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Imitemos a Jehová, el Dios que da ánimoLa Atalaya (estudio) 2018 | abril
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Imitemos a Jehová, el Dios que da ánimo
“Bendito sea el Dios [...] que nos consuela [o da ánimo] en toda nuestra tribulación” (2 COR. 1:3, 4).
1. ¿Cómo le dio ánimo y esperanza Jehová a la humanidad después de la rebelión de Edén?
DESDE que la humanidad cayó en el pecado y la imperfección, Jehová ha demostrado que es el Dios que da ánimo. Justo después de la rebelión de Edén, dio una profecía que, cuando se comprendiera, daría ánimo y esperanza a los futuros descendientes de Adán. Esta profecía está en Génesis 3:15 y promete que con el tiempo se acabará con Satanás y todas sus malvadas obras (1 Juan 3:8; Rev. 12:9).
JEHOVÁ ANIMÓ A SUS SIERVOS EN TIEMPOS ANTIGUOS
2. ¿Cómo animó Jehová a Noé?
2 Noé vivió en un mundo alejado de Dios, en el que los únicos que adoraban a Jehová eran él y su familia. Al ver que por todas partes había violencia y degradación sexual, podía haberse deprimido (Gén. 6:4, 5, 11; Jud. 6). Pero Jehová le dio el valor que necesitaba para seguir siendo fiel (Gén. 6:9). Le informó que iba a acabar con aquel mundo malo y le dijo qué hacer para que su familia sobreviviera (Gén. 6:13-18). Aquello debió animarlo mucho.
3. ¿Cómo animó Jehová a Josué? (Vea el dibujo del principio).
3 Años después, Josué recibió la enorme tarea de hacer que los israelitas ocuparan la Tierra Prometida. Para lograrlo, tenía que vencer a los poderosos ejércitos de las naciones que vivían en aquel territorio. Jehová sabía que Josué tenía razones de sobra para estar inquieto. Así que le mandó a Moisés que lo tranquilizara. Le dijo: “Comisiona a Josué y anímalo y fortalécelo, porque él es quien ha de atravesar delante de este pueblo y él es quien ha de hacer que hereden la tierra que tú verás” (Deut. 3:28). Y Jehová mismo también fortaleció a Josué con estas palabras: “¿No te he dado orden yo? Sé animoso y fuerte. No sufras sobresalto ni te aterrorices, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas” (Jos. 1:1, 9).
4, 5. a) ¿Qué ánimos le dio Jehová a su pueblo en tiempos antiguos? b) ¿Cómo animó Jehová a su Hijo?
4 Jehová no solo dio ánimos a algunos de sus siervos, sino también a todos ellos en conjunto. Por ejemplo, como sabía que el pueblo judío necesitaría consuelo cuando estuviera cautivo en Babilonia, le hizo esta promesa: “No tengas miedo, porque estoy contigo. No mires por todos lados, porque soy tu Dios. Yo ciertamente te fortificaré. Yo cierta y verdaderamente te ayudaré. Sí, yo verdaderamente te mantendré firmemente asido con mi diestra de justicia” (Is. 41:10). Los primeros cristianos tenían esa misma seguridad, y también la tenemos nosotros hoy (lea 2 Corintios 1:3, 4).
5 Jehová también le dio ánimos a su Hijo, Jesús. Cuando este se bautizó, oyó una voz decir desde el cielo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado” (Mat. 3:17). De seguro, estas palabras lo fortalecieron durante su ministerio.
EL EJEMPLO DE JESÚS
6. ¿A qué nos anima la parábola de los talentos?
6 Jesús copió el ejemplo de su Padre. Veamos un caso. En la parábola de los talentos, animó a sus discípulos a seguir sirviendo a Jehová con fidelidad. En esta historia, el amo honró a cada uno de sus esclavos fieles con estas palabras: “¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Fuiste fiel sobre unas cuantas cosas. Te nombraré sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu amo” (Mat. 25:21, 23).
7. a) ¿Cómo animaba Jesús a sus apóstoles? b) ¿Cómo le dio ánimos a Pedro en particular?
7 Jesús siempre animaba a sus apóstoles, incluso cuando a veces hacían cosas que lo decepcionaban. Por ejemplo, a menudo discutían sobre cuál de ellos era el más importante. Pero Jesús les recordaba con paciencia que debían ser humildes y comportarse como siervos unos de otros, no como jefes (Luc. 22:24-26). Pedro en particular decepcionó a Jesús en varias ocasiones (Mat. 16:21-23; 26:31-35, 75). Sin embargo, Jesús no lo rechazó, sino que le dio ánimos y hasta le encargó fortalecer a sus hermanos (Juan 21:16).
EL EJEMPLO DE SIERVOS DE DIOS DE LA ANTIGÜEDAD
8. ¿Qué les dijo Ezequías a los jefes militares y al pueblo de Judá para fortalecerlos?
8 Antes de que Jesús viniera a la Tierra y diera un ejemplo perfecto, los siervos fieles de Dios ya comprendían muy bien la importancia de animar a los demás. Veamos lo que hizo el rey Ezequías. Cuando los asirios amenazaban Judá, reunió a los jefes militares y al pueblo, y les dirigió unas palabras que los fortalecieron (lea 2 Crónicas 32:6-8).
9. ¿Qué aprendemos de Job sobre dar ánimo?
9 Hablemos ahora de lo que le ocurrió a Job. Él estaba deprimido, pero quienes fueron a darle ánimos resultaron ser “consoladores molestos” y solo le dijeron palabras hirientes. Aun así, él mismo les enseñó a animar a los demás. Les dijo que, si él estuviera en su lugar, les diría cosas que los fortalecieran y los hicieran sentirse mejor (Job 16:1-5). Al final, fueron Elihú y Jehová mismo quienes animaron a Job (Job 33:24, 25; 36:1, 11; 42:7, 10).
10, 11. a) ¿Por qué necesitaba consuelo y ánimo la hija de Jefté? b) ¿Quiénes merecen también que se les felicite y anime en la actualidad?
10 La hija de Jefté también necesitó que le dieran consuelo. Este juez iba a luchar contra los ammonitas. Le prometió a Jehová que, si le daba la victoria, entregaría para su servicio en el tabernáculo a la primera persona que saliera a recibirlo después de la batalla. Pues bien, quien salió a celebrar la victoria con él fue su hija. Jefté se sintió muy triste, pues no tenía más hijos. Pero cumplió su palabra y envió a su hija a Siló para que sirviera en el tabernáculo el resto de su vida (Juec. 11:30-35).
11 Aquello fue difícil para Jefté, pero debió de ser todavía más difícil para su hija. Aun así, ella estuvo dispuesta a hacer lo que su padre había decidido (Juec. 11:36, 37). Renunció a su derecho a casarse, a tener hijos y a conservar el nombre y la herencia familiar. Sin duda, necesitaba mucho consuelo y ánimo. La Biblia dice: “Vino a ser disposición reglamentaria en Israel: De año en año las hijas de Israel iban a dar encomio a la hija de Jefté el galaadita, cuatro días en el año” (Juec. 11:39, 40). En la actualidad, los cristianos que están solteros y se concentran en “las cosas del Señor” merecen también que se les felicite y anime (1 Cor. 7:32-35).
EL EJEMPLO DE LOS APÓSTOLES
12, 13. ¿Cómo fortaleció Pedro a sus hermanos?
12 La noche antes de morir, Jesús le dijo al apóstol Pedro: “Simón, Simón, ¡mira! Satanás ha demandado tenerlos para zarandearlos como a trigo. Mas yo he hecho ruego a favor de ti para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez que hayas vuelto, fortalece a tus hermanos” (Luc. 22:31, 32).
Las cartas de los apóstoles fueron una fuente de ánimo para las congregaciones del siglo primero y siguen siéndolo hoy día. (Vea los párrafos 12 a 17).
13 Pedro llegó a ser una columna de la congregación cristiana del siglo primero (Gál. 2:9). El valor que demostró en Pentecostés y en ocasiones posteriores les sirvió de ánimo a sus hermanos. Hacia el final de su larga vida de servicio a Dios, les escribió y les dijo: “Les he escrito en pocas palabras, para dar estímulo y un testimonio sincero de que esta es la verdadera bondad inmerecida de Dios; en la cual, estén firmes” (1 Ped. 5:12). Las cartas de Pedro han sido una fuente de estímulo para los cristianos a lo largo de los siglos. Y hoy día seguimos necesitando ese ánimo mientras esperamos que se cumplan las promesas de Jehová (2 Ped. 3:13).
14, 15. ¿Por qué han animado durante siglos a los cristianos los libros bíblicos que escribió el apóstol Juan?
14 Otra columna de la congregación cristiana del siglo primero fue el apóstol Juan. Su fascinante relato del ministerio de Jesús ha animado a los cristianos a lo largo de los siglos y nos sigue animando hoy día. Por ejemplo, su evangelio es el único donde se registra que Jesús dijo que el amor identifica a sus verdaderos discípulos (lea Juan 13:34, 35).
15 Sus tres cartas contienen muchas otras enseñanzas valiosas. Por ejemplo, cuando nos sentimos hundidos por nuestros errores, ¿verdad que nos alivia leer que la sangre de Jesús “nos limpia de todo pecado”? (1 Juan 1:7). Y, si nuestro corazón no deja de condenarnos, ¿verdad que nos conmovemos al leer que “Dios es mayor que nuestro corazón”? (1 Juan 3:20). Juan fue el único que escribió que “Dios es amor” (1 Juan 4:8, 16). Y, en su segunda y tercera cartas, felicita a los cristianos que siguen “andando en la verdad” (2 Juan 4; 3 Juan 3, 4).
16, 17. ¿Cómo animó el apóstol Pablo a los primeros cristianos?
16 El apóstol que más hizo para animar a sus hermanos tal vez fue Pablo. Al parecer, en los inicios del cristianismo, la mayoría de los apóstoles permanecieron en Jerusalén, donde estaba el cuerpo gobernante (Hech. 8:14; 15:2). Los cristianos de Judea les hablaban de Cristo a personas que, debido a la influencia del judaísmo, creían en un solo Dios. En cambio, el espíritu santo envió al apóstol Pablo a predicar a los habitantes del mundo grecorromano, quienes adoraban a muchos dioses (Gál. 2:7-9; 1 Tim. 2:7).
17 Pablo viajó a lo largo y ancho de lo que hoy es Turquía, así como por Grecia e Italia, y formó congregaciones entre los no judíos. Aquellos nuevos cristianos necesitaban mucho ánimo porque los perseguían “sus propios compatriotas” (1 Tes. 2:14). En la carta que le escribió hacia el año 50 a la joven congregación de Tesalónica, Pablo les dijo a sus hermanos: “Siempre damos gracias a Dios cuando hacemos mención respecto a todos ustedes en nuestras oraciones, porque incesantemente tenemos presentes su fiel obra y su amorosa labor y su aguante” (1 Tes. 1:2, 3). Además, les dio este mandato: “Sigan consolándose unos a otros y edificándose unos a otros” (1 Tes. 5:11).
EL EJEMPLO DEL CUERPO GOBERNANTE
18. ¿Cómo animó el cuerpo gobernante a Felipe?
18 En el siglo primero, Jehová usó al cuerpo gobernante para dar ánimo a todos los cristianos, entre ellos a quienes dirigían las congregaciones. Cuando Felipe les habló de Cristo a los samaritanos, los hermanos del cuerpo gobernante le dieron todo su apoyo. De hecho, enviaron a dos de sus miembros, Pedro y Juan, para que le pidieran a Jehová que los nuevos cristianos recibieran el espíritu santo (Hech. 8:5, 14-17). Seguro que este apoyo animó mucho al propio Felipe y a quienes se habían convertido al cristianismo.
19. ¿Qué efecto tuvo en los primeros cristianos la carta del cuerpo gobernante?
19 Tiempo después, se le preguntó al cuerpo gobernante si los cristianos que no eran de origen judío debían circuncidarse, tal y como mandaba la ley de Moisés a los judíos (Hech. 15:1, 2). Los miembros del cuerpo gobernante le pidieron a Dios su espíritu santo, razonaron sobre lo que decían las Escrituras y decidieron que ya no era necesario circuncidarse. Para comunicar su decisión, escribieron una carta y se la enviaron a las congregaciones por medio de sus representantes. Cuando los cristianos la leyeron, “se regocijaron por el estímulo” (Hech. 15:27-32).
20. a) ¿Cómo anima hoy el Cuerpo Gobernante a la hermandad mundial? b) ¿Qué veremos en el siguiente artículo?
20 Hoy día, el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová da ánimo a los miembros de la familia Betel, a los demás siervos especiales de tiempo completo y, por supuesto, a toda la hermandad mundial de cristianos verdaderos. Igual que en el siglo primero, todos nos alegramos de recibir su estímulo. Además, el Cuerpo Gobernante publicó en el año 2015 el folleto Jehová desea que vuelva para animar a personas de todo el mundo a regresar a la verdad. Ahora bien, ¿son los hermanos que dirigen la obra los únicos que deben imitar a Jehová y dar ánimo a los demás? Lo veremos en el siguiente artículo.
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Animémonos unos a otros ahora más que nuncaLa Atalaya (estudio) 2018 | abril
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Animémonos unos a otros ahora más que nunca
“Considerémonos unos a otros [...,] animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca” (HEB. 10:24, 25).
1. ¿Por qué les dijo Pablo a los cristianos hebreos que se animaran unos a otros entonces más que nunca?
HOY más que nunca, debemos animarnos unos a otros. ¿Por qué? En su carta a los hebreos, el apóstol Pablo dijo: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca” (Heb. 10:24, 25). Cinco años después, aquellos cristianos verían acercarse el “día de Jehová” sobre Jerusalén. Comprenderían que la señal que Jesús profetizó se estaba cumpliendo y que debían huir de la ciudad (Hech. 2:19, 20; Luc. 21:20-22). Aquel día de Jehová llegó en el año 70, cuando los romanos ejecutaron el castigo divino sobre Jerusalén.
2. ¿Por qué debemos estar cada vez más pendientes de animarnos unos a otros?
2 En nuestros días, tenemos razones de sobra para creer que está cerca el día de Jehová, que será “grande y muy inspirador de temor” (Joel 2:11). Y las palabras de Sofonías 1:14 se cumplen también en la actualidad: “El gran día de Jehová está cerca. Está cerca, y hay un apresurarse muchísimo de él”. Por eso, Pablo nos dice: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes” (Heb. 10:24). En otras palabras, debemos estar cada vez más pendientes de nuestros hermanos para que podamos animarlos cuando lo necesiten.
¿QUIÉNES NECESITAN ÁNIMO?
3. ¿Qué mostró el apóstol Pablo sobre el ánimo? (Vea el dibujo del principio).
3 La Biblia dice que “la solicitud ansiosa en el corazón de un hombre es lo que lo agobia, pero la buena palabra es lo que lo regocija” (Prov. 12:25). Así es, todos necesitamos de vez en cuando unas palabras de aliento. Pablo mostró que incluso quienes dan ánimo también necesitan recibirlo. A los cristianos que vivían en Roma les escribió: “Anhelo verlos, para impartirles algún don espiritual a fin de que se les haga firmes; o, más bien, para que haya un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía” (Rom. 1:11, 12). Como vemos, hasta el apóstol Pablo a veces necesitaba que lo animaran (lea Romanos 15:30-32).
4, 5. ¿Quiénes necesitan ánimos hoy día, y por qué?
4 Muchos hermanos hacen grandes sacrificios en su vida para dedicarse a servir a Jehová a tiempo completo. Entre ellos están los fieles precursores, los misioneros, los betelitas, los superintendentes de circuito y sus esposas, y los hermanos que trabajan en las oficinas remotas de traducción. Todos ellos merecen que los elogiemos, y debemos hacerlo. Otros hermanos que también agradecen que les demos ánimo son los que fueron siervos de tiempo completo pero por distintas razones ya no pueden serlo.
5 ¿Quiénes más necesitan ánimos? Los hermanos y hermanas que están solteros porque desean obedecer el mandato de casarse “solo en el Señor” (1 Cor. 7:39). Las esposas necesitan que sus maridos les digan cuánto las aman y cuánto valoran todos sus esfuerzos (Prov. 31:28, 31). Y no debemos olvidar a los cristianos que se mantienen fieles ante la persecución o la mala salud (2 Tes. 1:3-5). Jehová y Jesucristo consuelan a todos estos hermanos tan leales (lea 2 Tesalonicenses 2:16, 17).
LOS ANCIANOS SE ESFUERZAN POR ANIMARNOS
6. ¿Qué función tienen los ancianos según Isaías 32:1, 2?
6 (Lea Isaías 32:1, 2). Vivimos en tiempos difíciles, así que es fácil que nos sintamos tristes o desanimados. Jesucristo nos suministra ánimo y guía mediante sus “príncipes”, que son los ancianos, tanto ungidos como de las otras ovejas. Los ancianos no son “amos sobre la fe” de sus hermanos, sino “colaboradores para su gozo”. Ellos desean ayudarnos a ser felices y permanecer fieles (2 Cor. 1:24).
7, 8. ¿Cómo pueden animar los ancianos a sus hermanos, además de con palabras?
7 Los ancianos hacen bien en copiar el ejemplo del apóstol Pablo. Él escribió a los cristianos que sufrían persecución en la ciudad de Tesalónica: “Teniéndoles tierno cariño, nos fue de mucho agrado impartirles, no solo las buenas nuevas de Dios, sino también nuestras propias almas, porque ustedes llegaron a sernos amados” (1 Tes. 2:8).
8 Pablo mostró que a veces no basta con animar con palabras. Les dijo a los ancianos de la ciudad de Éfeso: “Tienen que prestar ayuda a los que son débiles, y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’” (Hech. 20:35). Pablo no solo estaba dispuesto a animar a sus hermanos, sino a hacer mucho más. Les dijo: “Gastaré [todo lo que tengo] y quedaré completamente gastado por sus almas” (2 Cor. 12:15). De manera parecida, los ancianos no solo deben animar y consolar a sus hermanos con palabras, sino también con obras. Así demuestran que de verdad se interesan por ellos (1 Cor. 14:3).
9. ¿Qué ayudará a los ancianos a aconsejar o corregir a sus hermanos de manera animadora?
9 Para fortalecer a sus hermanos, los ancianos a veces tienen que aconsejarlos o corregirlos. Si quieren hacerlo de manera animadora, deben recordar lo que enseña la Biblia. Jesús mismo dio un ejemplo excelente después de su muerte y resurrección, cuando tuvo que corregir con firmeza a varias congregaciones de Asia Menor. A las de Éfeso, Pérgamo y Tiatira las felicitó con cariño antes de corregirlas (Rev. 2:1-5, 12, 13, 18, 19). Y a la congregación de Laodicea le dijo: “A todos aquellos a quienes les tengo cariño los censuro y los disciplino. Por lo tanto, sé celoso y arrepiéntete” (Rev. 3:19). Sin duda, los ancianos hacen bien en seguir el ejemplo de Cristo cuando tienen que ofrecer consejos.
LOS ANCIANOS NO SON LOS ÚNICOS QUE DEBEN ANIMAR A OTROS
Padres, ¿están enseñando a sus hijos a animar a los hermanos? (Vea el párrafo 10).
10. ¿Qué podemos hacer todos para fortalecernos unos a otros?
10 Ahora bien, los ancianos no son los únicos que tienen la responsabilidad de animar a otros. Pablo nos manda a todos los cristianos que digamos lo que sea “bueno para edificación según haya necesidad, para que imparta lo que sea favorable” a los demás (Efes. 4:29). En efecto, todos debemos estar pendientes de nuestros hermanos y fijarnos en lo que necesitan. Pablo les dijo a los cristianos hebreos: “Enderecen las manos que cuelgan y las rodillas debilitadas, y sigan haciendo sendas rectas para sus pies, para que lo cojo no se descoyunte, sino que, más bien, sea sanado” (Heb. 12:12, 13). Incluso los jóvenes pueden dar palabras de ánimo a los hermanos.
11. ¿Qué ayuda recibió una hermana cuando estaba deprimida?
11 Veamos el caso de una Testigo llamada Marthe,a que pasó por una depresión. Ella escribe: “Un día en el que le había pedido ayuda a Jehová, me encontré con una hermana mayor. Ella hizo justo lo que yo necesitaba en ese momento: tratarme con cariño y compasión. También me contó que había pasado por una situación parecida a la mía, y dejé de sentirme tan sola”. Puede que la hermana mayor ni se imaginara lo mucho que ayudaron sus palabras a Marthe.
12, 13. ¿Cómo podemos seguir el consejo de Filipenses 2:1-4?
12 Pablo les dio este consejo a todos los miembros de la congregación de Filipos: “Si hay, pues, algún estímulo en Cristo, si alguna consolación de amor, si alguna participación de espíritu, si algunos tiernos cariños y compasiones, hagan pleno mi gozo por ser ustedes de la misma mente y tener el mismo amor, estando unidos en alma, teniendo presente el mismo pensamiento, no haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores a ustedes, no vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás” (Filip. 2:1-4).
13 Este pasaje nos muestra que todos debemos esforzarnos por estar pendientes de cómo animar a nuestros hermanos. Podemos ofrecerles consuelo, amor, compañerismo espiritual, cariño y compasión.
ALGUNAS FORMAS DE DAR ÁNIMO
14. ¿Qué puede servir de mucho ánimo?
14 Algo que nos alegra mucho es saber que aquellos a quienes ayudamos en el pasado siguen hoy sirviendo a Jehová. El apóstol Juan escribió: “No tengo mayor causa de sentir agradecimiento que estas cosas: que oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad” (3 Juan 4). Muchos precursores confirman que es muy animador saber que una persona a quien hace mucho le dieron clases de la Biblia sigue fiel a Jehová o incluso está en el precursorado. Así que, si le recordamos a un precursor desanimado todo lo que ha hecho por otras personas, puede sentirse mucho mejor.
15. Mencione una manera de animar a quienes sirven fielmente a Jehová.
15 Muchos superintendentes de circuito han dicho lo bien que se han sentido ellos y sus esposas al recibir una simple nota en la que algún hermano les da las gracias por visitar su congregación. Y algo parecido les ocurre a los ancianos, misioneros, precursores y betelitas cuando se les agradece su servicio fiel.
COSAS QUE TODOS PODEMOS HACER
16. ¿Se necesita mucho para animar a alguien?
16 Si somos tímidos o de pocas palabras, no debemos pensar que no podemos animar a otros. En realidad, no es tan difícil hacerlo. Por ejemplo, cuando saludamos a un hermano, podemos intentar sonreírle. Si no nos devuelve la sonrisa, quizás sea porque tiene algún problema y necesita hablar con alguien. Puede que con tan solo escucharlo lo ayudemos a sentirse mejor (Sant. 1:19).
17. ¿Qué ayuda recibió un hermano joven?
17 Veamos el caso de un hermano joven llamado Henri. Estaba muy desanimado porque varios parientes cercanos habían dejado la verdad, entre ellos su padre, que había sido un anciano respetado. Para animar a Henri, un superintendente de circuito lo llevó a una cafetería y lo escuchó mientras este le contaba cómo se sentía. Henri comprendió que la única forma de ayudar a su familia a regresar a Jehová era manteniéndose fiel. También lo consoló mucho leer el Salmo 46, Sofonías 3:17 y Marcos 10:29, 30.
Todos podemos ayudar a quienes necesitan ánimo. (Vea el párrafo 18).
18. a) ¿Qué dijo el rey Salomón? b) ¿Qué sugirió el apóstol Pablo?
18 ¿Qué aprendemos de los ejemplos de Henri y de Marthe, mencionada en el párrafo 11? Que todos podemos ayudar a quienes necesitan ánimo. El rey Salomón escribió: “Una palabra a su tiempo apropiado, ¡oh, cuán buena es!”. Y también dijo que “el brillo de los ojos regocija el corazón” y que “un informe que es bueno engorda los huesos” (Prov. 15:23, 30). Si vemos que alguien está decaído, ¿qué podemos hacer? Tal vez podamos leerle La Atalaya o información de nuestra página de Internet. Por otro lado, Pablo escribió: “Sigan enseñándose y amonestándose [o animándose] unos a otros con salmos, alabanzas a Dios, canciones espirituales con gracia, cantando en sus corazones a Jehová” (Col. 3:16; Hech. 16:25). Como vemos, cantar juntos canciones del Reino también puede hacernos sentir mejor.
19. ¿Por qué será cada vez más importante que nos animemos unos a otros, y qué debemos hacer?
19 Mientras más se acerque el día de Jehová, más importante será que nos animemos unos a otros (Heb. 10:25). Por eso, obedezcamos siempre este consejo del apóstol Pablo: “Sigan consolándose unos a otros y edificándose unos a otros, así como de hecho lo están haciendo” (1 Tes. 5:11).
a Se han cambiado los nombres.
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