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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 2006 | 15 de julio
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La expresión conducta relajada (en griego a·sél·guei·a) denota “desenfreno [...], vida licenciosa, depravación”. El Léxico Griego-Español del Nuevo Testamento, de Alfred E. Tuggy, la define así: “descaro, grosería, desvergüenza, libertinaje, insolencia”. Otro léxico la define como una forma de “conducta que traspasa todos los límites socialmente aceptables”.
Como indican estas definiciones, en la “conducta relajada” se dan dos elementos: 1) la conducta en cuestión constituye una violación grave de las leyes de Dios, y 2) la actitud del pecador es irrespetuosa e insolente.
Por lo tanto, la expresión “conducta relajada” no se refiere a mala conducta de poca importancia, sino a actos que constituyen graves violaciones de las leyes de Dios y que reflejan una actitud descarada o un atrevimiento irreverente, es decir, una actitud que revela falta de respeto o hasta desprecio por las leyes, normas y autoridad. Pablo también relaciona la conducta relajada con el coito ilícito (Romanos 13:13, 14). Puesto que en Gálatas 5:19-21 se incluye la conducta relajada entre algunas de las prácticas pecaminosas que impedirían que se heredara el Reino de Dios, esta es motivo suficiente para que una persona sea censurada y hasta expulsada de la congregación cristiana.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 2006 | 15 de julio
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El término bíblico “conducta relajada” siempre se refiere a un pecado grave, normalmente de índole sexual. Para ver si se trata de conducta relajada, los ancianos deben analizar si hay descaro, desenfreno, grosería y desvergüenza, y si se atentó contra la decencia pública.
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