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  • ¡No se dé por vencido!
    La Atalaya 1995 | 1 de diciembre
    • ¡No se dé por vencido!

      “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos.” (GÁLATAS 6:9.)

      1, 2. a) ¿De qué maneras caza el león? b) ¿A quiénes está especialmente interesado en devorar el Diablo?

      EL LEÓN caza de diversas maneras. A veces se esconde para sorprender a su presa en un abrevadero o al lado de senderos por donde pasan muchos animales. Pero algunas veces, dice un libro sobre la fauna salvaje, el león “sencillamente se aprovecha de cierta situación, por ejemplo, cuando encuentra un potro de cebra dormido”. (Portraits in the Wild.)

      2 Nuestro “adversario, el Diablo —explica el apóstol Pedro—, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”. (1 Pedro 5:8.) Como sabe que le queda poco tiempo, Satanás ejerce más presión que nunca sobre los seres humanos para que no sirvan a Jehová. Tengamos presente que este “león rugiente” está especialmente interesado en devorar a los siervos de Jehová. (Revelación [Apocalipsis] 12:12, 17.) Sus métodos de caza son parecidos a los del león literal. ¿En qué sentido?

      3, 4. a) ¿Qué métodos emplea Satanás para entrampar a los siervos de Jehová? b) ¿Qué preguntas se plantean en vista de que vivimos en “tiempos críticos, difíciles de manejar”?

      3 A veces Satanás caza al acecho: nos somete a persecución u oposición con el fin de quebrantar nuestra integridad y que así dejemos de servir a Jehová. (2 Timoteo 3:12.) Pero, al igual que el león, en otras ocasiones el Diablo sencillamente se aprovecha de cierta situación. Espera a que nos desanimemos o nos cansemos, y se vale de nuestro abatimiento para hacer que nos demos por vencidos. No queremos convertirnos en presa fácil para él.

      4 Vivimos en el período más difícil de la historia humana. En estos “tiempos críticos, difíciles de manejar”, muchos de nosotros pudiéramos sentirnos desanimados y cargados de vez en cuando. (2 Timoteo 3:1.) Si así es, ¿qué podemos hacer para no cansarnos hasta el grado de convertirnos en presa fácil para el Diablo? ¿Cómo podemos seguir el consejo inspirado del apóstol Pablo: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos”? (Gálatas 6:9.)

      Cuando otras personas nos decepcionan

      5. ¿Por qué se sentía fatigado David, y qué no hizo?

      5 En tiempos bíblicos, incluso los siervos más fieles de Jehová se sintieron agobiados en ocasiones. “Me he fatigado con mi suspirar —escribió el salmista David—; toda la noche hago nadar mi lecho; con mis lágrimas hago desbordar mi propio diván. Por la irritación de que soy objeto mi ojo se ha debilitado.” ¿Por qué se sintió así David? “A causa de todos los que me muestran hostilidad”, explicó él. Los actos hirientes de otras personas le causaron tanto dolor de corazón que lloró profusamente. Con todo, David no se alejó de Jehová a causa de lo que otras personas le habían hecho. (Salmo 6:6-9.)

      6. a) ¿Cómo pudieran afectarnos las palabras y acciones de otras personas? b) ¿Cómo se convierten algunos en presa fácil para el Diablo?

      6 Así mismo, puede que las palabras o acciones de otras personas hagan que nos sintamos fatigados con mucho dolor de corazón. “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada”, dice Proverbios 12:18. Cuando el que habla irreflexivamente es un hermano o hermana cristiano, la ‘herida producida por la estocada’ puede ser profunda. La tendencia humana quizá sea ofenderse y guardar resentimiento, sobre todo si creemos que se nos ha tratado injustamente o con falta de bondad. Puede que se nos haga difícil hablar con el ofensor; tal vez hasta lo eludamos a propósito. Agobiados por el resentimiento, algunos se han dado por vencidos y han dejado de asistir a las reuniones cristianas. Lamentablemente, han ‘dejado lugar para el Diablo’ y se han convertido en presa fácil. (Efesios 4:27.)

      7. a) ¿Cómo podemos evitar que el Diablo se salga con la suya cuando otros nos decepcionan o nos ofenden? b) ¿Por qué no debemos guardar resentimiento?

      7 ¿Cómo podemos evitar que el Diablo se salga con la suya cuando otras personas nos decepcionan o nos ofenden? Esforzándonos por no guardar resentimiento. Al contrario, debemos tomar la iniciativa en hacer las paces y resolver el problema lo antes posible. (Efesios 4:26.) Colosenses 3:13 nos insta: “Continúen [...] perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro”. Perdonar es apropiado en particular cuando el ofensor admite que se equivocó y se disculpa con sinceridad. (Compárese con Salmo 32:3-5 y Proverbios 28:13.) Nos ayuda saber que perdonar no significa aprobar o minimizar los males que otros cometen. Perdonar implica no guardar resentimiento. El resentimiento es una carga pesada. Puede dominar nuestros pensamientos y privarnos de la felicidad. Incluso puede afectar nuestra salud. Por otro lado, perdonar cuando es propio nos beneficia. Por eso, al igual que David, nunca nos demos por vencidos ni nos alejemos de Jehová por lo que otras personas nos hayan dicho o hecho.

      Cuando fallamos

      8. a) ¿Por qué se sienten especialmente culpables de vez en cuando ciertas personas? b) ¿Qué peligro existe si los sentimientos de culpabilidad nos invaden hasta el grado de que nos damos por vencidos?

      8 “Todos tropezamos muchas veces”, dice Santiago 3:2. Cuando eso ocurre, es natural que nos sintamos culpables. (Salmo 38:3-8.) Los sentimientos de culpabilidad pueden ser especialmente intensos si estamos luchando contra una debilidad carnal y sufrimos recaídas periódicas.a Una cristiana que tuvo esa lucha comentó: “No quería seguir viviendo sin saber si había cometido el pecado imperdonable o no. Pensaba que lo mejor era no esforzarme en el servicio de Jehová porque probablemente no tenía ninguna esperanza”. Cuando los sentimientos de culpabilidad nos invaden hasta el grado de que nos damos por vencidos, le abrimos la puerta al Diablo, y puede que se aproveche enseguida de la situación. (2 Corintios 2:5-7, 11.) Quizás lo que se necesite sea un punto de vista equilibrado sobre la culpabilidad.

      9. ¿Por qué debemos confiar en la misericordia de Dios?

      9 Es apropiado que sintamos cierto grado de culpabilidad cuando pecamos. Sin embargo, a veces los sentimientos de culpa persisten porque el cristiano piensa que nunca será digno de recibir la misericordia de Dios. Pero la Biblia nos garantiza afectuosamente: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia”. (1 Juan 1:9.) ¿Hay alguna buena razón para creer que Dios no hará eso en nuestro caso? Recordemos que Jehová dice en su Palabra que está “listo para perdonar”. (Salmo 86:5; 130:3, 4.) Como no puede mentir, cumplirá lo que promete en su Palabra si acudimos a él con el corazón arrepentido. (Tito 1:2.)

      10. ¿Qué palabras reconfortantes y tranquilizadoras se publicaron hace tiempo en La Atalaya respecto a la lucha contra las debilidades carnales?

      10 ¿Qué debe hacer usted si está luchando contra una debilidad y recae? ¡No se dé por vencido! Una recaída no anula necesariamente todo el progreso que ha hecho. En el número del 1 de julio de 1954 de esta revista se publicaron las siguientes palabras reconfortantes y tranquilizadoras: “[Puede que] nos [encontremos] tropezando y cayendo muchas veces por causa de alguna mala costumbre que [se arraigó] en nuestro anterior modelo de vida [más] de lo que nos habíamos dado cuenta. [...] No pierda la esperanza. No decida que usted ha cometido el pecado imperdonable. Exactamente así le gustaría a Satanás que usted razonara. El hecho de que usted se siente afligido y enfadado con usted mismo es prueba en sí mismo de que usted no ha ido demasiado lejos. Jamás se canse de dirigirse humilde y sinceramente a Dios, buscando su perdón y limpiamiento y ayuda. Diríjase a él como un niño se dirige a su padre cuando se halla en dificultad, prescindiendo de cuán a menudo sea sobre la misma debilidad, y Jehová benignamente le dará a usted la ayuda porque él es Dios de bondad inmerecida y, si usted es sincero, le dará a usted el entendimiento de que su conciencia ha sido purificada”.

      Cuando nos parece que no hacemos lo suficiente

      11. a) ¿Cuál debe ser nuestro sentir respecto a participar en la predicación del Reino? b) ¿Con qué sentimientos luchan algunos cristianos respecto a su participación en el ministerio?

      11 La predicación del Reino desempeña un papel importante en la vida del cristiano, y participar en ella produce gozo. (Salmo 40:8.) No obstante, algunos cristianos se sienten muy culpables porque no pueden hacer más en el ministerio. Tal sentimiento de culpabilidad hasta pudiera socavar su gozo y hacer que se den por vencidos, imaginándose que a los ojos de Jehová nunca hacen lo suficiente. He aquí los sentimientos con los que luchan algunos cristianos:

      “¿Sabía usted que ser pobre consume mucho tiempo? —escribió una esposa cristiana con tres hijos—. Tengo que ahorrar siempre que me es posible. Eso significa pasar tiempo en tiendas que venden artículos de segunda mano, en liquidaciones, incluso confeccionando nuestra ropa. También me toma una o dos horas todas las semanas organizar los vales de descuento de comestibles: cortarlos, archivarlos e intercambiarlos. A veces me siento muy culpable de hacer estas cosas porque pienso que debería dedicar ese tiempo al servicio del campo.”

      “Pensaba que realmente no amaba a Jehová lo suficiente —dijo una hermana con cuatro hijos y un esposo incrédulo—. De modo que luchaba para servir a Jehová. Me esforzaba arduamente, pero nunca sentía que fuera suficiente. En realidad, no tenía ninguna sensación de valía personal; por lo tanto, no me imaginaba cómo Jehová podía aceptar mi servicio.”

      Una cristiana que tuvo que dejar el servicio de tiempo completo dijo: “No soportaba la idea de que no estaba cumpliendo con mi compromiso de servir a Jehová de tiempo completo. No pueden imaginarse lo decepcionada que estaba. Todavía lloro cuando pienso en ello”.

      12. ¿Por qué se sienten algunos cristianos muy culpables de no poder hacer más en el ministerio?

      12 Es muy natural que deseemos servir a Jehová tanto como podamos. (Salmo 86:12.) Ahora bien, ¿por qué se sienten algunos cristianos muy culpables de no poder hacer más? En el caso de algunos, parece estar relacionado con un sentimiento general de inutilidad que tal vez ha sido causado por experiencias desagradables de la vida. En otros casos, el sentimiento de culpabilidad indebido pudiera ser el resultado de un parecer poco realista sobre lo que Jehová espera de nosotros. Una cristiana admitió: “Creía que a menos que me sintiera agotada, probablemente no estaba haciendo lo suficiente”. Como consecuencia, se fijaba normas demasiado elevadas para ella misma y luego se sentía aún más culpable cuando no podía satisfacerlas.

      13. ¿Qué espera Jehová de nosotros?

      13 ¿Qué espera Jehová de nosotros? Dicho sencillamente: Jehová espera que le sirvamos de toda alma, que hagamos lo que nos permitan nuestras circunstancias. (Colosenses 3:23.) Sin embargo, pudiera haber una gran diferencia entre lo que quisiéramos hacer y lo que en realidad podemos hacer. Puede que tengamos limitaciones debido a la edad, la salud, la resistencia física o las responsabilidades familiares. No obstante, cuando hacemos todo lo que está a nuestro alcance, podemos estar seguros de que nuestro servicio a Jehová es de toda alma; no es ni más ni menos valioso que el de la persona cuya salud y circunstancias le permiten estar en el ministerio de tiempo completo. (Mateo 13:18-23.)

      14. ¿Qué puede hacer usted para determinar lo que debe esperar de sí mismo de manera realista?

      14 ¿Cómo, entonces, puede determinar lo que debe esperar de sí mismo de manera realista? Sería conveniente hablar del asunto con un amigo cristiano maduro y de confianza, tal vez un anciano o una hermana de experiencia que conozca sus aptitudes, limitaciones y responsabilidades familiares. (Proverbios 15:22.) Recuerde que a los ojos de Dios su valía como persona no se mide por la cantidad de tiempo que dedica al ministerio del campo. Jehová tiene en alta estima a todos sus siervos. (Ageo 2:7; Malaquías 3:16, 17.) Su participación en la predicación puede ser mayor o menor que la de otros, pero con tal de que represente lo mejor que usted puede dar, Jehová se complace con ella, y usted no tiene por qué sentirse culpable. (Gálatas 6:4.)

      Cuando se exige mucho de nosotros

      15. ¿En qué aspectos se exige mucho de los ancianos de congregación?

      15 “A todo aquel a quien se dio mucho —dijo Jesús—, mucho se le exigirá.” (Lucas 12:48.) Ciertamente ‘se exige mucho’ de los ancianos de congregación. Al igual que Pablo, estos se gastan en favor de la congregación. (2 Corintios 12:15.) Tienen que preparar discursos, hacer visitas de pastoreo, encargarse de asuntos judiciales, y todo ello sin descuidar a su familia. (1 Timoteo 3:4, 5.) Algunos ancianos también ayudan a construir Salones del Reino, sirven en Comités de Enlace con los Hospitales y trabajan de voluntarios en las asambleas. ¿Qué pueden hacer estos hombres trabajadores y devotos para no cansarse por el peso de estas responsabilidades?

      16. a) ¿Qué solución práctica ofreció Jetró a Moisés? b) ¿Qué cualidad ayudará al anciano a compartir ciertas responsabilidades apropiadas con otros hermanos?

      16 Cuando Moisés, hombre modesto y humilde, estaba agotándose por atender los problemas de otras personas, su suegro, Jetró, le ofreció una solución práctica: compartir la responsabilidad con otros hombres cualificados. (Éxodo 18:17-26; Números 12:3.) “La sabiduría está con los modestos”, dice Proverbios 11:2. Ser modesto significa reconocer y aceptar las limitaciones personales. El hombre modesto no titubea en cuanto a delegar responsabilidades en otras personas, ni teme perder de alguna manera el control de los asuntos al compartir ciertas responsabilidades apropiadas con otros hombres cualificados.b (Números 11:16, 17, 26-29.) Al contrario, desea ayudarlos a progresar. (1 Timoteo 4:15.)

      17. a) ¿Cómo pueden los miembros de la congregación aligerar la carga de los ancianos? b) ¿Qué sacrificios hacen las esposas de los ancianos, y cómo podemos mostrarles que no damos por sentado esos sacrificios?

      17 Los miembros de la congregación pueden hacer mucho para aligerar la carga de los ancianos. Como comprenden que los ancianos tienen que atender a su propia familia, no serán irrazonables en cuanto al tiempo y la atención que exijan de ellos. Tampoco darán por sentado los sacrificios que de buena gana hacen las esposas de los ancianos al compartirlos altruistamente con la congregación. Una madre de tres hijos cuyo esposo sirve de anciano, explicó: “Nunca me quejo de la carga adicional que llevo de buena gana en el hogar para que mi esposo pueda servir de anciano. Sé que Jehová bendice abundantemente a nuestra familia debido a su servicio, y no me quejo del tiempo que dedica. Pero la verdad es que muchas veces tengo que pasar más tiempo trabajando en el patio y disciplinando a nuestros hijos debido a las ocupaciones de mi esposo”. Lamentablemente, algunos hermanos, en vez de estar agradecidos por la carga adicional que ella llevaba, le hacían comentarios imprudentes como: “¿Por qué no eres precursora?”. (Proverbios 12:18.) Es mucho mejor encomiar a otras personas por lo que hacen que criticarlas por lo que no pueden hacer. (Proverbios 16:24; 25:11.)

      El fin aún no ha llegado

      18, 19. a) ¿Por qué no es el tiempo de dejar de correr para alcanzar la vida eterna? b) ¿Qué consejo oportuno dio el apóstol Pablo a los cristianos de Jerusalén?

      18 Cuando un corredor sabe que está a punto de finalizar una larga carrera, no se da por vencido. Puede que el cuerpo haya llegado al límite de su resistencia y esté agotado, acalorado y deshidratado, pero no deja de correr cuando está tan cerca de la meta. De igual manera, los cristianos estamos corriendo para alcanzar el premio de la vida, y estamos muy cerca de la meta. No es el tiempo de dejar de correr. (Compárese con 1 Corintios 9:24; Filipenses 2:16; 3:13, 14.)

      19 Los cristianos del siglo primero afrontaron una situación similar. Alrededor del año 61 E.C., el apóstol Pablo escribió una carta a los cristianos de Jerusalén. Se estaba acabando el tiempo, estaba a punto de ‘pasar’ la inicua “generación”, el sistema judío apóstata. Era muy importante que los cristianos de Jerusalén permanecieran alerta y fieles; tendrían que huir de la ciudad cuando la vieran rodeada de ejércitos acampados. (Lucas 21:20-24, 32.) Por eso fue oportuno el consejo inspirado de Pablo: ‘No se cansen y desfallezcan en sus almas’. (Hebreos 12:3.) El apóstol Pablo empleó aquí dos verbos vívidos: “cansarse” (ká·mno) y “desfallecer” (e·klý·o·mai). Un especialista en textos bíblicos comenta que estas palabras griegas “son los términos que Aristóteles aplica a los corredores que se relajan y se desploman después de haber traspasado la línea de llegada. Los lectores [de la carta de Pablo] aún estaban en la carrera. No debían darse por vencidos prematuramente. No debían desmayarse y desplomarse debido al cansancio. Una vez más, era necesario que perseveraran en medio de adversidades”.

      20. ¿Por qué es oportuno para los cristianos de la actualidad el consejo de Pablo?

      20 ¡Qué oportuno es el consejo de Pablo para los cristianos de la actualidad! Al afrontar cada vez más presiones, tal vez haya ocasiones en que nos sintamos como un corredor agotado cuyas piernas están a punto de ceder. Pero estamos tan cerca de la meta que no podemos darnos por vencidos. (2 Crónicas 29:11.) Eso es exactamente lo que nuestro Adversario, el “león rugiente”, quiere que hagamos, pero gracias a Jehová, tenemos provisiones que dan “poder al cansado”. (Isaías 40:29.) El siguiente artículo analizará estas provisiones y cómo podemos beneficiarnos de ellas.

      [Notas a pie de página]

      a Por ejemplo, puede ser que algunas personas estén luchando para dominar una característica de la personalidad profundamente arraigada, como el mal genio, o para superar un problema como la masturbación. (Véase ¡Despertad! del 22 de mayo de 1988, páginas 19-21, y del 22 de febrero de 1982, páginas 16-20; y Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas, páginas 198-211, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.)

      b Véase el artículo “Ancianos: ¡Deleguen responsabilidades!” de La Atalaya del 15 de octubre de 1992, páginas 20-23.

  • Jehová da poder al cansado
    La Atalaya 1995 | 1 de diciembre
    • Jehová da poder al cansado

      “Los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas.” (ISAÍAS 40:31.)

      1, 2. ¿Qué da Jehová a los que confían en él, y qué analizaremos a continuación?

      LAS águilas están entre las aves más fuertes de los cielos. Pueden planear largas distancias sin siquiera mover las alas. “La reina de las aves”, el águila real, cuyas alas pueden tener más de dos metros de envergadura, es “una de las más impresionantes; se eleva por encima de las colinas y las llanuras y vuela durante horas sobre una serranía, luego se remonta trazando círculos hasta que solo se ve un puntito oscuro en el cielo”. (The Audubon Society Encyclopedia of North American Birds.)

      2 Teniendo presente el vuelo del águila, Isaías escribió: “[Jehová] está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. Los muchachos se cansan y también se fatigan, y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, pero los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán”. (Isaías 40:29-31.) Qué consolador es saber que Jehová da poder a los que confían en él para que sigan adelante, como si los equipara con las aparentemente incansables alas de un águila que planea. Veamos a continuación algunas de sus provisiones para dar poder al cansado.

      El poder de la oración

      3, 4. a) ¿Qué instó Jesús a hacer a sus discípulos? b) ¿Qué podemos esperar que Jehová haga en respuesta a nuestras oraciones?

      3 Jesús instó a sus discípulos a “orar siempre y no desistir”. (Lucas 18:1.) ¿Nos ayudará realmente el derramar nuestro corazón a Jehová a recobrar el poder y a no darnos por vencidos cuando las presiones de la vida parezcan abrumadoras? Sí, pero hay algunos asuntos que debemos tener presentes.

      4 Tenemos que ser realistas respecto a lo que esperamos que Jehová haga en respuesta a nuestras oraciones. Una cristiana que había sufrido de depresión grave dijo: “Como en el caso de otras enfermedades, Jehová no efectúa milagros en estos tiempos. Pero sí nos ayuda a hacerles frente y a recuperarnos al grado que es posible en este sistema”. Luego explicó por qué sus oraciones la ayudaron: “Tenía acceso al espíritu santo de Jehová veinticuatro horas al día”. Por eso, aunque Jehová no nos escuda de las presiones de la vida que pueden agobiarnos, sí ‘da espíritu santo a los que se lo piden’. (Lucas 11:13; Salmo 88:1-3.) Ese espíritu puede ayudarnos a superar cualquier prueba o presión que afrontemos. (1 Corintios 10:13.) Si es necesario, puede infundirnos “poder que es más allá de lo normal” para que aguantemos hasta que, en el nuevo mundo que está a las puertas, el Reino de Dios acabe con todos los problemas que producen tensión. (2 Corintios 4:7.)

      5. a) ¿Qué dos cosas son esenciales para que nuestras oraciones sean eficaces? b) ¿Cómo pudiéramos orar si estamos luchando contra una debilidad carnal? c) ¿Qué demostrarán a Jehová nuestras oraciones persistentes y específicas?

      5 Ahora bien, para que nuestras oraciones sean eficaces tenemos que perseverar en ellas y ser específicos. (Romanos 12:12.) Por ejemplo, si usted se cansa de vez en cuando debido a que está luchando contra una debilidad carnal, pida a Jehová al comenzar cada día que le ayude a no sucumbir a esa debilidad en particular. Ore sobre ello durante el día y antes de acostarse todas las noches. Si sufre una recaída, ruegue a Jehová que lo perdone, pero dígale también qué lo llevó a recaer y lo que piensa hacer para evitar esas circunstancias en el futuro. Esas oraciones persistentes y específicas demostrarán al “Oidor de la oración” que usted desea sinceramente ganar la lucha. (Salmo 65:2; Lucas 11:5-13.)

      6. ¿Por qué podemos esperar que Jehová oiga nuestras oraciones incluso cuando nos sentimos indignos de orar?

      6 Sin embargo, a veces los que se han cansado pudieran sentirse indignos de orar. Una cristiana que anteriormente se había sentido de esa manera, comentó: “Es muy peligroso pensar de esa forma porque significa que nos hemos tomado la libertad de juzgarnos a nosotros mismos, y no tenemos ese derecho”. En realidad, “Dios mismo es Juez”. (Salmo 50:6.) La Biblia nos garantiza que aunque “nos condene nuestro corazón [...], Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas”. (1 Juan 3:20.) Qué reconfortante es saber que cuando nosotros nos juzguemos indignos de orar, es posible que Jehová no nos vea de la misma manera. Él “conoce todas las cosas” en cuanto a nosotros, incluso las circunstancias que tal vez nos hicieron sentir tan indignos. (Salmo 103:10-14.) Su misericordia y entendimiento profundo lo impulsan a oír las oraciones de “un corazón quebrantado y aplastado”. (Salmo 51:17.) ¿Cómo pudiera negarse a escucharnos cuando le suplicamos su ayuda, si él mismo condena “a cualquiera que tapa su oído al clamor quejumbroso del de condición humilde”? (Proverbios 21:13.)

      La hermandad amorosa

      7. a) ¿Qué otra provisión ha hecho Jehová para ayudarnos a recobrar el poder? b) ¿Qué conocimiento respecto a nuestra hermandad puede fortalecernos?

      7 Otra provisión que Jehová ha hecho para ayudarnos a recobrar el poder es nuestra hermandad cristiana. ¡Qué precioso privilegio es formar parte de una familia mundial de hermanos y hermanas! (1 Pedro 2:17.) Cuando las presiones de la vida nos agobian, nuestra hermandad amorosa puede ayudarnos a recobrar el poder. ¿Cómo? Saber que no somos los únicos que afrontan dificultades que causan tensión puede ser fortalecedor. Hay hermanos y hermanas que seguramente han afrontado presiones o pruebas similares y que han experimentado sentimientos muy parecidos a los nuestros. (1 Pedro 5:9.) Nos tranquiliza saber que lo que sufrimos no es poco común y que nuestros sentimientos no son raros.

      8. a) ¿Qué ejemplos muestran que nuestra hermandad puede darnos la ayuda y el consuelo que tanto necesitamos? b) ¿Cómo le ha ayudado o consolado a usted “un compañero verdadero”?

      8 En esta hermandad amorosa podemos hallar ‘compañeros verdaderos’ que pueden darnos la ayuda y el consuelo que tanto necesitamos cuando estamos angustiados. (Proverbios 17:17.) Con frecuencia lo único que nos hace falta es oír unas palabras bondadosas o que se nos trate amablemente. Una cristiana que luchó contra sentimientos de inutilidad recuerda: “Algunos amigos me decían cosas positivas acerca de mí para ayudarme a superar los pensamientos negativos que tenía”. (Proverbios 15:23.) Tras la muerte de su hija pequeña, a una hermana se le hacía difícil entonar cánticos del Reino en las reuniones de congregación, sobre todo los que mencionaban la resurrección. Ella recuerda: “Un día, una hermana que estaba al otro lado del pasillo me vio llorando. Se me acercó, me abrazó y cantó el resto del cántico conmigo. Sentía un gran amor por los hermanos y hermanas y estaba muy feliz por haber ido a las reuniones, pues sabía que allí recibiría la ayuda, en el Salón del Reino”.

      9, 10. a) ¿Cómo podemos contribuir al amor de nuestra hermandad? b) ¿Quiénes necesitan buen compañerismo más que nadie? c) ¿Cómo podemos ayudar a los que necesitan ánimo?

      9 Claro está, todos tenemos la responsabilidad de contribuir al amor de la hermandad cristiana. Por eso nuestro corazón debe ‘ensancharse’ para incluir a todos nuestros hermanos y hermanas. (2 Corintios 6:13.) ¡Qué triste sería que los fatigados sintieran que el amor de la hermandad se ha enfriado para con ellos! No obstante, algunos cristianos dicen que se sienten solos y abandonados. Una hermana cuyo esposo se opone a la verdad suplicó: “¿Quién no desea y necesita amistades edificantes, ánimo y compañerismo amoroso? Por favor, recuerden a los hermanos y hermanas que los necesitamos”. Los que necesitan buen compañerismo más que nadie son los cristianos cuyas circunstancias los agobian, como los que tienen cónyuges incrédulos, los padres solos, los que tienen problemas crónicos de salud, los de mayor edad y otros. ¿Es necesario que se nos recuerde esto a algunos de nosotros?

      10 ¿Cómo podemos ayudar a estos hermanos? Ensanchemos nuestro amor. No olvidemos mostrar hospitalidad a los que necesitan ánimo. (Lucas 14:12-14; Hebreos 13:2.) En vez de dar por sentado que sus circunstancias no les permiten aceptar una invitación, invítelos de todas formas. Deje que ellos decidan. Aunque no puedan aceptar, ciertamente se sentirán animados al saber que se les tomó en cuenta. Tal vez sea exactamente lo que necesiten para recobrar el poder.

      11. ¿Qué otras formas de ayuda tal vez necesiten los que están agobiados?

      11 Puede que los que están agobiados necesiten otras formas de ayuda. Una madre sola, por ejemplo, quizás necesite que un hermano maduro muestre interés en su hijo, ya que es huérfano de padre. (Santiago 1:27.) Un hermano o hermana que tiene un serio problema de salud pudiera necesitar ayuda para hacer las compras o los quehaceres del hogar. Una persona de mayor edad posiblemente anhele tener compañerismo o necesite ayuda para salir al ministerio del campo. Cuando es necesario dar esa ayuda continuamente, se ‘pone a prueba lo genuino de nuestro amor’. (2 Corintios 8:8.) En vez de distanciarnos de los necesitados debido al tiempo y el esfuerzo que implica ayudarlos, pasemos la prueba del amor cristiano teniendo muy presentes sus necesidades y satisfaciéndolas.

      El poder de la Palabra de Dios

      12. ¿Cómo nos ayuda la Palabra de Dios a recobrar el poder?

      12 La persona que deje de comer, pronto perderá las fuerzas o el poder. De modo que otra manera como Jehová nos da el poder para seguir adelante es asegurándose de que estemos bien alimentados espiritualmente. (Isaías 65:13, 14.) ¿Qué alimento espiritual ha suministrado? Sobre todo, su Palabra, la Biblia. (Mateo 4:4; compárese con Hebreos 4:12.) ¿Cómo puede ayudarnos esta a recobrar el poder? Cuando las presiones y los problemas que afrontamos empiezan a minar nuestras fuerzas, podemos recibir fortaleza leyendo acerca de los sentimientos y las dificultades de la vida real de hombres y mujeres fieles de tiempos bíblicos. Aunque fueron extraordinarios ejemplos de integridad, eran seres humanos “de sentimientos semejantes a los nuestros”. (Santiago 5:17; Hechos 14:15.) Afrontaron pruebas y presiones similares a las nuestras. Examinemos algunos ejemplos.

      13. ¿Qué ejemplos bíblicos muestran que los hombres y mujeres fieles de aquellos tiempos tuvieron sentimientos y experiencias semejantes a los nuestros?

      13 La muerte de su esposa afligió profundamente al patriarca Abrahán, a pesar de su fe en la resurrección. (Génesis 23:2; compárese con Hebreos 11:8-10, 17-19.) David, ya arrepentido, pensaba que era indigno de servir a Jehová debido a los pecados que había cometido. (Salmo 51:11.) Moisés se sintió inepto. (Éxodo 4:10.) Epafrodito se deprimió cuando se supo que una enfermedad grave limitaba su actividad en “la obra del Señor”. (Filipenses 2:25-30.) Pablo tuvo que luchar contra la carne caída. (Romanos 7:21-25.) Parece ser que Evodia y Síntique, dos hermanas ungidas de la congregación de Filipos, tuvieron alguna dificultad en llevarse bien. (Filipenses 1:1; 4:2, 3.) Es animador saber que estos siervos fieles que tuvieron sentimientos y experiencias semejantes a los nuestros, no se dieron por vencidos. Y Jehová tampoco los abandonó.

      14. a) ¿Qué instrumento ha utilizado Jehová para ayudarnos a recibir fortaleza de su Palabra? b) ¿Por qué han presentado artículos sobre los problemas sociales, familiares y emocionales las revistas La Atalaya y ¡Despertad!?

      14 A fin de ayudarnos a recibir fortaleza de su Palabra, Jehová utiliza a la clase del esclavo fiel y discreto, que nos dispensa un suministro constante de “alimento al tiempo apropiado”. (Mateo 24:45.) Durante años el esclavo fiel ha utilizado las revistas La Atalaya y ¡Despertad! para defender la verdad bíblica y proclamar el Reino de Dios como la única esperanza para la humanidad. Especialmente durante las últimas décadas, estas revistas han presentado artículos bíblicos oportunos sobre problemas sociales, familiares y emocionales que incluso algunos miembros del pueblo de Dios afrontan. ¿Con qué propósito se ha publicado dicha información? Obviamente, para ayudar a los que experimentan estos problemas a recibir fortaleza y ánimo de la Palabra de Dios. Pero estos artículos también nos ayudan a comprender mejor lo que algunos hermanos y hermanas nuestros tal vez estén experimentando. De esta manera, estamos en mejor posición de obedecer las palabras de Pablo: “Hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, tengan gran paciencia para con todos”. (1 Tesalonicenses 5:14.)

      Ancianos que son un “escondite contra el viento”

      15. ¿Qué profetizó Isaías respecto a los ancianos, y qué responsabilidad coloca esto sobre ellos?

      15 Jehová ha hecho otra provisión para ayudarnos cuando nos cansamos: los ancianos de la congregación. El profeta Isaías dijo respecto a estos hombres: “Cada uno tiene que resultar ser como escondite contra el viento y escondrijo contra la tempestad de lluvia, como corrientes de agua en país árido, como la sombra de un peñasco pesado en una tierra agotada”. (Isaías 32:1, 2.) Por lo tanto, los ancianos tienen la responsabilidad de cumplir con lo que Jehová ha predicho acerca de ellos. “[Tienen] que resultar ser” fuentes de consuelo y aliento a los demás y estar dispuestos a “[seguir] llevando las cargas [es decir, “cosas que causan dificultad”; literalmente, “cosas pesadas”] los unos de los otros”. (Gálatas 6:2, nota.) ¿Cómo pueden hacerlo?

      16. ¿Qué pueden hacer los ancianos para ayudar a la persona que se siente indigna de orar?

      16 Como ya se mencionó, a veces la persona cansada tal vez se sienta indigna de orar. ¿Qué pueden hacer los ancianos? Pueden orar con ella y por ella. (Santiago 5:14.) Tan solo orar audiblemente a Jehová en presencia de la persona cansada y pedir que la ayude a comprender lo mucho que Él y otras personas la aman sería muy consolador para ella. Oír la oración fervorosa y sincera de un anciano pudiera contribuir a fortalecer la confianza de la persona angustiada. Puede que se la ayude a razonar que si los ancianos confían en que Jehová contestará las oraciones que hacen por ella, ella también puede tener esa confianza.

      17. ¿Por qué tienen que escuchar con empatía los ancianos?

      17 “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar”, dice Santiago 1:19. Para ayudar a los cansados a recobrar el poder, los ancianos tienen que escuchar con empatía. Puede que algunos miembros de la congregación estén luchando con problemas o presiones que no pueden resolverse en este sistema de cosas. Tal vez lo que necesiten no es una solución para resolver el problema, sino una persona que sepa escucharlos. El que sabe escuchar no dirá a la persona cómo debe sentirse, sino que la escuchará sin juzgar. (Lucas 6:37; Romanos 14:13.)

      18, 19. a) ¿Cómo puede el anciano que escucha con presteza evitar agobiar aún más a una persona cansada? b) ¿Cuál es el resultado de que los ancianos muestren “sentimientos como compañeros”?

      18 Ancianos, el que ustedes escuchen con presteza les ayudará a no agobiar aún más sin querer a los que están cansados. Por ejemplo, si un hermano o hermana no ha estado presente en algunas reuniones o ha disminuido su actividad en el ministerio del campo, ¿necesita realmente consejo en cuanto a hacer más en el ministerio o respecto a asistir con más regularidad a las reuniones? Pudiera ser. Pero ¿conoce usted todas sus circunstancias? ¿Ha empeorado la salud de la persona? ¿Han cambiado sus responsabilidades familiares recientemente? ¿Existen otras circunstancias o presiones que la agobian? Recuerde que a lo mejor la persona se siente ya muy culpable por no poder hacer más.

      19 ¿Cómo, entonces, puede usted ayudar al hermano o hermana? Antes de llegar a conclusiones y ofrecer consejo, ¡escuche! (Proverbios 18:13.) Con discernimiento, haga preguntas para ‘sacar’ lo que la persona siente en el corazón. (Proverbios 20:5.) No pase por alto esos sentimientos; por el contrario, téngalos muy en cuenta. A la persona cansada quizá se la tenga que tranquilizar asegurándole que Jehová se interesa por nosotros y comprende que a veces nuestras circunstancias limitan lo que podemos hacer. (1 Pedro 5:7.) Cuando los ancianos muestran estos “sentimientos como compañeros”, los cansados ‘hallan refrigerio para sus almas’. (1 Pedro 3:8; Mateo 11:28-30.) En tal caso no es necesario decirles que hagan más, pues su corazón los impulsa a hacer todo lo que razonablemente pueden en el servicio a Jehová. (Compárese con 2 Corintios 8:12; 9:7.)

      20. Como el fin de esta generación inicua está tan cerca, ¿qué debemos estar resueltos a hacer?

      20 Sin duda vivimos en los tiempos más difíciles de la historia humana. Las presiones de la vida en el mundo de Satanás aumentan al adentrarnos en el tiempo del fin. Recuerde, al igual que el león, el Diablo espera a que nos cansemos y nos demos por vencidos para que seamos presa fácil. Podemos estar muy agradecidos de que Jehová dé poder al cansado. Aprovechemos al máximo las provisiones de Dios que nos dan el poder para seguir adelante, como si él nos equipara con las fuertes alas de un águila que planea. Como el fin de esta generación inicua está tan cerca, no es el tiempo de dejar de correr en nuestra carrera para alcanzar el premio: la vida eterna. (Hebreos 12:1.)

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