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Comprendamos el propósito de la disciplinaLa Atalaya 2003 | 1 de octubre
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Sin embargo, la Biblia la presenta desde una perspectiva diferente. “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces”, escribió el sabio rey Salomón (Proverbios 3:11). Estas palabras no se refieren a la disciplina en general, sino a “la disciplina de Jehová”, la que se basa en Sus elevados principios. Esta es la única disciplina espiritualmente productiva y provechosa, e incluso deseable. Por otro lado, la que se basa en el pensamiento humano que está en pugna con los elevados principios de Jehová suele ser abusiva y dañina; de ahí que muchos tengan una actitud negativa hacia la disciplina.
¿Por qué se nos insta a aceptar la disciplina de Jehová? Las Escrituras señalan que la disciplina divina es una expresión del amor de Dios a sus criaturas humanas. Por ello, Salomón pasó a decir: “Jehová censura al que ama, aun como lo hace un padre a un hijo en quien se complace” (Proverbios 3:12).
¿Qué diferencia hay entre la disciplina y el castigo?
La disciplina de la que habla la Biblia abarca mucho: guía, instrucción, enseñanza, censura, corrección e incluso castigo. Sin embargo, en todos los casos, la disciplina de Jehová está motivada por el amor, y su objetivo es beneficiar al que la recibe; nunca tiene el único propósito de castigar.
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Comprendamos el propósito de la disciplinaLa Atalaya 2003 | 1 de octubre
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Ahora bien, cuando Jehová invita a sus adoradores a aceptar su disciplina, no se refiere al castigo que reciben los pecadores impenitentes.
Cabe señalar que en la Biblia, Jehová no se distingue como un Dios castigador; más bien, en la mayoría de los casos se le representa como un maestro amoroso y un instructor paciente (Job 36:22; Salmo 71:17; Isaías 54:13). Sí, cuando la disciplina piadosa se aplica como medida correctiva, esto siempre se hace con amor y paciencia. Al comprender el propósito de la disciplina, los cristianos están en mejores condiciones de aceptarla y de darla con la actitud apropiada.
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