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¿Qué hay de malo en beber y conducir?¡Despertad! 1986 | 22 de febrero
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“ESTABA conduciendo hacia mi casa prácticamente inconsciente”, dice Mike recordando aquella noche en que bebió demasiado. “Pero de algún modo llegué a mi casa. Cuando me levanté a la mañana siguiente, me di cuenta que el lado derecho de mi automóvil estaba totalmente abollado, ¡pero no recordaba haber tenido un accidente! Salí a dar una vuelta en el automóvil para ver lo que había sucedido, y entonces me di cuenta. Había chocado contra la gran columna de piedra cercana al cementerio y la pintura de mi automóvil había quedado allí. ¡Tuve que haber chocado contra ella la noche anterior! Eso realmente me asustó.”
Mike salió bien de esta, vivió para contarlo. Desafortunadamente, muchos otros no pueden decir lo mismo. “Conducir en estado de embriaguez es la causa número uno de muertes entre los jóvenes de 16 a 24 años de edad”, dice el Informe de la conferencia nacional sobre los jóvenes, la bebida y la conducción, de 1984. ‘¡A mí no me va a pasar!’, puede que pienses. ¡Pero eso probablemente es lo que han pensado muchas de las víctimas! (Fíjate en el recuadro: “¡Puede pasarte a ti!” en la página 20.)
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¿Qué hay de malo en beber y conducir?¡Despertad! 1986 | 22 de febrero
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‘¿Qué peligro hay si lo que has bebido es solo un par de cervezas?’, algunos pueden preguntar. Esta pregunta pone de relieve una de las razones principales de por qué beben y conducen muchos jóvenes: Ellos (¡y también muchos adultos!) son víctimas de algunos mitos sobre los efectos del alcohol. He aquí algunos ejemplos:
MITO: No hay ningún peligro en conducir si solo se ha bebido un par de cervezas.
HECHO: “El alcohol que hay en dos latas de cerveza de 355 centímetros cúbicos [12 onzas] consumidas en menos de una hora puede reducir el tiempo de reacción del conductor en dos quintas partes de segundo, lo cual resultaría en que un automóvil que viajara a 89 kilómetros [55 millas] por hora recorriera 10,4 metros [34 pies] más, posiblemente la diferencia entre salvar una situación y el accidente”. (Development of a Traffic Safety and Alcohol Program for Senior Adults, por James L. Malfetti, Doctor en Pedagogía, y Darlene J. Winter, Doctora en Filosofía.)
MITO: Tomando un poco de café negro se le pasa a uno antes la embriaguez.
HECHO: El café puede despejar a la persona, pero aún está borracha. El cuerpo elimina el alcohol a un ritmo de oxidación fijo prescindiendo de cuánto café uno tome. Solo el tiempo elimina la embriaguez.
MITO: No hay problema en conducir si uno no se siente borracho.
HECHO: Es peligroso confiar en cómo uno se siente. El alcohol crea una ilusión de bienestar, haciendo pensar al bebedor que tiene todo bajo control cuando en realidad sus habilidades están mermadas.
Para cualquiera es peligroso conducir después de haber bebido, pero aún encierra mayor riesgo para los jóvenes. ¿Por qué?
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¿Qué hay de malo en beber y conducir?¡Despertad! 1986 | 22 de febrero
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Además de no conducir después de haber bebido, hay otras cosas que puedes hacer para protegerte a ti y a otros de los accidentes de tráfico debidos al consumo de alcohol: 1) No vayas en un automóvil cuyo conductor ha bebido. La vida es un don de Dios. (Romanos 6:23.) ¿Por qué poner ese don precioso en las manos de alguien que ha estado bebiendo? 2) No permitas que conduzca ningún amigo tuyo si ha bebido. Puede que de momento no le guste, pero posiblemente llegue a agradecértelo cuando recobre el juicio. (Compara con Salmo 141:5.)
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