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  • ¿Cómo empezó la vida?
    El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis
    • Para que una célula sobreviva se precisa la intervención conjunta de, como mínimo, tres tipos de moléculas complejas: ADN (ácido desoxirribonucleico), ARN (ácido ribonucleico) y proteínas. Pocos científicos sostendrían hoy que una célula viva completa se formó súbitamente por azar a partir de una mezcla de compuestos inanimados. Pero ¿qué probabilidad hay de que el ARN o las proteínas sí lo hicieran?a

      Stanley Miller en 1953

      Stanley Miller (1953)

      Un experimento realizado en 1953 da pie a muchos científicos para creer que la vida se originó espontáneamente. El químico Stanley L. Miller obtuvo aminoácidos (los bloques básicos de las proteínas) enviando descargas eléctricas a una mezcla de gases que simulaba la atmósfera terrestre primitiva. Posteriormente, se detectaron aminoácidos en un meteorito. ¿Significan tales hallazgos que todos los componentes básicos de la vida se produjeron fácilmente por casualidad?

      “Algunos autores —dice Robert Shapiro, profesor emérito de Química de la Universidad de Nueva York— han imaginado que todos los componentes de la vida se encontraban ya en los meteoritos y podrían formarse fácilmente mediante experimentos parecidos al de Miller. Pero ése no es el caso.”b2

      Examinemos la molécula de ARN, formada a su vez por moléculas de menor tamaño llamadas nucleótidos. Un nucleótido es distinto de un aminoácido y ligeramente más complejo. “Nunca se ha detectado la presencia de ningún nucleótido, ni entre los productos de los experimentos con descargas eléctricas ni en los estudios de meteoritos”, afirma Shapiro.c3 Y añade que la probabilidad de que una molécula autorreplicante de ARN se ensamblara por casualidad en un estanque de bloques químicos “es tan pequeña, que el hecho de que ocurra, aunque sólo fuere una vez, en cualquier lugar del universo visible, se consideraría una suerte de milagro”.4

      ARN, proteínas y ribosomas

      El ARN (1) interviene en la síntesis de proteínas (2), pero las proteínas intervienen en la producción de ARN. ¿Cómo podría originarse al azar una de estas moléculas, por no decir ambas? Los ribosomas (3) se tratarán en la sección 2.

      ¿Y las moléculas de proteína? Estas resultan de la unión de aminoácidos (desde cincuenta hasta varios miles) en un orden altamente específico. La proteína funcional promedio de una célula “simple” contiene 200 aminoácidos, y hay miles de diferentes tipos de proteínas incluso en esta clase de células. La probabilidad de que una proteína de solo 100 aminoácidos se formara alguna vez al azar en la Tierra sería como de una en mil billones (1015).

      Si la creación de moléculas complejas en el laboratorio requiere la pericia de un científico, ¿podrían formarse por casualidad las moléculas mucho más complejas de una célula?

      El teórico evolucionista Hubert P. Yockey va más lejos al afirmar que “es imposible que la vida se originara siguiendo el modelo de ‘proteínas primero’”.5 Las proteínas requieren ARN para su síntesis, pero la producción de ARN requiere proteínas. Aun suponiendo que las moléculas de proteína y ARN aparecieran en un mismo tiempo y lugar por accidente, pese a la remotísima posibilidad en contra, ¿qué probabilidad hay de que cooperaran para crear un tipo de vida autosostenible y autorreplicante? “La probabilidad de que esto sucediera al azar (dada una combinación aleatoria de proteínas y ARN) es infinitesimal”, admite la doctora Carol Cleland, miembro del Instituto de Astrobiología de la NASA.d “No obstante —añade—, parece que la mayoría de los investigadores suponen que si logran entender la producción independiente de proteínas y ARN en las condiciones naturales primigenias, el enigma de la coordinación se resolvería de algún modo por sí mismo.” Y aludiendo a las teorías actuales sobre el origen fortuito de estos bloques fundamentales de la vida, puntualiza: “Ninguna ofrece una historia convincente de cómo se produjo”.6

      Un hombre construye un robot

      Si la creación y programación de un robot sin vida exige una mente inteligente, ¿qué se necesitaría para crear una célula viva, y no digamos ya un ser humano?

      ¿Qué importancia tienen estos hechos? Pensemos en el reto que afrontan los investigadores que creen que la vida es fruto del azar: han hallado en un meteorito aminoácidos que también aparecen en las células vivas; han sintetizado en el laboratorio moléculas más complejas mediante experimentos ideados y controlados con minuciosidad, y, a la larga, esperan fabricar todas las partes necesarias para construir una célula “simple”. Podríamos asemejar su situación a la de un ingeniero que transforma sustancias naturales en acero, plástico, silicona y cables y construye un robot, al que luego programa para que se copie a sí mismo. ¿Qué demostrará con ello? A lo sumo, que un ente inteligente es capaz de crear una máquina asombrosa.

      Pues bien, si un día los científicos construyeran una célula, sería un logro verdaderamente impresionante; pero ¿probarían que la célula apareció por azar? En todo caso, probarían lo contrario, ¿no le parece?

      ¿Qué opina? Hasta la fecha, toda la prueba científica indica que la vida viene de la vida. Creer que una célula viva “simple” surgió por casualidad a partir de compuestos inanimados es un verdadero acto de fe.

  • ¿Existen realmente formas simples de vida?
    El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis
    • ¿Qué afirman muchos científicos? Las células se dividen en dos grandes grupos: las que poseen núcleo diferenciado y las que carecen de él. Las células humanas, animales y vegetales tienen núcleo; las células bacterianas no. Las primeras se denominan eucariotas; las segundas, procariotas. Puesto que las procariotas son relativamente menos complejas, muchos creen que las células animales y vegetales evolucionaron a partir de células bacterianas.

      Más aún, proponen que durante millones de años, células procariotas “simples” engulleron otras pero no las digirieron. La “naturaleza” —desprovista de inteligencia— encontró la forma no solo de modificar radicalmente la función de las células ingeridas, sino también de mantener a estas células adaptadas en el interior de las células “huéspedes” al momento de la reproducción.a9

  • ¿Existen realmente formas simples de vida?
    El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis
    • Volcanes en erupción

      ¿Pudo incluso una célula “simple” surgir a partir de componentes inanimados?

      ¿Qué revelan las pruebas? Los avances en microbiología han posibilitado la exploración del asombroso interior de las células procariotas más simples conocidas. Los científicos evolucionistas mantienen que las primeras células vivas debieron de parecerse algo a estas.10

      Si la teoría de la evolución es cierta, debe brindar una explicación convincente del modo como la primera célula “simple” se formó al azar. Si, por el contrario, la vida fue creada, debe haber prueba de diseño ingenioso hasta en la criatura más diminuta. ¿Qué le parece si vamos de excursión al interior de una célula procariota? En el trayecto, pregúntese si una estructura semejante pudo surgir por casualidad.

      EL MURO PROTECTOR

      Para visitar una célula procariota, tendremos que hacernos cientos de veces más pequeños que el punto que cierra esta oración. Nos separa del interior una membrana elástica y resistente que actúa como el muro que se construye alrededor de una fábrica. Se necesitarían 10.000 capas de esta membrana para igualar el espesor de una hoja de papel. No obstante, la membrana celular es mucho más sofisticada que un muro. ¿En qué sentido?

      Al igual que el muro que rodea la fábrica, la membrana protege el contenido celular de un entorno potencialmente hostil; pero no es sólida, pues permite que la célula “respire”, dejando que entren y salgan pequeñas moléculas, como las de oxígeno. La membrana bloquea asimismo el acceso no autorizado de moléculas más complejas que pueden ser dañinas, en tanto que retiene las que son útiles para la célula. ¿Cómo realiza estos prodigios?

      Retomando la analogía de la fábrica, seguramente en las puertas del muro hay guardianes que regulan el flujo de entrada y salida de las mercancías. Del mismo modo, integradas en la membrana celular hay moléculas proteicas especiales que ejercen la función de puertas y guardianes.

      Una membrana celular

      La membrana celular cuenta con “guardianes” que solo permiten el tránsito de ciertas sustancias

      Algunas de estas proteínas (1) presentan un orificio en el centro que solo permite el tránsito de ciertas moléculas. Otras están abiertas por un lado de la membrana y cerradas por el lado opuesto (2), con un sitio de enlace (3) que se acopla específicamente a una determinada sustancia. Cuando la proteína captura la carga, el lado que está cerrado se abre y la deja pasar a través de la membrana (4). Toda esta actividad tiene lugar en la superficie de hasta la célula más elemental.

      EL INTERIOR DE LA FÁBRICA

      Supongamos que el “guardián” ya nos ha dejado entrar. El interior de una célula procariota está lleno de un líquido acuoso rico en nutrientes, sales y otras sustancias que constituyen la materia prima con que la célula elabora los productos que necesita. El proceso de manufactura, sin embargo, no es aleatorio. Como una fábrica dirigida eficientemente, la célula organiza miles de reacciones químicas de tal manera que se produzcan en un orden y un horario fijos.

      La célula pasa mucho tiempo sintetizando proteínas. ¿Cómo lo hace? Primero, la vemos fabricando unos veinte aminoácidos distintos (los bloques básicos de las proteínas), que luego envía a los ribosomas (5). Los ribosomas, comparables a máquinas automáticas, enlazan los aminoácidos en una secuencia precisa para fabricar una proteína específica. Así como las operaciones de una fábrica pueden ser gobernadas por un programa informático central, muchas funciones de la célula son gobernadas por un “programa informático”, o código, conocido como ADN (6). Los ribosomas reciben del ADN una lista detallada de instrucciones que les indican qué proteína construir y de qué manera (7).

      El proceso es sencillamente prodigioso. Cada proteína se va plegando hasta adoptar una figura tridimensional única (8), la cual determina la tarea especializada que desempeñará.b Imaginemos una cadena de producción de motores, donde las piezas deben construirse a la perfección para que los motores funcionen. Así mismo, las proteínas deben construirse con total precisión y adoptar la forma exacta para que realicen adecuadamente su función; de lo contrario, hasta podrían perjudicar a la célula.

      Una célula comparada con una fábrica

      La “fábrica” celular. La síntesis de proteínas: Como una fábrica automatizada, la célula está llena de máquinas que ensamblan y despachan productos complejos

      ¿Cómo llegan las proteínas desde el punto de fabricación hasta el lugar donde se las necesita? Cada una lleva una “etiqueta” con la dirección de entrega. Así, aunque se construyen y se envían miles por minuto, ninguna se pierde: todas alcanzan su destino.

      ¿Qué importancia tienen estos hechos? Las complejas moléculas del ser vivo más simple no pueden reproducirse por sí solas. Fuera de la célula se descomponen, y dentro de ella son incapaces de duplicarse sin el auxilio de otras moléculas complejas. Para ilustrarlo: la producción de una molécula especial de energía llamada trifosfato de adenosina (ATP) requiere la presencia de enzimas, pero la producción de enzimas requiere energía del ATP. De manera similar, el ADN interviene en la formación de enzimas, pero las enzimas intervienen en la formación de ADN (abordaremos el estudio de esta molécula en la sección 3). Y otras proteínas solo pueden ser fabricadas por la célula, pero la célula solo puede fabricarse con proteínas.c

      El microbiólogo Radu Popa, quien no acepta el relato bíblico de la creación, preguntó en 2004: “¿Cómo puede la naturaleza crear vida cuando nosotros, teniendo todas las condiciones experimentales controladas, hemos fracasado?”.13 También dijo: “La complejidad de los mecanismos necesarios para el funcionamiento de una célula viva es tan vasta que su aparición simultánea al azar parece imposible”.14

      Un rascacielos se derrumba porque no tiene cimientos sólidos

      Un rascacielos que carece de cimientos sólidos no puede sostenerse. ¿Se mantendrá en pie la teoría de la evolución si no puede explicar el origen de la vida?

      ¿Qué opina? La teoría de la evolución intenta explicar el origen de la vida en la Tierra descartando la intervención divina. No obstante, cuanto más descubre la ciencia sobre la vida, tanto menos probable es que esta apareciera de forma aleatoria. Para salvar el escollo, algunos científicos quieren distinguir entre la teoría evolucionista y la cuestión del origen de la vida; pero ¿le parece a usted razonable?

      La teoría de la evolución descansa en la noción de que una larga cadena de felices coincidencias dieron inicio a la vida. Luego sugiere que otra serie de accidentes produjeron la admirable diversidad y complejidad de todos los seres vivos. Ahora bien, si la teoría carece de fundamento, ¿qué sucederá con los postulados que se apoyan en ella? Tal como un rascacielos sin cimientos no puede sostenerse, una teoría evolucionista incapaz de explicar el origen de la vida tampoco puede mantenerse en pie.

  • ¿De dónde provinieron las instrucciones?
    El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis
    • ¿Qué afirman muchos científicos? Muchos biólogos y otros científicos creen que el ADN y sus instrucciones codificadas son el resultado de procesos aleatorios, no dirigidos, que tuvieron lugar a lo largo de millones de años. Dicen que no hay prueba de diseño ni en la estructura de esta molécula ni en la información que contiene y transmite ni en su funcionamiento.17

  • ¿De dónde provinieron las instrucciones?
    El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis
    • ¿Qué revelan las pruebas? Si la evolución es cierta, entonces la hipótesis de que el ADN es el resultado de una serie de hechos fortuitos debe ser, como mínimo, razonablemente posible.

  • ¿De dónde provinieron las instrucciones?
    El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis
    • LA ESTRUCTURA DE UNA ASOMBROSA MOLÉCULA

      Denominemos cuerda a esta parte del modelo de cromosoma. Tiene unos dos centímetros y medio (una pulgada) de espesor y está fuertemente enrollada en carretes (4), lo que propicia la formación de espirales dentro de espirales. Una especie de andamiaje les sirve de soporte. La cuerda está empaquetada de un modo muy eficaz, explica una pantalla del museo. Si sacáramos la cuerda de cada uno de los modelos de cromosoma y las pusiéramos todas bien estiradas una detrás de otra, abarcarían más o menos la mitad de la circunferencia terrestre.a

      Un libro de ciencia llama a este eficaz sistema de empaquetamiento “una portentosa proeza de la ingeniería”.18 ¿Le parece a usted creíble la idea de que no hubo un ingeniero detrás de ello? Si el museo tuviera una espaciosa tienda donde se exhibieran para la venta millones de objetos, todos ordenados cuidadosamente a fin de que uno encuentre fácilmente lo que necesita, ¿supondría que nadie la organizó? Claro que no, si bien tal orden no sería nada en comparación con la proeza ya descrita.

      Ahora se nos invita a tomar en las manos un segmento de la cuerda y contemplarlo de cerca (5). Al palparla, advertimos que no es una cuerda ordinaria: está formada por dos hebras enrolladas una alrededor de la otra y unidas por pequeñas barras equidistantes. El conjunto tiene el aspecto de una escalera de caracol (6). Entonces caemos en la cuenta: tenemos en la mano un modelo de la molécula de ADN, uno de los grandes enigmas de la vida.

      Una molécula de ADN, cuidadosamente empaquetada con sus carretes y andamiaje, forma un cromosoma. Los peldaños de la escalera se conocen como pares de bases (7). ¿Cuál es su función? ¿Para qué sirve todo esto? Otra pantalla nos brinda una explicación simplificada.

      LO ÚLTIMO EN SISTEMAS DE ALMACENAMIENTO DE DATOS

      La clave para descifrar el ADN reside en los peldaños que conectan los dos lados de la escalera, dice la pantalla. Visualicemos la escalera partida por la mitad. De cada lado cuelgan peldaños incompletos. Estos vienen en cuatro variedades únicamente, designados con las letras A, T, G y C. ¡Qué sorpresa se llevaron los científicos al descubrir que el orden de estas letras formaba una especie de código para transmitir información!

      Sabemos que en el siglo XIX se ideó el código morse para la transmisión de mensajes telegráficos. Combinando solo dos “letras” (punto y raya), este alfabeto podía crear infinidad de palabras y frases. Pues bien, el ADN utiliza un código de cuatro letras: A, T, G y C. La combinación de estas letras forma “palabras” denominadas codones; los codones, a su vez, componen “historias”, que reciben el nombre de genes. Cada gen contiene 27.000 letras en promedio. Los genes y los largos tramos que los separan conforman “capítulos”, que son los cromosomas. Veintitrés cromosomas constituyen el “libro” completo, o genoma: el conjunto de información genética sobre un organismo.b

      El genoma sería un libro inmenso. ¿Cuánta información contendría? El genoma humano está constituido por unos tres mil millones de pares de bases, o peldaños.19 Imaginemos una enciclopedia formada por volúmenes de más de mil páginas cada uno. El genoma llenaría 428 de tales volúmenes; sumándole el duplicado que posee cada célula, el número ascendería a 856. Si una persona se dedicara a teclear la información del genoma en una jornada de cuarenta horas semanales, sin vacaciones, tardaría alrededor de ochenta años.

      Por supuesto, el resultado final no sería de ningún provecho, pues ¿cómo se meten centenares de pesados volúmenes en cada una de los 100 billones de microscópicas células que componen el cuerpo humano? Comprimir tanta información desborda por mucho nuestra capacidad.

      Un profesor de Biología Molecular y Ciencias Informáticas dijo: “Un gramo de ADN, que ocupa, en seco, alrededor de un centímetro cúbico, puede almacenar aproximadamente la información de un billón [1012] de discos compactos”.20 ¿Qué implica esto? Recordemos que el ADN contiene los genes, las instrucciones para construir un cuerpo humano único. Toda célula posee un juego completo de instrucciones. El ADN almacena tanta información que una cucharadita contendría las instrucciones para construir trescientas cincuenta veces la población mundial. La cantidad requerida para recrear los 7.000 millones de personas que hoy habitan la Tierra apenas formaría una película en la superficie de la cucharita.21

      ¿UN LIBRO SIN AUTOR?

      Un disco compacto

      Un gramo de ADN contiene tanta información como un billón de discos compactos

      Pese a los adelantos en las técnicas de miniaturización, el hombre no ha inventado un dispositivo para almacenar datos que siquiera se aproxime a tal capacidad. Aun así, usaremos el disco compacto a título de ejemplo. Quizás a usted le impresione su figura simétrica, su superficie brillante, su eficaz diseño. Es obvio que fue hecho por alguien inteligente. Suponga ahora que el disco almacena, no información confusa o embarullada, sino instrucciones coherentes y detalladas sobre la manera de construir, mantener y reparar maquinaria compleja. Esta información no altera de modo perceptible su peso o tamaño y, sin embargo, en ella radica su principal valor. ¿No lo convencerían dichas instrucciones escritas de que allí debió de intervenir una mente inteligente? ¿Acaso no requiere la escritura la existencia de un escritor?

      Comparar el ADN con un disco compacto o un libro no es descabellado. De hecho, una obra sobre el genoma dice: “La idea de considerar el genoma como un libro no es, en rigor, siquiera una metáfora. Es literalmente cierta. Un libro es una pieza de información digital [...]. También lo es un genoma”. Y agrega: “El genoma es un libro muy inteligente, porque en condiciones adecuadas puede fotocopiarse y leerse a sí mismo”.22 Lo anterior nos lleva a otro importante aspecto del ADN.

      MÁQUINAS EN MOVIMIENTO

      Mientras estamos allí parados en completa quietud, nos preguntamos si el núcleo celular es tan estático como un museo. Entonces vemos una urna de cristal que guarda un modelo de segmento de ADN y, sobre ella, otra pantalla que dice: “Pulse el botón para una demostración”. Pulsamos y oímos a un narrador decir: “El ADN realiza por lo menos dos tareas cruciales. La primera se llama replicación. El ADN debe copiarse a fin de dotar a toda nueva célula de un juego completo de la misma información genética. Observe la siguiente simulación”.

      Por una puerta situada en un extremo de la urna vemos entrar una máquina bastante complicada. Se trata, en realidad, de una piña de robots. La máquina se acopla a la molécula de ADN y empieza a deslizarse como un tren sobre rieles. Puesto que va un poco rápido, no distinguimos bien lo que hace, pero sí nos percatamos de que detrás de ella hay ahora dos cuerdas completas de ADN en vez de una.

      El narrador explica: “Esta es una versión bastante simplificada de lo que sucede cuando el ADN se replica. Un grupo de máquinas moleculares llamadas enzimas se desplazan a lo largo del ADN y lo desdoblan en dos; luego toman cada hebra como molde y generan una nueva hebra complementaria. Resulta imposible mostrarles todos los dispositivos que entran en acción, como el aparatito que va delante de la máquina replicadora cortando una de las dos hebras para que el ADN rote libremente y así evitar el superenrollamiento. Tampoco podemos enseñarles cómo se efectúan las múltiples ‘correcciones de pruebas’. Las erratas se detectan y se enmiendan con pasmosa exactitud [véase el dibujo de las páginas 16 y 17].

      Replicación. Copiado del ADN

      1. Esta pieza de la máquina de enzimas desdobla en dos la cuerda de ADN

      2. Esta pieza toma una de las hebras como molde para formar una hebra doble

      3. Abrazadera deslizante que guía y estabiliza la máquina de enzimas

      4. Se forman dos cuerdas completas de ADN

        Una máquina de enzimas copia ADN

      Si el ADN fuera del tamaño de una vía férrea, la máquina de enzimas circularía a una velocidad de 80 kilómetros (50 millas) por hora

      ”Lo que sí podemos enseñarles es la velocidad. ¿Se fijó en aquel robot que va a toda marcha? En la realidad, la maquinaria de enzimas avanza sobre los ‘rieles’ del ADN a una velocidad de 100 travesaños, o pares de bases, por segundo.23 Si los ‘rieles’ fueran los de una vía férrea, esta ‘locomotora’ circularía a una velocidad de 80 kilómetros (50 millas) por hora. En las bacterias, estas diminutas máquinas replicadoras alcanzan una velocidad diez veces mayor. En la célula humana, legiones de dichas máquinas se ponen a trabajar en distintas secciones de los ‘rieles’ del ADN y copian el genoma entero en tan solo ocho horas.”24 (Véase el recuadro “Una molécula que se lee y se copia”, de la página 20.)

      “LECTURA” DEL ADN

      Los robots replicadores de ADN salen de la escena. Aparece otra máquina, que también se desplaza a lo largo de un tramo de ADN, aunque más lenta. Vemos entrar la cuerda de ADN por un extremo y salir por el otro... intacta. Pero una nueva hebra sencilla brota por un orificio distinto de la máquina, como una cola creciente. ¿Qué está pasando?

      El narrador prosigue: “La segunda tarea que realiza el ADN se llama transcripción. El ADN nunca abandona el refugio seguro del núcleo. Entonces, ¿cómo se leen y se utilizan sus genes, es decir, las recetas para fabricar todas las proteínas constitutivas del cuerpo humano? Primero, la máquina de enzimas que estamos viendo localiza una región del ADN donde se ha activado un gen mediante señales químicas procedentes del exterior del núcleo; enseguida, hace una copia del gen valiéndose de una molécula de ARN. El ARN se parece bastante a una hebra sencilla de ADN, pero es diferente. Su tarea consiste en recoger la información codificada de los genes contenidos en el ADN. Extrae dicha información mientras se halla en la máquina de enzimas y la transporta fuera del núcleo a uno de los ribosomas, donde será utilizada para sintetizar una proteína”.

      Transcripción. “Lectura” del ADN

      1. El ADN es desenrollado en este punto. La hebra expuesta transmite la información al ARN

      2. El ARN “lee” el ADN recogiendo la información codificada de un gen. El código del ADN le indica a la máquina transcriptora dónde comenzar y dónde terminar

      3. El ARN transporta la información del núcleo a un ribosoma, donde dará las instrucciones para construir una proteína compleja

      4. Máquina transcriptora

        El ARN lee el ADN

      La demostración nos ha deslumbrado. Quedamos muy impresionados por el museo y por el ingenio de quienes diseñaron y construyeron sus máquinas. ¿Y si fuera posible poner en marcha el museo con todas sus piezas para demostrar las miles y miles de tareas que se llevan a cabo simultáneamente en la célula humana? ¡Eso sí que sería un espectáculo!

      Pues bien, todos esos procesos que realizan diminutas máquinas sofisticadas están teniendo lugar ahora mismo en los 100 billones de células de nuestro organismo. El ADN está siendo leído para fabricar, en conformidad con sus instrucciones, los cientos de miles de proteínas diferentes que constituyen el cuerpo (sus enzimas, tejidos, órganos, etc.). Al mismo tiempo, está siendo copiado y corregido a fin de que cada célula nueva posea un juego limpio de instrucciones.

      ¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN ESTOS HECHOS?

      Formulemos otra vez la pregunta: “¿De dónde provinieron estas instrucciones?”. La Biblia señala que el “libro” y su contenido proceden de un autor sobrehumano. ¿Es esta una conclusión desfasada o poco científica?

      Reflexionemos sobre lo siguiente: ¿puede el hombre construir un museo como el de nuestro ejemplo? Sus intentos tropezarían con verdaderas dificultades. Hay muchos detalles del genoma humano y sus funciones que aún no se comprenden. Los investigadores siguen tratando de localizar todos los genes y conocer sus funciones. Y los genes son solo una pequeña porción de la cuerda de ADN. Por ejemplo, ¿cuál es el objetivo de los largos tramos que no contienen genes? En un principio, se los denominó “ADN basura”, pero ahora la tendencia está cambiando, pues es posible que tales segmentos controlen la manera y el grado de utilización de los genes. Aun si los científicos lograran crear un modelo completo del ADN, con sus máquinas copiadoras y correctoras, ¿podrían hacerlo funcionar como el original?

      Poco antes de morir, el famoso físico Richard Feynman escribió la siguiente nota en un tablero: “Lo que no puedo crear, no lo entiendo”.25 Da gusto su modestia, y sus palabras son muy ciertas en lo referente al ADN. Los científicos ni pueden crear ADN con todos sus mecanismos de replicación y transcripción ni lo entienden a la perfección; sin embargo, algunos afirman saber que todo apareció por azar, sin dirección alguna. ¿Apoyan tal conclusión las pruebas que hemos analizado?

      Varios especialistas han concluido que las pruebas apuntan en la dirección contraria. Francis Crick, uno de los biólogos que descubrió la estructura de doble hélice de la molécula de ADN, opina que es demasiado compleja para haberse formado mediante sucesos aleatorios. Su hipótesis es que seres extraterrestres inteligentes debieron de enviar ADN a la Tierra para sembrar aquí la vida.26

      En años más recientes, la postura del destacado filósofo Antony Flew, tenaz defensor del ateísmo durante medio siglo, dio un giro radical. A sus 81 años empezó a creer que una inteligencia tuvo que haber intervenido en la creación de la vida. ¿Qué propició el cambio? Un estudio del ADN. Cuando se le preguntó sobre la incomodidad que su nueva filosofía podría causar en la comunidad científica, respondió: “Lo siento. Toda la vida me he guiado por el principio [...] de seguir la prueba adondequiera que lleve”.27

      ¿Qué opina? ¿Adónde llevan las pruebas? Imagine que usted ve una sala de computadoras en el corazón de una fábrica. Un complejo programa maestro dirige todas las actividades. Es más, envía constantemente instrucciones sobre cómo construir y mantener cada una de las máquinas que hay allí y hace copias de sí mismo, las cuales somete a una corrección de pruebas. ¿A qué conclusión llegaría: que las computadoras y el programa se hicieron a sí mismos, o que fueron hechos por mentes ordenadas e inteligentes? Las pruebas hablan por sí solas.

  • ¿De dónde provinieron las instrucciones?
    El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis
    • HECHOS Y PREGUNTAS

      • Hecho. El eficaz empaquetamiento del ADN en los cromosomas ha sido catalogado como una “proeza de la ingeniería”.

        Pregunta. ¿Cómo podría semejante orden y organización ser el resultado de hechos aleatorios?

      • Hecho. Hoy por hoy, en esta era informática, la capacidad del ADN para almacenar información no tiene par.

        Pregunta. Si los técnicos informáticos no pueden emular tal capacidad, ¿cómo podría conseguirlo la materia carente de inteligencia?

      • Hecho. El ADN porta todas las instrucciones necesarias para construir un cuerpo humano único y mantenerlo mientras viva.

        Pregunta. ¿Cómo podría haberse originado tal escritura sin un escritor, o tal programa sin un programador?

      • Hecho. Para que el ADN funcione tiene que ser copiado, leído y corregido por una legión de complejas máquinas moleculares llamadas enzimas, que deben trabajar conjuntamente con precisión y perfecta sincronización.

        Pregunta. ¿Cree usted que mecanismos tan complejos y fiables pueden aparecer por azar? Ante la ausencia de pruebas sólidas, ¿no equivaldría tal creencia a la fe ciega?

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