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Sexta parte: 1946-1959 — Prosperidad engañosa en medio de una paz ficticia¡Despertad! 1987 | 22 de mayo
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Prosperidad... pero costosa y engañosa
En 1945 la población de Europa y de Asia, desgarrada por la guerra, se hallaba en dificultades. Por razones humanitarias, pero impulsados también por intereses egoístas, los aliados idearon el European Recovery Program (Programa de Recuperación de Europa). Era una agencia que facilitaba ayuda económica para reconstruir la infraestructura industrial europea que había sido bombardeada. Este programa llegó a conocerse popularmente como el Plan Marshall, según el nombre del secretario de estado de los Estados Unidos de quien partió la idea. Aunque costoso, este programa de “hágalo usted mismo” fue eficaz.
La recuperación económica e industrial fue notable. La modernización de la industria, equipada con maquinaria de último modelo, les permitió a las naciones derrotadas recuperarse y, en algunos casos, sobrepasar a sus vecinos victoriosos, los cuales se veían a menudo obligados a seguir operando fábricas y equipo anticuados. Durante la década de los cincuenta estaba en pleno auge el llamado milagro económico alemán, y al finalizar la década, el Japón había emprendido un programa de construcción que le permitiría conquistar una gran parte del comercio mundial.
Mientras tanto, las naciones victoriosas también trataban de hacer volver a la normalidad a su política interior y económica. Durante la guerra, la construcción de viviendas y la producción de artículos de uso doméstico había sido drásticamente reducida, ya que todos los medios se habían puesto al servicio del esfuerzo bélico. Se abrió entonces un amplio mercado para la venta de artículos de los que por mucho tiempo la gente había carecido. Esto quería decir trabajo para todos; y al menos por el momento el desempleo no era un problema. El mundo se encaminaba hacia un período de prosperidad que no se había conocido desde antes de la Gran Depresión.
Pero la prosperidad tenía un precio. Un creciente número de madres de familia comenzó a trabajar fuera del hogar, teniendo a veces que desatender a sus hijos por esa causa. La elevación del nivel de vida dio lugar a que hubiese más tiempo para el entretenimiento, pero esto no siempre fue positivo. La televisión comenzó a reemplazar la conversación familiar. El derrumbe de la vida familiar condujo a un aumento del divorcio. Esta tendencia fue parcialmente compensada más tarde por el aumento de parejas que decidían vivir juntas sin estar casadas. Ambas tendencias evidenciaban el desarrollo de una corriente que propugnaba la satisfacción de los intereses personales a costa de otras personas. Los valores espirituales y morales, que ya habían sido gravemente trastocados por la guerra, estaban siendo aún más erosionados.
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Sexta parte: 1946-1959 — Prosperidad engañosa en medio de una paz ficticia¡Despertad! 1987 | 22 de mayo
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[Fotografía en la página 15]
La prosperidad del período posbélico proporcionó buenas casas y coches nuevos a muchas familias
[Reconocimiento]
H. Armstrong Roberts
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