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La vida en juego¡Despertad! 1988 | 8 de julio
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No obstante, hay un residente permanente que despierta el interés y la admiración de todos los visitantes del parque: el águila imperial.
El águila imperial
Durante este siglo, el número de águilas imperiales ha descendido de manera alarmante en todos sus reductos. Coleccionistas de huevos robaban despiadadamente los nidos, mientras que otros cazaban a las aves adultas a fin de tener trofeos de museo o por la creencia errónea de que el águila reducía la caza que ambicionaban los cazadores. La raza española, diferente en algunos aspectos del águila imperial oriental, fue diezmada. En los años setenta, en España solamente sobrevivían treinta parejas, y parecía inevitable que otra especie pasase a la lista de aves exterminadas por la insensibilidad del hombre.
Sin embargo, los esfuerzos concienzudos de los naturalistas del parque a favor de esta águila ya han tenido resultados positivos. Actualmente hay unas catorce parejas que anidan en el parque, el número máximo que puede sustentar debido al gran territorio —50 kilómetros cuadrados— que requiere cada pareja. Todos los nidos son controlados meticulosamente. Si hay tres huevos en un nido y en otro solamente uno, se traslada cuidadosamente un huevo a fin de que cada nido contenga dos. Esto se debe a que las águilas imperiales son incapaces de criar con éxito más de dos aguiluchos a la vez.
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La vida en juego¡Despertad! 1988 | 8 de julio
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[Fotografía en la página 18]
El águila imperial protege a su cría del sol ardiente
[Reconocimiento]
J. A. Fernández/INCAFO, S. A.
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