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EcuadorAnuario de los testigos de Jehová para 1989
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Cuenca, la tercera ciudad más grande de Ecuador, con una población de 152.000 personas, era un verdadero baluarte de la iglesia católica. Como aquellas personas todavía no habían recibido un testimonio, Pedro Tules y Carl Dochow —un graduado de Galaad más reciente— fueron asignados a Cuenca en octubre de 1953. Aquella era una asignación muy difícil y, a menudo, desmoralizadora.
Carl recuerda a una fanática sirvienta que dijo acaloradamente: “Ustedes no creen en la Virgen”. Cuando él abrió la Biblia para leerle Mateo 1:23, la mujer empezó a temblar, y dijo: “Tenemos prohibido leer la Biblia”. Entonces se metió súbitamente en la casa y dejó a Carl en la puerta. En otra ocasión, una sirvienta escuchaba con interés, pero cuando la señora de la casa llegó y vio lo que estaba sucediendo, tiró de una patada la cartera de libros de Carl escaleras abajo. En otra ocasión, un amo de casa airado lo echó de un patio blandiendo un pedazo de leña. Cada vez que los misioneros testificaban en la zona de San Blas, el sacerdote tocaba las campanas; y cuando los niños acudían corriendo, les instaba a que tirasen piedras a los misioneros.
En tres años, ni una sola persona de Cuenca tuvo el valor de ponerse a favor de la verdad. Muchas veces, Carl paseaba triste junto al río y oraba a Jehová para que le diese una asignación más productiva. Finalmente fue asignado a la ciudad costera de Machala, cuyos habitantes eran personas abiertas y de buena disposición.
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EcuadorAnuario de los testigos de Jehová para 1989
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[Ilustración de la página 215]
Carl Dochow, misionero instruido en Galaad, se topó con la resistencia de los habitantes de la ciudad de Cuenca
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