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1924: cien años atrásLa Atalaya (estudio) 2024 | octubre
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Otro momento destacado de la asamblea tuvo lugar el viernes 25 de julio, cuando el hermano Rutherford leyó una importante resolución en la que se denunciaba al clero con valentía. Al estilo de un documento legal, la resolución acusaba a los líderes políticos, religiosos y comerciales de “mantener a los pueblos en ignorancia de todo lo que Dios ha establecido para bendecirlos con vida”. Además, los condenaba por “respaldar a la Sociedad de Naciones y declararla ‘la expresión política del Reino de Dios en la Tierra’”. Los Estudiantes de la Biblia tendrían que ser muy tenaces y valientes para llevar este mensaje a la gente.
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El tratado Ecclesiastics Indicted.
En octubre, los Estudiantes de la Biblia comenzaron a distribuir millones de ejemplares del tratado Ecclesiastics Indicted (Eclesiásticos denunciados), la versión impresa de la resolución que había leído el hermano Rutherford. En la pequeña ciudad de Cleveland (Oklahoma), el hermano Frank Johnson terminó de distribuir los tratados en su territorio 20 minutos antes de la hora en que otros publicadores lo pasarían a buscar. No podía quedarse esperando en cualquier lugar, porque unos vecinos furiosos por su predicación andaban detrás de él. Así que decidió esconderse en una iglesia cercana. Como estaba vacía, dejó un tratado en la Biblia del predicador y en cada asiento, y salió de la iglesia tan rápido como había entrado. Pero todavía tuvo tiempo para visitar otras dos iglesias más, donde hizo lo mismo.
Frank volvió corriendo al lugar donde había quedado para que lo pasaran a buscar. Se escondió detrás de una gasolinera, alerta por si aparecían los hombres que lo estaban persiguiendo. Ellos pasaron en auto, pero no lo vieron. Y, apenas se habían ido, llegaron los compañeros de Frank, que habían estado predicando cerca, y él se fue con ellos.
“Al ir saliendo de la ciudad —recuerda uno de los hermanos—, pasamos por delante de las tres iglesias. Había por lo menos 50 personas enfrente de cada iglesia. Algunos estaban leyendo el tratado, y otros se lo mostraban al predicador. Nos salvamos por un pelo. Le dimos gracias a Jehová, nuestro Dios, por habernos protegido y habernos ayudado a esquivar a esos enemigos del Reino”.
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