-
La disciplina es una muestra del amor de DiosLa Atalaya (estudio) 2018 | marzo
-
-
La disciplina es una muestra del amor de Dios
“Jehová disciplina a quien ama” (HEB. 12:6).
1. ¿Qué dice la Biblia sobre la disciplina?
¿QUÉ le viene a la mente al oír la palabra disciplina? Tal vez piense de inmediato en un castigo, pero la disciplina es mucho más que eso. A menudo la Biblia habla de la disciplina de forma positiva y a veces la menciona junto al conocimiento, la sabiduría, el amor y la vida (Prov. 1:2-7; 4:11-13). La disciplina de Dios nos muestra que él nos ama y que quiere que vivamos para siempre (Heb. 12:6). Es verdad que su disciplina puede incluir un castigo, pero nunca es excesiva o cruel. De hecho, el significado de la palabra disciplina se relaciona principalmente con la educación, como la que un padre le da a un hijo al que ama.
2, 3. ¿Qué dos cosas podría incluir la disciplina? (Vea las fotos del principio).
2 Veamos un ejemplo. Un niño llamado Carlos está jugando con su pelota dentro de la casa. Su madre le dice: “Carlitos, ya sabes que no puedes jugar a la pelota dentro de la casa porque podrías romper algo”. Pero él desobedece a su madre y sigue jugando. De repente, la pelota golpea un jarrón y lo rompe. ¿Qué hará su madre para disciplinarlo? Le enseñará y lo castigará. Para enseñarle, ella le explicará por qué está mal lo que él hizo. Quiere que entienda que obedecer a sus padres es bueno y que lo que le piden es necesario y razonable. Y, para ayudar al niño a aprender la lección, ella decide que también sería bueno castigarlo quitándole la pelota por un tiempo. Aunque esto no le gusta a Carlos, le enseñará que desobedecer trae consecuencias.
3 Los cristianos formamos parte de “la casa de Dios” (1 Tim. 3:15). Por eso, respetamos el derecho que Jehová tiene de poner normas y de disciplinarnos con amor cuando le desobedecemos. Además, sufrir las consecuencias de nuestras acciones y recibir disciplina nos recuerda lo importante que es obedecer a nuestro Padre (Gál. 6:7). Dios nos ama mucho y no quiere que suframos (1 Ped. 5:6, 7).
4. a) ¿Qué tipo de enseñanza bendice Jehová? b) ¿Qué veremos en este artículo?
4 Al dar disciplina basada en los principios bíblicos, podemos ayudar a nuestros hijos y a los estudiantes de la Biblia a alcanzar la meta de ser discípulos de Cristo. La Palabra de Dios es nuestra herramienta de enseñanza más importante y nos ayuda a “disciplinar en justicia”. Con ella, se puede ayudar a los hijos o a los estudiantes de la Biblia a entender y obedecer todas las cosas que Jesús nos mandó (2 Tim. 3:16; Mat. 28:19, 20). Jehová bendice este tipo de enseñanza, que prepara a los estudiantes para que hagan más discípulos de Cristo (lea Tito 2:11-14). Ahora, veamos las respuestas a tres preguntas importantes: 1) ¿Por qué es la disciplina de Dios una muestra de que nos ama? 2) ¿Qué aprendemos del ejemplo de personas a las que Dios disciplinó? 3) ¿Cómo podemos imitar a Jehová y a Jesús al dar disciplina?
DIOS DISCIPLINA CON AMOR
5. ¿Cómo demuestra Jehová que nos ama por la forma en que nos disciplina?
5 Jehová nos corrige y educa porque nos ama. Quiere que sigamos siendo sus amigos y que vivamos para siempre (1 Juan 4:16). Nunca nos insulta ni nos hace sentir que no valemos nada (Prov. 12:18). Por el contrario, Jehová nos dignifica, pues se concentra en nuestras buenas cualidades y respeta nuestra libertad de elección. ¿Es así como usted ve la disciplina que Jehová da mediante la Biblia, nuestras publicaciones, los padres o los ancianos de la congregación? Cuando, tal vez sin darnos cuenta, damos “algún paso en falso”, los ancianos tratan de corregirnos con amor y paciencia. Así, en realidad están reflejando el amor de Jehová (Gál. 6:1).
6. Aunque la disciplina incluya perder privilegios, ¿por qué podemos decir que es una muestra del amor de Dios?
6 A veces, puede que disciplinar a alguien incluya más que aconsejarlo. Si la persona ha cometido un pecado grave, quizás pierda sus privilegios en la congregación. Pero, incluso en ese caso, la disciplina es una muestra del amor de Jehová. Perder los privilegios puede ayudar al que ha pecado a darse cuenta de que es importante dedicar más tiempo al estudio personal, la meditación y la oración. Estas cosas lo ayudarán a fortalecer su amistad con Jehová (Sal. 19:7). Con el tiempo, tal vez recupere sus privilegios. Incluso la expulsión es una muestra del amor de Jehová, pues protege a la congregación de las influencias negativas (1 Cor. 5:6, 7, 11). Además, como la disciplina de Jehová es siempre justa, la expulsión puede ayudar a la persona a entender la gravedad de su pecado y motivarla a arrepentirse (Hech. 3:19).
LA DISCIPLINA DE JEHOVÁ NOS BENEFICIA
7. a) ¿Quién era Sebná? b) ¿Qué mala cualidad comenzó a desarrollar Sebná?
7 Para resaltar el valor de la disciplina, veamos el ejemplo de dos personas a las que Jehová disciplinó: Sebná, que vivió en tiempos del rey Ezequías, y Graham, un hermano de nuestros días. Hablemos primero de Sebná. Al parecer, él estaba a cargo de la casa de Ezequías, así que tenía mucha autoridad (Is. 22:15). Por desgracia, se volvió orgulloso y comenzó a buscar su propia gloria. Hasta se hizo una tumba lujosa y andaba en carruajes impresionantes (Is. 22:16-18).
Si somos humildes y cambiamos nuestra actitud, Jehová nos bendecirá. (Vea los párrafos 8 a 10).
8. ¿Cómo disciplinó Jehová a Sebná, y cuál fue el resultado?
8 Como Sebná buscaba su propia gloria, Dios le quitó su cargo y se lo dio a Eliaquim (Is. 22:19-21). Esto pasó cuando el rey asirio Senaquerib estaba planeando atacar Jerusalén. Más tarde, Senaquerib envió a un grupo de altos funcionarios y un gran ejército para intimidar a los judíos y hacer que el rey Ezequías se rindiera (2 Rey. 18:17-25). Ezequías envió a encontrarse con los oficiales asirios a Eliaquim y a otros dos hombres. Uno de estos era Sebná, que ahora estaba sirviendo como secretario del rey. Esto podría indicar que Sebná no había dejado que la amargura y el resentimiento lo dominaran y que se había hecho más humilde, pues había aceptado un puesto menos importante que el que había tenido antes. ¿Qué podemos aprender de este relato? Veamos tres lecciones.
9-11. a) ¿Qué lecciones importantes podemos aprender de lo que le pasó a Sebná? b) ¿Cómo se siente usted al pensar en la forma en que Jehová trató a Sebná?
9 En primer lugar, el hecho de que Sebná perdiera su posición nos recuerda que “el orgullo está antes de un ruidoso estrellarse; y un espíritu altivo, antes del tropiezo” (Prov. 16:18). Tal vez usted tenga responsabilidades especiales en la congregación y los demás piensen que es importante. Si este es su caso, ¿se esforzará por mantenerse humilde? ¿Dará la honra a Jehová por sus habilidades o logros? (1 Cor. 4:7). El apóstol Pablo escribió: “Digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar; sino que piense de tal modo que tenga juicio sano” (Rom. 12:3).
10 En segundo lugar, la corrección firme que recibió Sebná tal vez indique que Jehová creía que podía cambiar (Prov. 3:11, 12). Esta es una buena lección para los que pierden privilegios en la congregación hoy día. En vez de enojarse y resentirse, deberían seguir sirviendo a Dios de la mejor forma posible en su nueva situación y ver la disciplina como una muestra del amor de Jehová. Recordemos que nuestro Padre nos recompensará si somos humildes (lea 1 Pedro 5:6, 7). Queremos ser como arcilla blanda en las manos de Jehová y dejar que nos moldee con su amorosa disciplina.
11 En tercer lugar, la forma en que Jehová trató a Sebná enseña una lección muy valiosa a los que tienen autoridad para dar disciplina, como los padres y los ancianos de la congregación. Aunque la disciplina de Jehová muestra que odia el pecado, también muestra que sigue amando a la persona que ha pecado. Además, Jehová se fija en lo bueno de las personas. Si usted debe disciplinar a alguien, ¿lo hará como lo hace Jehová? (Jud. 22, 23).
12-14. a) ¿Cómo reaccionan algunas personas al recibir la disciplina de Jehová? b) ¿Cómo ayudó la Biblia a un hermano a cambiar de actitud, y cuáles fueron los resultados?
12 Por desgracia, algunas personas se sienten tan heridas al recibir la disciplina de Jehová que se alejan de él y de la congregación (Heb. 3:12, 13). ¿Se puede ayudar a estas personas? Para responder esta pregunta, veamos ahora el ejemplo de Graham. Él fue expulsado, con el tiempo fue readmitido y más tarde se hizo inactivo. Unos años después, le dijo a un anciano que se había hecho su amigo que quería estudiar la Biblia con él.
13 El anciano recuerda: “El problema de Graham era el orgullo. Criticaba a los ancianos que habían decidido que debía ser expulsado. Así que dedicamos algunas sesiones de estudio a analizar lo que la Biblia dice del orgullo y sus efectos. Graham comenzó a verse a sí mismo con claridad en el espejo de las Escrituras, y no le gustó lo que vio. El resultado fue sorprendente. Reconoció que el orgullo era como una “viga” que lo había cegado y que su actitud crítica era el verdadero problema. Entonces comenzó a mejorar rápidamente. Empezó a asistir a las reuniones de forma regular, a estudiar la Biblia con interés y a orar todos los días. También se hizo cargo de sus responsabilidades espirituales como cabeza de familia, lo que hizo muy felices a su esposa y a sus hijas” (Luc. 6:41, 42; Sant. 1:23-25).
14 El anciano sigue diciendo: “Un día, Graham me dijo algo que me conmovió: ‘Hace muchos años que conozco la verdad y hasta he sido precursor. Pero esta es la primera vez que puedo decir de verdad que amo a Jehová’. En poco tiempo, le pidieron que ayudara con los micrófonos en las reuniones, y él valoró mucho este privilegio. Su ejemplo me enseñó que, cuando una persona se humilla ante Jehová y acepta su disciplina, recibe muchas bendiciones”.
IMITEMOS A JEHOVÁ Y A JESÚS AL DAR DISCIPLINA
15. ¿Qué debemos hacer para que los demás acepten nuestra disciplina?
15 Para ser buenos maestros, primero debemos dejarnos enseñar (1 Tim. 4:15, 16). De forma parecida, si Jehová lo usa a usted para disciplinar a otras personas, debe ser humilde y dejar que Jehová lo guíe. Si los demás ven que usted es humilde, lo respetarán y les será más fácil aceptar que los aconseje. Veamos el ejemplo que nos puso Jesús.
16. ¿Qué podemos aprender de la forma en que Jesús enseñaba y disciplinaba?
16 Jesús obedeció a su Padre en todo, incluso cuando fue muy difícil (Mat. 26:39). Y siempre reconoció que su sabiduría y enseñanzas venían de Dios (Juan 5:19, 30). Como era humilde y obediente, fue un maestro amable y compasivo, y las personas sinceras se sentían atraídas a él (lea Mateo 11:29). Sus palabras consolaban a los que estaban desanimados y se sentían débiles como una caña quebrada o la mecha de una lámpara de aceite a punto de apagarse (Mat. 12:20). Incluso cuando sus apóstoles demostraron una actitud egoísta y ambiciosa, Jesús no perdió la paciencia. Más bien, los corrigió con amor (Mar. 9:33-37; Luc. 22:24-27).
17. ¿Qué deben hacer los ancianos para cuidar bien de la congregación?
17 Los ancianos deben imitar a Jesús al dar disciplina basada en la Biblia. De este modo, muestran que desean que Jehová y Jesús los guíen. El apóstol Pedro escribió: “Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con empeño; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño” (1 Ped. 5:2-4). Sin duda, cuando los ancianos se someten de buena gana a Jehová y a Cristo, que es cabeza de la congregación, se benefician ellos mismos y también quienes están bajo su cuidado (Is. 32:1, 2, 17, 18).
18. a) ¿Qué mandato da Jehová a los padres? b) ¿Cómo ayuda Jehová a los padres para que cumplan con su responsabilidad?
18 ¿Qué podemos decir de la disciplina en la familia? Jehová manda a los cabezas de familia: “No estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efes. 6:4). Esto es algo muy serio. Proverbios 19:18 muestra que los padres pueden hacerse responsables de la muerte de sus hijos si no los disciplinan. Jehová les pedirá cuentas a esos padres (1 Sam. 3:12-14). Pero Jehová da sabiduría y fuerzas a los padres que le piden ayuda y que dejan que su Palabra y espíritu santo los guíen (lea Santiago 1:5).
APRENDAMOS A VIVIR EN PAZ PARA SIEMPRE
19, 20. a) ¿Qué bendiciones recibimos cuando aceptamos la disciplina de Jehová? b) ¿Qué veremos en el siguiente artículo?
19 Cuando aceptamos la disciplina de Jehová y damos disciplina de la forma en que él y Jesús lo hacen, recibimos muchas bendiciones. Disfrutamos de paz en la familia y en la congregación. Todos nos sentimos amados, valorados y seguros, lo que es un adelanto de las bendiciones que tendremos en el futuro (Sal. 72:7). La disciplina de Jehová nos prepara para vivir para siempre en paz y unidad como una familia bajo su cuidado (lea Isaías 11:9). Si tenemos esto en cuenta, podremos ver la disciplina de Jehová como lo que realmente es: una hermosa prueba de su amor.
20 En el siguiente artículo, aprenderemos más detalles sobre la disciplina en la familia y en la congregación. También veremos cómo podemos disciplinarnos a nosotros mismos y cómo evitar algo que es más doloroso que cualquier disciplina que podamos recibir.
-
-
“Escuchen la disciplina y háganse sabios”La Atalaya (estudio) 2018 | marzo
-
-
“Escuchen la disciplina y háganse sabios”
“Oh hijos, [...] escuchen la disciplina y háganse sabios” (PROV. 8:32, 33).
1. ¿Cómo nos hacemos sabios, y cómo nos ayuda la sabiduría?
LA SABIDURÍA viene de Jehová, y él la comparte con generosidad. Santiago 1:5 dice: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara”. Una manera de hacernos sabios es aceptar la disciplina de Jehová. La sabiduría nos protege de hacer lo que está mal y nos ayuda a fortalecer nuestra amistad con él (Prov. 2:10-12). Como resultado, nos mantenemos en el amor de Dios “con vida eterna en mira” (Jud. 21).
2. ¿Qué nos ayudará a valorar la disciplina de Dios?
2 Debido a nuestra imperfección, nuestra crianza y otros factores, puede que nos cueste aceptar la disciplina o verla como algo bueno. Pero, al ver los buenos resultados que produce en nuestra vida, la valoramos más y nos damos cuenta de que es una prueba del amor de Dios. Proverbios 3:11, 12 nos dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces”. Y añade: “Porque Jehová censura al que ama”. Nunca olvidemos que Jehová quiere lo mejor para nosotros (lea Hebreos 12:5-11). Como Jehová nos conoce muy bien, siempre nos disciplina de la manera correcta. En este artículo, veremos cuatro aspectos de la disciplina: 1) la autodisciplina, 2) la disciplina de los padres, 3) la disciplina en la congregación y 4) algo más doloroso que la disciplina.
TENER AUTODISCIPLINA DEMUESTRA QUE SOMOS SABIOS
3. ¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a tener autodisciplina? Use una comparación.
3 La autodisciplina incluye la capacidad de controlar nuestra conducta y nuestros pensamientos. Pero no nacemos con esa capacidad, así que tenemos que desarrollarla. Podemos comparar este proceso a un niño que está aprendiendo a andar en bicicleta. Al principio, uno de los padres sujeta la bicicleta para que el niño no se caiga. Pero, a medida que el niño aprende a mantener el equilibrio, el padre va soltando la bicicleta por unos segundos. Cuando está seguro de que el niño no se caerá, deja que vaya solo. De manera similar, cuando los padres educan a sus hijos con constancia y paciencia “en la disciplina y regulación mental de Jehová”, los ayudan a hacerse sabios y a tener autodisciplina (Efes. 6:4).
4, 5. a) ¿Por qué es la autodisciplina una parte importante de “la nueva personalidad”? b) ¿Por qué no debemos rendirnos cuando cometemos errores?
4 Lo mismo sucede con quienes conocen a Jehová cuando son adultos. Aunque tal vez tengan cierta autodisciplina, no son maduros en sentido espiritual. Pero, cuando empiezan a vestirse de “la nueva personalidad” y se esfuerzan por imitar a Cristo, se hacen cada vez más maduros (Efes. 4:23, 24). La autodisciplina es una parte muy importante de ese proceso porque nos ayuda “a repudiar la impiedad y los deseos mundanos y a vivir con buen juicio y justicia y devoción piadosa en medio de este sistema de cosas actual” (Tito 2:12).
5 Sin embargo, todos somos imperfectos (Ecl. 7:20). Así que cometer un error no significa que nos falte autodisciplina. Proverbios 24:16 dice: “Puede que el justo caiga hasta siete veces, y ciertamente se levantará”. ¿Cómo lo logra? No por su fuerza de voluntad, sino gracias a la ayuda del espíritu de Dios (lea Filipenses 4:13). Un aspecto del fruto de ese espíritu es el autodominio, que está muy relacionado con la autodisciplina.
6. ¿Cómo podemos ser mejores estudiantes de la Palabra de Dios? (Vea las fotos del principio).
6 Para desarrollar la autodisciplina, también debemos orar, estudiar la Biblia y meditar. Pero ¿qué puede hacer usted si se le hace difícil estudiar la Biblia o simplemente no le gusta estudiar? No se desanime. Jehová lo ayudará a tener un intenso deseo de conocer su Palabra si usted se lo permite (1 Ped. 2:2). En primer lugar, pídale que lo ayude a tener autodisciplina para estudiar su Palabra. Después, actúe de acuerdo con lo que le ha pedido. Quizás pueda empezar con sesiones de estudio más cortas. Poco a poco, el estudio le resultará más fácil y agradable, y disfrutará los momentos tranquilos que dedique a meditar en los valiosos pensamientos de Jehová (1 Tim. 4:15).
7. Explique con un ejemplo cómo nos ayuda la autodisciplina a alcanzar metas espirituales.
7 La autodisciplina también nos ayuda a alcanzar metas espirituales. Veamos el ejemplo de un padre de familia que se dio cuenta de que estaba perdiendo el entusiasmo por la predicación. Como estaba preocupado, se puso el objetivo de ser precursor regular. Para lograrlo, empezó a leer artículos sobre el precursorado y oró al respecto. Eso lo animó y fortaleció su amistad con Jehová. También hizo el precursorado auxiliar siempre que pudo. Se concentró en su objetivo y no permitió que nada le impidiera alcanzarlo. ¿Cuál fue el resultado? Con el tiempo se hizo precursor regular.
CRÍEN A SUS HIJOS EN LA DISCIPLINA DE JEHOVÁ
Los niños no nacen sabiendo lo que está bien y lo que está mal. Hay que educar su conciencia. (Vea el párrafo 8).
8-10. a) ¿Qué ayudará a los padres a criar a sus hijos en la disciplina de Jehová? b) ¿Qué pueden aprender los padres del ejemplo de Noé?
8 Los padres cristianos tienen la responsabilidad de criar a sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efes. 6:4). Este es un gran reto, sobre todo en el mundo en que vivimos (2 Tim. 3:1-5). Los niños no nacen sabiendo lo que está bien y lo que está mal, pues todavía no tienen la conciencia educada. Esto se logra con la disciplina (Rom. 2:14, 15). Según un experto bíblico, la palabra griega que se traduce “disciplina” también puede traducirse como “desarrollo infantil” y da la idea de criar al niño para que sea un adulto responsable.
9 Los hijos se sienten a salvo cuando sus padres los disciplinan con amor. Aprenden que la libertad tiene límites y que todo lo que hacen tiene consecuencias. Por eso es muy importante que los padres busquen la guía de Jehová para criar a sus hijos. Recordemos que las ideas sobre la crianza de los hijos cambian con el tiempo y pueden ser diferentes en cada cultura. Pero, cuando los padres escuchan a Dios, no necesitan preguntarse constantemente cómo criar a sus hijos ni tampoco confiar en la sabiduría de este mundo.
10 Analicemos el ejemplo de Noé. Cuando Jehová le mandó construir el arca, Noé no podía confiar en su experiencia, pues nunca había construido una. Así que tenía que confiar en Jehová y hacer “precisamente así”, es decir, todo lo que Jehová le había mandado (Gén. 6:22). ¿Cuál fue el resultado? Gracias al arca, Noé y su familia se salvaron. Además, confiar en la guía de Jehová lo ayudó a ser un buen padre. Educó bien a sus hijos y les puso un buen ejemplo, algo que no era nada fácil en aquel mundo antes del Diluvio (Gén. 6:5).
11. ¿Qué pueden lograr los padres si escuchan a Jehová al criar a sus hijos?
11 Si usted es padre, ¿cómo puede hacer “precisamente así”? Escuche a Jehová. Deje que lo ayude a criar a sus hijos mediante los consejos de su Palabra y de su organización. Es probable que con el tiempo sus hijos se lo agradezcan. Un hermano reconoció: “Agradezco mucho cómo me criaron mis padres. Se esforzaron al máximo por llegar a mi corazón. Gran parte de mi progreso espiritual se lo debo a ellos”. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los padres, algunos hijos dejan a Jehová. Pero los padres que se han esforzado al máximo para que la verdad llegue al corazón de los hijos pueden tener la conciencia tranquila. Además, pueden tener la esperanza de que algún día su hijo regrese a Jehová.
12, 13. a) ¿Cómo demuestran los padres que obedecen a Dios cuando expulsan a un hijo? b) ¿Cómo se benefició una familia por la obediencia de los padres?
12 Una de las pruebas de obediencia más difíciles para los padres es la expulsión de un hijo. Veamos lo que le pasó a una cristiana cuando su hija fue expulsada y se fue de la casa. La hermana comenta: “Buscaba algo en nuestras publicaciones que me sirviera de justificación para pasar tiempo con mi hija y mi nieta”. Con cariño, su esposo le hizo ver que ya no eran responsables de su hija y que debían ser leales a Jehová y no un obstáculo en su disciplina.
13 Algunos años después, la hija fue readmitida en la congregación. La madre explica: “Ahora me llama o me envía mensajes casi todos los días. Y nos respeta mucho a mi esposo y a mí porque sabe que fuimos obedientes a Dios. Nos llevamos muy bien”. Si usted tiene un hijo expulsado, ¿confiará en Jehová con todo su corazón y no se apoyará en su propio entendimiento? (Prov. 3:5, 6). Recuerde que la disciplina de Jehová nos muestra lo sabio que es él y lo mucho que nos ama. No olvide nunca que Jehová dio a Jesús para salvarnos a todos, incluido a su hijo, y que no desea que nadie sea destruido (lea 2 Pedro 3:9). Así que, padres, sigan confiando en la disciplina y la guía de Jehová, incluso cuando sea doloroso obedecerle. Apoyen la disciplina de Dios, no se opongan a ella.
LA DISCIPLINA EN LA CONGREGACIÓN
14. ¿Cómo nos ayuda la guía que Jehová nos da mediante el “mayordomo fiel”?
14 Jehová ha prometido cuidar, proteger y enseñar a sus siervos, y lo hace de muchas maneras. Por ejemplo, nombró a su Hijo para que cuidara de la congregación. A su vez, Jesús nombró a un “mayordomo fiel” para que diera alimento espiritual en el momento oportuno (Luc. 12:42). Este “mayordomo” nos da guía y disciplina muy valiosas de varias maneras. ¿Ha escuchado usted algún discurso o ha leído algún artículo de nuestras revistas que lo haya ayudado a cambiar su forma de pensar o actuar? En ese caso, puede estar muy contento, pues eso significa que deja que Jehová lo discipline (Prov. 2:1-5).
15, 16. a) ¿Qué debemos hacer para beneficiarnos de la labor de los ancianos? b) ¿Qué podemos hacer para que los ancianos disfruten de su trabajo?
15 Cristo también ha nombrado a los ancianos para que cuiden de la congregación. La Biblia dice que son “dádivas” o regalos para nosotros (Efes. 4:8, 11-13). ¿Qué debemos hacer para beneficiarnos de su labor? Imitemos su fe y buen ejemplo, y obedezcamos sus consejos basados en la Biblia (lea Hebreos 13:7, 17). Recordemos que los ancianos nos quieren y desean que tengamos una fuerte amistad con Jehová. Por ejemplo, si se dan cuenta de que faltamos a las reuniones o que estamos perdiendo el entusiasmo, nos ofrecerán ayuda de inmediato. Nos escucharán con atención, nos animarán y nos darán buenos consejos basados en la Biblia. ¿Ve usted a los ancianos como una muestra del amor que Jehová le tiene?
16 No siempre es fácil para los ancianos darnos consejo. Por ejemplo, pensemos en lo difícil que debió ser para el profeta Natán hablar con David después de que este trató de ocultar un pecado grave (2 Sam. 12:1-14). De manera parecida, el apóstol Pablo también tuvo que armarse de valor para corregir al apóstol Pedro por mostrar favoritismo a los cristianos de origen judío (Gál. 2:11-14). Entonces, ¿cómo puede usted facilitar la labor de los ancianos de su congregación? Sea humilde, esté dispuesto a escuchar y sea agradecido. Vea la ayuda que ellos le ofrecen como una muestra del amor de Dios. De este modo, usted se beneficiará y los ancianos disfrutarán de su trabajo.
17. ¿Cómo ayudaron los ancianos a una hermana?
17 Una hermana comenta que, por culpa de cosas que vivió en el pasado, se le hacía difícil amar a Jehová, y estaba muy deprimida. Ella explica: “Sabía que tenía que hablar con los ancianos. No me regañaron ni me criticaron. Al contrario, me animaron y fortalecieron. Después de cada reunión, sin importar lo ocupados que estuvieran, al menos uno de ellos me preguntaba cómo estaba. Debido a mi pasado, me resultaba difícil creer que mereciera el amor de Dios. Pero, vez tras vez, Jehová ha usado a la congregación y a los ancianos para demostrarme su amor. Le ruego a Jehová que me ayude a no abandonarlo nunca”.
ALGO MÁS DOLOROSO QUE LA DISCIPLINA
18, 19. ¿Qué es más doloroso que la disciplina? Dé un ejemplo.
18 Es cierto que la disciplina puede ser dolorosa, pero rechazarla puede ser aún más doloroso (Heb. 12:11). Veamos dos ejemplos: el de Caín y el del rey Sedequías. Cuando Dios vio que Caín sentía odio por su hermano y quería matarlo, le dijo: “¿Por qué estás enardecido de cólera, y por qué se te ha decaído el semblante? Si te diriges a hacer lo bueno, ¿no habrá ensalzamiento? Pero si no te diriges a hacer lo bueno, hay pecado agazapado a la entrada, y su deseo vehemente es por ti; y tú, por tu parte, ¿lograrás el dominio sobre él?” (Gén. 4:6, 7). Por desgracia, Caín no hizo caso a Jehová. Mató a su hermano y tuvo que sufrir las terribles consecuencias por el resto de su vida (Gén. 4:11, 12). Si Caín hubiera aceptado la corrección de Jehová, se habría evitado mucho dolor.
19 Sedequías fue un rey malo y cobarde. Reinó durante una época muy difícil en Jerusalén. El profeta Jeremías advirtió varias veces a Sedequías que dejara de hacer cosas malas, pero el rey rechazó la disciplina y tuvo que sufrir terribles consecuencias (Jer. 52:8-11). Como vemos, Jehová quiere evitarnos ese sufrimiento innecesario (lea Isaías 48:17, 18).
20. ¿Qué les ocurrirá a quienes desprecian la disciplina de Dios y a quienes la aceptan?
20 Hoy día, muchas personas desprecian la disciplina de Dios. Pero, muy pronto, quienes tienen esta actitud sufrirán dolorosas consecuencias (Prov. 1:24-31). Así que escuchemos la disciplina y hagámonos sabios. Proverbios 4:13 nos dice lo que debemos hacer con la disciplina: “No la sueltes. Salvaguárdala, pues ella misma es tu vida”.
-