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Testigos de Jehová. Informe del Anuario de 1991Anuario de los testigos de Jehová 1991
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Acontecimientos memorables en Alemania
Los asombrosos acontecimientos que tuvieron lugar en la R.D.A. (República Democrática Alemana) en 1989 ocasionaron la caída de un régimen aparentemente inexpugnable. El 14 de marzo de 1990 se legalizó la obra de los testigos de Jehová, lo que puso fin a una proscripción que había durado cuarenta años. ¡Qué emocionados estaban los hermanos! Hasta personas que no eran Testigos reaccionaron de forma positiva al reconocimiento legal. “Son buenas noticias —escribió un lector a un periódico de Berlín—. Aunque no estoy a favor de ninguna religión en particular, me siento profundamente emocionado.”
El reconocimiento legal significó libertad para importar literatura de la Sociedad Watchtower. Podemos imaginarnos la emoción que reinaba en la sucursal de Selters, al oeste de la República Federal de Alemania. El 30 de marzo de 1990 salió un camión cargado con 25 toneladas de literatura con destino a la R.D.A. Milton G. Henschel y Theodore Jaracz, ambos del Cuerpo Gobernante, estuvieron presentes para el histórico acontecimiento.
Durante los dos siguientes meses se enviaron 250 toneladas más de literatura, incluidas 115.000 Biblias, un envío que casi agotó las existencias de literatura en Selters. Y a partir de los números del 1 de mayo y del 8 de mayo de 1990 de La Atalaya y ¡Despertad! respectivamente, los Testigos de la R.D.A. han estado recibiendo todos los ejemplares que necesitan. Pero, ¿qué iban a hacer nuestros hermanos de Alemania oriental con toda esa literatura?
Libertad para hacer ¿qué?
“¿Van a meterse en la política?”, preguntó un periodista al hermano Helmut Martin, coordinador de la obra en la R.D.A. Una pregunta muy normal, en vista de que tantos clérigos se han situado a la vanguardia de la reestructuración política. “No —respondió él—, ese no es el objetivo de nuestra religión. Jesús dio a sus discípulos una comisión relacionada con las Escrituras, y entendemos que esa es nuestra labor principal.” En efecto, los libros y revistas que tan ansiosamente se esperaban en la R.D.A. iban a ser utilizados en la “labor principal” de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. (Mat. 24:14.)
El primer envío fue a Bautzen, cerca de Dresde, donde se organizó un equipo para desempaquetar toda la literatura y prepararla para distribuirla a las congregaciones. Los hermanos y hermanas que formaban el equipo trabajaron por turnos, incluso después de sus empleos seglares, a fin de que los libros y revistas llegaran sin demora a manos de los publicadores. Para algunos, esta fue una experiencia muy conmovedora. ¿En qué sentido?
Durante la proscripción, hubo voluntarios dispuestos a atravesar la frontera para llevar literatura a la R.D.A. Cada uno de ellos arriesgó mucho por servir a los demás en sentido espiritual. Ahora, uno de estos hermanos se encontraba en el equipo de Bautzen, sirviendo a los hermanos bajo circunstancias completamente diferentes. Los ojos se le llenaron de lágrimas al verse ante toneladas de la misma clase de literatura que en un tiempo había llevado en pequeñas cantidades. Otros recordaban la persecución encarnizada que habían sufrido los testigos de Jehová. Desde el edificio en el que ahora los hermanos distribuían libremente literatura cristiana, podía verse la prisión de Bautzen, donde muchos habían estado recluidos.
Los primeros discursos públicos
Abril de 1990 marcó un hito más en la historia de los testigos de Jehová de la R.D.A.: se pronunció el primer discurso público desde el comienzo de las restricciones cuarenta años atrás. Se alquiló un salón en Bautzen que decoraron para que fuese digno de la ocasión. Se veían lágrimas de gozo a medida que afluían hermanos al local. Algunos se encontraban por primera vez en años, otros por primera vez en su vida, a pesar de haber vivido en la misma ciudad. Sí, la libertad trajo consigo muchos cambios. Hasta entonces, las reuniones se habían celebrado en grupos de 10 ó 12 personas que solo disponían de tres ejemplares de una edición resumida de La Atalaya. Ahora, los 238 Testigos presentes tenían su propio ejemplar personal, y además a todo color.
Nuestros hermanos de toda Alemania están agradecidos a Jehová por poder predicar con más libertad. El trabajo adicional que esto supone tanto en Bautzen como en otros lugares, se ve como un indicativo de expansión gozosa de la actividad del Reino. En Selters, los hermanos tienen que trabajar horas extraordinarias para satisfacer las demandas de los países del este de Europa. Un miembro de la familia Betel comentó: “Nos emociona ver cómo suben las cifras de producción. Es estupendo tener parte en este trabajo”.
Asambleas que hacen historia
El día 1 de julio de 1990, cuando se suprimieron los controles fronterizos entre Alemania oriental y Alemania occidental, el titular de un periódico alemán decía: “Los ojos y el pensamiento no han podido asimilar lo ocurrido el domingo en la frontera”. Un sentimiento parecido tuvieron los aproximadamente treinta mil testigos de Jehová de Alemania oriental que asistieron a la asamblea especial “Lenguaje Puro” en el Estadio Olympia de Berlín occidental del 24 al 27 de julio. Unos cuarenta y cinco mil delegados de 64 países, entre ellos siete miembros del Cuerpo Gobernante, vivieron aquellos momentos que ya forman parte de la historia teocrática.
Un testigo de Alemania oriental dijo: “Esta gran fiesta de unidad, amor y armonía, después de levantarse la proscripción, confirma que ha valido la pena seguir activos ilegalmente durante estos cuarenta años”.
La asamblea se organizó especialmente para el beneficio de los hermanos de Alemania oriental, quienes aceptaron la invitación con entusiasmo. Los Testigos de Dresde habían plantado 16.000 flores, que florecieron justo a tiempo para adornar las dos plataformas que se colocaron en la asamblea, una para el programa en alemán y otra para el programa en inglés.
Unos nueve mil quinientos hermanos viajaron a Berlín en 13 trenes especiales que funcionarios de Alemania oriental pusieron a disposición de los Testigos, y en cada una de las estaciones de Berlín oriental, los delegados recibían la bienvenida por los altavoces. Además, las congregaciones alquilaron 200 autobuses. Todos los visitantes pudieron ser acomodados gracias a la hospitalidad de los hermanos, su diligencia al buscar alojamientos privados y la bondad que mostraron los funcionarios de una y otra Alemania al poner escuelas a disposición de los hermanos.
Un delegado de Alemania occidental comentó: “Los hermanos de Alemania oriental fueron sumamente afectuosos y hospitalarios. Nuestro anfitrión proporcionó alojamiento a 22 adultos y 6 niños, convirtiendo así su casa en un lugar de alojamiento en masa en miniatura. Y, además, encontró lugar para otros en el vecindario”. Un matrimonio de Berlín oriental hospedó en su apartamento de dos habitaciones y en cuatro tiendas de campaña instaladas en el patio a 26 visitantes antes y durante la asamblea.
¿Qué hizo que esta asamblea fuera especial para los Testigos de Alemania oriental? Para muchos fue la primera oportunidad que se les ofrecía de asistir a una asamblea con su propia congregación. Para otros fue conmovedor cantar todos juntos los cánticos del Reino o volverse a encontrar con viejos amigos. Todos recibieron con profundo agradecimiento el alimento espiritual y las nuevas publicaciones que se presentaron.
También se apreciaron mucho los discursos presentados por los hermanos de Alemania oriental, quienes habían servido a sus hermanos valerosamente durante muchos años. Un Testigo relató: “Cuando vi en la plataforma al primer hermano del Este considerando con nosotros el texto del día, se produjo en mí un sentimiento difícil de describir, puesto que yo sabía muy bien lo que él había pasado durante los años de la proscripción”.
Después del discurso de bautismo, se llegó a lo que alguien describió como “un momento culminante de gozo”. Los asambleístas aplaudieron durante diecinueve minutos seguidos a medida que los 1.018 candidatos salían del estadio saludando con la mano. Muchos de los asistentes lloraban emocionados. Un hermano comentó: “Hasta ahora solo habíamos visto acontecimientos de este tipo en la literatura o en discursos de diapositivas”. Algunos hermanos de Alemania oriental recordaban su propio bautismo durante la proscripción, en una bañera.
El amor y el buen espíritu no se circunscribieron al estadio, así que personas de fuera también pudieron observarlo. Un directivo del transporte público en Berlín occidental dijo: “En mis veinte años de experiencia en la organización de acontecimientos públicos, nunca he visto tanta educación, consideración y autodominio”. Un coordinador del transporte público añadió: “Ojalá tuviéramos siempre pasajeros tan agradables. ¡Vuelvan pronto!”.
En el discurso de conclusión, el hermano M. G. Henschel dio las gracias no solo a la policía de Berlín occidental, sino también a la de Berlín oriental por dirigir el tráfico. Este gesto sorprendió sobremanera a muchos que recordaban la situación durante la proscripción. Un hermano de Dresde expresó en pocas palabras el sentimiento de los delegados de Alemania oriental al decir: “Fue un acontecimiento tan bonito que me pregunté si lo que veía era real o se trataba de un sueño. Fue un pequeño anticipo del nuevo mundo”.
Más asambleas especiales en la Europa oriental
Del día 2 al 5 de agosto, se reunieron unas veintidós mil personas en Budapest y en otras tres ciudades de Hungría. Una semana más tarde, del 9 al 12 de agosto, se celebró una asamblea nacional en Praga (Checoslovaquia), con una asistencia de 23.876 personas. En esas mismas fechas se celebró otra asamblea en el estadio más grande de Varsovia, donde más de treinta y cinco mil delegados, 17.000 de ellos procedentes de la Unión Soviética, pudieron escuchar el programa, bien en ruso, o bien en polaco. Este fue un acontecimiento histórico para los Testigos de la Unión Soviética, pues era la primera vez que se presentaba el programa completo en ruso. También se sorprendieron gratamente al descubrir que el folleto del programa de la asamblea contenía 73 cánticos del Reino en su propia lengua, incluidos los que tenían que cantarse en la asamblea. ¡Qué gran ocasión para cantar alabanzas a Jehová! Hay que añadir también que hubo otras diez asambleas en Polonia durante los meses de julio y agosto, con una asistencia total de 152.460 personas.
Por primera vez en más de cuarenta años, se autorizó a los Testigos de Rumania a celebrar reuniones numerosas, de modo que se organizaron asambleas de distrito en las ciudades de Brasov y Cluj-Napoca, a las que asistieron unas treinta y seis mil personas. En Berlín y en las ciudades del este de Europa se bautizaron un total de 10.481 personas.
Y por primera vez en su vida, los Testigos de Bulgaria disfrutaron de un entero programa de asamblea de distrito en su propio idioma en la asamblea celebrada en Salónica (Grecia) del 23 al 26 de agosto de 1990, con 6.537 presentes. Escucharon cuatro discursos presentados por hermanos de Bulgaria. El resto del programa se tradujo del griego al búlgaro. Y por primera vez también, Yugoslavia celebró asambleas de distrito en cada uno de sus seis estados. Tanto la prensa como la radio y la televisión ofrecieron reportajes de las asambleas.
En muchas partes del mundo, los problemas étnicos dividen a gente incluso del mismo país. Las pacíficas reuniones internacionales que celebran los testigos de Jehová, sin embargo, dan prueba de que ellos viven y trabajan juntos en unidad sin importar que sean de diferentes nacionalidades. Por esa razón, ‘Dios sigue haciéndolos crecer’. (1 Cor. 3:6.)
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Testigos de Jehová. Informe del Anuario de 1991Anuario de los testigos de Jehová 1991
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[Fotografías en la página 19]
El 30 de marzo de 1990 salió el primer envío de literatura hacia la R.D.A.
Después de cuarenta años de proscripción, los Testigos de Bautzen tienen sus propios ejemplares de “La Atalaya”
[Fotografías en la página 20]
Estadio Olympia de Berlín
Los Testigos de Alemania oriental plantaron 16.000 flores para ornamentar el lugar de asamblea
Hermanos que habían estado en prisiones de la R.D.A. se encuentran en la asamblea
[Fotografías en la página 21]
La asamblea “Lenguaje Puro” celebrada en Berlín del 24 al 27 de julio de 1990 fue la primera asamblea en libertad de los Testigos de Alemania oriental en más de cuarenta años. La asistencia fue de 44.532 personas
Los oradores de Alemania oriental intervinieron con frecuencia en el programa
[Fotografías en la página 22]
A todos los delegados de Alemania oriental les regalaron ejemplares de las nuevas publicaciones “¿Cómo puede salvarle la vida la sangre?” y “El hombre en busca de Dios”
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