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Cómo vencer la depresiónLa Atalaya 1990 | 1 de marzo
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Los sentimientos de inutilidad contribuyen mucho a la depresión. Debido quizás a experiencias desagradables de su niñez, algunos cristianos tienen poco amor propio. Pero las cicatrices emocionales que haya dejado el abuso físico, emocional o sexual del pasado no rebajan el mérito de la persona.
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Cómo vencer la depresiónLa Atalaya 1990 | 1 de marzo
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Además, ¡qué honor ser “colaboradores de Dios” al participar en la obra cristiana de hacer discípulos! (1 Corintios 3:9; Mateo 28:19, 20.) Muchos cristianos afligidos por la depresión han descubierto que esta obra edifica la estimación propia. Marie admitió: “Aun después de hacerme cristiana me parecía que no estaba muy capacitada”. Con todo, persistió en predicar, y cierto día habló con una joven que, aunque había sufrido daño cerebral, quería conocer la Biblia. “Necesitaba a alguien que fuera paciente con ella, pues no aprendía con rapidez —dijo Marie—. Porque requería tanta atención, me olvidé de mí misma y de mis limitaciones. Ella me necesitaba, y comprendí que con la fortaleza que Jehová me daría podría ayudarla. ¡No puedo describir cuánto me animó verla bautizarse! Mi amor propio aumentó, y mi grave depresión desapareció para siempre.” ¡Cuán cierto es que “el que liberalmente riega a otros, él mismo también será liberalmente regado”! (Proverbios 11:25.)
No obstante, muchos deprimidos responden como cierta cristiana muy deprimida que confesó: “Aunque me esmero en limpiar, cocinar y ser hospitalaria, entonces empiezo a criticarme a mí misma por cualquier cosa, por pequeña que sea”. Esa crítica irrazonable socava muchísimo el amor propio.
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Cómo vencer la depresiónLa Atalaya 1990 | 1 de marzo
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Sin embargo, ¿qué pasará si usted comete un error grave? Quizás se sienta como el rey David, quien, por sus faltas o su pecado, ‘anduvo triste todo el día’.
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