BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g94 22/6 págs. 12-14
  • ¿Realmente hace daño inhalar pegamento?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Realmente hace daño inhalar pegamento?
  • ¡Despertad! 1994
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Muerte repentina
  • Contaminación del cuerpo y otros peligros
  • No lo pruebes
  • La delgada línea entre el uso y el abuso
    ¡Despertad! 2009
  • ¿Qué quieres tú de la vida?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1970
  • La juventud y la drogadicción
    ¡Despertad! 2003
  • Observando el mundo
    ¡Despertad! 1989
Ver más
¡Despertad! 1994
g94 22/6 págs. 12-14

Los jóvenes preguntan...

¿Realmente hace daño inhalar pegamento?

“ES FANTÁSTICO, igual que ver dibujos animados”, dice Sveta, una joven moscovita de 13 años.a Pero no está entusiasmada con la última película o vídeo que ha visto. Cuenta su experiencia bajo el efecto de un tipo de drogadicción muy popular entre miles de jóvenes de todo el mundo: inhalar pegamento.

No obstante, el pegamento es solo una de las muchas sustancias que algunos jóvenes inhalan. En Gran Bretaña, por ejemplo, según la revista Young People Now, también se utilizan ambientadores, líquido de mecheros y “de veinte a treinta diferentes productos caseros de uso frecuente”, entre los que se incluyen “analgésicos en pulverizador, abrillantador de muebles y componentes para la reparación de pinchazos”. Algunos jóvenes llegan al extremo de inhalar los vapores de algunos extintores. Por consiguiente, es más exacto llamar a este hábito nocivo, aunque popular, “adicción a los disolventes” o “adicción a sustancias volátiles”, como hacen algunos especialistas.

Sea que inhalen pegamento o abrillantador de muebles, todas estas personas buscan los mismos efectos. Según cierta fuente, quieren “conseguir un ‘estado de euforia’ semejante a la embriaguez que produce el alcohol”. Los disolventes son más baratos y asequibles que las drogas duras, como la cocaína. La revista británica New Scientist informó: “Los disolventes son una vez más la droga del pobre, del joven y del marginado; de los niños sin hogar de Guatemala y de los habitantes de las reservas de Norteamérica, así como de los jóvenes de los albergues y refugios de Gran Bretaña”. Algunas autoridades británicas creen que uno de cada diez adolescentes de este país ha inhalado disolventes. Y los efectos son desde luego perjudiciales.

El folleto Drug Misuse explica que “los vapores de los disolventes se absorben por medio de los pulmones y llegan enseguida al cerebro”. Los disolventes afectan al sistema nervioso central y, al igual que el alcohol, producen un estado temporal de euforia. En algunas personas pueden llegar a provocar cierta clase de alucinaciones, y no todas tan agradables como las descritas por Sveta. “Vi muchas ratas —dice un joven llamado David, que inhaló pegamento a los 14 años—. Había miles; de las grandes salían otras más pequeñas. Pensaba que se estaban comiendo a mi amigo.” Un joven japonés de nombre Kazuhiko, que comenzó a inhalar pegamento a los 17 años, recuerda: “Vi que se abría la tierra y unas bestias me atacaban”.

Entonces, ¿qué lleva a tantos jóvenes a inhalar disolventes? Lee, que se inició en esta práctica cuando tenía 13 años, afirma: “Principalmente se hace para intentar escapar de la realidad”. Así es, para algunos jóvenes drogarse con disolventes es una manera de olvidar los problemas. A otros les atrae la diversión; piensan que experimentar una alucinación horrible es como ver una película de terror. “Otras razones —asegura el Ministerio de Salud irlandés— son la curiosidad, la presión de otros jóvenes, el deseo de ganar cierto prestigio o de compensar la falta de autoestima y los sentimientos de inutilidad.”

Muerte repentina

Sin importar la razón que les motive a hacerlo, inhalar disolventes es una práctica mortal. Causó 149 muertes en Gran Bretaña en 1990, y en algunas ocasiones la muerte se produce en cuestión de minutos. Esta recibe el nombre de “muerte repentina por inhalación”. Rachel, por ejemplo, solía verter en su manga un poco de líquido corrector para la máquina de escribir y lo mezclaba con alcohol para inhalarlo posteriormente. Cierto día aspiró esta sustancia mientras viajaba en un autobús. Al bajar, se desplomó. Se levantó por un instante y volvió a caer, muerta. Tenía 15 años.

Algo especialmente preocupante es el hecho de que los disolventes pueden matar la primera vez que se utilizan. Una organización filantrópica inglesa llamada Re-Solv, creada para combatir la afición a los disolventes, informa que “el 18% de las personas muertas por inhalación de disolventes entre 1971 y 1989 los inhalaban por primera vez”. El más joven tenía solo 9 años. Al igual que el consumo excesivo de alcohol, la adicción a los disolventes muerde “justamente como una serpiente, y segrega veneno justamente como una víbora”. (Proverbios 23:32.)

Las personas que inhalan disolventes también pueden morir como consecuencia de los accidentes que ocurren mientras se encuentran bajo sus efectos. Algunos se han caído de un edificio o se han ahogado. Otros han quedado inconscientes y se han ahogado en su propio vómito. Algunos han muerto por culpa de las bolsas de plástico que se ponen en la cabeza para inhalar las sustancias; se encuentran tan drogados que no son capaces de quitarse la bolsa y se asfixian dentro. Aun otros se han quemado vivos al encenderse los disolventes que inhalaban.

Contaminación del cuerpo y otros peligros

Aunque no en todos los casos las consecuencias son tan terribles, un especialista escribe: “La persona que inhala disolventes habitualmente sabe que está ‘contaminando’ su cuerpo y experimenta dolor en el pecho, trastornos en el equilibrio, dolor de cabeza, pérdida de la memoria y muchos otros síntomas que rara vez están dispuestos a admitir”. Lee (citado anteriormente) recuerda: “Tuve el peor dolor de cabeza de mi vida”. La organización Re-Solv asegura que inhalar disolventes también puede perjudicar los riñones y el hígado, causar trastornos mentales y depresión.

Existen asimismo peligros morales. Algunos se convierten en ladrones para mantener su vicio. Considera lo que se informó en el rotativo japonés Daily Yomiuri: “Uno de los tres jóvenes condenados por el asesinato de una adolescente [dijo] que no tuvo ningún sentimiento de culpabilidad al matar a la joven porque en ese momento se hallaba bajo el efecto de los [disolventes]”.

Finalmente, inhalar disolventes puede llevar a la dependencia emocional de los mismos, a la adicción. “Alrededor del 10% de los que inhalan disolventes se convierten en adictos crónicos”, dice el periódico escocés Glasgow Herald. Esta práctica lo único que consigue es impedir el crecimiento emocional y espiritual de la persona. Fíjate en las palabras de la Biblia en 1 Corintios 14:20: “No se hagan niñitos en facultades de entendimiento; más bien, [...] lleguen a estar plenamente desarrollados en facultades de entendimiento”. ¿Cómo es posible alcanzar este desarrollo? La Biblia explica en Hebreos 5:14: “El alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto”. El adicto no puede desarrollar sus facultades perceptivas. En vez de enfrentarse a los problemas, intenta escapar de ellos recurriendo al estupor que producen las drogas. La revista Young People Now asegura que los adictos crónicos están “atrapados en la adolescencia, incapaces de llegar a la edad adulta”.

No lo pruebes

Quizás sepas que algunos de tus compañeros han inhalado disolventes. La curiosidad es algo natural. Sin embargo, la Biblia exhorta: “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. (2 Corintios 7:1.) ¿Para qué experimentar con algo que contamina tu cuerpo o que te hace perder el dominio de la mente, aunque solo sea de modo temporal? El consejo de la Palabra de Dios es que “mantengamos nuestro juicio”. (1 Tesalonicenses 5:6.) Esta frase significa literalmente “que estemos sobrios”. En lugar de contaminar su valiosa facultad mental, un cristiano la salvaguarda con sabiduría. (Proverbios 2:11; 5:2.)

Kazuhiko dice: “Me arrepiento de haber comenzado el hábito”. Lee concuerda y comenta: “Es una locura. Algo extremadamente peligroso”. Ahórrate muchos dolores y preocupaciones. Ni siquiera lo pruebes. Actúa en conformidad con la Biblia: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena”. (Proverbios 22:3.)

No obstante, puede que no sea fácil seguir este consejo. “La presión de otros jóvenes” se considera una de las causas principales que han llevado a muchos a la inhalación de disolventes. “Mi hermano me indujo a aspirar pegamento”, dice un muchacho llamado David. Kazuhiko añade: “Mis amigos me iniciaron en esto”. Sí, tal y como asegura 1 Corintios 15:33, “las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. ¿Por qué dejar que tus compañeros arruinen tu vida? Jehová Dios, nuestro Padre celestial, nos exhorta: “Hijo mío, si los pecadores tratan de seducirte, no consientas”. (Proverbios 1:10.)

Sé prudente y cuéntale a tus padres si otros jóvenes te presionan para que tomes drogas. Ellos te pueden ayudar a fortalecer tu resolución de decir no. Por otra parte, quizás te veas tentado a probar los disolventes al sentirte presionado o abrumado por alguna que otra dificultad. Un alivio mucho mejor para el estrés es que hables de tus preocupaciones con tus padres o con otro adulto maduro que muestre empatía. Necesitas guía, no la evasión que proporcionan las drogas. También puedes beneficiarte de la provisión de la oración, que te ayudará a enfrentarte al problema. “Confía en [Dios] a todo tiempo —dice el salmista—. Delante de él derramen ustedes su corazón.” (Salmo 62:8.)

Aspirar disolventes puede parecer divertido, pero no solucionará tus problemas. De hecho, puede arruinar tu vida. Sé inteligente. Ni siquiera lo pruebes.

[Nota a pie de página]

a Se han cambiado algunos nombres.

[Fotografía en la página 13]

No permitas que la presión de tus compañeros te arrastre a un hábito mortal

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir