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  • El aguante que lleva a la victoria
    La Atalaya 1991 | 1 de noviembre
    • El aguante que lleva a la victoria

      “Ustedes tienen necesidad de aguante, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa.” (HEBREOS 10:36.)

      1. ¿Por qué es esencial el aguante para todo el que sirve a Jehová Dios hoy día?

      EL MUNDO entero yace en el poder de un dios sedicioso. El gobernante invisible del mundo, Satanás el Diablo, concentra todos sus esfuerzos en oponerse a Jehová y luchar contra el que el Reino Mesiánico vindique la soberanía universal de Jehová. Esto hace inevitable que la persona que se dedica a Dios y se pone de Su lado en la cuestión de la soberanía reciba continuamente la oposición de este mundo. (Juan 15:18-20; 1 Juan 5:19.) Por eso cada uno de nosotros tiene que prepararse para aguantar hasta que este mundo caiga totalmente derrotado en Armagedón. Para estar entre los siervos victoriosos de Dios que vencen al mundo por su fe e integridad, tenemos que persistir tenazmente hasta el fin. (1 Juan 5:4.) ¿Cómo podemos hacer eso?

      2, 3. ¿Cómo son Jehová Dios y Jesucristo los mayores ejemplos de aguante?

      2 En primer lugar, podemos recibir estímulo de dos ejemplos sobresalientes de aguante. ¿Cuáles son? Uno es Jesucristo, “el primogénito de toda la creación”, quien ha perseverado fielmente en servir a Dios desde que se le dio existencia en un tiempo desconocido en el pasado. Al persistir en su servicio a Dios fielmente, Jesús llegó a ser un ejemplo para todas las criaturas inteligentes a las que después se dio existencia en el cielo y en la Tierra. (Colosenses 1:15, 16.) Sin embargo, el mayor ejemplo de aguante es Jehová Dios, quien por mucho tiempo ha aguantado la rebelión contra su soberanía universal y la seguirá aguantando hasta que actúe para resolver de forma concluyente la cuestión de la soberanía.

      3 Jehová ha aguantado de modo ejemplar en asuntos relacionados con su dignidad y sus sentimientos personales más profundos. Se ha contenido a pesar de gran provocación y se ha retenido de actuar contra los que lo han injuriado... entre ellos Satanás el Diablo. Estamos agradecidos por el aguante y la misericordia de Dios. Sin estos no habríamos disfrutado siquiera de la más breve existencia. Sí, Jehová Dios se ha singularizado hasta más allá de toda comparación por su aguante.

      4, 5. a) ¿Cómo muestra la ilustración de Pablo sobre un alfarero el aguante y la misericordia que ha ejercido Dios? b) ¿Cómo se demostrará que Dios no ha mostrado misericordia en vano?

      4 El apóstol Pablo señala tanto al aguante como a la misericordia de Dios cuando dice: “¿No tiene el alfarero autoridad sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso, otro para uso deshonroso? Pues, si Dios, aunque tiene la voluntad de demostrar su ira y de dar a conocer su poder, toleró con mucha y gran paciencia vasos de ira hechos a propósito para la destrucción, a fin de dar a conocer las riquezas de su gloria sobre vasos de misericordia, que él preparó de antemano para gloria, a saber, nosotros, a quienes llamó no solo de entre los judíos, sino también de entre las naciones, ¿qué hay de ello?”. (Romanos 9:21-24.)

      5 Como muestran esas palabras, durante el período actual de su aguante Jehová sigue adelante con su glorioso propósito y muestra misericordia a algunos vasos humanos. Prepara estos vasos para gloria eterna y así derrota los propósitos inicuos de su gran opositor, Satanás el Diablo, y de todos los secuaces de este. No todos los seres humanos han resultado ser vasos de ira, vasos que merezcan destrucción. Eso habla bien del aguante paciente del Dios Todopoderoso. Él no habrá mostrado misericordia en vano. Esta redundará en: 1) una gloriosa familia del Reino en los cielos bajo el Hijo amado de Jehová, Jesucristo, y 2) una raza de criaturas humanas rehabilitadas y perfeccionadas en una Tierra paradisíaca, todas herederas de la vida eterna.

      Aguantemos hasta el fin

      6. a) ¿Por qué no pueden los cristianos evitar que se ponga a prueba su aguante? b) ¿Qué denota por lo general la palabra griega que se traduce “aguante”?

      6 Con esa maravillosa esperanza por delante, estas palabras de Jesús que sirven para prepararnos deben resonar constantemente en nuestros oídos: “El que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo”. (Mateo 24:13.) Es importante empezar bien en el derrotero del discípulo cristiano. Pero lo que importa finalmente es cómo aguantamos, lo bien que terminamos esa carrera. El apóstol Pablo recalcó esto cuando dijo: “Ustedes tienen necesidad de aguante, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa”. (Hebreos 10:36.) La palabra griega que aquí se traduce “aguante” es hy·po·mo·né. Esta por lo general denota un aguante valeroso, firme o paciente que no pierde la esperanza frente a obstáculos, persecuciones, pruebas ni tentaciones. Si esperamos alcanzar con el tiempo la salvación, tenemos que someternos a una prueba de aguante como parte de la preparación esencial para esa salvación.

      7. ¿Qué engaño tenemos que evitar, y el ejemplo de quiénes nos ayudará a aguantar?

      7 Aunque nos parezca agradable, no debemos engañarnos con la idea de que podemos acabar con la prueba rápidamente. Para solucionar terminantemente las cuestiones de la soberanía universal y la integridad del hombre, Jehová no se ha eximido a sí mismo de aguantar. Ha aguantado cosas desagradables aunque pudo haberlas eliminado al instante. Jesucristo también fue un dechado de aguante. (1 Pedro 2:21; compárese con Romanos 15:3-5.) Ante estos brillantes ejemplos, de seguro nosotros también estamos dispuestos a aguantar hasta el mismo fin. (Hebreos 12:2, 3.)

      Requisito necesario

      8. ¿Qué cualidad que todos necesitamos demostró el apóstol Pablo?

      8 A ningún siervo de Dios, ni siquiera de tiempos remotos, se le ha eximido de tener que probar su integridad por aguante. Personas muy destacadas de la historia bíblica que permanecieron fieles hasta la muerte y satisficieron los requisitos para recibir vida eterna en los cielos tuvieron que dejar probada su constancia. Por ejemplo, el ex fariseo Saulo de Tarso dijo a los corintios: “No resulté ser inferior a sus apóstoles superfinos ni en una sola cosa, aunque nada soy. En verdad, las señales de apóstol fueron producidas entre ustedes por todo aguante, y por señales y portentos presagiosos y obras poderosas”. (2 Corintios 12:11, 12.) Pese a las cargas de la obra, Pablo tenía en tan alta estima su ministerio que aguantó muchas cosas y se esforzó por no traer ningún oprobio a este. (2 Corintios 6:3, 4, 9.)

      9. a) ¿Cómo han desplegado aguante los del resto ungido, y con qué resultado? b) ¿Qué nos sirve de aliciente para continuar fieles en el servicio divino?

      9 En tiempos más recientes, cristianos ungidos que servían a Dios antes de la primera guerra mundial sabían que 1914 marcaría el fin de los Tiempos de los Gentiles, y muchos de ellos esperaban recibir su recompensa celestial en aquel año memorable. Pero aquello no sucedió. Como muestran ahora los hechos, se les añadieron décadas de años. Durante esta inesperada prolongación de su carrera en la vida en la Tierra experimentaron refinación a manos de Jehová Dios. (Zacarías 13:9; Malaquías 3:2, 3.) El aguante continuo redundó en su mejoramiento. Como siervos de Jehová, se regocijaron de que se les designara como el pueblo que lleva Su nombre. (Isaías 43:10-12; Hechos 15:14.) Hoy día, después de habérseles conservado a través de dos guerras mundiales y numerosos conflictos menores, les emociona tener la ayuda de una creciente gran muchedumbre de otras ovejas —que ahora son más de 4.000.000— para esparcir las buenas nuevas. El paraíso espiritual de que disfrutan se ha extendido por toda la Tierra, sí, hasta las más distantes islas del mar. Este trato favorecido, que apreciamos cada vez más mientras más tiempo vivimos, nos ha servido de aliciente para continuar fieles en el servicio divino hasta que la voluntad y el propósito de Jehová se cumplan por completo.

      10. ¿Qué necesitamos regularmente para no debilitarnos?

      10 Puesto que nuestra recompensa depende de nuestra constancia, necesitamos de continuo exhortación sobre este asunto vital. (1 Corintios 15:58; Colosenses 1:23.) Para que no haya debilidad dentro del pueblo de Jehová, se nos tiene que estimular regularmente a mantener bien asidos la verdad y el preciado privilegio de esparcir la verdad, tal como en el primer siglo se estimuló a las congregaciones recién formadas mediante visitas posteriores de Pablo y Bernabé. (Hechos 14:21, 22.) Que nuestra firme resolución y determinación sea —como la expresó el apóstol Juan— que la verdad permanezca en nosotros, “y esta estará con nosotros para siempre”. (2 Juan 2.)

      Esperemos con aguante, sin vacilación

      11. ¿Cuál parece ser la regla de Dios con relación a sus siervos, y cómo se ilustró esto en el caso de José?

      11 Toma tiempo el que la prueba relacionada con nosotros se complete. (Santiago 1:2-4.) ¡Esperar!, ¡esperar!, ¡esperar! parece haber sido la regla de Dios con relación a sus siervos de la antigüedad cuando se les sometió a prueba en cuanto a su resolución de continuar en la fe. Pero al final la espera siempre resultó remuneradora para aquellos siervos fieles. Por ejemplo, José tuvo que esperar 13 años como esclavo y preso, pero aquella experiencia refinó su personalidad. (Salmo 105:17-19.)

      12, 13. a) ¿Cómo fue Abrahán un ejemplo de aguante fiel? b) ¿De qué manera son un modelo para nosotros la fe y el aguante de Abrahán?

      12 Abrahán ya tenía 75 años de edad cuando Dios le pidió que saliera de Ur de los caldeos y fuera a la Tierra Prometida. Tenía unos 125 años cuando recibió la confirmación jurada de la promesa de Dios, lo cual sucedió inmediatamente después que Abrahán demostró la firmeza de su fe al llegar hasta el punto de ofrecer a su amado hijo, Isaac, y detenerse solo cuando el ángel de Jehová le contuvo la mano e impidió el sacrificio. (Génesis 22:1-18.) Cincuenta años fue un tiempo largo para que Abrahán esperara como viajero en una tierra extranjera, pero resistió otros 50 años hasta que murió a los 175 años de edad. Por todo aquel tiempo Abrahán fue un testigo y profeta fiel de Jehová Dios. (Salmo 105:9-15.)

      13 La fe y el aguante de Abrahán se ponen como modelo para todos los siervos de Dios que desean recibir mediante Jesucristo, la Descendencia de Abrahán, las bendiciones prometidas. (Hebreos 11:8-10, 17-19.) Respecto a él leemos en Hebreos 6:11-15: “Deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas. Porque cuando Dios hizo su promesa a Abrahán, puesto que no podía jurar por nadie mayor, juró por sí mismo, diciendo: ‘De cierto, bendiciendo te bendeciré, y multiplicando te multiplicaré’. Y así, después que Abrahán hubo mostrado paciencia, obtuvo esta promesa”.

      14. ¿Por qué no debemos creer que la prueba de aguante es interminable y la recompensa ilusoria?

      14 Ya los del resto ungido han visto pasar 77 años desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914, cuando algunos de ellos aguardaban la glorificación celestial de la congregación cristiana verdadera. No sabemos cuánto tiempo más tendrá que esperar el resto. Entonces, ¿deberíamos vacilar y creer que la espera es interminable, y la recompensa una ilusión? ¡No! Eso nunca vindicaría la soberanía de Dios ni honraría su nombre. Él no estaría justificado ante el mundo cuando nos otorgara la victoria y el premio resultante de la vida eterna. Sin importar cuánto tiempo pase, los del resto, junto con sus compañeros fieles y mansos como ovejas, están resueltos a esperar que Jehová actúe a su propio tiempo. Al desplegar tal perseverancia ejemplar, siguen el derrotero de Abrahán. (Romanos 8:23-25.)

      15. a) ¿Cuál es nuestro lema, y a través de qué experiencias nos ha sostenido Dios triunfalmente? b) ¿Qué exhortación de Pablo sigue siendo oportuna para nuestros días?

      15 Por lo tanto, el lema todavía es: aguante sin vacilación al hacer la voluntad de Dios. (Romanos 2:6, 7.) En el pasado él nos ha sostenido a través de duras aflicciones, incluso encarcelamientos y campos de concentración, y nos ha salvado triunfalmente para la gloria de su nombre y su propósitoa. Durante el tiempo que aún queda para que se complete nuestra prueba, Jehová seguirá haciendo lo mismo. Esta exhortación de Pablo sigue siendo oportuna para nuestros días: “Porque ustedes necesitan paciencia y aguante constantes, para que puedan efectuar y cumplir por completo la voluntad de Dios, y así reciban y se lleven lo prometido y gocen completamente de ello”. (Hebreos 10:36, The Amplified Bible [La Biblia ampliada]; Romanos 8:37.)

      16. ¿Por qué no debemos ver nuestra dedicación a Jehová sencillamente de modo limitado o con reservas?

      16 Por eso, mientras Jehová tenga una obra que desee que hagamos en medio de este mundo inicuo queremos seguir el ejemplo de Jesús y estar ocupados en esa obra hasta que termine. (Juan 17:4.) No nos dedicamos a Jehová porque hubiéramos entendido que le serviríamos por solo un período breve y entonces vendría el Armagedón. Nuestra dedicación fue para siempre. La obra que Dios desea que hagamos no terminará en la batalla de Armagedón. No obstante, solo después de haber cumplido con la obra que debe efectuarse antes de Armagedón veremos las cosas grandiosas que vendrán cuando haya pasado esa gran guerra. Entonces, además del feliz privilegio de seguir haciendo la obra de Dios, se nos recompensará con las bendiciones que él ha prometido y que hemos esperado desde hace tiempo. (Romanos 8:32.)

      El amor a Dios nos ayuda a aguantar

      17, 18. a) En tiempos de tensión, ¿qué nos ayudará a aguantar con la aprobación de Dios? b) ¿Qué nos ayudará a alcanzar la victoria, y qué no decimos acerca del tiempo que resta?

      17 Cuando los tiempos están cargados de tensión, puede que nos preguntemos: ‘¿Cómo podemos seguir aguantando?’. ¿Qué respuesta tiene esa pregunta? Mediante amar a Dios con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas. “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha. Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla.” (1 Corintios 13:4, 7, 8.) A menos que aguantemos por amor a Dios, de nada vale nuestro aguante. Pero si soportamos las cargas a causa de nuestra devoción a Jehová, entonces nuestro aguante intensifica el amor que le tenemos. El amor de Jesús a Dios, su Padre, le hizo posible aguantar. (Juan 14:30, 31; Hebreos 12:2.) Si nuestro verdadero motivo es el amor a Dios, nuestro Padre, ¿hay algo que no podamos aguantar?

      18 Es nuestro amor sin vacilación a Jehová Dios lo que nos ha permitido seguir victoriosos contra el mundo durante este tiempo de prueba sumamente crítico. Y Jehová, mediante Jesucristo, continuará prestándonos la ayuda que necesitemos, prescindiendo de cuánto tiempo más permita que exista este viejo sistema de cosas. (1 Pedro 5:10.) Por supuesto, no predecimos cuánto tiempo queda todavía, y no fijamos ninguna fecha específica. Eso lo dejamos al Gran Observador de Tiempos, Jehová Dios. (Salmo 31:15.)

      19, 20. a) ¿Cómo debemos considerar cada día que pasa en el cual mostramos aguante? b) ¿Qué insensatez queremos evitar, y por qué?

      19 Con todo, la generación que se predijo que presenciaría y experimentaría “la conclusión del sistema de cosas” está ahora muy avanzada en años. (Mateo 24:3, 32-35.) Por eso, nunca olvidemos que cada día que pasa en el cual mostramos aguante es un día menos que tienen Satanás y sus demonios para contaminar el universo con su mismísima existencia y estamos un día más cerca del tiempo en que Jehová ya no aguantará o tolerará la existencia de “vasos de ira hechos a propósito para la destrucción”. (Romanos 9:22.) Pronto, cuando la gran paciencia de Jehová llegue a su fin, él desfogará su ira en los hombres y mujeres impíos. Así revelará que desaprueba el derrotero de ellos, aunque les haya permitido existir por todo este tiempo.

      20 Sería muy insensato que desistiéramos de nuestros esfuerzos amorosos por alcanzar el glorioso premio que se nos ofrece mediante Jesucristo. Más bien, estamos resueltos a continuar fieles como Testigos para Jehová en este tiempo sumamente importante en que Jehová está por vindicarse como Soberano Universal.

      [Nota a pie de página]

      a Por ejemplo, Christine Elizabeth King escribió: “Únicamente contra los Testigos el gobierno [nazi] fracasó, pues aunque habían matado a miles, la obra siguió adelante, y en mayo de 1945 el movimiento de los testigos de Jehová todavía estaba vivo, mientras que el nacionalsocialismo no. La cantidad de Testigos había aumentado, y no habían transigido. El movimiento había ganado mártires y había peleado con éxito una batalla más en la guerra de Jehová Dios” (The Nazi State and the New Religions: Five Case Studies in Non-Conformity [El Estado nazi y las nuevas religiones: Un estudio de cinco casos de disidencia], página 193).

  • Corramos la carrera con aguante
    La Atalaya 1991 | 1 de noviembre
    • Corramos la carrera con aguante

      “Corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros.” (HEBREOS 12:1.)

      1. a) ¿Qué se pone ante nosotros cuando nos dedicamos a Jehová Dios? b) ¿Para qué clase de carrera tiene que prepararse el cristiano?

      HABLANDO en sentido figurado, Dios puso ante nosotros una carrera cuando nos dedicamos a Jehová mediante Jesucristo. Al final de la carrera se otorgará un premio a todos los que la terminen con éxito. ¿Qué premio? ¡La vida eterna! Para ganar ese magnífico premio, el corredor cristiano tiene que prepararse, no para solo una carrera corta y rápida, sino para una carrera de larga distancia. De modo que va a necesitar aguante. Tendrá que aguantar tanto el esfuerzo de largo tiempo de la carrera misma como los obstáculos que se presenten durante ella.

      2, 3. a) ¿Qué nos ayudará a correr la carrera cristiana hasta el final? b) ¿Cómo ayudó el gozo a Jesús a correr con aguante la carrera?

      2 ¿Qué nos ayudará a correr esa carrera hasta el final? Pues bien, ¿qué ayudó a Jesús a aguantar mientras estuvo en la Tierra como hombre? Derivó fortaleza interna de la cualidad del gozo. Hebreos 12:1-3 dice: “Pues, entonces, porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Sí, consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas”.

      3 Durante todo su ministerio público, Jesús pudo mantenerse en la carrera debido al gozo de Jehová. (Compárese con Nehemías 8:10.) Su gozo le ayudó a aguantar hasta una muerte ignominiosa en el madero de tormento, después de lo cual experimentó el inexpresable gozo de que se le levantara de entre los muertos y de ascender a la diestra de su Padre, desde donde se encargaría de efectuar la obra de Dios hasta terminarla. Por su aguante como hombre que estuvo del lado de Dios, se asió de su derecho a la vida eterna. Sí, como dice Lucas 21:19: “Mediante el aguante de parte de ustedes adquirirán sus almas”.

      4. ¿Qué clase de ejemplo dio Jesús a sus compañeros de carrera, y en qué debemos concentrarnos?

      4 Jesucristo dio el mejor ejemplo a sus compañeros de carrera, y su ejemplo nos asegura que nosotros también podemos salir ganadores. (1 Pedro 2:21.) Lo que Jesús nos pide que hagamos, podemos hacerlo. Tal como él aguantó, nosotros también podemos. Y mientras aguantamos en constante imitación de él, debemos concentrarnos en las razones que tenemos para estar gozosos. (Juan 15:11, 20, 21.) El gozo nos fortalecerá para persistir en la carrera del servicio a Jehová hasta que alcancemos el glorioso premio de la vida eterna. (Colosenses 1:10, 11.)

      5. ¿Cómo podemos estar gozosos y fortalecidos para la carrera ante nosotros?

      5 Como ayuda para que persistamos en la carrera, Jehová suministra poder que sobrepasa lo normal. Cuando se nos persigue, ese poder y nuestra comprensión de por qué tenemos el privilegio de aguantar la persecución nos fortalecen. (2 Corintios 4:7-9.) Cualquier cosa que soportemos por honrar el nombre de Dios y apoyar su soberanía es razón para un gozo que nadie nos puede quitar. (Juan 16:22.) Esto explica por qué los apóstoles se regocijaron después que se les hubo azotado por orden del Sanedrín judío por haber dado testimonio de las cosas maravillosas que Jehová Dios había logrado con relación a Jesús: “Porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor del nombre de él”. (Hechos 5:41, 42.) No sintieron gozo por la persecución misma, sino por la profunda satisfacción interna de saber que agradaban a Jehová y a Jesús.

      6, 7. ¿Por qué puede alborozarse el corredor cristiano aunque experimente tribulaciones, y con qué resultado?

      6 Otro poder sustentador en nuestra vida es la esperanza que Dios nos ha dado. Como lo expresó Pablo: “Gocemos de paz con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, mediante quien también hemos obtenido nuestro acceso por fe a esta bondad inmerecida en la cual ahora nos mantenemos; y alborocémonos, basados en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo eso, sino que alborocémonos estando en tribulaciones, puesto que sabemos que la tribulación produce aguante; el aguante, a su vez, una condición aprobada; la condición aprobada, a su vez, esperanza, y la esperanza no conduce a la desilusión”. (Romanos 5:1-5.)

      7 Las tribulaciones mismas no son causa de gozo, pero los frutos de paz que ellas producen después sí lo son. Esos frutos son: aguante, una condición aprobada, esperanza y el cumplimiento de esa esperanza. El aguantar nos trae la aprobación divina. Al tener la aprobación de Dios, podemos esperar con confianza la realización de las promesas que él ha hecho. Esta esperanza nos mantiene en el derrotero correcto y nos anima en medio de la tribulación hasta que se cumpla la esperanza. (2 Corintios 4:16-18.)

      ¡Felices los que aguantan!

      8. ¿Por qué no es una pérdida de tiempo para nosotros este período de espera?

      8 Mientras esperamos el tiempo que Dios ha fijado para distribuir los premios a los corredores experimentamos cambios. Estos son mejoramientos espirituales en nosotros que son producto del afrontar las pruebas con éxito, y que nos traen gran favor ante Dios. Estos mejoramientos prueban lo que somos y nos dan la oportunidad de manifestar las mismas cualidades excelentes que desplegaron los fieles de la antigüedad, especialmente nuestro Dechado, Jesucristo. El discípulo Santiago dice: “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas, puesto que ustedes saben que esta cualidad probada de su fe obra aguante. Pero que el aguante tenga completa su obra, para que sean completos y sanos en todo respecto, sin tener deficiencia en nada”. (Santiago 1:2-4.) Sí, podemos esperar encararnos con diversas pruebas, pero estas nos ayudan a seguir cultivando las cualidades apropiadas. Así demostramos que nos mantendremos en esta carrera hasta ganar el premio, sin importar los obstáculos que encontremos.

      9, 10. a) ¿Por qué son felices los que aguantan las pruebas, y cómo debemos afrontarlas? b) ¿Quiénes fueron felices en la antigüedad, y cómo se nos puede contar entre ellos?

      9 ¡No es de extrañar, pues, que Santiago dijera: “Feliz es el hombre que sigue aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo”! (Santiago 1:12.) Afrontemos consecuentemente las pruebas, armados de las cualidades piadosas que nos fortalecen para vencerlas. (2 Pedro 1:5-8.)

      10 Recuerde que la manera como Dios trata con nosotros no es nueva. A los fieles de la “nube de testigos” de tiempos antiguos se les trató de la misma manera mientras demostraron su constancia a Dios. (Hebreos 12:1.) El hecho de que Dios los aprobó está registrado en su Palabra, y a todos los consideramos felices por haber resistido bajo las pruebas. Santiago dice: “Hermanos, tomen por modelo de sufrir el mal y de ejercer paciencia a los profetas, que hablaron en el nombre de Jehová. ¡Miren! Pronunciamos felices a los que han aguantado. Ustedes han oído del aguante de Job y han visto el resultado que Jehová dio, que Jehová es muy tierno en cariño, y misericordioso”. (Santiago 5:10, 11.) Se predijo que durante estos críticos últimos días aparecerían en la escena mundial personas que servirían a Jehová con integridad, tal como lo hicieron los profetas de la antigüedad. ¿No nos alegra ser las personas que estén obrando así? (Daniel 12:3; Revelación 7:9.)

      Apóyese en la animadora Palabra de Jehová

      11. ¿Cómo puede ayudarnos la Palabra de Dios a aguantar, y por qué no debemos ser como los pedregales de la parábola de Jesús?

      11 Pablo señaló a otra ayuda para desarrollar aguante cuando dijo que ‘mediante aguante paciente, y mediante el estímulo que proviene de las Escrituras, podemos asirnos firmemente de nuestra esperanza’. (Romanos 15:4, The Twentieth Century New Testament [Nuevo Testamento del siglo XX].) La verdad —la Palabra de Dios— tiene que quedar profundamente arraigada en nosotros para que podamos responder apropiadamente en todo momento. No nos beneficiamos en absoluto si somos como el suelo rocoso que Jesús describió en su parábola del sembrador: “Estos son los que han sido sembrados sobre los pedregales: luego que han oído la palabra, la aceptan con gozo. Sin embargo, no tienen raíz en sí mismos, sino que continúan por un tiempo; entonces, luego que surge tribulación o persecución a causa de la palabra, se les hace tropezar”. (Marcos 4:16, 17.) La verdad de la Palabra de Dios no se arraiga profundamente en tales personas; por eso, en tiempos de tribulación no pueden apoyarse en ella como la fuente verdadera de fortaleza y esperanza.

      12. ¿En cuanto a qué no debemos engañarnos al aceptar las buenas nuevas?

      12 Nadie que acepta las buenas nuevas del Reino debe engañarse en cuanto a lo que le espera. Ha emprendido en la vida un derrotero que trae tribulación o persecución. (2 Timoteo 3:12.) Pero debe ver como “todo gozo” el privilegio de experimentar diversas pruebas por estar firmemente asidos de la Palabra de Dios y hablar de ella a otras personas. (Santiago 1:2, 3.)

      13. ¿Cómo y por qué se regocijó Pablo respecto a los cristianos de Tesalónica?

      13 En el primer siglo, opositores en Tesalónica se alborotaron por la predicación de Pablo. Cuando Pablo fue a Berea, aquellos perseguidores lo siguieron hasta aquella ciudad para causar más dificultades. A los fieles que quedaron en Tesalónica el apóstol perseguido escribió: “Estamos obligados a dar gracias a Dios siempre por ustedes, hermanos, como es apropiado, porque su fe está creciendo en gran manera y el amor de cada uno de ustedes, y todos, está aumentando, el uno para con el otro. Como resultado, nosotros mismos nos gloriamos de ustedes entre las congregaciones de Dios a causa del aguante y la fe de ustedes en todas sus persecuciones y las tribulaciones que están soportando. Esto es prueba del justo juicio de Dios, que conduce a que se les considere dignos del reino de Dios, por el cual verdaderamente están sufriendo”. (2 Tesalonicenses 1:3-5.) A pesar de lo que sufrieron a causa de sus enemigos, los cristianos tesalonicenses se asemejaron más a Cristo y crecieron en número. ¿Cómo lo lograron? Pues derivaron fortaleza de la animadora Palabra de Jehová. Obedecieron las órdenes del Señor y corrieron con aguante la carrera. (2 Tesalonicenses 2:13-17.)

      Para la salvación de otros

      14. a) ¿Por qué razones nos mantenemos gozosos en el ministerio a pesar de las penalidades? b) ¿Qué pedimos en oración, y por qué?

      14 Fielmente y sin quejas soportamos penalidades y persecuciones principalmente a causa de la vindicación de Dios. Pero hay otra razón altruista por la que nos sometemos a esas cosas: a fin de que podamos llevar a otros las noticias acerca del Reino, para que haya más publicadores del Reino de Dios que hagan “declaración pública para salvación”. (Romanos 10:10.) Los que rinden servicio a Dios deben orar que el Amo de la mies bendiga su obra mediante proveerles más publicadores del Reino. (Mateo 9:38.) Pablo escribió a Timoteo: “Las cosas que oíste de mí con el apoyo de muchos testigos, estas cosas encárgalas a hombres fieles, quienes, a su vez, estarán adecuadamente capacitados para enseñar a otros. Como excelente soldado de Cristo Jesús, acepta tu parte en sufrir el mal”. (2 Timoteo 2:2, 3.)

      15. ¿Por qué tenemos que comportarnos como soldados y como competidores “en los juegos”?

      15 El soldado se aparta de la vida menos restringida del ciudadano que no es militar. De igual manera, nosotros no debemos enredarnos en los asuntos de los que no están en el ejército del Señor y que, en realidad, están en el lado contrario. Por eso Pablo dijo también a Timoteo: “Ningún hombre que sirve como soldado se envuelve en los negocios comerciales de la vida, a fin de conseguir la aprobación de aquel que lo alistó como soldado. Además, si alguien compite hasta en los juegos, no es coronado a menos que haya competido de acuerdo con las reglas”. (2 Timoteo 2:4, 5.) Al esforzarse por alcanzar la victoria en la carrera por “la corona de la vida”, los corredores tienen que ejercer autodominio y evitar cargas inútiles y complicaciones. Así pueden concentrarse en llevar las buenas nuevas de salvación a otras personas. (Santiago 1:12; compárese con 1 Corintios 9:24, 25.)

      16. ¿Qué no puede ser encadenado, y para beneficio de quiénes aguantamos?

      16 Porque amamos a Dios y a las personas mansas como ovejas que lo buscan, con gusto soportamos muchas cosas para llegar a otros con las buenas nuevas de la salvación. Puede que los enemigos nos aten o encadenen por predicar la Palabra de Dios. Pero no se puede poner ataduras a la Palabra de Dios ni encadenar el hablar de ella para la salvación de otros. Pablo le describió a Timoteo por qué estaba tan dispuesto a afrontar pruebas: “Acuérdate de que Jesucristo fue levantado de entre los muertos y fue de la descendencia de David, según las buenas nuevas que yo predico; con relación a las cuales estoy sufriendo el mal hasta el punto de cadenas de prisión como malhechor. Sin embargo, la palabra de Dios no está encadenada. Por esta razón sigo aguantando todas las cosas por causa de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que hay en unión con Cristo Jesús junto con gloria eterna”. (2 Timoteo 2:8-10.) Hoy tenemos presentes no solo al pequeño resto de los que esperan participar en el Reino celestial, sino también a la gran muchedumbre de otras ovejas del Pastor Excelente, Jesucristo, la gran muchedumbre que obtiene el Paraíso terrestre bajo el Reino de Cristo. (Revelación 7:9-17.)

      17. ¿Por qué no debemos abandonar la carrera, y cuáles son los resultados de seguir en ella hasta el final?

      17 El abandonar la carrera no nos ayudaría a nosotros ni a ninguna otra persona a alcanzar la salvación. Por aguantar en la carrera cristiana, prescindiendo de los obstáculos que encontremos, nos mantenemos constantemente en camino a recibir el premio y podemos ayudar directamente a otros a alcanzar la salvación, a la vez que les damos un claro ejemplo de fortaleza. Sea cual sea nuestra esperanza —celestial o terrestre— debemos imitar la excelente actitud de Pablo, quien dijo: “Prosigo hacia la meta para el premio”. (Filipenses 3:14, 15.)

      Sigan constantes en la carrera

      18. ¿De qué depende el que ganemos el premio?, pero para resistir hasta el final, ¿qué tenemos que evitar?

      18 El terminar victoriosamente nuestro derrotero cristiano para la vindicación de Jehová y para ganar el premio que él tiene para nosotros depende de que sigamos constantes por toda la carrera. Por eso, no podremos resistir hasta el final si nos cargamos de cosas que no favorecen la causa de la justicia. Aunque nos deshagamos de esas cosas, los requisitos todavía exigen tanto de nosotros que necesitamos toda la fortaleza que podamos reunir. Por consiguiente, Pablo aconseja: “Quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros”. (Hebreos 12:1.) Como Jesús, no debemos recalcar demasiado los sufrimientos que hemos de aguantar, sino considerarlos como un precio pequeño que pagar por el premio que nos da gozo. (Compárese con Romanos 8:18.)

      19. a) ¿Qué confianza manifestó Pablo hacia el fin de su vida? b) Mientras nos acercamos al fin de la carrera de aguante, ¿qué confianza debemos tener respecto a la recompensa que se nos ha prometido?

      19 Ya cerca del fin de su vida, Pablo pudo decir: “He peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he observado la fe. De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia”. (2 Timoteo 4:7, 8.) Estamos en esta carrera de aguante para alcanzar el premio de la vida eterna. Si nuestro aguante se agota solo porque la carrera es más larga de lo que esperábamos al comenzar, fracasaremos cuando estemos por alcanzar la recompensa prometida. Un punto está bien claro: no hay duda de que la recompensa existe.

      20. ¿Qué debemos resolvernos a hacer hasta que lleguemos al fin de la carrera?

      20 Por lo tanto, que nuestros ojos no se cansen velando por el comienzo de la gran tribulación que destruirá primero a Babilonia la Grande y después a lo restante de la organización del Diablo. (2 Pedro 3:11, 12.) En vista de todas las señales claras a nuestro alrededor, miremos adelante con fe. Ciñámonos los lomos de nuestras capacidades de aguante y progresemos valerosamente en la carrera que Jehová Dios ha puesto ante nosotros, hasta que lleguemos al final y alcancemos el premio que significa gozo para nosotros, para la vindicación de Jehová mediante Jesucristo.

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