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  • África del Sur muchas razas, muchos conflictos, pero algunos hallan paz
    ¡Despertad! 1986 | 22 de enero
    • Lamentablemente esta mezcla de razas ha sido causa de muchos problemas. “África del Sur —escribió Sir Laurens van der Post— tiene tensiones humanas más diversificadas que cualquier otro país del mundo: hay tensiones entre blancos y asiáticos, negros y asiáticos, blancos y mestizos del Cabo, afrikandersa y británicos, y entre ambos, afrikanders y británicos, y negros.”

      ¿Quién estuvo en esa tierra primero? Sorprendentemente, ¡ninguno de los pueblos mencionados arriba! “Es innegable que de las tribus actuales, los bosquimanos son los ‘habitantes más antiguos’ y que los demás son inmigrantes, los negros desde el norte y los blancos desde el sur”, escribió el Dr. Tyrrell en su libro Tribal Peoples of Southern Africa. Los bosquimanos son una raza en peligro de extinción, de piel amarillenta y de tamaño similar a los pigmeos de África central. Están entre los últimos pueblos de la Tierra que viven exclusivamente de la caza y de alimento silvestre.

      Otra tribu muy parecida a la de los bosquimanos era la de los hotentotes, posiblemente una mezcla de bosquimanos y negros. También se dedicaban a la caza, pero, a diferencia de los bosquimanos, criaban su propio ganado. Como habitaban las regiones de la costa sur, los hotentotes fueron los primeros que tuvieron contacto con el hombre blanco, afincado en el extremo meridional de África desde el año 1652.

      Desde el cuarto siglo de la era común las tribus africanas negras empezaron a penetrar en África meridional. Con el tiempo la población negra alcanzó el orden de millones, con cientos de tribus, cada una con su propio jefe. Ciertas tribus que hablaban el mismo lenguaje formaron grupos nacionales mayores como los zulú, xhosa, sotho, tsuana, pedi, vendal y tsonga.

      La ofensiva por la tierra

      El estilo de vida de los bosquimanos no era compatible con el de los hotentotes y las tribus africanas. La guerra por la tierra se intensificó con la llegada de los europeos, quienes necesitaban granjas extensas para sus ganados. Aunque eran increíblemente valerosos, los pequeños cazadores se vieron obligados a retirarse, sucumbiendo por último a las sofisticadas armas del hombre blanco. Algunos fueron absorbidos por otras naciones como los sotho y otros sobrevivieron en el inhóspito desierto del Kalahari.

      Después de los primeros enfrentamientos, los hotentotes estuvieron más dispuestos a rendirse y servir a los colonos blancos. Con el tiempo formaron parte de la comunidad mestiza del Cabo, un pueblo sociable y amigable de raza mixta —descendientes en parte de europeos— y cuya piel varía de blanca a muy morena.

      La eliminación de los bosquimanos y la subyugación de los hotentotes no trajo la paz a África del Sur. Como explica el libro Gold and Workers: “Allí empezó una enconada lucha por la tierra, primero en el Cabo oriental entre los xhosa y los holandeses y luego los británicos, más tarde en Natal entre los zulúes, los holandeses y los británicos [...] El punto de viraje llegó cuando los británicos enviaron grandes ejércitos a África del Sur. Ellos decidieron el resultado. Con sus caballos, armas modernas y cañones, pudieron aplastar con el tiempo a los xhosa en el Cabo oriental y a los zulúes en Natal”.

      Veinte años más tarde, en 1899, empezó la guerra anglo-bóer, que duró casi cuatro años. Fue un conflicto entre blancos de descendencia inglesa y holandesa, en el que perdieron la vida más de 40.000 personas. Imagínese el espectáculo que presenciaron los negros. Aquí estaban los “cristianos”, quienes les habían traído la Biblia, matándose atrozmente unos a otros.

      Negros y asiáticos

      ¿Cuál es la situación de los negros, los cuales componen la mayor parte de la población sudafricana? ¿Están unidos? A principios del siglo XIX, Shaka, un poderoso guerrero zulú, conquistó varias tribus vecinas. Sus conquistas causaron una reacción en cadena de guerras intertribuales que resultaron en la pérdida de millones de vidas.

      Durante el siglo pasado, con el descubrimiento de prósperas minas de oro y el adelanto de la industria, los negros que vivían en tribus se fueron trasladando a las ciudades pobladas por blancos en busca de empleo. Una tercera parte de la población negra, representante de muchos diferentes idiomas, ahora vive en poblados cercanos a comunidades de raza blanca. Un ejemplo es Soweto, de aproximadamente un millón de habitantes negros, situado a las afueras de la mayor ciudad sudafricana, Johannesburgo. Los negros que viven en estos poblados han adoptado muchas de las costumbres europeas, aunque todavía retienen antiguas creencias tribuales.

      Además de la gran variedad de razas se encuentran los más de cien mil mineros negros contratados de países vecinos como Botswana, Lesotho, Suazilandia, Malawi y Mozambique. Estos hombres acuden a África del Sur a fin de ganar dinero para sus familias que dejan en casa. Viven en zonas mineras donde con frecuencia se producen peleas entre las diferentes nacionalidades.

      Finalmente están los más de 500.000 asiáticos de África del Sur. ¿Cómo llegaron a este país? En el siglo XIX, Gran Bretaña controlaba la región costera sudafricana de Natal. Los zulúes aún no habían sido subyugados, y estos no querían trabajar en las plantaciones azucareras de los blancos. De modo que se contrataron trabajadores de la India desde el año 1860 en adelante, y la mayor parte de estos prefirieron quedarse una vez terminados sus contratos. La inmigración desde la India continuó hasta 1911, tiempo en que más de 150.000 hombres, mujeres y niños habían hecho de África del Sur su hogar, añadiendo más variedad racial a la ya existente. Lamentablemente, ni siquiera entre ellos hay unidad, pues algunos son hindúes, otros musulmanes y también hay quienes pertenecen a las diferentes iglesias de la cristiandad. La enemistad entre algunos negros y asiáticos continúa hasta el día de hoy.

      Probablemente el lector ahora pueda entender por qué el autor sudafricano, citado anteriormente, dijo que este país “tiene tensiones humanas más diversificadas que cualquier otro país del mundo”. Recientemente el gobierno blanco tomó algunas medidas con la esperanza de satisfacer a los indios y a los mestizos. Pero muchos blancos se opusieron con firmeza y formaron un nuevo partido político.

  • África del Sur muchas razas, muchos conflictos, pero algunos hallan paz
    ¡Despertad! 1986 | 22 de enero
    • Un sudafricano, Isaac Langa, fue criado en el poblado negro de Alexandra, Johannesburgo. Tenía un fuerte espíritu racista, odiaba a los blancos y consideraba que la nación zulú era superior a los demás negros. Al asistir a unas reuniones que había preparado una organización antigubernamental proscrita, Isaac llegó a estar involucrado en los disturbios sudafricanos de 1976. Él recuerda: “La policía mató a muchos; otros quedaron tullidos para toda la vida. Al ver todo esto, se encendió en mí un espíritu de venganza. Traté de conseguir un rifle automático y matar a tantos como pudiera antes que me mataran a mí. Como no pude conseguir ninguno, decidí seguir el ejemplo de otros que se habían marchado a países vecinos para recibir entrenamiento militar”.

  • África del Sur muchas razas, muchos conflictos, pero algunos hallan paz
    ¡Despertad! 1986 | 22 de enero
    • Otro ejemplo es el de un afrikander a quien se le enseñó desde pequeño a odiar a los negros. De noche, él y otros dos compañeros golpeaban a cualquier negro que encontraran por la calle.

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