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  • La energía: ¿por qué tan vital?
    ¡Despertad! 2005 | 8 de marzo
    • La energía: ¿por qué tan vital?

      EN AGOSTO de 2003, una mujer embarazada salió a toda prisa hacia el hospital en un automóvil con motor de gasolina. Al llegar, encontró la sala de maternidad bien iluminada gracias a la electricidad producida en una central térmica de carbón. Tras dar a luz al pequeño, al que llamó Micah, pudo sostenerlo en sus brazos y descansar en una agradable habitación que contaba con calefacción de gas natural. Como vemos, ambos se beneficiaron de fuentes de energía tradicionales que, de haber fallado en algún caso, habrían puesto en peligro la vida del niño.

      La civilización moderna en la que nació este bebé depende para su existencia de varias fuentes de energía. Todos los días necesitamos de alguna forma los combustibles fósiles: para ir al trabajo, para cocinar o para mantener nuestra vivienda climatizada y bien iluminada. El Instituto de los Recursos Mundiales afirma que tales combustibles “satisfacen el 90% de la demanda de energía comercial del planeta”. En su informe del año 2000, dicha institución señaló: “La principal fuente de energía a nivel mundial es el petróleo (40%), seguida del carbón (26%) y el gas natural (24%)”.a

      La revista Bioscience indica: “Cada estadounidense consume 93.000 kilovatios-hora anuales (energía equivalente a 8.000 litros de crudo) en desplazarse, calentarse y refrescarse, entre otras actividades”. En Australia, China, Polonia y Sudáfrica, más del 75% de la electricidad proviene de generadores de carbón. En la India, el porcentaje está en torno al 60%, y en Estados Unidos y Alemania, por encima del 50%.

      “Aunque poca gente lo sabe, hoy comemos gracias al petróleo”, señala el periodista Jeremiah Creedon en el artículo “Life After Oil” (Vivir sin petróleo). “El petróleo y el gas natural son cruciales en todos los procesos de la agricultura moderna —observa la revista Utne Reader—, desde la fabricación de fertilizantes hasta el transporte de las cosechas.” Ahora bien, ¿cuánto tiempo más podremos depender de estas fuentes energéticas? ¿Existen energías alternativas menos contaminantes?

      [Nota]

      a Para más información sobre la historia de la explotación petrolífera, véase ¡Despertad! del 8 de noviembre de 2003, págs. 3-12.

  • ¿Por qué necesitamos nuevas fuentes de energía?
    ¡Despertad! 2005 | 8 de marzo
    • ¿Por qué necesitamos nuevas fuentes de energía?

      “Si el petróleo representa hoy un problema, esperemos a que pasen veinte años: será una pesadilla.”—Jeremy Rifkin, de la Foundation of Economic Trends (Washington, D.C., agosto de 2003).

      DE AQUÍ a veinte años —cuando Micah tenga edad para conducir un automóvil—, el consumo mundial de energía “habrá aumentado un 58%”, asegura el gobierno de Estados Unidos en el informe International Energy Outlook 2003 (IEO2003). La revista New Scientist afirmó que este aumento constituirá “el mayor incremento en la demanda energética de la historia”. ¿Podrán satisfacer tal demanda las fuentes de energía tradicionales? Analicemos los siguientes datos.

      CARBÓN

      ◼ Con reservas para mil años, este es el más abundante de todos los combustibles fósiles. En las centrales térmicas de carbón se genera el 40% de la electricidad mundial. Australia, que produce casi un tercio del carbón del mercado, es el mayor exportador del planeta.

      Sin embargo, un reciente comunicado de prensa del Instituto Worldwatch señala: “El carbón es el combustible fósil con mayor contenido de carbono. Su combustión libera un 29% más de carbono por unidad de energía que el petróleo, y un 80% más que el gas natural. El carbón es el responsable del 43% de las emisiones anuales de carbono, lo que supone unos 2.700 millones de toneladas”. Además del impacto medioambiental, ¿qué efectos tiene tal combustión en la salud? Por mencionar un ejemplo reciente, el Global Environment Outlook, un informe de las Naciones Unidas, señaló: “En once ciudades grandes de China, el humo y las pequeñas partículas provenientes de la combustión del carbón ocasionan más de 50.000 muertes prematuras y 400.000 nuevos casos de bronquitis crónica al año”.

      PETRÓLEO

      ◼ El mundo consume 75.000.000 de barriles de crudo diarios. De las reservas totales del planeta, estimadas en dos billones de barriles, ya se han utilizado 900.000 millones. Al ritmo actual, la producción durará unos cuarenta años más.

      No obstante, los geólogos Colin J. Campbell y Jean H. Laherrère afirmaron en 1998: “Durante la próxima década, el suministro no podrá satisfacer la demanda”. Estos expertos en la industria petrolífera advirtieron: “[La opinión generalizada] supone que la última gota de petróleo puede bombearse con el ritmo con que se extraen ahora los barriles de los pozos. De hecho, el ritmo al que cualquier pozo —o cualquier país— puede producir petróleo siempre alcanza un máximo, y entonces, una vez se ha agotado la mitad de las reservas, empieza a bajar de forma gradual hasta llegar al vaciamiento. Desde el punto de vista económico, no importa tanto en qué momento se agotará el petróleo [como] el día en que empiece a declinar la producción”.

      ¿Cuándo se espera que se produzca este declive? Joseph Riva, geólogo especialista en petróleo, asegura que “el incremento en la producción de crudo que se ha planificado [...] satisfará menos de la mitad de la demanda prevista para el año 2010 por la Agencia Internacional de la Energía”. La revista New Scientist advierte: “Si la tasa de producción baja y la demanda sigue en alza, el precio del petróleo probablemente se disparará o fluctuará sin control. Este hecho aumentará la posibilidad de que se produzca un caos económico, de que surjan problemas con el transporte de alimentos y otros artículos, e incluso de que estallen guerras entre países que se disputarán el poco petróleo que quede”.

      Mientras unos analistas se alarman ante la reducción de las reservas, otros afirman que cuanto antes dejemos de depender del petróleo, mejor. Jeremiah Creedon escribió en la revista Utne Reader: “Solo hay una cosa peor que quedarse sin petróleo: no quedarse sin él. El dióxido de carbono que generamos con su combustión sigue calentando el planeta; pero la economía y el medio ambiente son dos temas que todavía suelen discutirse por separado”. Un informe de la Australian Broadcasting Commission puso de relieve las consecuencias de la adicción al petróleo tomando como ejemplo un solo país: “Los 26.000.000 de vehículos del Reino Unido producen un tercio del dióxido de carbono que se emite en la nación (y que contribuye al calentamiento del planeta) y generan un tercio de la contaminación atmosférica del territorio nacional (que todos los años acaba con 10.000 vidas humanas)”.

      GAS NATURAL

      ◼ El informe IEO2003 señala que “el gas natural será, de las principales fuentes de energía, la de mayor crecimiento en el mundo” en los próximos veinte años. Se trata del combustible fósil menos contaminante y, además, se cree que las reservas que existen son enormes.

      Con todo, “nadie sabe exactamente cuánto gas natural hay hasta que se extrae”, afirma la Natural Gas Supply Association, con sede en la ciudad de Washington. Y añade: “Cada cálculo se basa en un conjunto diferente de suposiciones, [...] razón por la cual resulta difícil saber de cuánto gas disponemos”.

      El principal componente del gas natural es el metano, “un gas de efecto invernadero muy potente que retiene casi veintiún veces más el calor que el dióxido de carbono”, indica la mencionada organización. Sin embargo, según esta misma fuente, un extenso estudio realizado por la Agencia para la Protección Medioambiental y el Instituto de Investigación del Gas “llegó a la conclusión de que los efectos perjudiciales del metano se compensan con creces con la reducción en las emisiones nocivas que se produce al aumentar el consumo de gas natural”.

      ENERGÍA NUCLEAR

      ◼ “Unos cuatrocientos treinta reactores nucleares producen el 16% de la electricidad mundial”, informa la revista Australian Geographic. Además, “en febrero de 2003 había en construcción 35 reactores más, diecisiete de los cuales se encontraban en países asiáticos en desarrollo”, señala el informe IEO2003.

      La sociedad sigue dependiendo de estas centrales pese al peligro de que se produzcan desastres como el que en 1986 asoló Chernobil, en la ex Unión Soviética. La revista New Scientist afirma que “los reactores de Estados Unidos están agrietados y corroídos”, y que en marzo de 2002, el núcleo de la planta de Davis-Besse (Ohio) “estuvo a punto de sufrir un catastrófico accidente” debido a la corrosión.

      En vista de la duración limitada de las actuales fuentes de energía y los peligros asociados a estas, surge la pregunta: ¿está la humanidad condenada a destruir la Tierra mientras satisface su aparentemente insaciable sed de energía? Es evidente que necesitamos alternativas más limpias y seguras. Ahora bien, ¿será posible obtenerlas? ¿Están a nuestro alcance?

  • Nuevas fuentes de energía
    ¡Despertad! 2005 | 8 de marzo
    • Nuevas fuentes de energía

      VIENTO

      ◼ Aunque el ser humano lleva mucho tiempo valiéndose de la fuerza del viento para impulsar veleros, accionar molinos y bombear agua, en los últimos años se ha visto un interés renovado por la energía eólica. De esta energía limpia y renovable generada por turbinas de viento de alta tecnología se benefician ya 35.000.000 de personas. En Dinamarca, por ejemplo, el 20% de la electricidad proviene de la energía eólica. Alemania, España y la India (que afirma ser la quinta productora mundial) están aumentando rápidamente su producción. Estados Unidos cuenta con 13.000 generadores de turbina y, según algunos analistas, si se explotaran todos los lugares propicios, podría llegar a satisfacer de esta manera el 20% de sus necesidades de energía eléctrica.

      SOL

      ◼ La luz solar puede convertirse en electricidad mediante las células fotovoltaicas, dispositivos que se activan con los rayos del sol. Por todo el mundo se generan de esta manera casi 500.000.000 de vatios de electricidad. Aunque el mercado de células solares crece un 30% al año, estas todavía son relativamente ineficaces y, además, la energía que producen es muy costosa en comparación con la convencional. Por otro lado, en su fabricación se utilizan productos químicos tóxicos, como el sulfuro de cadmio y el arseniuro de galio, que pueden permanecer en el medio ambiente durante siglos. De ahí que la revista Bioscience diga que “eliminar y reciclar las células que están fuera de servicio podría convertirse en un gran problema”.

      TIERRA

      ◼ Si perforáramos la corteza terrestre en dirección al centro del planeta, que está a 4.000 oC [7.000 oF], la temperatura aumentaría 30 oC por cada kilómetro [90 oF por cada milla] descendido. A quienes viven cerca de fuentes termales o de la fisura de un volcán les resulta más fácil aprovechar el calor de la Tierra. El agua caliente y el vapor de los puntos calientes de la corteza se utilizan en 58 países para climatizar viviendas o generar electricidad. Islandia, por ejemplo, obtiene la mitad de su energía de las centrales geotérmicas. Hay naciones, como Australia, que están estudiando cómo aprovechar la energía atrapada en grandes zonas de roca caliente y seca situadas a unos kilómetros bajo la superficie. La revista Australian Geographic informa: “Algunos investigadores aseguran que si se bombeara agua hasta las rocas que retienen el calor y se utilizara el agua caliente ascendente para mover turbinas, podríamos generar electricidad durante décadas o incluso siglos”.

      AGUA

      ◼ La energía hidroeléctrica ya representa más del seis por ciento de la producción eléctrica mundial. Según el informe International Energy Outlook 2003, en los próximos veinte años, “el aumento en la explotación de fuentes de energía renovable se deberá mayormente a las enormes centrales hidroeléctricas que se construirán en los países en desarrollo, sobre todo en Asia”. No obstante, la revista Bioscience advierte: “Los embalses suelen inundar las fértiles llanuras aluviales y alterar la vida de las plantas, animales y microorganismos del ecosistema”.

      HIDRÓGENO

      ◼ El hidrógeno, gas combustible incoloro e inodoro, es el elemento más abundante del universo. Forma parte integral del tejido animal y vegetal, está presente en los combustibles fósiles y es uno de los dos componentes que forman el agua. Además, su combustión es más limpia y efectiva que la de los combustibles fósiles.

      La revista Science News Online afirma que el agua “puede separarse en hidrógeno y oxígeno cuando se le aplica electricidad”. Aunque así podrían obtenerse enormes cantidades de hidrógeno, dicha publicación comenta que “este proceso, en principio sencillo, todavía no resulta económico”. Hoy día se producen en el mundo 45.000.000 de toneladas de hidrógeno, mayormente para fertilizantes y productos de limpieza. Pero en el proceso de extracción del hidrógeno, en el que se emplean combustibles fósiles, se libera un gas tóxico (el monóxido de carbono) y otro de efecto invernadero (el dióxido de carbono).

      Con todo, muchas personas consideran al hidrógeno la alternativa más prometedora a los combustibles tradicionales y creen que satisfará las futuras demandas energéticas de la humanidad. Este optimismo se debe a las sorprendentes mejoras que se han producido recientemente en el diseño de las pilas de combustible.

      PILAS DE COMBUSTIBLE

      ◼ Una pila de combustible (también llamada célula o celda de combustible) es un dispositivo que produce electricidad mezclando hidrógeno con oxígeno en una reacción química controlada, sin combustión alguna. Cuando se usa hidrógeno puro en lugar de un combustible fósil rico en hidrógeno, el único residuo de la reacción, además de calor, es agua.

      Sir William Grove, juez y físico británico, construyó en 1839 la primera pila. Entonces era caro fabricarla y costaba conseguir el combustible y los componentes necesarios. Así, cayó en el olvido hasta mediados del siglo XX, cuando comenzó a utilizarse para dar energía a las naves espaciales estadounidenses. En las naves modernas todavía se usan pilas de combustible para obtener la electricidad de a bordo, aunque ahora se están mejorando a fin de buscar aplicaciones más cotidianas.

      Con esta nueva fuente de energía se pretende sustituir los motores de combustión interna de los automóviles, generar electricidad para edificios comerciales y residencias, y hacer funcionar pequeños dispositivos eléctricos, como teléfonos celulares y computadoras. Pero hasta la fecha, la energía producida en las plantas de pilas de combustible es cuatro veces más costosa que la que se obtiene a partir de los combustibles fósiles. Con todo, se siguen invirtiendo centenares de millones de dólares en la investigación de esta nueva tecnología.

      Los beneficios ambientales de adoptar fuentes de energía limpia son obvios. Sin embargo, es probable que el costo implicado en producir este tipo de energía a gran escala siga siendo prohibitivo. El informe IEO2003 señala: “El aumento de la demanda energética [...] se producirá en mayor medida en los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), pues se espera que los precios de tales combustibles se mantengan relativamente bajos y los de otras fuentes de energía no lleguen a ser competitivos”.

      [Ilustración de la página 9]

      Vehículo propulsado por pilas de combustible (2004)

      [Reconocimiento]

      Mercedes-Benz USA

      [Reconocimiento de la página 8]

      DOE Photo

  • La fuente absoluta de energía
    ¡Despertad! 2005 | 8 de marzo
    • La fuente absoluta de energía

      EL Sol es nuestra principal fuente de energía. Muchos científicos creen que el carbón y el petróleo se formaron a partir de los restos en descomposición de árboles y plantas que recibieron la energía solar.a El agua que fluye a través de las represas hidroeléctricas llegó tierra adentro en forma de nubes gracias a la acción del Sol, que la evaporó de los mares. Los cálidos rayos solares son también los responsables de que se produzcan las corrientes de aire que mueven las turbinas de viento. Con todo, se calcula que solo nos llega la mitad de una milmillonésima parte de la energía solar.

      Aunque es un astro impresionante, la estrella a la que llamamos Sol es tan solo uno de los miles de millones de enormes fuentes de energía del universo. Ahora bien, ¿cuál es la fuente absoluta de energía? Refiriéndose a las estrellas, el escritor bíblico Isaías hizo la siguiente observación: “Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de ellas falta” (Isaías 40:26).

      Cuando observamos la inmensa potencia de los cuerpos celestes, puede que nos sintamos pequeños, y más aún si pensamos en su Creador. Sin embargo, la Biblia contiene esta exhortación: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Santiago 4:8). En efecto, el Creador de la Tierra y de sus abundantes recursos energéticos, el que nos dio la vida, se dejará hallar si lo buscamos (Génesis 2:7; Salmo 36:9).

      Al ver la contaminación del planeta y el reparto desigual de sus recursos, a muchas personas les resulta difícil creer que Dios se interesa en la Tierra y en quienes la habitan. Sin embargo, la Biblia asegura que muy pronto cambiará tanto la forma en que se distribuyen los recursos como la manera en que se administra el planeta (Daniel 2:44; Mateo 6:9, 10). Mediante un gobierno celestial mundial dirigido por su Hijo, Jesucristo, Jehová Dios se asegurará de que los abundantes recursos terrestres se repartan equitativamente (Miqueas 4:2-4). Además, causará “la ruina de los que están arruinando la tierra”, es decir, aquellos individuos que contaminan el medio ambiente y corrompen la espiritualidad (Revelación [Apocalipsis] 11:18).

      Entonces se cumplirá tanto física como espiritualmente la promesa de Isaías 40:29-31: “Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. Los muchachos se cansan y también se fatigan, y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, pero los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán”. Le invitamos a estudiar la Biblia a fin de aprender más acerca de la Fuente absoluta de energía y la solución a los problemas energéticos que nos aquejan.

      [Nota]

      a Véase el recuadro “¿Cómo se formó el petróleo?” de ¡Despertad! del 8 de noviembre de 2003.

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