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Se necesitan más predicadoresAnuario de los testigos de Jehová 2015
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Jennifer Joy ha servido en el país por más de veinte años y ha ayudado en el campo de lenguaje de señas
Jennifer Joy es una de las muchas hermanas solteras que se han mudado para predicar. En 1992 vino a visitar a su tía Edith White, una misionera muy experimentada, y vio de primera mano los buenos resultados que daba la predicación. También conoció a otras hermanas solteras que habían venido del extranjero para colaborar. Jennifer recuerda: “Era tímida y me faltaba confianza en mí misma. Pero pensé: ‘Si ellas han podido hacerlo, ¿por qué no lo intento?’”.
La idea original de Jennifer era quedarse solo un año, pero el tiempo fue pasando y ya lleva más de veinte años en la República Dominicana. Ha tenido la satisfacción de ver a muchos de sus estudiantes convertirse en siervos de Jehová. Jennifer ha ayudado, además, a desarrollar el campo de lenguaje de señas y a preparar los cursos para aprender el idioma que se llevan a cabo en el país.
“Jehová siempre me ha cuidado, así que no tengo razón para dudar de que lo haga el próximo año”
¿Qué hace Jennifer para mantenerse en sentido económico? Ella cuenta: “Vuelvo a Canadá todos los años para trabajar unos meses. A lo largo de todo este tiempo he realizado trabajos muy diversos: he hecho proyectos de fotografía, he pintado casas, limpiado oficinas, fabricado faros de luz y alfombras. También he trabajado como guía de turismo, agente de viajes, maestra de inglés e intérprete”. Jennifer dice que su situación le recuerda a la de los israelitas en el desierto. ¿En qué sentido? Ella explica: “Ellos vivían de toda expresión que salía de la boca de Jehová. Él les dijo que cuidaría de ellos y cumplió con su palabra. Cada día recibieron comida, y su ropa y sus sandalias no se gastaron (Deut. 8:3-4). Jehová promete que va a cuidar de nosotros también (Mat. 6:33). Y Jehová siempre me ha cuidado, así que no tengo razón para dudar de que lo haga el próximo año”.
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