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Defendió al pueblo de DiosEjemplos de fe
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La fe de Ester supera el miedo a la muerte
24. ¿Cómo demostró Ester su fe y valentía?
24 Ester comprendió que había llegado el momento de actuar. Le pidió a Mardoqueo que todos los judíos se unieran a ella en un ayuno de tres días. Y demostró su extraordinaria fe y valentía al pronunciar unas palabras que han resonado hasta el día de hoy: “En caso de que tenga que perecer, tendré que perecer” (Est. 4:15-17). Durante aquellos tres días, sin duda oró con más fervor que nunca. Cuando al fin llegó la hora, se vistió con sus mejores galas, con la intención de agradar al rey, y salió de sus aposentos.
Ester arriesgó su vida para proteger al pueblo de Dios
25. Describa lo que ocurrió cuando Ester se presentó ante el rey.
25 Como vimos al principio de este capítulo, Ester ahora se dirige a la presencia del rey. De camino, con el corazón en un puño y la mente llena de inquietud, le ora a Dios una y otra vez. Entonces entra al patio. Desde allí puede ver a Asuero sentado en el trono, con el rostro acicalado al estilo persa, los rizos de su cabello y de su cuadrada barba perfectamente definidos. Tratando de adivinar su estado de ánimo, se fija en su expresión. ¿Cuánto tardó su esposo en darse cuenta de que ella estaba allí? No lo sabemos, ¡pero seguro que a Ester debió parecerle toda una eternidad! Cuando al fin alcanza a verla, se sorprende un poco, pero enseguida relaja la mirada y le extiende el cetro de oro (Est. 5:1, 2).
26. ¿Por qué debemos los cristianos ser valientes como Ester? ¿Qué vamos a ver en el próximo capítulo?
26 Ester ha conseguido que el rey le conceda una audiencia. Esta fiel mujer estuvo dispuesta a arriesgar la vida para defender a Jehová y proteger a su pueblo. ¡Qué gran ejemplo de fe para los siervos de Dios de todas las épocas!
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Actuó con sabiduría, valor y altruismoEjemplos de fe
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1-3. a) ¿Cómo se sentía Ester al acercarse al trono de su esposo? b) ¿Cuál fue la reacción del rey ante la visita inesperada de Ester?
ESTER se acerca lentamente al trono con el corazón latiéndole a mil. La gran sala real del palacio persa de Susa se sume en el silencio, un silencio tan profundo que ella puede oír sus suaves pisadas y el roce de la tela de sus vestiduras reales. No debe dejarse distraer por el esplendor de la corte, las esbeltas columnas y los magníficos techos con relieves en madera de cedro importada del lejano Líbano. Toda su atención está puesta en el hombre sentado en el trono. Y no es para menos: ¡ese hombre tiene la vida de Ester en sus manos!
2 El rey la mira fijamente y extiende hacia ella su cetro de oro. ¡Qué gran alivio! Con este sencillo gesto le salva la vida, pues así indica que le perdona la falta que acaba de cometer: presentarse ante él sin haber sido invitada. Ester entonces puede acercarse al trono, y, agradeciendo la clemencia del rey, alarga la mano y toca el extremo del cetro (Est. 5:1, 2).
Ester agradeció humildemente que el rey Asuero le tuviera clemencia
3 Salta a la vista que Asuero es un rey de gran riqueza y poder. Según algunos expertos, el atuendo de los monarcas persas de aquella época costaba el equivalente a cientos de millones de dólares. Pero a pesar de su imponente presencia, Ester puede ver cierto afecto en los ojos de su esposo, pues, a su manera, él la ama. Entonces, el monarca le pregunta: “¿Qué tienes, oh Ester la reina, y cuál es tu solicitud?”, e incluso llega a ofrecerle la mitad de su reino (Est. 5:3).
4. ¿Qué difícil misión tenía Ester por delante?
4 Ester ya ha demostrado una fe y una valentía excepcionales: se ha presentado ante el rey con la intención de proteger a su pueblo de un complot para exterminarlo. Hasta ahora le ha ido bien, pues el rey ha aceptado verla. Pero lo más difícil está por venir. Aún tiene que convencer al orgulloso monarca de que Hamán —su consejero de confianza— es un individuo malvado que, con engaños, lo ha llevado a decretar la aniquilación del pueblo de Ester. ¿Cómo lo persuadirá, y qué podemos aprender de la fe de esta sobresaliente mujer?
Eligió sabiamente el “tiempo de hablar”
5, 6. a) ¿Cómo puso en práctica Ester el principio de Eclesiastés 3:1, 7? b) ¿Cómo demostró Ester ser sabia al dirigirse a su esposo?
5 ¿Debería Ester revelarle al rey todo el asunto delante de la corte? Eso podría humillarlo y darle tiempo a Hamán para cuestionar las acusaciones. ¿Qué decide hacer Ester? Siglos antes, el sabio rey Salomón había escrito por inspiración divina: “Para todo hay un tiempo señalado, [...] tiempo de callar y tiempo de hablar” (Ecl. 3:1, 7). De seguro el padre adoptivo de Ester, el fiel Mardoqueo, le inculcó a la joven principios como este mientras crecía. Y, como veremos, está claro que ella entendía la importancia de elegir con cuidado el “tiempo de hablar”.
6 Así es que Ester le contesta a su esposo con estas palabras: “Si al rey de veras le parece bien, venga hoy el rey con Hamán al banquete que he hecho para él” (Est. 5:4). El monarca accede y manda llamar a Hamán. ¿Vemos lo prudente y sabia que es Ester? A la vez que respeta la dignidad de su esposo, planea un mejor momento para expresarle su preocupación (lea Proverbios 10:19).
7, 8. ¿Cómo salió el primer banquete que organizó Ester, y por qué decidió no hablarle del asunto al rey en esa ocasión?
7 Sin duda, Ester prepara el banquete con esmero, procurando satisfacer todos los gustos de su esposo. Y no falta el buen vino para alegrar el ambiente (Sal. 104:15). Tanto disfruta Asuero de la ocasión que se siente impulsado a preguntarle de nuevo a la reina cuál es su petición. ¿Será este el tiempo de hablar?
8 Ella cree que no. Por eso, invita al rey y a Hamán a otro banquete al día siguiente (Est. 5:7, 8). ¿Por qué pospone el asunto? Recordemos que todo el pueblo de Ester se enfrenta a la muerte debido al decreto real. Con tantas vidas en juego, ella tiene que asegurarse de elegir el mejor momento. Así que espera y organiza otro festín para demostrarle a su esposo el gran aprecio que siente por él.
9. ¿Cuánto valor tiene la paciencia, y cómo podemos imitar el buen ejemplo de Ester?
9 ¡Qué virtud tan valiosa, aunque escasa, es la paciencia! Ester, a pesar de sentirse angustiada y ansiosa, aguardó el momento ideal para hablar. Hacemos bien en seguir su ejemplo, ya que es probable que todos en ocasiones veamos cosas que deban corregirse. Si intentamos convencer a alguien con autoridad para que resuelva un problema, tal vez tengamos que imitar a Ester y ser pacientes. Proverbios 25:15 señala: “Por paciencia se induce a un comandante, y una lengua apacible misma puede quebrar un hueso”. Si esperamos el momento oportuno y hablamos con apacibilidad y bondad, como hizo Ester, podremos “quebrar” cualquier resistencia, aunque sea tan dura como un hueso.
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