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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1987 | 15 de septiembre
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Malaquías profetizó durante un tiempo de decadencia moral nacional. Algunos israelitas no solo estaban aceptando ‘como esposas a las hijas de un dios extranjero’, sino también divorciándose de las esposas judías originales, las ‘esposas de su juventud’, quizás para tomar esposas paganas más jóvenes. Sin embargo, no todos los israelitas hacían esta “cosa detestable”. (Malaquías 2:11, 13, 14; Deuteronomio 7:3, 4.) En lo que manifiestamente fue una referencia a individuos de Israel que rehusaban quebrantar su pacto matrimonial con una compañera de adoración de Jehová, Malaquías escribe: “Y hubo uno que no lo hizo, porque tenía lo que quedaba del espíritu”.
El “espíritu” es el espíritu santo de Dios, que él había derramado sobre la nación. Sin embargo, los israelitas desobedientes le presentaban resistencia a aquel espíritu, y por lo tanto lo afligían. (Isaías 63:10; Hechos 7:51-53; compárese con Efesios 4:30.) Algunos judíos eran leales a las leyes de Dios, y por su obediencia habían retenido “lo que quedaba del espíritu”. Estos adoradores fieles no buscaban su propio placer egoísta.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1987 | 15 de septiembre
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Hoy los cristianos dedicados tienen que ejercer la misma diligencia con relación a su espíritu, o actitud dominante. Si están casados, es necesario que eviten divorciarse traicioneramente de sus cónyuges.
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