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Seamos humildes y sometámonos a nuestros amorosos pastoresLa Atalaya 2007 | 1 de abril
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La tercera razón para cooperar de buena gana con los superintendentes es que velan por nosotros “como los que han de rendir cuenta”. Estos pastores recuerdan que están al servicio de los Pastores celestiales, Jehová Dios y Jesucristo (Ezequiel 34:22-24). Jehová es el Dueño de las ovejas, a las que “compró con la sangre del Hijo suyo”, y pedirá cuentas a los superintendentes, quienes deben tratar a Su rebaño “con ternura” (Hechos 20:28, 29). En realidad, todos deberemos dar cuenta a Jehová por la manera en que respondemos a la dirección divina (Romanos 14:10-12). Al obedecer a los ancianos, también daremos prueba de que nos sometemos a Cristo, Cabeza de la congregación (Colosenses 2:19).
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Seamos humildes y sometámonos a nuestros amorosos pastoresLa Atalaya 2007 | 1 de abril
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A veces, un anciano quizás no siga las instrucciones del esclavo fiel y su Cuerpo Gobernante. Si no cambia de actitud, tendrá que rendir cuenta a Jehová, el “pastor y superintendente de [nuestras] almas” (1 Pedro 2:25). Ahora bien, el hecho de que un anciano cometa equivocaciones o sea negligente no justifica que adoptemos una actitud de insubordinación. Jehová nunca bendice ni la desobediencia ni la rebelión (Números 12:1, 2, 9-11).
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