BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w96 15/10 págs. 25-29
  • Un ambiente propicio para el crecimiento en Guinea Ecuatorial

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Un ambiente propicio para el crecimiento en Guinea Ecuatorial
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
  • Subtítulos
  • Los comienzos de la siembra
  • “Conciencia de su necesidad espiritual”
  • Se fomenta el crecimiento en las reuniones
  • Se riega pacientemente la semilla
  • Ayudan a la gente a mejorar su vida
  • Esclavos de Dios
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
w96 15/10 págs. 25-29

Un ambiente propicio para el crecimiento en Guinea Ecuatorial

LO PRIMERO que capta la atención del viajero cuando su avión aterriza en el aeropuerto internacional de Guinea Ecuatorial es la exuberancia de la vegetación. La pista está rodeada de majestuosos árboles que confieren a los edificios del aeropuerto una apariencia diminuta. La flora, cuya frondosidad se debe a la abundancia de lluvias y a la temperatura, de unos 30 °C durante todo el año, cubre el país desde la costa hasta la cima de las montañas.

En Guinea Ecuatorial también se observa un lozano crecimiento de otro tipo, “el crecimiento que Dios da”. (Colosenses 2:19.) Al igual que el funcionario etíope a quien Felipe ayudó, en esta nación hay muchas personas que desean entender las Escrituras. (Hechos 8:26-39.) No es raro que por la calle alguien le pida un estudio bíblico a un testigo de Jehová. Los aproximadamente trescientos veinticinco Testigos de Guinea Ecuatorial conducen más de mil estudios bíblicos.

Los comienzos de la siembra

Guinea Ecuatorial, el país más pequeño de África, está situado al sur de Nigeria y Camerún. (Véase el mapa.) Las buenas nuevas llegaron por primera vez a este país gracias a unos Testigos nigerianos que buscaban trabajo en las plantaciones de cacao. Aunque se formaron varias congregaciones de habla inglesa, posteriormente se disolvieron cuando los hermanos tuvieron que regresar a Nigeria. Sin embargo, poco después de concederse la independencia a Guinea Ecuatorial, en 1968, se asignó al país a tres matrimonios de misioneros de la Watchtower. Aunque no pudieron quedarse mucho tiempo debido a los problemas políticos, su predicación tuvo muy buenos resultados.

Santiago, uno de los misioneros, conoció a Buenaventura, un hombre fornido a quien la gente del lugar conocía como “supermán”. Era un hombre religioso que respetaba la Biblia, y con un temperamento muy violento. El menor insulto bastaba para que golpeara a alguien. Cuando se enojaba en la taberna, todo el mundo se marchaba, algunos incluso salían por la ventana para escapar de sus golpes. De hecho, cuando Buenaventura escuchó a Santiago, tenía la intención de darle una paliza si no presentaba prueba bíblica convincente de lo que afirmaba. ‘Nadie va a engañar a “supermán”’, se dijo. Le entusiasmó lo que oyó, especialmente la esperanza de vida eterna en un paraíso en la Tierra, así que accedió a estudiar la Biblia.

Conforme progresaba el estudio, el deseo de Buenaventura de vivir para siempre en el Paraíso se fue intensificando y aprendió que tendría que conformar su vida a las normas de Dios si quería tal galardón. Al comprender que los verdaderos cristianos no deben ‘devolver mal por mal’, comenzó a esforzarse sinceramente por controlar su genio. (Romanos 12:17.)

La verdadera prueba llegó cuando un día volcó por accidente el vaso de un cliente en una taberna. El hombre se enojó y golpeó a Buenaventura. Al instante la gente se dispersó, pues esperaba que estallara un alboroto. Pero Buenaventura dócilmente cubrió el costo del vaso roto, le pagó al hombre otra bebida y pidió disculpas por su torpeza. Cuando los vecinos vieron los cambios que había hecho gracias a su estudio de la Biblia, varios estuvieron dispuestos a estudiar con él. Para cuando Buenaventura se bautizó ya conducía cinco estudios bíblicos. Ha sido anciano por los pasados cinco años, y la gente todavía lo llama “supermán”, aunque en son de broma.

“Conciencia de su necesidad espiritual”

Durante los años setenta los pocos Testigos locales siguieron predicando y reuniéndose como mejor podían. Después llegaron para ayudar varios matrimonios de misioneros procedentes de España. Andrés Botella, que lleva doce años en Guinea Ecuatorial, recuerda que al llegar le impresionó ver que la gente tenía verdadera “conciencia de su necesidad espiritual”. (Mateo 5:3.) “Ha sido un verdadero placer estudiar la Biblia con gente tan apreciativa”, cuenta.

Mary, una hermana española, estudiaba la Biblia con una joven llamada María, quien mencionó que sus padres, Francisco y Fausta, también estaban interesados en estudiar. Puesto que Mary dirigía quince estudios y los padres de María vivían a cierta distancia, pasaron varias semanas antes de que pudiera visitarlos.

Cuando Mary y su esposo, Serafín, lograron visitar a los padres de María, vieron que estos ya habían conseguido una Biblia y el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra.a Como tenían muchas ganas de empezar a estudiar, comenzaron de inmediato. Serafín observó que los padres de María conocían muy bien la información. Lo mismo ocurrió en la siguiente visita, cuando estudiaron el segundo capítulo. “Era casi como estudiar con dos Testigos bautizados”, recuerda Serafín. Puesto que al parecer conocían al dedillo la información, en la tercera visita Serafín propuso abrir una sesión de preguntas y respuestas para determinar cuánto comprendían realmente. Descubrió que Francisco y Fausta habían estudiado todo el libro por su cuenta.

¿Cómo habían influido en ellos los conocimientos que acababan de adquirir? En armonía con lo que habían aprendido, habían dejado de asistir a las reuniones espiritistas y habían cortado toda relación con la Iglesia Católica. Además, Francisco había dejado de fumar, y ya no comían carne que no hubiera sido debidamente desangrada. Puesto que era obvio que habían puesto en práctica todo lo que habían aprendido, se les animó a que comenzaran a compartir su conocimiento con otras personas. De modo que enseguida empezaron a predicar a sus vecinos. Tan solo tres meses después se bautizaron. Francisco es ahora siervo ministerial, y, gracias a su buen ejemplo y a su celo en la predicación, tres de sus hijas son Testigos, dos hijos asisten a las reuniones y otros seis familiares están estudiando.

No mucho después de bautizarse, Francisco conoció a Pablo, un devoto sacristán católico. Pablo solía dar el sermón en la iglesia cuando el sacerdote faltaba. Si enfermaba un feligrés, lo visitaba; si faltaba alguien a la iglesia, iba a su casa para animarlo; y si alguien fallecía, hacía cuanto podía por consolar a la familia. Como es de suponer, todos los feligreses lo apreciaban.

Como Pablo respetaba mucho la Biblia, aceptó gustoso la oferta que le hizo Francisco de estudiar con él. No tardó en ver lo razonable que es el mensaje bíblico, y después de unos cuantos estudios decidió utilizar algunos de los textos que había aprendido en una de sus “visitas de pastoreo” a un feligrés enfermo. Poco después, en uno de sus sermones dominicales, Pablo explicó la importancia de emplear el nombre de Dios, Jehová, y por qué no debemos usar imágenes.

Como él aceptó la verdad tan pronto, esperaba que otros miembros de su Iglesia respondieran del mismo modo. Pero después de tres o cuatro de estos sermones basados en la Biblia, Pablo se dio cuenta de que la gente estaba descontenta con la información, por lo cual decidió abandonar la Iglesia y reunirse regularmente con los testigos de Jehová. Pocos meses después se bautizó, y ahora predica con celo las buenas nuevas. Aunque no puede predicar de tiempo completo, actualmente dirige diez estudios bíblicos.

Se fomenta el crecimiento en las reuniones

Los Testigos de Guinea Ecuatorial toman en serio el mandato bíblico de no abandonar las reuniones. (Hebreos 10:25.) A partir de 1994, cuando el gobierno legalizó de nuevo la obra, los hermanos han tratado de obtener Salones del Reino adecuados. De hecho, la mayor parte de las congregaciones han construido o están construyendo sus propios salones.

En Mongomo, donde los domingos la asistencia a las reuniones suele llegar al 250% de la cantidad de publicadores del Reino, la congregación ha trabajado arduamente para construir un lugar de reunión grande. Debido a que en esta localidad las demás religiones suelen contratar obreros para la construcción de sus iglesias, la actividad de los Testigos no ha pasado inadvertida. Cierto día el pastor de la Iglesia Nueva Apostólica pasó por allí para preguntar a uno de los ancianos cuánto estaba pagando a estos empleados que trabajaban tan duro. El pastor añadió que aun cuando había contratado a algunos albañiles de su propia Iglesia, la obra avanzaba a un ritmo muy lento, y se preguntaba si podría contratar a los obreros que estaban construyendo el Salón del Reino. Cuando se le dijo que los Testigos estaban trabajando sin cobrar, se marchó atónito.

Asistir a las reuniones requiere sacrificios de los que viven lejos del Salón del Reino. Juan, un joven que se bautizó en 1994, afrontó esta situación. Oyó de la verdad en Gabón, donde estudió la mitad del libro Vivir para siempre. Después regresó a su pueblo natal en Guinea Ecuatorial, a unos 100 kilómetros al norte de Mongomo, lo cual supuso un problema para proseguir con su estudio. Pero no se desalentó. Todos los meses hacía un viaje de ocho horas en bicicleta a Mongomo, donde Santiago, uno de los ancianos locales, estudiaba con él. Se quedaba en Mongomo unos cuantos días y estudiaba tres o cuatro veces durante su estancia. De este modo pudo terminar de estudiar y bautizarse.

¿Cómo se mantiene fuerte espiritualmente Juan cuando tiene tan poco compañerismo con otros cristianos? En primer lugar, predicando celosamente las buenas nuevas. Ha predicado a todos los habitantes de su aldea, y para cuando se bautizó conducía trece estudios bíblicos. Seis de sus estudiantes lo acompañaron al día especial de asamblea celebrado en Mongomo para presenciar su bautismo. Ahora dirige regularmente un Estudio de La Atalaya con las personas interesadas de la zona, al que asisten normalmente unas veinte personas.

Se riega pacientemente la semilla

No todo el crecimiento espiritual es rápido. A veces se requiere mucha paciencia hasta que finalmente la semilla fructifica. Así ocurrió en el caso de Paca, quien oyó las buenas nuevas por primera vez en 1984 cuando Edita, una precursora, le dio testimonio en el mercado. Cuando Edita la visitó en su hogar la semana siguiente, Paca aceptó un estudio bíblico. Aunque no estaba progresando mucho, Edita persistió porque percibió que Paca tenía buenas cualidades. “Parecía ser una persona mansa —explica Edita—, y le pedí a Jehová que le abriera el corazón.”

Paca prosiguió el estudio a intervalos durante cuatro años y medio, pero progresaba muy poco. De modo que cuando terminaron el libro Vivir para siempre, Edita habló francamente con Paca sobre la importancia de tomar en serio la verdad. En su empeño por llegarle al corazón, Edita no pudo contener las lágrimas.

“Aquel consejo sincero realmente me conmovió —recuerda Paca—. A partir de entonces empecé a hacer cambios en mi vida. Me matriculé en la Escuela del Ministerio Teocrático, y aquel mismo año me hice publicadora no bautizada. El día en que por fin me bauticé fue el más feliz de mi vida.” El entusiasmo actual de Paca hace difícil creer que anteriormente manifestara apatía. En la actualidad dirige trece estudios bíblicos y, por supuesto, es paciente con los que no avanzan rápidamente.

Ayudan a la gente a mejorar su vida

Puesto que los testigos de Jehová viven de acuerdo con las normas bíblicas, en Guinea Ecuatorial se han ganado la reputación de ser personas honradas y decentes. Un señor, a quien había impresionado la conducta de los Testigos, se acercó a un anciano de la Congregación Bata y le preguntó: “¿Tiene usted un libro Razonamiento?b Ya estoy harto de ser mundano. Quiero hacerme testigo de Jehová”.

Antonio, un siervo ministerial de la Congregación Malabo, es el típico ejemplo de una persona mundana que se hace Testigo. Antes de estudiar la Biblia, llevaba una vida disoluta. Casi todo el dinero que ganaba como relojero lo gastaba en la bebida y en una vida inmoral. ¿Qué le ayudó a cambiar de estilo de vida? Le impactaron las palabras categóricas de 1 Corintios 6:9, 10: “No se extravíen. Ni fornicadores, [...] ni borrachos, [...] heredarán el reino de Dios”. Se dio cuenta de que, para gozar del favor de Dios, debía hacer cambios en su vida. Con ese fin, comenzó a vigilar con quién se relacionaba. (Proverbios 13:20.) Cuando sus anteriores amigos lo invitaban a salir a beber, rechazaba la invitación y les daba testimonio. En poco tiempo dejaron de molestarlo.

¿Valió la pena el esfuerzo? “Estoy muy contento de haber cambiado mi manera de vivir —explica Antonio—. Mi salud ha mejorado mucho, y eso que ya tengo más de 60 años, mientras que mis anteriores amigos o han muerto o su salud es muy mala. Ahora cuento con verdaderos amigos en lugar de aquellos que simplemente quieren un compañero que les pague el siguiente trago. Lo que es más importante, disfruto de una buena relación con Dios. Ahora soy precursor regular y dirijo un estudio bíblico con un señor que también tiene problemas con la bebida, así que puedo valerme de mi experiencia para ayudarlo.”

Esclavos de Dios

Hace unos doscientos años se obligó a muchos habitantes de la costa de Guinea Ecuatorial a emigrar a América como esclavos. Hoy muchos están haciéndose esclavos por propia voluntad: esclavos de Dios. Esta forma de esclavitud les ha proporcionado verdadera libertad, pues los ha librado de doctrinas babilónicas y prácticas espiritistas. También les ha enseñado a vivir una vida gratificante y productiva. Han experimentado la promesa de Jesús: “Conocerán la verdad, y la verdad los libertará”. (Juan 8:32.)

Mil novecientas treinta y siete personas asistieron a la Conmemoración de 1995, casi seis veces la cantidad de publicadores del país, lo cual significa que hay magníficas perspectivas de crecimiento espiritual. Los Testigos de Guinea Ecuatorial están convencidos de que ‘Dios seguirá haciendo crecer’ la semilla de la verdad que plantan y riegan. (1 Corintios 3:6.) No cabe duda de que en Guinea Ecuatorial hay un ambiente propicio para el crecimiento espiritual.

[Notas]

a Editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

b Editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir