-
DescubrimientoAnuario de los testigos de Jehová 2015
-
-
El descubrimiento
Lennart y Virginia Johnson llegaron a Ciudad Trujillo (ahora Santo Domingo), capital de la República Dominicana, el domingo 1 de abril de 1945. Eran graduados de Galaad y los primeros testigos de Jehová en este país sacudido por numerosos conflictos a lo largo de la historia.a El Yearbook (Anuario) de 1946 informó: “Es territorio virgen, y los graduados de Galaad han tenido que empezar de cero”. Imagínese: no había sucursal ni Salones del Reino ni congregaciones. Los misioneros no conocían a nadie, hablaban muy poco español y no tenían casa ni muebles. ¿Por dónde podían empezar?
“Nos quedamos en el Hotel Victoria por cinco dólares al día en habitación doble, con comidas incluidas —contó Lennart—. Esa misma tarde comenzamos a dar las primeras clases bíblicas. Ocurrió así: dos mujeres dominicanas con quienes habíamos estudiado la Biblia en Brooklyn nos habían dado los nombres de familiares y conocidos, uno de los cuales era el doctor Green. Cuando fuimos a verlo, conocimos también a su vecino, Moses Rollins. Luego de explicarles cómo habíamos obtenido sus datos, escucharon con atención lo que les dijimos sobre el Reino y aceptaron un curso bíblico. Poco tiempo después, Moses llegó a ser el primer publicador del Reino del país.”
A principios de junio de 1945 llegaron cuatro misioneros más, y en poco tiempo distribuyeron una gran cantidad de publicaciones y comenzaron muchos cursos bíblicos. Apenas cuatro meses después vieron que necesitaban un lugar donde reunirse, así que redistribuyeron la sala y el comedor de la casa misional para que sirviera de Salón del Reino. A aquellas primeras reuniones llegaron a asistir hasta 40 personas.
Una de las primeras personas que aceptó la verdad fue Pablo Bruzaud, a quien todo el mundo llamaba Palé. Tenía una línea de autobuses que cubría la ruta entre Santiago y Ciudad Trujillo, así que viajaba con frecuencia a la capital. Un día en que se encontraba en Ciudad Trujillo habló con dos misioneras. Además de quedarse con el libro “La verdad os hará libres”, comenzó a estudiar la Biblia con ellas todos los días. Poco tiempo después, Palé ya predicaba con los misioneros y les brindaba transporte. Más adelante conoció a Lennart Johnson. Juntos viajaron de Ciudad Trujillo a Santiago y cruzaron las montañas hasta llegar al pueblo costero de Puerto Plata. La razón de su viaje era visitar a un grupo de personas interesadas en el mensaje que habían escrito a la central mundial de Brooklyn (Nueva York) porque querían más información.
Los hermanos Knorr y Franz visitan el país
Nathan Knorr y Frederick Franz, de la central mundial, visitaron la República Dominicana en marzo de 1946. Su llegada creó gran expectación y, aparte de los hermanos, 75 personas más asistieron al discurso que pronunció el hermano Knorr. Durante esa visita, él también hizo planes para abrir una sucursal en la República Dominicana.
El hermano Knorr y el hermano Franz en el primer Salón del Reino del país, en Ciudad Trujillo
Siguieron llegando misioneros, y ya para finales del año de servicio de 1946 había 28 publicadores en el país. Como la predicación estaba en sus comienzos, los misioneros pasaban muchas noches haciendo mapas detallados del territorio para asegurarse de que la predicación se efectuara de forma organizada y exhaustiva.
El número de publicadores aumenta
Para 1947 había unos sesenta publicadores del Reino. Ese mismo año llegaron algunos misioneros que habían estado sirviendo en Cuba, entre ellos Roy y Juanita Brandt. Al hermano Brandt se le nombró siervo de sucursal, labor que desempeñó durante diez años.
Cuando concluyó el año de servicio de 1948 había unos ciento diez publicadores que colaboraban en la predicación con los incansables misioneros. Sin embargo, ninguno de aquellos entusiastas hermanos se imaginaba que se acercaban tiempos muy difíciles.
a Ya para 1932 se habían distribuido publicaciones de la Watch Tower en la República Dominicana. Pero no fue hasta 1945, cuando llegaron los hermanos Johnson, que se comenzaron a dar clases bíblicas.
-
-
“Los encontraremos”Anuario de los testigos de Jehová 2015
-
-
“Tarde o temprano los encontraremos”
Pablo González vivía en el valle del Cibao cuando comenzó a leer la Biblia alrededor del año 1935. Entró en contacto con un grupo protestante, pero al poco tiempo lo abandonó al ver que sus miembros no se comportaban según lo que él había leído en la Biblia. Aun así, continuó estudiando la Palabra de Dios por su cuenta y comenzó a hablar con otras personas sobre lo que aprendía, primero con sus familiares y vecinos, y luego con habitantes de pueblos cercanos. Vendió su finca y su ganado, y usó ese dinero para pagarse sus viajes de predicación.
Para 1942, Pablo visitaba al menos a doscientas familias de las zonas de alrededor y celebraba reuniones, aunque todavía no conocía a ningún testigo de Jehová. Animaba a la gente a estudiar la Biblia y a ponerla en práctica. Muchos tomaron en serio lo que decía, dejaron el vicio del tabaco y abandonaron la poligamia.
Entre las personas que escucharon el mensaje bíblico que enseñaba Pablo estaba Celeste Rosario. Ella relató: “Yo tenía 17 años cuando Negro Jiménez, el primo de mi madre, vino a casa y nos leyó unos versículos de la Biblia. Él pertenecía a uno de los grupos que dirigía Pablo González. Aquella visita me bastó para abandonar el catolicismo, porque lo que nos leían en la iglesia era en latín, y no entendíamos nada. Poco después, Pablo González también nos visitó para darnos ánimo. Recuerdo que dijo: ‘No pertenecemos a ninguna de las religiones conocidas, pero tenemos hermanos por todo el mundo. Todavía no sabemos quiénes son ni cómo se llaman, pero tarde o temprano los encontraremos’”.
Pablo había formado grupos de estudiantes de la Biblia en las localidades de Los Cacaos Salcedo, Monte Adentro, Salcedo y Villa Tenares. En 1948 hizo una parada en Santiago para hacer un transbordo de autobús, y unos Testigos que predicaban en la calle le dieron un ejemplar de La Atalaya. En otra ocasión, una hermana le entregó dos libros y lo invitó a asistir en Santiago a la Conmemoración de la muerte de Cristo. Pablo fue, quedó muy impresionado con lo que escuchó y llegó a la conclusión de que al fin había encontrado la verdad. Entendió que los presentes en esa reunión eran aquellos que él tanto anhelaba conocer.
Los misioneros visitaron a los grupos que estudiaban con Pablo. En uno se encontraron con 27 personas adultas que los estaban esperando y que se alegraron de verlos. Algunas habían caminado 25 kilómetros (15 millas) y otras habían recorrido 50 kilómetros (30 millas) a caballo. En el siguiente lugar de reunión asistieron 78 personas, y en otro, 69.
Pablo les dio a los misioneros una lista con los nombres de unas ciento cincuenta personas interesadas en el mensaje. Eran gente humilde y de inclinación espiritual que ya estaban estudiando la Biblia y poniendo en práctica sus consejos. Tan solo les hacía falta organizarse y que alguien los guiara. Celeste recordó: “Los misioneros nos visitaron, y celebramos una reunión. Se hicieron planes para efectuar un bautismo. Yo fui la primera en bautizarme de mi familia. Tiempo después lo hicieron mi madre, Fidelia Jiménez, y mi hermana, Carmen”.
La primera asamblea de circuito de la República Dominicana se celebró en Santiago del 23 al 25 de septiembre de 1949, y dio un nuevo empuje a la predicación. Asistió un buen número de personas a quienes les llamaba la atención nuestro mensaje; 260 escucharon el discurso público el domingo, y 28 se bautizaron. Esta asamblea convenció a muchos de que habían hallado la organización que Dios usa para llevar a cabo su voluntad.
-