no le importaba si comía o no. Para él, su alimento era hacer la voluntad de su Padre y predicar, incluso a una samaritana (Juan 4:31-34).
13 Santiago y Juan no comprendieron lo que Jesús quiso enseñarles. Mientras los discípulos viajaban por Samaria con él, buscaron alojamiento en una aldea para pasar la noche. Los samaritanos se negaron a recibirlos, así que Santiago y Juan sugirieron pedir que bajara fuego del cielo y destruyera la aldea. Pero Jesús los reprendió seriamente (Luc. 9:51-56). ¿Se habrían enojado tanto Santiago y Juan si esto hubiera pasado en Galilea, que era su región de origen? Es probable que hayan reaccionado así por los prejuicios. Tiempo después, el apóstol Juan fue a predicar a los samaritanos, y muchos lo escucharon. Puede que se haya sentido avergonzado al recordar cómo reaccionó la vez anterior (Hech. 8:14, 25).
14. ¿Cómo se resolvió un problema que surgió entre dos grupos de diferente idioma?
14 Poco después del Pentecostés del año 33, surgió un problema de discriminación en la congregación cristiana. Durante el reparto de alimento a las viudas necesitadas, se pasó por alto a las de habla griega (Hech. 6:1). Puede que uno de los motivos hayan sido los prejuicios por el idioma. Los apóstoles enseguida atendieron la situación nombrando a varios hombres capacitados para que se encargaran de distribuir los alimentos. Todos ellos tenían nombres griegos, lo que pudo hacer que las cristianas viudas que se ofendieron se sintieran mejor.
15. ¿Cómo fue aprendiendo Pedro a ser más imparcial? (Vea el dibujo del principio).
15 En el año 36, la predicación se volvió mucho más internacional. El apóstol Pedro estaba acostumbrado a relacionarse solo con judíos. Pero, cuando Dios dejó claro que los cristianos deben ser imparciales, Pedro le predicó a un soldado romano llamado Cornelio (lea Hechos 10:28, 34, 35). A partir de entonces, empezó a comer y a pasar tiempo con creyentes gentiles, es decir, de origen no judío. Sin embargo, años después, dejó de comer con unos cristianos no judíos en la ciudad de Antioquía (Gál. 2:11-14). En aquella ocasión, Pablo lo reprendió, y Pedro aceptó la corrección. ¿Por qué lo sabemos? Porque, cuando les escribió su primera carta a los cristianos judíos y gentiles de Asia Menor, habló con cariño de “toda la asociación de hermanos” (1 Ped. 1:1; 2:17).
16. ¿Qué reputación se ganaron los cristianos?
16 Está claro que, gracias al ejemplo de Jesús, los apóstoles aprendieron a amar “a hombres de toda clase” (Juan 12:32; 1 Tim. 4:10). Aunque les llevó algún tiempo, cambiaron su manera de pensar. De hecho, los primeros cristianos se ganaron la reputación de amarse unos a otros. Según el escritor del siglo segundo Tertuliano, los no cristianos afirmaban: “Mira cómo se aman unos a otros y cómo están dispuestos a morir el uno por el otro”. Al ponerse “la nueva personalidad”, los primeros cristianos llegaron a ver a todas las personas tal y como las ve Dios: como iguales (Col. 3:10, 11).
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Que todos estemos unidos como lo están Jehová y JesúsLa Atalaya (estudio) 2018 | junio
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11. a) ¿Por qué tenían que ser imparciales los discípulos de Cristo? b) ¿Cómo ayudó Jesús a los discípulos a entender que debían ser imparciales?
11 Antes de subir al cielo, Jesús mandó a sus discípulos que predicaran “en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8). Para lograrlo, ellos tendrían que vencer los prejuicios y el orgullo. En ocasiones anteriores, Jesús les había hablado de las buenas cualidades de personas no judías, y así los preparó para predicar a todas las naciones. Por ejemplo, alabó la gran fe de un oficial militar que era extranjero (Mat. 8:5-10). Y en Nazaret explicó que Jehová había favorecido a no judíos, como la viuda de la población fenicia de Sarepta y el leproso sirio Naamán (Luc. 4:25-27). Además, Jesús no solo le predicó a una samaritana, sino que se quedó dos días en Samaria porque la gente mostró interés en su mensaje (Juan 4:21-24, 40).
LOS PRIMEROS CRISTIANOS LUCHARON CONTRA LOS PREJUICIOS
12, 13. a) ¿Cómo reaccionaron los apóstoles cuando Jesús le predicó a una samaritana? (Vea el dibujo del principio). b) ¿Cómo sabemos que Santiago y Juan no comprendieron del todo lo que Jesús quiso enseñarles?
12 Ahora bien, a los apóstoles no se les hizo fácil vencer los prejuicios. Por ejemplo, se sorprendieron al ver que Jesús le predicó a una samaritana (Juan 4:9, 27). Los líderes religiosos judíos no hablaban en público con las mujeres, y menos con una samaritana que tenía mala reputación. Cuando Jesús llevaba ya un rato hablando con la mujer, los apóstoles le dijeron que comiera algo. Pero él estaba tan absorto en la conversación que no le importaba si comía o no. Para él, su alimento era hacer la voluntad de su Padre y predicar, incluso a una samaritana (Juan 4:31-34).
13 Santiago y Juan no comprendieron lo que Jesús quiso enseñarles. Mientras los discípulos viajaban por Samaria con él, buscaron alojamiento en una aldea para pasar la noche. Los samaritanos se negaron a recibirlos, así que Santiago y Juan sugirieron pedir que bajara fuego del cielo y destruyera la aldea. Pero Jesús los reprendió seriamente (Luc. 9:51-56). ¿Se habrían enojado tanto Santiago y Juan si esto hubiera pasado en Galilea, que era su región de origen? Es probable que hayan reaccionado así por los prejuicios. Tiempo después, el apóstol Juan fue a predicar a los samaritanos, y muchos lo escucharon. Puede que se haya sentido avergonzado al recordar cómo reaccionó la vez anterior (Hech. 8:14, 25).
14. ¿Cómo se resolvió un problema que surgió entre dos grupos de diferente idioma?
14 Poco después del Pentecostés del año 33, surgió un problema de discriminación en la congregación cristiana. Durante el reparto de alimento a las viudas necesitadas, se pasó por alto a las de habla griega (Hech. 6:1). Puede que uno de los motivos hayan sido los prejuicios por el idioma. Los apóstoles enseguida atendieron la situación nombrando a varios hombres capacitados para que se encargaran de distribuir los alimentos. Todos ellos tenían nombres griegos, lo que pudo hacer que las cristianas viudas que se ofendieron se sintieran mejor.
15. ¿Cómo fue aprendiendo Pedro a ser más imparcial? (Vea el dibujo del principio).
15 En el año 36, la predicación se volvió mucho más internacional. El apóstol Pedro estaba acostumbrado a relacionarse solo con judíos. Pero, cuando Dios dejó claro que los cristianos deben ser imparciales, Pedro le predicó a un soldado romano llamado Cornelio (lea Hechos 10:28, 34, 35). A partir de entonces, empezó a comer y a pasar tiempo con creyentes gentiles, es decir, de origen no judío. Sin embargo, años después, dejó de comer con unos cristianos no judíos en la ciudad de Antioquía (Gál. 2:11-14). En aquella ocasión, Pablo lo reprendió, y Pedro aceptó la corrección. ¿Por qué lo sabemos? Porque, cuando les escribió su primera carta a los cristianos judíos y gentiles de Asia Menor, habló con cariño de “toda la asociación de hermanos” (1 Ped. 1:1; 2:17).
16. ¿Qué reputación se ganaron los cristianos?
16 Está claro que, gracias al ejemplo de Jesús, los apóstoles aprendieron a amar “a hombres de toda clase” (Juan 12:32; 1 Tim. 4:10). Aunque les llevó algún tiempo, cambiaron su manera de pensar. De hecho, los primeros cristianos se ganaron la reputación de amarse unos a otros. Según el escritor del siglo segundo Tertuliano, los no cristianos afirmaban: “Mira cómo se aman unos a otros y cómo están dispuestos a morir el uno por el otro”. Al ponerse “la nueva personalidad”, los primeros cristianos llegaron a ver a todas las personas tal y como las ve Dios: como iguales (Col. 3:10, 11).
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