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Mantengámonos en expectativa de JehováLas profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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[Ilustraciones de la página 305]
En los días de Moisés, los israelitas escaparon de Egipto. En tiempos de Isaías, Judá va a Egipto en busca de ayuda
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Mantengámonos en expectativa de JehováLas profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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Locura y fatalidad
3. ¿Qué conspiración pone al descubierto Jehová?
3 Los dirigentes de Judá llevan algún tiempo conspirando en secreto para encontrar la manera de no caer en el yugo de Asiria. Pero Jehová los ha estado observando, y ahora pone al descubierto lo que traman: “¡Ay de los hijos tercos —es la expresión de Jehová—, aquellos dispuestos a llevar a cabo consejo, pero no el que proviene de mí; y a derramar una ofrenda de bebida, pero no con mi espíritu, para añadir pecado a pecado; los que están poniéndose en camino para bajar a Egipto” (Isaías 30:1, 2a).
4. ¿Por qué puede decirse que el rebelde pueblo de Dios ha puesto a Egipto en el lugar de Jehová?
4 Los caudillos intrigantes sufren una verdadera sacudida cuando oyen a Isaías revelar su plan. Viajar a Egipto con el objetivo de establecer una alianza es algo más que un acto hostil contra Asiria; supone rebelarse contra Jehová Dios. En tiempos del rey David, la nación consideró a Jehová su plaza fuerte y se refugió “en la sombra de [sus] alas” (Salmo 27:1; 36:7). Ahora proceden a “abrigarse en la plaza fuerte de Faraón” y a “refugiarse en la sombra de Egipto” (Isaías 30:2b). Han puesto a Egipto en el lugar de Dios. ¡Qué traición! (Léase Isaías 30:3-5.)
5, 6. a) ¿Por qué es una terrible equivocación la alianza con Egipto? b) ¿Qué travesía anterior del pueblo de Dios pone de relieve la locura de este viaje a Egipto?
5 Por si acaso respondieran que la misión a Egipto no es más que una visita casual, Isaías da más detalles. “La declaración formal contra las bestias del sur: Por la tierra de angustia y duras condiciones, del león y del leopardo que están gruñendo, de la víbora y de la culebra abrasadora volante, ellos llevan sus recursos sobre los hombros de asnos adultos, y sus provisiones sobre las gibas de camellos.” (Isaías 30:6a.) Está claro que el viaje ha sido bien planeado. Los emisarios preparan una caravana de camellos y asnos, los cargan con valiosas mercancías y los conducen a Egipto a través de tierras áridas infestadas de leones rugientes y serpientes venenosas. Por fin llegan a su destino y entregan los tesoros a los egipcios. Han comprado protección, o al menos eso piensan. Sin embargo, Jehová dice: “En el interés del pueblo no resultarán de ningún provecho. Y los egipcios son mera vanidad, y simplemente de nada servirá su ayuda. Por lo tanto, he llamado a esta: ‘Rahab... favorecen el sentarse quietos’” (Isaías 30:6b, 7). “Rahab”, un “monstruo marino”, llegó a simbolizar a Egipto (Isaías 51:9, 10). Esta nación lo promete todo, pero no hace nada. Judá comete una terrible equivocación al aliarse con ella.
6 Es posible que la descripción que da Isaías del viaje de los enviados recuerde a sus oyentes un viaje parecido efectuado en los días de Moisés. Sus antepasados cruzaron a pie ese mismo “desierto [...] inspirador de temor” (Deuteronomio 8:14-16). En aquel entonces, sin embargo, los israelitas hicieron la travesía para alejarse de Egipto y librarse del cautiverio. Esta vez, los enviados viajan a dicha nación, sí, para someterse a ella. ¡Qué locura! Nunca tomemos una decisión tan imprudente; jamás cambiemos nuestra libertad espiritual por la esclavitud (compárese con Gálatas 5:1).
El mensaje del profeta encuentra oposición
7. ¿Por qué hace Jehová que Isaías ponga por escrito la advertencia que Él dirige a Judá?
7 Jehová le dice a Isaías que ponga por escrito el mensaje que este acaba de entregar, para que “sirva para un día futuro, para testimonio hasta tiempo indefinido” (Isaías 30:8). El Creador desaprueba que se pongan las alianzas humanas por encima de la confianza en él, y ello debe quedar registrado para generaciones futuras, incluida la nuestra (2 Pedro 3:1-4). Pero existe una razón más inmediata para dejar constancia escrita. “Es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, hijos que no han querido oír la ley de Jehová.” (Isaías 30:9.) El pueblo ha rechazado los consejos de Dios, y este hecho debe escribirse para que luego no puedan negar que se les dio la debida advertencia (Proverbios 28:9; Isaías 8:1, 2).
8, 9. a) ¿De qué modo tratan los caudillos de Judá de corromper a los profetas de Jehová? b) ¿Cómo demuestra Isaías que no se deja intimidar?
8 A continuación, Isaías da un ejemplo de la actitud rebelde de los habitantes: “Han dicho a los que ven: ‘No deben ver’, y a los que tienen visiones: ‘No deben ver en visiones para nosotros cosas de derechura. Háblennos cosas melosas; vean en visiones cosas engañosas’” (Isaías 30:10). Al ordenar a los profetas fieles que no hablen “cosas de derechura”, o verdaderas, sino “cosas melosas” y “engañosas”, o falsas, los caudillos de Judá demuestran que su deseo es que les regalen los oídos. Quieren que los alaben, no que los condenen. En su opinión, los profetas que no estén dispuestos a profetizar lo que complazca a los líderes tendrían que obedecer esta orden: “Apártense del camino; desvíense de la senda” (Isaías 30:11a). O deberían decir lo que a ellos les guste oír, o dejar por completo de predicar.
9 Los adversarios de Isaías insisten: “Hagan cesar al Santo de Israel simplemente a causa de nosotros” (Isaías 30:11b). ¡Que Isaías deje de hablar en el nombre de Jehová, el “Santo de Israel”! Este título en sí ya los irrita, pues las elevadas normas divinas ponen de manifiesto su deplorable condición. ¿Cómo responde el profeta? Declara: “Esto es lo que ha dicho el Santo de Israel” (Isaías 30:12a). Sin titubear, Isaías pronuncia las mismísimas palabras que sus opositores detestan escuchar. No se deja intimidar. Un ejemplo magnífico para todos nosotros, pues los cristianos jamás debemos transigir respecto a predicar el mensaje de Dios (Hechos 5:27-29). Al igual que Isaías, seguimos proclamando: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová’.
Las consecuencias de la rebelión
10, 11. ¿Qué consecuencias tendrá la sublevación de Judá?
10 Judá ha rechazado la palabra de Dios y ha confiado en una mentira, en “lo sinuoso” (Isaías 30:12b). ¿Cuáles serán las consecuencias? En vez de retirarse como la nación desea, Jehová hará que esta deje de existir. Su fin será repentino y total, e Isaías hace hincapié en ello con una ilustración. La rebeldía de la nación es como “una sección rota que está a punto de caer, una comba en un muro muy elevado, el quebranto del cual puede venir de repente, en un instante” (Isaías 30:13). La creciente rebeldía de los contemporáneos de Isaías provocará la caída de la nación, como un muro que va combándose en su parte alta hasta que acaba por derrumbarse.
11 Con otra ilustración, Isaías indica que la destrucción que se aproxima será total: “Uno ciertamente lo quebrará como se quiebra un jarro grande de los alfareros, triturado sin tenerle uno consideración, de manera que no se pueda hallar entre sus pedazos triturados un fragmento de vasija de barro con el cual sacar el fuego del hogar o espumar agua de un lugar pantanoso” (Isaías 30:14). La devastación de Judá será tal que no quedará nada de valor, ni siquiera un fragmento de cerámica lo bastante grande como para sacar las cenizas calientes del hogar de una chimenea o espumar agua —extraerla— de un terreno pantanoso. ¡Qué vergonzoso final! La venidera aniquilación de quienes hoy se rebelan contra la adoración verdadera será igual de súbita y completa (Hebreos 6:4-8; 2 Pedro 2:1).
Rechazan la oferta de Jehová
12. ¿Cómo puede evitar su destrucción el pueblo de Judá?
12 Sin embargo, para los oyentes de Isaías, la destrucción no es inevitable. Existe una salida. El profeta explica: “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová, el Santo de Israel: ‘Por volver y descansar se salvarán ustedes. Su poderío resultará estar simplemente en mantenerse sosegados y en confianza plena’” (Isaías 30:15a). Jehová está dispuesto a salvar a sus siervos siempre que demuestren que tienen fe al “descansar” —no tratar de asegurarse la salvación a través de alianzas humanas— y “mantenerse sosegados” —mostrarse confiados en el poder protector de Dios sin ceder al temor—. “Pero ustedes no quisieron”, dice Isaías a la gente (Isaías 30:15b).
13. ¿En qué ponen su confianza los caudillos de Judá, y está justificada tal confianza?
13 Isaías da más detalles: “Y procedieron a decir: ‘¡No, sino que en caballos huiremos!’. Por eso huirán. ‘¡Y en caballos veloces cabalgaremos!’ Por eso los que los persiguen se mostrarán veloces” (Isaías 30:16). Los habitantes de Judá creen que su salvación está en los caballos veloces más bien que en Jehová (Deuteronomio 17:16; Proverbios 21:31). No obstante, el profeta replica que tal confianza es ilusoria: los enemigos los alcanzarán. Ni siquiera el hecho de ser muchos los ayudará. “Mil temblarán a causa de la reprensión de uno solo; a causa de la reprensión de cinco ustedes huirán.” (Isaías 30:17a.) Los ejércitos de Judá huirán aterrados al grito de un mero puñado de adversarios.a Al final, únicamente un resto quedará, solitario “como un mástil en la cima de una montaña, y como una señal enhiesta en una colina” (Isaías 30:17b). En fiel cumplimiento de la profecía, solo un resto sobrevive a la destrucción de Jerusalén del año 607 a.E.C. (Jeremías 25:8-11.)
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