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Demostremos lealtad cristiana cuando se expulsa a un parienteMinisterio del Reino 2002 | agosto
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2. Según la Biblia, ¿cómo deben tratar los cristianos a los que han sido expulsados de la congregación?
2 Cómo tratar a los expulsados. La Palabra de Dios manda a los cristianos que no se relacionen con alguien que ha sido expulsado de la congregación al decir: “Cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni siquiera coman con tal hombre. [...] Remuevan al hombre inicuo de entre ustedes” (1 Cor. 5:11, 13). Las palabras de Jesús anotadas en Mateo 18:17 también son aplicables: “[Que el expulsado] sea para ti exactamente como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos”. Quienes oyeron a Jesús sabían muy bien que sus contemporáneos judíos no confraternizaban de modo alguno con los gentiles y evitaban a los recaudadores de impuestos como si fueran marginados. Con estas palabras, Jesús ordenó a sus seguidores que no se relacionaran con los expulsados (véase La Atalaya del 15 de noviembre de 1981, págs. 12-14).
3, 4. ¿Qué tipo de trato se prohíbe tener con personas expulsadas y desasociadas?
3 Eso significa que los cristianos leales no tienen trato espiritual con nadie que ha sido expulsado de la congregación. Pero hay más implicado. La Palabra de Dios dice que ‘ni siquiera comamos con tal hombre’ (1 Cor. 5:11). De modo que también evitamos el trato social con tal persona, lo que descartaría ir con ella a una comida campestre, a una fiesta, a un partido, al centro comercial, al cine o sentarnos a comer con ella, sea en el hogar o en un restaurante.
4 ¿Se puede hablar con un expulsado? Aunque la Biblia no menciona todas las situaciones que pudieran surgir, 2 Juan 10 nos ayuda a comprender cómo ve Jehová el asunto: “Si alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, nunca lo reciban en casa ni le digan un saludo”. La Atalaya del 15 de noviembre de 1981, página 19, comenta: “Decir un sencillo ‘¡Hola!’ a alguien puede ser el primer paso que lleve a una conversación y tal vez hasta a una amistad. ¿Quisiéramos dar ese primer paso respecto a una persona expulsada?”.
5. ¿Qué pierde la persona cuando se le expulsa?
5 El mismo número de La Atalaya, en la página 25, agrega: “La realidad es que cuando un cristiano se entrega al pecado y se le tiene que expulsar, pierde mucho: la posición aprobada que tenía delante de Dios; [...] el grato compañerismo de los hermanos, que incluye mucha de la asociación que tenía con parientes cristianos”.
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Demostremos lealtad cristiana cuando se expulsa a un parienteMinisterio del Reino 2002 | agosto
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12. ¿Cuáles son algunos beneficios de la disposición bíblica de la expulsión?
12 Los beneficios de ser leales a Jehová. Cooperar con la disposición bíblica de la expulsión y evitar a los pecadores impenitentes nos reporta beneficios. Conserva la limpieza de la congregación y nos caracteriza como apoyadores de las elevadas normas morales de la Biblia (1 Ped. 1:14-16). Nos protege de las influencias corruptoras (Gál. 5:7-9). Además, da al pecador la oportunidad de beneficiarse plenamente de la disciplina recibida, la cual puede ayudarle a producir “fruto pacífico, a saber, justicia” (Heb. 12:11).
13. ¿Qué cambio hizo una familia, y cuál fue el resultado?
13 Tras escuchar un discurso en una asamblea de circuito, un cristiano y su hermana se dieron cuenta de que tenían que hacer cambios en la manera de tratar a su madre, quien no vivía con ellos y llevaba seis años expulsada. Tan pronto terminó la asamblea, él la llamó y, luego de confirmarle su amor, le explicó que ya no le hablarían a menos que surgieran asuntos importantes de familia que los obligaran a ponerse en contacto. Poco después, la madre empezó a asistir a las reuniones y con el tiempo fue restablecida. Además, su esposo no creyente comenzó a estudiar la Biblia y se bautizó.
14. ¿Por qué debemos apoyar lealmente la disposición bíblica de la expulsión?
14 Apoyar lealmente la disposición bíblica de la expulsión es una demostración de nuestro amor a Jehová y suministra una respuesta para el que lo desafía con escarnio (Pro. 27:11). A cambio, podemos contar con la bendición divina. El rey David escribió lo siguiente acerca de Jehová: “En cuanto a sus estatutos, no me desviaré de ellos. Con alguien leal tú actuarás en lealtad” (2 Sam. 22:23, 26).
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