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PapelPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Se opina que los egipcios fueron los primeros en confeccionar papel de papiro para escribir, para lo que utilizaban las plantas de papiro que crecían a orillas del río Nilo. Algunos arqueólogos opinan que la producción de papel se remonta al tiempo de Abrahán.
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PapiroPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Esta planta (Cyperus papyrus) crece en aguas estancadas o marismas poco profundas y a lo largo de las orillas de los ríos de aguas mansas, como el Bajo Nilo, donde en otro tiempo abundaba (en la actualidad casi se ha extinguido). Bildad le preguntó a Job: “¿Crecerá y se hará alto el papiro sin un lugar pantanoso?”. (Job 8:11; Isa 35:7.)
Los tallos de la planta flotan en el agua, por lo que la madre de Moisés colocó a su hijo de recién nacido en un “arca de papiro” revestida de betún y pez, y lo dejó a la deriva, a fin de evitar que muriera. (Éx 2:3.) También se hicieron de papiro embarcaciones de mayor tamaño que sirvieron para viajar distancias más largas. (Isa 18:2.) Se construían con haces de tallos de papiro atados juntos. Aunque se estrechaban por los extremos, la parte central era lo bastante ancha como para que los pasajeros pudieran estar de pie. En 1970, Thor Heyerdahl y su equipo navegaron miles de millas por el Atlántico en una embarcación como esa.
Utilización como material de escritura. Cuando los egipcios preparaban papiro como material de escritura, seguían un proceso bastante sencillo. Escogían la parte gruesa y medulosa de los tallos, que crecía bajo la superficie del agua, pues esta aportaba la materia prima más ancha y blanca. Se quitaba la corteza exterior a los corazones medulosos, y estos se cortaban en trozos convenientes de 40 a 45 cm. de longitud. A continuación, la médula celular se cortaba en tiras anchas pero muy delgadas, y se colocaban verticalmente sobre una superficie lisa de modo que se traslapasen ligeramente. Luego se ponía horizontalmente otra capa de tiras de papiro sobre las verticales. Las capas se batían con mazos hasta convertirlas en una lámina unificada. Una vez secadas al sol, las hojas se recortaban según el tamaño deseado. Finalmente, se alisaban y pulían con piedra pómez, conchas o marfil. Con este proceso se producía un material de escritura de alguna durabilidad, flexible y casi blanco, disponible en muchos tamaños y calidades. Por lo general se escogía para escribir el lado que tenía las tiras horizontales, aunque a veces se usaba el reverso para terminar un escrito. Las juntas de las tiras servían para guiar la mano del escritor, que escribía con una pluma de caña y un fluido hecho de cola, hollín y agua.
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