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  • Introducción
    ¡Despertad! 2023 | Núm. 1
    • Introducción

      No hace falta ser científico para darse cuenta del terrible daño que se le está haciendo al planeta. Se ve claramente en el agua dulce, los océanos, los bosques y las selvas, e incluso en el aire que respiramos. ¿Qué será de nuestro planeta? Hay razones para tener esperanza. Descubra cuáles son.

  • Agua dulce
    ¡Despertad! 2023 | Núm. 1
    • Una mujer recoge agua limpia de un arroyo con sus manos.

      ¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO PLANETA?

      AGUA DULCE

      SIN AGUA no habría vida en la Tierra, especialmente sin agua dulce. De hecho, todos los seres vivos estamos compuestos principalmente de agua. Si no fuera por el agua de los lagos, los ríos, los humedales y los acuíferos, los humanos y los animales no tendríamos agua para beber ni se podrían regar los cultivos.

      El agua dulce corre peligro

      Aunque el agua cubre la mayor parte de nuestro planeta, según la Organización Meteorológica Mundial, “solo el 0,5 % de los recursos hídricos del planeta es agua dulce disponible y aprovechable”. Parece muy poca agua, pero es suficiente para sostener la vida. Sin embargo, cada vez el agua está más contaminada y es más difícil conseguirla. Esto se debe al cambio climático y a que estamos gastando más y más agua. Los expertos creen que, en unos 30 años, 5.000 millones de personas no tendrán acceso a agua potable.

      Nuestro planeta: diseñado para preservar la vida

      La Tierra está diseñada para que siempre haya suficiente agua para todos. Además de sus procesos naturales, el suelo, los seres vivos acuáticos y hasta la luz del sol contribuyen a purificar el agua. Veamos algunas pruebas que demuestran que nuestro planeta está diseñado para preservar la vida:

      • Está demostrado que en el suelo ocurren procesos que pueden eliminar del agua muchas sustancias contaminantes. Se ha visto que en los humedales hay plantas que absorben el nitrógeno, el fósforo y los pesticidas.

      • Los científicos han descubierto procesos físicos y biológicos que purifican el agua contaminada por sustancias orgánicas que se producen de forma natural. El agua, al fluir, disuelve estas sustancias contaminantes, y los microorganismos las descomponen.

      • Las almejas y los mejillones de agua dulce pueden extraer del agua sustancias químicas potencialmente dañinas en solo unos días, y tal vez de forma más eficiente que una planta potabilizadora.

      • Nuestro planeta retiene el agua gracias a un proceso constante conocido como ciclo hidrológico o ciclo del agua. Este sistema, junto a otros procesos naturales, impide que el agua se escape de la atmósfera y se pierda.

        ¿LO SABÍA?

        El suelo: un filtro natural

        El suelo tiene la capacidad de filtrar el agua. Ese proceso elimina metales, sustancias químicas tóxicas, residuos orgánicos y otros contaminantes. Cuando el agua llega al acuífero —la capa rocosa inferior que almacena el agua— está tan limpia que incluso se podría beber.

        Dibujo que muestra cómo el suelo filtra el agua contaminada. El agua de lluvia pasa a través del suelo, las rocas y los diminutos granos de arcilla hasta llegar limpia al acuífero.

        El filtro físico

        La arena y la grava atrapan algunas sustancias contaminantes, porque funcionan como un cernedor o tamiz.

        El filtro biológico

        En el suelo hay microorganismos que pueden neutralizar sustancias que son tóxicas para los seres humanos. Incluso hay bacterias que pueden descomponer aceites tóxicos y producir dióxido de carbono y agua.

        El filtro químico

        Los suelos con carga eléctrica, aunque sea muy ligera, pueden atraer y retener sustancias químicas tóxicas con carga eléctrica opuesta. Por ejemplo, las partículas de arcilla con carga negativa pueden eliminar del agua partículas de amonio corrosivo, que tienen carga positiva y son muy tóxicas para la vida acuática.

      Se buscan soluciones

      Serie de imágenes: 1. Un hombre repara una fuga de aceite de su vehículo. Utiliza un recipiente para que el aceite no caiga al suelo. 2. Un hombre lleva tarros de productos tóxicos que ha usado a un centro de reciclaje para que se deshagan de ellos adecuadamente.

      Si reparamos las fugas de aceite y nos deshacemos de los productos tóxicos adecuadamente, ponemos de nuestra parte para mantener limpias las fuentes de agua dulce.

      Los expertos recomiendan no desperdiciar el agua. Además, para evitar que se contamine, nos aconsejan que reparemos cualquier fuga de aceite de nuestros vehículos, que no tiremos medicamentos por el inodoro y que no echemos sustancias tóxicas por los desagües.

      Algunos ingenieros han creado nuevas e impresionantes formas de desalinizar el agua —quitar la sal del agua del mar— con el objetivo de que más personas tengan acceso a agua potable.

      Pero nada de esto es suficiente. La desalinización a gran escala no es una solución realista, pues cuesta mucho dinero y consume muchísima energía. En el 2021, un informe de las Naciones Unidas sobre el uso del agua afirmó: “Hay que duplicar el ritmo actual de progreso en todo el mundo”.

      Hay razones para tener esperanza. ¿Qué dice la Biblia?

      “Dios [...] hace subir las gotas de agua; el vapor se condensa para formar la lluvia; entonces las nubes la derraman precipitándola sobre la humanidad” (Job 36:26-28).

      Dios creó ciclos naturales para proteger el agua del planeta (Eclesiastés 1:7).

      Piense en esto: si el Creador diseñó procesos para purificar el agua, ¿tendrá la capacidad y el deseo de reparar todo el daño que los seres humanos le hemos hecho a este recurso tan valioso? Vea el artículo “Dios promete que nuestro planeta se recuperará” en la página 15 de esta revista.

  • Océanos
    ¡Despertad! 2023 | Núm. 1
    • Una persona buceando rodeada de peces de colores, corales y plantas marinas.

      Georgette Douwma/Stone via Getty Images

      ¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO PLANETA?

      OCÉANOS

      LOS OCÉANOS no solo nos dan gran parte de los alimentos que comemos, sino también muchos de los compuestos que se necesitan para hacer medicamentos. Además, producen más de la mitad del oxígeno del planeta y tienen la capacidad de absorber las emisiones de carbono generadas por el hombre. ¡Y eso no es todo! Los océanos regulan el clima.

      Los océanos corren peligro

      El cambio climático es una amenaza para los arrecifes de coral, los crustáceos y otras formas de vida marina. Al menos el 25 % de los seres marinos conocidos dependen de los arrecifes de coral. Y, según los científicos, casi todos estos arrecifes podrían morir en los próximos 30 años.

      Los expertos calculan que millones de animales marinos mueren cada año por culpa del plástico y que hasta el 90 % de las aves marinas lo han ingerido.

      En el 2022, António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, afirmó: “Hemos dado por sentado el océano, y hoy nos enfrentamos a lo que yo llamaría una ‘emergencia oceánica’”.

      Nuestro planeta: diseñado para preservar la vida

      Los océanos y la vida que hay en ellos están diseñados para mantenerse limpios y saludables, siempre y cuando los seres humanos no los saturemos con residuos contaminantes. El libro Regeneration: Ending the Climate Crisis in One Generation explica que, cuando se protege una parte del mar del daño que producen las industrias, “su capacidad innata de regenerarse puede seguir funcionando indefinidamente”. Veamos algunos ejemplos:

      • El fitoplancton, formado por organismos diminutos, consume y almacena dióxido de carbono, el gas que probablemente contribuye más al calentamiento global. De hecho, tan solo el fitoplancton absorbe casi la misma cantidad de dióxido de carbono que los árboles y el resto de la vegetación terrestre juntos.

      • Hay microorganismos que se alimentan de los restos de peces muertos, y así evitan que estos contaminen el océano. Luego otros animales marinos se comen estos microorganismos. Según el portal sobre océanos de la Smithsonian Institution, “este ciclo, del que todos se benefician, mantiene los océanos limpios y puros”.

      • Muchos animales marinos usan sus mecanismos de digestión para transformar las aguas ácidas que hay en los océanos en aguas alcalinas, que son más saludables y no perjudican a los corales, los crustáceos y otros seres vivos.

        ¿LO SABÍA?

        Las praderas marinas y la salud del océano

        Un dibujo que muestra unas olas llegando a la playa. Se ve el fondo marino con sus praderas y animales. A medida que las olas se aproximan a la orilla, las praderas marinas reducen el tamaño y la velocidad de las olas, y atrapan sedimentos del agua. Los peces y otros animales marinos encuentran alimento en las praderas marinas. El agua que llega a la orilla está más limpia y las olas son más suaves.

        Las praderas submarinas atrapan los sedimentos y le dan estabilidad al fondo marino. Gracias a ellas, los corales no se enferman tanto y la costa sufre menos daños, ya que estas praderas reducen el tamaño de las olas y disminuyen la erosión.

      Se buscan soluciones

      Serie de imágenes: 1. En su cocina, un hombre saca de una bolsa reutilizable unos alimentos que compró. 2. Una mujer rellena una botella de agua reutilizable con agua del grifo.

      Si usamos bolsas y botellas reutilizables, contribuimos a que haya menos plástico en los océanos.

      Si la basura nunca llegara a los océanos, nunca sería necesario limpiarlos. Por eso los especialistas recomiendan que usemos bolsas, utensilios y recipientes reutilizables en vez de artículos de plástico que solo se usan una vez.

      Pero esto no basta. Recientemente, una organización ecologista recogió en tan solo un año 8.300 toneladas de basura que los mares habían devuelto a las playas de 112 países. Y esto es solo la milésima parte de toda la basura que llega a los océanos cada año.

      Hablando sobre los océanos, la revista National Geographic dice que “la acidificación que ya ocurrió probablemente sea irreversible”. Y explica que la vida marina lucha “contra una economía global sustentada en combustibles fósiles baratos. No es una lucha justa”.

      Hay razones para tener esperanza. ¿Qué dice la Biblia?

      “La tierra está llena de tus creaciones. Ahí está el mar, tan extenso y ancho, repleto de incontables seres vivos, pequeños y grandes” (Salmo 104:24, 25).

      Nuestro Creador hizo los océanos con los mecanismos necesarios para limpiarse a sí mismos. Piense en esto: si el Creador conoce a fondo el mar y toda la vida que hay en él, ¿tendrá los conocimientos que hacen falta para revertir todo el daño que han sufrido los océanos? Vea el artículo “Dios promete que nuestro planeta se recuperará” en la página 15 de esta revista.

  • Bosques y selvas
    ¡Despertad! 2023 | Núm. 1
    • Una mujer camina por un puente colgante en medio de una selva.

      ¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO PLANETA?

      BOSQUES Y SELVAS

      A LOS BOSQUES se les llama los pulmones de la Tierra, y con razón, pues son vitales para la vida. Los árboles absorben un gas que podría hacernos daño, el dióxido de carbono, y producen el oxígeno que necesitamos para respirar. Alrededor del 80 % de la vegetación y los animales terrestres viven en los bosques y las selvas. Sin esta vegetación no tendríamos futuro.

      Los bosques y las selvas corren peligro

      Para tener más tierras disponibles para la agricultura, cada año se talan miles de millones de árboles. En los últimos 75 años aproximadamente, se han cortado tantos árboles que la mitad de las selvas del mundo ya ha desaparecido.

      Cada vez que perdemos un bosque, perdemos todas las cosas buenas que su ecosistema nos aporta.

      Nuestro planeta: diseñado para preservar la vida

      La capacidad que tienen los bosques que han sido deforestados para volver a crecer y extenderse aún más es impresionante. En los últimos tiempos, los ecologistas se han sorprendido al observar lo rápido que se recuperan los terrenos deforestados y vuelven a convertirse en bosques maduros. Veamos un par de ejemplos:

      • Algunos investigadores observaron el comportamiento de terrenos que se deforestaron, se usaron para la agricultura y luego se abandonaron. Un estudio que analizó 2.200 terrenos de América y África Occidental demostró que en 10 años el suelo puede volver a estar en buenas condiciones para darle vida a un nuevo bosque.

        Según un estudio publicado por la revista Science, los investigadores calculan que en unos 100 años los suelos podrían regenerarse hasta el punto de recuperar una gran diversidad de árboles y seres vivos sin la intervención del hombre.

      • En Brasil, recientemente un grupo de científicos comparó el ritmo de recuperación de las selvas en zonas donde el ser humano prácticamente no había intervenido con las zonas donde se habían puesto en marcha planes de reforestación.

        Hablando de este estudio, la revista National Geographic cuenta que los investigadores se llevaron una grata sorpresa al descubrir que, sin necesidad de plantar árboles, en tan solo cinco años estos terrenos estaban llenos de árboles autóctonos.

        ¿LO SABÍA?

        Un bosque puede volver a nacer

        Dibujo que muestra un terreno que queda abandonado después de ser deforestado para la agricultura. En 10 años, el suelo podría estar recuperado. En 100 años o más, podría existir un bosque maduro.

        Los terrenos que quedan abandonados después de deforestarlos para la agricultura pueden recuperarse naturalmente de forma asombrosa. Lo mismo podría pasar con los bosques que han desaparecido por otras causas.

      Se buscan soluciones

      Por todo el mundo se están tomando medidas para proteger los bosques que quedan y recuperar los que han sido dañados. Según un informe de las Naciones Unidas, gracias a estos esfuerzos, en los últimos 25 años la deforestación ha caído más del 50 % a escala mundial.

      Pero estas iniciativas se quedan cortas. Un informe publicado por la organización Global Forest Watch indica que la tasa de pérdida de bosques primarios o vírgenes en los trópicos no ha variado en los últimos años.

      La tala ilegal de árboles con fines comerciales es un negocio multimillonario que está arrasando con las selvas del mundo.

      En un bosque, un guardabosque examina el estado de los árboles.

      Hay equipos especializados que cuidan los bosques maduros y promueven el crecimiento de nuevos bosques.

      Hay razones para tener esperanza. ¿Qué dice la Biblia?

      “Jehováa Dios hizo crecer del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y con frutos buenos para comer” (Génesis 2:9).

      Cuando se les da a los bosques y selvas un uso sostenible, se regeneran naturalmente porque su Creador los diseñó con esa facultad. Él quiere conservarlos y proteger su extraordinario ecosistema.

      La Biblia enseña que Dios no va a permitir que los humanos sigan explotando con codicia los recursos naturales. Él no dejará que acaben con el planeta ni con toda la vida que hay en él. Vea el artículo “Dios promete que nuestro planeta se recuperará” en la página 15 de esta revista.

      a Jehová es el nombre de Dios (Salmo 83:18).

  • Aire
    ¡Despertad! 2023 | Núm. 1
    • Bajo un cielo azul, un matrimonio camina por una colina nevada mientras mira un lago rodeado de montañas llenas de árboles.

      ¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO PLANETA?

      AIRE

      NECESITAMOS AIRE, pero no solo para respirar. El aire es como un escudo que protege nuestro planeta de la mayor parte de la radiación solar dañina. Además, sin aire, las temperaturas serían tan bajas en todo el mundo que nos congelaríamos.

      El aire corre peligro

      La contaminación del aire es una grave amenaza para la vida en la Tierra. Solo el 1 % de la población mundial respira aire de calidad según los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud.

      La contaminación del aire puede causar cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Además, cada año, este tipo de contaminación provoca unos siete millones de muertes prematuras.

      Nuestro planeta: diseñado para preservar la vida

      Nuestro planeta es capaz de mantener un suministro constante de aire limpio para todos los seres vivos que respiran. Pero esto solo es posible cuando el ser humano no contamina en exceso el planeta. Veamos algunos ejemplos:

      • Los bosques son conocidos por su capacidad de absorber dióxido de carbono. Pero lo que mucha gente no sabe es que los manglares —ecosistemas costeros y húmedos— pueden hacer este trabajo mucho mejor. De hecho, el papel de los manglares es importantísimo. Pueden eliminar del aire cinco veces más dióxido de carbono que las selvas tropicales.

      • Según unos estudios recientes, algunas macroalgas, como el quelpo o kelp, no solo atrapan dióxido de carbono, sino que también lo entierran. Las láminas del quelpo pueden viajar grandes distancias gracias a que tienen pequeñas vesículas llenas de gas que le sirven de flotadores. Cuando están lejos de la orilla, esos “flotadores” estallan, y el quelpo se hunde y se lleva el dióxido de carbono al fondo del océano, donde al parecer queda enterrado durante muchos siglos.

      • Durante el confinamiento provocado por el COVID-19, se vio claramente que nuestra atmósfera puede recuperarse. De hecho, como en el 2020 muchas fábricas dejaron de trabajar y el tránsito de vehículos se redujo drásticamente, los niveles de contaminación bajaron muchísimo y la calidad del aire mejoró muy rápido. Según el Informe mundial sobre la calidad del aire 2020, más del 80 % de los países monitoreados notaron mejoras en la calidad del aire poco después de que empezara el confinamiento.

        ¿LO SABÍA?

        La atmósfera se puede recuperar

        Un gráfico sobre la calidad del aire de Nueva Delhi (India) muestra los niveles de partículas finas en suspensión (PM2,5). La concentración de partículas bajó de 128,1 (dañina) en enero de 2020 a poco menos de 35,5 (moderada) en agosto de 2020.

        Durante el confinamiento por el COVID-19, la contaminación del aire producida por las fábricas y los automóviles en Nueva Delhi (India) se redujo drásticamente. Los niveles de partículas finas de materia suspendidas en el aire (PM2,5) no tardaron en disminuir. Estas micropartículas (0,0025 milímetros o menos) pueden provocar enfermedades respiratorias y otros problemas graves de salud. Aunque esta mejora fue temporal, quedó claro que una atmósfera con altos niveles de contaminación se puede recuperar rápidamente.

        Una imagen de Nueva Delhi (India) a finales del 2019. Casi no se ve nada por los altos niveles de contaminación del aire.

        © Amit kg/Shutterstock

        A finales del 2019

        Una imagen de Nueva Delhi (India) durante el confinamiento por el COVID-19. El paisaje se ve claramente porque los niveles de contaminación del aire se han reducido.

        © Volobotti/Shutterstock

        Durante el confinamiento por el COVID-19

      Se buscan soluciones

      Un hombre deja su bicicleta después de usarla para ir a trabajar.

      Si viajamos en bicicleta, contaminamos menos.

      Las autoridades están presionando a las empresas para que emitan menos gases contaminantes. Por otro lado, los científicos siguen descubriendo nuevas formas de revertir los efectos de la contaminación. Por ejemplo, hay un proceso en el que se usan microorganismos para convertir sustancias contaminantes en sustancias inofensivas. Además, los expertos recomiendan que caminemos o viajemos en bicicleta en lugar de ir en automóvil y que reduzcamos el consumo de energía en el hogar.

      En una casa humilde, una mujer cocina sentada en el suelo. Aunque la cocina o estufa usa fuego, echa poco humo.

      Para reducir la contaminación del aire, algunos gobiernos les dan a los ciudadanos cocinas o estufas mejores. Pero todavía hay mucha gente que no tiene acceso a ellas.

      Pero estas medidas no bastan. Y así lo confirma un informe elaborado en el 2022 por varias agencias internacionales, entre ellas están la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial.

      Este informe indica que, en el 2020, aproximadamente un tercio de la población mundial solía cocinar con combustibles que contaminan el aire. En muchos lugares, la mayoría de la gente no se puede permitir comprar cocinas o estufas nuevas, o usar otros combustibles.

      Hay razones para tener esperanza. ¿Qué dice la Biblia?

      “Esto es lo que dice el Dios verdadero, Jehová, el Creador de los cielos [...], el que desplegó la tierra y lo que esta produce, el que da aliento a sus habitantes” (Isaías 42:5).

      Dios creó el aire y los ciclos naturales que lo purifican. Además, su poder es infinito y ama mucho a la humanidad. Por eso ¿le parece razonable que Dios se quede de brazos cruzados ante el problema de la contaminación del aire? Vea el artículo “Dios promete que nuestro planeta se recuperará”.

  • Dios promete que nuestro planeta se recuperará
    ¡Despertad! 2023 | Núm. 1
    • Un lago rodeado de un bosque y montañas.

      Oleh_Slobodeniuk/E+ via Getty Images

      Dios promete que nuestro planeta se recuperará

      “La Tierra es más resiliente de lo que pensábamos”.

      Esto fue lo que dijo un grupo internacional de investigadores hablando sobre el cambio climático. Si usted piensa que existe un Creador y que se preocupa por nosotros, esta afirmación de los científicos tal vez le haga pensar en los procesos naturales que Dios diseñó para que la Tierra se sane a sí misma.

      Pero el ser humano le ha hecho tanto daño al planeta que esos procesos naturales ya no son suficientes. ¿Por qué podemos confiar en que Dios hará algo para preservar la Tierra y la vida que hay en ella?

      Los siguientes textos bíblicos confirman que la Tierra no desaparecerá y que siempre estará llena de vida.

      • Dios creó nuestro planeta. “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1).

      • Dios es el dueño de nuestro planeta. “De Jehováa es la tierra y todo lo que hay en ella” (Salmo 24:1).

      • Dios diseñó el planeta para que nunca deje de existir. “Él ha establecido la tierra sobre sus cimientos; nunca jamás se la moverá de su lugar” (Salmo 104:5).

      • Dios promete que nuestro planeta siempre estará lleno de vida. “El Dios verdadero, el que formó la tierra, [...] no la creó sencillamente para nada, sino que la formó para que fuera habitada” (Isaías 45:18).

      • Dios promete que nuestro planeta siempre será el hogar de los seres humanos. “Los justos heredarán la tierra y vivirán en ella para siempre” (Salmo 37:29).

      Gracias a los procesos naturales que Dios diseñó, la Tierra puede funcionar a la perfección si los seres humanos hacemos un uso responsable de sus recursos. Según las profecías de la Biblia, Jehová Dios ya ha elegido el momento en el que acabará con los abusos y la codicia que tanto daño le han hecho al planeta (Apocalipsis 11:18).

      La Biblia promete que, cuando esto haya pasado, Dios sanará nuestro planeta, lo convertirá en un hermoso paraíso y abrirá su mano para satisfacer “el deseo de todos los seres vivos” (Salmo 145:16).

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