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Siga buscando el Reino y la justicia de DiosLa Atalaya 1990 | 1 de octubre
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Mientras hablaba de la inquietud por las necesidades físicas, vio ilustraciones en las aves que volaban de un lugar a otro y en los lirios que cubrían las laderas. ¿Siembran y siegan las aves? No. ¿Hilan y tejen los lirios? No. Dios los hizo; él los cuida. Usted, sin embargo, vale más que las aves y los lirios. (Mateo 6:26, 28-30.) Él dio a su Hijo por usted, no por ellos. (Juan 3:16.)
12. a) ¿Significaron las ilustraciones sobre las aves y las flores que los discípulos de Jesús no tendrían que trabajar? b) ¿Qué señalaba Jesús respecto al trabajo y la fe?
12 Aquí Jesús no decía a sus seguidores que no tenían que trabajar para alimentarse y vestirse. (Véanse Eclesiastés 2:24; Efesios 4:28; 2 Tesalonicenses 3:10-12.) En aquella mañana primaveral, las aves estaban ocupadas escarbando por alimento, buscando su pareja, construyendo nidos, protegiendo los huevos, alimentando su cría. Trabajaban, pero sin preocuparse. Las flores también estaban ocupadas echando sus raíces en el terreno en busca de agua y minerales, y desplegando sus hojas en busca de la luz del Sol. Tenían que madurar, florecer y echar sus semillas antes de morir. Trabajaban, pero sin preocuparse. Dios provee para las aves y los lirios. “¿No los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe?” (Mateo 6:30.)
13. a) ¿Por qué fue apropiado que Jesús usara una medida de codo cuando habló respecto a extender la duración de la vida? b) ¿Cómo puede uno prolongar la vida por incontables millones de kilómetros, por decirlo así?
13 Por eso, tenga fe. No se inquiete. La inquietud no cambiará nada. “¿Quién de ustedes, por medio de inquietarse —preguntó Jesús—, puede añadir un codo a la duración de su vida?” (Mateo 6:27.) Pero ¿por qué relaciona Jesús una medida física de distancia —un codo— con una medida de tiempo en la duración de la vida? Quizás porque la Biblia con frecuencia asemeja la duración de la vida humana a un viaje, al usar expresiones como “el camino de los pecadores”, “la senda de los justos”, un ‘camino ancho que conduce a la destrucción’ y un ‘camino estrecho que conduce a la vida’. (Salmo 1:1; Proverbios 4:18; Mateo 7:13, 14.) El inquietarnos por las necesidades diarias no puede alargar nuestra vida ni siquiera una fracción, o, digamos, “un codo”. Pero hay una manera de prolongar la vida por incontables millones de kilómetros, por decirlo así. No por estar inquietos y decir: “¿Qué hemos de comer?” ni “¿Qué hemos de beber?” ni “¿Qué hemos de ponernos?”, sino por tener fe y hacer lo que Jesús nos manda: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas”. (Mateo 6:31-33.)
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Siga buscando el Reino y la justicia de DiosLa Atalaya 1990 | 1 de octubre
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Jehová quiere que usted ponga fe en él, no en posesiones materiales. “Sin fe es imposible serle de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente.” (Hebreos 11:6.) Jesús dijo: “Hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”. (Lucas 12:15.) El tener muchísimo dinero en el banco no hará que los pulmones enfermos sigan funcionando ni que un corazón cansado siga latiendo. “Por esto les digo —sigue diciendo Jesús en su Sermón del Monte—: Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No significa más el alma que el alimento, y el cuerpo que la ropa?” (Mateo 6:25.)
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