No deje escapar la verdad

QUIZÁS Poncio Pilato intuyó que aceptar la verdad implicaría algún costo. Ser seguidor de Cristo supondría aceptar su reinado y, sin duda, hacer un cambio moral rotundo. Salomón, el escritor de Proverbios 23:23, dijo: “Compra la verdad misma y no la vendas... sabiduría y disciplina y entendimiento”.

“¿Comprar la verdad?”, preguntará usted. Sí, pues con estas palabras la Biblia nos ayuda a comprender que uno solamente puede adquirir la verdad, la sabiduría y el entendimiento si paga. La verdad es la posesión más valiosa que uno puede imaginar. ¡Por eso Salomón recomendó “no la vendas”! Es como si hubiera dicho que ninguna otra cosa se le iguala en valor.

‘Pero, ¿qué es precisamente la verdad?’, preguntan muchas personas, tal como hizo Pilato. En la actualidad, para muchos “la verdad” es más bien un concepto indefinido. Por ejemplo, analice lo que Albert Einstein dijo en una ocasión: “Es difícil hasta dar un significado exacto a la expresión ‘la verdad científica’. Por eso, el significado de la palabra ‘verdad’ varía según sea el caso, sea que tratemos con algún hecho basado en la experiencia, alguna proposición matemática, o una teoría científica. La expresión ‘verdad religiosa’ no me comunica nada claro en absoluto” (Ideas and Opinions, por Albert Einstein). Pero el que a Einstein se le haya escapado la verdad, ¿significa que debería escapársele a usted? De ninguna manera.

Jesús dijo claramente: “Yo soy el camino y la verdad y la vida”. (Juan 14:6.) En efecto, “la verdad” se centra en torno a Cristo Jesús y el puesto que ocupa en el propósito de Jehová Dios como Realizador de profecías, Redentor de la humanidad pecaminosa, Rey nombrado del Reino de Dios, Sumo Sacerdote y Ejecutor de los inicuos. (Romanos 15:8; 1 Timoteo 2:5, 6; Juan 3:16; Efesios 1:20-22; Daniel 7:13, 14; Mateo 6:9, 10; Hebreos 4:14; Revelación 19:11-21; 2 Tesalonicenses 1:7-9.) Ahora bien, ¿cómo se puede ‘comprar’ esta verdad?

“Adquiriendo conocimiento”

La verdad se compra por medio de seguir las palabras de Jesús en Juan 17:3: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. Esto implicaría una tarea enorme si uno tuviera que hacerlo por sí solo. En el primer siglo de la era común hubo un eunuco o funcionario real etíope que trató de hacer esto. Pero al verlo el evangelizador Felipe estudiando una profecía bíblica difícil de entender, le preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. A lo que el etíope respondió: “¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”. (Hechos 8:28-31.) Tal vez usted piense lo mismo.

Por eso, los testigos de Jehová se ofrecen para ayudarle a estudiar la Biblia en su hogara. El curso de estudio es gratuito. “Recibieron gratis; den gratis”, dijo Jesús. (Mateo 10:8.) Sin embargo, el comprar la verdad le costará de otra manera... exigirá de su tiempo y esfuerzo. Recuerde que Jesucristo, que está vivo y activo en los cielos, quiere ayudarle a aprender la verdad. (Compárese con Lucas 5:13.) Él prometió a sus primeros discípulos que el espíritu de Dios los guiaría ‘a toda la verdad’. (Juan 16:13.) Por extensión, esto también puede aplicar a usted. No piense que aprender la verdad le será muy difícil.

Un estudio a conciencia de la Biblia se hace más fácil con la ayuda de las publicaciones que los testigos de Jehová editan. Solo la mención de los títulos de algunas de esas publicaciones despiertan el apetito de los que buscan con sinceridad la verdad. He aquí algunos: La verdad que lleva a vida eterna, Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, Sobrevivientes que entran en una nueva tierra, Unidos en la adoración del único Dios verdadero y La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?b.

Estas publicaciones explican las Escrituras de una manera objetiva, con un vocabulario fácil de entender y de una manera atractiva tanto a la mente como al corazón. La verdad se hace evidente en ellas por su franqueza, el respaldo de una investigación cuidadosa y el consejo práctico que contienen. A medida que usted aprenda las verdades bíblicas con la ayuda de estas publicaciones apreciará lo que Jesús quiso decir con estas palabras: “Conocerán la verdad, y la verdad los libertará”. (Juan 8:32.) Aquí la palabra “verdad” comprende el conjunto de las enseñanzas cristianas según se encuentran en la Palabra de Dios, la Biblia. (2 Timoteo 2:15; Efesios 1:13.) Pero, ¿por qué liberta aprender la verdad?

Como ejemplo, considere cómo ‘el temor a la muerte’ ha mantenido a la humanidad ‘sujeta a esclavitud durante toda la vida’. (Hebreos 2:15.) Esto a pesar de que la mayoría de la gente alega tener alguna vaga esperanza de una gloria celestial después de la muerte. Las verdades bíblicas, no obstante, libertan a uno del temor mórbido a la muerte. Uno aprende que los muertos no están sufriendo en ningún lugar ardiente de tormento porque “los muertos [...] no están conscientes de nada en absoluto”. (Eclesiastés 9:5, 10; véanse también Salmo 146:4 y Eclesiastés 3:19, 20.) La Biblia además indica que el hombre no tiene un deseo inherente de morir ni de ir al cielo. Al contrario, Dios ‘ha puesto el tiempo indefinido en el corazón de la humanidad’; una persona normal desea vivir ¡para siempre! (Eclesiastés 3:11; véanse también Romanos 5:12; 6:23.)

Ese deseo se satisfará en lo que la Biblia llama la “nueva tierra”. (2 Pedro 3:13; véase además Mateo 6:9, 10.) Jesús indicó que los que logren vivir en la “nueva tierra” disfrutarán de un “paraíso”. (Lucas 23:43.) Otros textos nos ayudan a comprender que entonces ya no habrá en el mundo dolor ni lágrimas. (Revelación 21:4; Isaías 11:6-9.) ¡Piense en cómo esta esperanza podría cambiar su vida! Pero antes tiene que adquirir conocimiento.

Deshágase del orgullo

En Salmo 25:9 la Biblia dice: “Él hará que los mansos anden en Su decisión judicial, y enseñará a los mansos Su camino”. Sencillamente, Dios no dará a conocer la verdad a las personas que son orgullosas y altivas. “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” (1 Pedro 5:5.) Es posible que Poncio Pilato haya sentido por lo menos curiosidad por la verdad. Pero antiguos escritores describen a Pilato como un hombre arrogante. Para los romanos, los judíos eran gente despreciable, con una religión rara y se deleitaban en avasallarlos. Al parecer, el orgullo y la ambición política fueron piedras de tropiezo para Pilato. (Proverbios 16:18.)

En la actualidad hay muchas personas que sienten curiosidad por el mensaje que difunden los testigos de Jehová. No obstante, puede que observen que los testigos de Jehová, por lo general, tienen pocos recursos, que pocos de ellos se pueden jactar de tener educación académica, y que sus lugares de reunión (Salones del Reino) son modestos y no se pueden comparar con las iglesias de la cristiandad tan ricamente decoradas. Pero note lo que la Biblia dice en 1 Corintios 1:26-29: “Pues ustedes contemplan su llamamiento por él, hermanos, que no muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos de nacimiento noble; sino que Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios escogió las cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas fuertes; y Dios escogió las cosas innobles del mundo, y las cosas menospreciadas, las cosas que no son, para reducir a nada las cosas que son, a fin de que ninguna carne se jacte a vista de Dios”.

El aprender de esas personas ‘inferiores’ pudiera costarle a usted su orgullo. Pero, ¿es ese un precio demasiado elevado que pagar a cambio de la verdad?

Ponga en práctica su conocimiento

El simple hecho de absorber información —aun la verdad misma— no es suficiente. Es por eso que le instamos a ‘comprar sabiduría’. (Proverbios 23:23.) La sabiduría es ¡poner en práctica el conocimiento! De hecho, Salomón dijo que ‘‘la sabiduría es la cosa principal”. (Proverbios 4:5-7.) ¿De qué vale el conocimiento si no se pone en práctica? De modo que, después que aprenda los caminos de Dios, sus mandamientos, leyes, recordatorios y consejo, aprenda a ponerlos en práctica en su vida. Jesús dijo: “La sabiduría queda probada justa por sus obras”. (Mateo 11:19.)

Poncio Pilato rechazó la verdad. Sin embargo, usted no debería cometer el mismo error. Dejar que la verdad se le escape por orgullo, ambición o por amor a algún vicio que la Biblia condena sería verdaderamente tonto. Sea como el salmista que oró: “Hazme entender, para que siga viviendo”. (Salmo 119:144.) Sí, el que está dispuesto a pagar el precio para obtener la verdad y la sabiduría puede ‘seguir viviendo’. Porque el que las compre “ciertamente hallará la vida, y consigue buena voluntad de Jehová”. (Proverbios 8:35.)

Una persona que comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová dijo: “Es una bendición poder decir que la verdad ha cambiado nuestras vidas”. También puede cambiar la suya. Entonces, ¡no deje que la verdad se le escape! Aprovéchese de esta oportunidad única para comprar la verdad, la sabiduría y el entendimiento. Nunca le pesará haberlo hecho.

[Notas a pie de página]

[Ilustración en la página 4]

El orgullo tal vez haya causado que Poncio Pilato dejara escapar la verdad