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“Empecé a tener visiones de Dios”La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
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CAPÍTULO 3
“Empecé a tener visiones de Dios”
IDEA PRINCIPAL: Ezequiel ve el carro celestial
1-3. a) ¿Qué ve y escucha Ezequiel? (Vea el dibujo del principio). b) ¿Qué poder había detrás de la experiencia que vivió Ezequiel? ¿Y cómo reaccionó él?
EZEQUIEL mira a lo lejos; parece que hay algo más allá, en la llanura desértica. Está forzando la vista y, de repente, abre los ojos de par en par. No puede creer lo que ve: allá, en el horizonte, se está formando una tempestad, pero no es una tormenta común y corriente. Mientras un viento fuerte del norte agita su ropa y su pelo, ve un inmenso nubarrón que por dentro se ilumina con un fuego centelleante; un brillo que Ezequiel asocia con un metal precioso.a A medida que el nubarrón se aproxima rápidamente a Ezequiel, se escucha con más fuerza un estruendo parecido al de un ejército en plena marcha (Ezeq. 1:4, 24).
2 Esta es la primera de las muchas experiencias inolvidables que le esperan a Ezequiel, que para entonces tiene unos 30 años. Ahora siente sobre él “la mano de Jehová”, el inmenso poder del espíritu santo de Dios. Dicho espíritu hará que Ezequiel vea y escuche algo realmente espectacular, algo mucho más fascinante que los efectos especiales de cualquier película. Tanto le abrumará esta visión a Ezequiel que lo dejará tendido “rostro a tierra” (Ezeq. 1:3, 28).
3 Pero la intención de Jehová no es solo llenar de asombro a este hombre. La primera visión de Ezequiel —así como las demás que se registran en este emocionante libro profético— está cargada de significado, tanto para él como para los siervos actuales de Jehová. Por eso, prestemos mucha atención a lo que Ezequiel ve y escucha.
Marco histórico
4, 5. ¿En medio de qué acontecimientos históricos tuvo lugar la visión de Ezequiel?
4 Lea Ezequiel 1:1-3. Para empezar, tengamos claro el contexto histórico. Era el año 613 antes de nuestra era. Como vimos en el capítulo anterior, Ezequiel estaba en Babilonia con otros desterrados judíos. Vivía en una población cerca del río Kebar, que al parecer era un canal artificial navegable que nacía y desembocaba en el río Éufrates.
Ezequiel vivía cerca del río Kebar junto con otros desterrados judíos. (Vea el párrafo 4).
5 Jerusalén, la ciudad natal de los desterrados, estaba a unos 800 kilómetros (500 millas).b El templo, donde el padre de Ezequiel había sido sacerdote, estaba lleno de idolatría y de suciedad espiritual. El trono que había sido la sede de los gloriosos reinados de David y Salomón ahora solo daba vergüenza. El infiel rey Joaquín estaba con los desterrados en Babilonia. Y su sucesor, Sedequías, era un tipo malvado y un simple títere en el trono (2 Rey. 24:8-12, 17, 19).
6, 7. ¿Por qué pudo haber sentido Ezequiel que estaba pasando por los años más sombríos de su vida?
6 Para una persona de fe como Ezequiel, estos años debieron ser los más sombríos de su vida. Quizás otros desterrados judíos llegaron a pensar que Jehová ya no se acordaba de ellos. Tal vez creyeron que la malvada y poderosa Babilonia, junto con todos sus dioses, eliminaría la adoración pura de Jehová y el gobierno de Dios en la Tierra.
7 Con toda esta información en mente, ¿qué tal si comienza su estudio personal de la primera visión leyendo los versículos de esta vívida descripción? (Ezeq. 1:4-28). Mientras lo hace, póngase en el lugar de Ezequiel; trate de ver lo que él vio y de escuchar lo que él escuchó.
El río Éufrates a su paso por la región cercana a Carquemis. (Vea los párrafos 5 a 7).
Un vehículo incomparable
8. ¿Qué vio Ezequiel en una visión, y qué representa?
8 ¿Qué es lo que vio Ezequiel? Algo que parecía un vehículo enorme e impresionante, algo así como un carruaje. Tenía cuatro ruedas gigantes acompañadas de cuatro seres espirituales fuera de lo común; más tarde se aclara que esos seres son querubines (Ezeq. 10:1). Por encima de ellos se extiende una inmensa plataforma o superficie como de hielo, sobre la cual está el glorioso trono de Dios, ¡y el mismísimo Jehová está sentado allí! ¿Qué representa ese vehículo? El vehículo o carro de la visión de Ezequiel solo podría representar una cosa: la parte celestial de la gloriosa organización universal de Jehová. ¿Por qué decimos eso? Veamos tres factores que nos llevan a pensar así.
9. ¿Por qué encaja la descripción del vehículo con la posición de Jehová en relación con sus criaturas celestiales?
9 La posición de Jehová con relación a sus criaturas celestiales. Note que en esta visión, el trono de Jehová está por encima de los querubines. Otros versículos de la Biblia también representan a Jehová sentado en un trono sobre sus querubines o entre ellos (lea 2 Reyes 19:15; Éx. 25:22; Sal. 80:1). Es obvio que Jehová no está literalmente sentado encima de los querubines —como si estas poderosas criaturas tuvieran que transportarlo— ni necesita un carro para desplazarse. Más bien, esto significa que los querubines apoyan su soberanía y que él puede enviarlos a cualquier rincón del universo para que hagan realidad su voluntad. Al igual que todos los santos ángeles de Dios, los querubines son sus siervos o ministros y llevan a cabo las decisiones de Jehová (Sal. 104:4). Es como si Jehová fuera montado sobre todos ellos y los dirigiera como el gobernante y soberano que es. Y, en conjunto, forman un solo vehículo de enormes dimensiones.
10. ¿Por qué podemos decir que el carro celestial no está formado por tan solo cuatro querubines?
10 El vehículo no solo representa a los querubines. Ezequiel vio cuatro querubines. El número cuatro en la Biblia suele transmitir la idea de universalidad, de algo simétrico y completo. El hecho de que aparezcan cuatro querubines indica que en esta visión ellos representan a todos los hijos espirituales de Dios. Además, fíjese en que las ruedas y hasta los querubines están llenos de ojos, lo cual da a entender que todos los seres espirituales —y no solo esos cuatro querubines— están atentos a todo lo que sucede. Y lo que Ezequiel dice acerca del vehículo da a entender que es tan grande que hasta los imponentes querubines parecen pequeños (Ezeq. 1:18, 22; 10:12). Del mismo modo, la parte celestial de la organización de Jehová es inmensa, no se limita a cuatro querubines.
Ezequiel quedó impactado con la visión del carro celestial de Jehová. (Vea los párrafos 8 a 10).
11. ¿Qué visión parecida tuvo Daniel? ¿Y a qué lógica conclusión podemos llegar?
11 Daniel tuvo una visión de los cielos muy parecida. El profeta Daniel vivió en la ciudad de Babilonia todos los años que duró el exilio y él también recibió una visión de los cielos. Curiosamente, el trono de Jehová en la visión de Daniel también tenía ruedas. Esta visión se centró en la innumerable familia espiritual que Jehová tiene en los cielos. Y es que el profeta vio una asombrosa cantidad de hijos espirituales de Dios de pie ante Jehová. Escribió: “Había mil millares [...] y diez mil veces diez mil”. Y, como parte del Tribunal celestial, cada uno de ellos tomó asiento en su lugar asignado (Dan. 7:9, 10, 13-18). ¿Verdad que es lógico pensar que el carro de la visión de Ezequiel representa al mismo conjunto de gloriosos seres espirituales?
12. ¿Por qué nos sirve de protección estudiar pasajes como el de la visión del carro celestial?
12 Jehová sabe que algo que nos protege a los seres humanos es enfocar nuestra mente en realidades espirituales, “las cosas que no se ven”, como las llamó el apóstol Pablo. ¿Por qué? Porque, como somos criaturas de carne y hueso, tendemos a pensar demasiado en “las cosas que se ven”, es decir, nuestras necesidades físicas e inquietudes diarias, que son temporales (lea 2 Corintios 4:18). Satanás se aprovecha de esa tendencia y nos presiona para que seamos personas carnales, que solo piensan en satisfacer sus deseos. Pero Jehová nos quiere, y nos ayuda a resistir esa presión. Con relatos como este de la profecía de Ezequiel, nos recuerda la impresionante grandeza de su familia celestial. ¡Qué imágenes tan impactantes!
“¡Ruedas!”
13, 14. a) ¿Cómo describió Ezequiel las ruedas de su visión? b) ¿Por qué es lógico que el trono de Jehová tenga ruedas?
13 Ezequiel primero se centró en los cuatro querubines. Ya veremos en el capítulo 4 de este libro lo que estos seres y su aspecto tan especial nos enseñan sobre Jehová. Ahora bien, Ezequiel también vio las cuatro ruedas —justo al lado de los querubines—, que al parecer se ubicaban en cuatro puntos y formaban un cuadrado enorme (lea Ezequiel 1:16-18). Las ruedas brillaban como si fueran de crisólito, una piedra preciosa de color verde amarillento que puede ser transparente o translúcida.
14 La visión de Ezequiel pone de relieve las ruedas del carro. Imagínese: ¡un trono con ruedas! ¡Qué extraña combinación! Y es que los tronos de los reyes se suelen quedar en un mismo sitio. Claro, los reyes humanos no pueden ejercer su autoridad fuera de los límites de su territorio. Pero la soberanía de Jehová es totalmente distinta a la de cualquier gobierno humano. Ezequiel comprenderá muy pronto que el poder y la soberanía de Jehová no tienen límites (Neh. 9:6). ¡Este soberano puede ejercer su autoridad literalmente en cualquier lugar!
15. ¿Qué más dijo Ezequiel acerca de las ruedas?
15 Ezequiel quedó impactado con el tamaño de las ruedas. Escribió: “Sus llantas tenían una altura que impresionaba”. Imaginemos a Ezequiel echando la cabeza hacia atrás para poder ver en el cielo las enormes y relucientes llantas o aros. Y fíjese en este curioso detalle sobre las ruedas: “Las llantas de las cuatro estaban llenas de ojos todo alrededor”. No obstante, lo más sorprendente de todo quizá sea la estructura de estas ruedas: “Su aspecto y su estructura eran como si hubiera una rueda dentro de otra rueda”. ¿Qué representaba esto?
16, 17. a) ¿Qué representa que cada rueda del carro vaya dentro de otra rueda? b) ¿Qué nos enseñan las ruedas del vehículo de Jehová acerca de la capacidad que tienen para maniobrar?
16 Todo parece indicar que cada rueda de la visión se componía, en realidad, de dos ruedas que formaban ángulos rectos al cruzarse por la parte central. Esto explicaría por qué funcionaban como dijo Ezequiel: “Cuando se movían, podían ir en cualquiera de las cuatro direcciones sin girar al avanzar”. ¿Qué nos enseña esto sobre el vehículo celestial que vio Ezequiel?
17 Con dimensiones tan descomunales, las ruedas recorrerían una gran distancia en una sola vuelta. Y es que la visión muestra que el vehículo se desplazaba a la velocidad del relámpago (Ezeq. 1:14). Además, estas sorprendentes ruedas que avanzan en todas direcciones revelan una capacidad extraordinaria para maniobrar, un sueño inalcanzable para cualquier ingeniero. Este vehículo cambia de dirección sin necesidad de frenar; es más, ¡ni siquiera tiene que girar! Eso sí: no se mueve a ciegas. Las llantas repletas de ojos transmiten la idea de que a este vehículo no se le escapa nada, puede mirar a todos lados.
Las ruedas eran gigantescas y se movían a una velocidad increíble. (Vea el párrafo 17).
18. ¿Qué nos indican las sorprendentes dimensiones de las ruedas y la gran cantidad de ojos?
18 ¿Qué quería Jehová que entendieran Ezequiel y todo su pueblo fiel sobre la parte celestial de su organización? Repasemos lo que ya hemos aprendido sobre ella. Es impresionante y gloriosa, como lo indican las dimensiones y el brillante material de las ruedas. Está al tanto de todo, como lo indica la gran cantidad de ojos que tienen las ruedas. De hecho, los ojos de Jehová lo ven todo (Prov. 15:3; Jer. 23:24). Además, Jehová cuenta con millones y millones de ángeles, quienes, bajo sus órdenes, pueden ir a cualquier rincón del universo, fijarse muy bien en lo que sucede y volver para informar a su Soberano (lea Hebreos 1:13, 14).
El diseño de las ruedas hace pensar en una perfecta capacidad para maniobrar. (Vea los párrafos 17 y 19).
19. Pensando en la velocidad del carro y en su capacidad para maniobrar, ¿qué aprendemos sobre Jehová y la parte celestial de su organización?
19 También aprendimos que este es el carro más rápido y maniobrable que existe. ¡Y qué gran diferencia hay entre la parte celestial de la organización de Jehová y los gobiernos, instituciones y organizaciones de este mundo! Las entidades humanas suelen ir a ciegas. Además, incapaces de adaptarse a los cambios de circunstancias, acaban desapareciendo de golpe y porrazo, o se van quedando desfasadas. En contraste con ellas, el carro de Jehová refleja a la perfección lo razonable y flexible que es el Dios que lo controla. Su mismo nombre lo confirma: él puede convertirse en lo que sea necesario a fin de cumplir su propósito (Éx. 3:13, 14). Por ejemplo, puede convertirse rápidamente en un poderoso guerrero que pelea a favor de su pueblo, pero en un instante puede volverse un Dios misericordioso que perdona los pecados y que cuida y reaviva hasta al más destrozado de los pecadores arrepentidos (Sal. 30:5; Is. 66:13).
20. ¿Por qué se espera que el carro de Jehová nos llene de admiración y respeto?
20 Llegados a este punto de la visión de Ezequiel, cada uno hace bien en preguntarse: “Y a mí, ¿me llena de admiración y respeto el carro de Jehová?”. Recordemos que el carro representa una realidad vigente. Que nunca se nos pase por la cabeza que Jehová, su Hijo y los ángeles cierran los ojos ante cierta situación que nos roba el ánimo. Tampoco nos preocupemos pensando que nuestro Dios tardará en darnos lo que necesitamos o que su organización no podrá adaptarse a cualquier cosa que pueda surgir en este mundo tan inestable. Haremos bien en recordar que la organización de Jehová está activa, que siempre está en marcha. De hecho, Ezequiel oyó una voz que gritó “¡Ruedas!”, que al parecer es una orden dirigida a las ruedas para que entren en movimiento (Ezeq. 10:13). ¿No es asombroso ver cómo Jehová mueve su organización? Claro está, lo más impresionante de todo es el propio Jehová.
El que está al mando
21, 22. Explique qué hace posible que el carro funcione.
21 A continuación, Ezequiel se centró en lo que estaba por encima de aquellas ruedas, y entonces vio “una especie de plataforma que brillaba como el hielo y era impresionante” (Ezeq. 1:22). Muy por encima de los querubines, se extendía la plataforma translúcida que brillaba con todo su esplendor. Puede que a los lectores que entienden de mecánica les surjan ahora muchas preguntas. Por ejemplo, ¿cómo se sostiene la plataforma que está sobre las ruedas? ¿Y cómo funcionan las ruedas, si no tienen ejes que las unan? No olvidemos que este vehículo no se rige por leyes físicas, pues es simbólico; es una representación de algo que existe en la región espiritual. Fijémonos también en esta importante afirmación: “El espíritu que actuaba en los seres vivientes también estaba en las ruedas” (Ezeq. 1:20, 21). ¿A qué espíritu se refieren estas palabras?
22 Sin lugar a dudas, se trata del espíritu santo de Jehová, la fuerza más poderosa del universo. Esta fuerza activa es la fuente de energía del vehículo, es la que mantiene unidas sus partes y dirige sus movimientos perfectamente sincronizados. Y ahora Ezequiel se fija en el que está al mando. Prestemos atención a lo que ve.
Ezequiel tuvo que buscar palabras para describir escenas casi indescriptibles
23. ¿Qué tipo de expresiones suele usar Ezequiel? ¿Por qué las usa tanto al tratar de describir a Jehová?
23 Lea Ezequiel 1:26-28. Al contar esta visión, Ezequiel repite expresiones como “parecía”, “parecido” y “algo así como”. Pero en estos versículos las utiliza todavía más. Da la impresión de estar tratando de encontrar palabras para describir escenas casi indescriptibles. Vio que “había algo así como una piedra de zafiro, que parecía un trono”. Intente imaginar un trono esculpido en una enorme piedra de zafiro azul oscuro. Y, sentado en ese trono, había alguien importante, “alguien que parecía un ser humano”.
24, 25. a) ¿Qué nos recuerda el arcoíris que hay alrededor del trono de Jehová? b) ¿Qué efecto tuvieron este tipo de visiones en algunos hombres de fe?
24 Aquella majestuosa figura no se podía ver con todo detalle. Y es que Jehová irradiaba destellos de gloria de la cintura para abajo y de la cintura para arriba. Podemos imaginarnos al profeta con los ojos entreabiertos, protegiéndolos con su mano del brillo deslumbrante mientras observa esa gloriosa figura. Ahora la visión cierra con broche de oro; Ezequiel ve algo fascinante: “Alrededor de él había un resplandor como el del arcoíris en las nubes de un día lluvioso”. ¿Alguna vez se ha quedado boquiabierto al contemplar un arcoíris? ¡Con cuánta fuerza nos recuerda lo glorioso que es nuestro Creador! Este colorido arco en el cielo, que da una sensación de tranquilidad, también nos recuerda el pacto de paz que Jehová estableció tras el Diluvio (Gén. 9:11-16). Así es, el Altísimo irradia poder y a la vez es un Dios de paz (Heb. 13:20). En su corazón reina la paz, y él se la brinda a todos los que lo adoran fielmente.
El glorioso arcoíris alrededor del trono de Jehová nos recuerda que servimos al Dios de la paz. (Vea el párrafo 24).
25 ¿Cómo reaccionó Ezequiel ante tal representación de la gloria de Jehová Dios? El profeta nos cuenta: “Cuando lo vi, caí rostro a tierra”. Lleno de asombro y temor reverencial, Ezequiel cae al suelo. Otros profetas reaccionaron de un modo parecido al recibir visiones de parte de Jehová; con una experiencia así, cualquiera se siente insignificante y abrumado de emoción (Is. 6:1-5; Dan. 10:8, 9; Apoc. 1:12-17). Con todo, esos hombres terminaron muy fortalecidos por lo que Jehová les reveló. Y seguro que a Ezequiel le pasó lo mismo. Y en nuestro caso, ¿qué efecto debería tener en nosotros la lectura de este tipo de pasajes bíblicos?
26. ¿Por qué debió haber fortalecido a Ezequiel esta visión?
26 Si Ezequiel estaba inquieto y preocupado por la situación que sufría el pueblo de Dios en Babilonia, aquella visión debió fortalecerlo mucho. Sin importar que el pueblo fiel de Dios estuviera en Jerusalén o en Babilonia, nunca estaría fuera del alcance del deslumbrante carro de Jehová. Ninguna fuerza diabólica puede oponer resistencia al Dios que está al mando de una gloriosa organización celestial como esta (lea Salmo 118:6). Además, Ezequiel vio que el vehículo celestial no estaba lejos de los seres humanos. ¡Sus ruedas hasta tocaban el suelo! (Ezeq. 1:19). De modo que Jehová seguía muy pendiente del pueblo suyo que estaba desterrado. Siempre estarían al alcance del cuidado tierno y protector de su Padre.
El carro y cada uno de nosotros
27. ¿Cómo nos ayuda la visión de Ezequiel en estos días?
27 ¿Tiene algo que ver con nosotros la visión de Ezequiel? ¡Por supuesto que sí! No olvidemos que Satanás está preparando ataques cada vez más intensos contra la adoración pura de Jehová. Le encantaría convencernos de que estamos solos, aislados, fuera del alcance de nuestro Padre celestial y su organización. ¡Nunca permitamos que esas mentiras echen raíces en nuestra mente o en nuestro corazón! (Sal. 139:7-12). Igual que Ezequiel, tenemos razones de sobra para llenarnos de admiración y respeto. Quizá no caigamos rostro a tierra como él. Pero seguro que la parte celestial de la organización universal de Jehová nos deja muy impresionados. Vemos su grandeza, poder y velocidad, así como su capacidad para maniobrar y adaptarse a las circunstancias.
28, 29. Pensando en los últimos cien años, ¿qué pruebas hay de que el carro de Jehová está en marcha?
28 Tampoco olvidemos que la organización de Jehová tiene una parte terrestre. Es cierto que esa parte está compuesta por seres humanos imperfectos; pero pensemos en lo que Jehová ha llevado a cabo en la Tierra. Por todo el mundo ha impulsado a simples seres humanos a hacer cosas que no podrían haber hecho por sí mismos (Juan 14:12). ¿Qué tal si le echamos un vistazo al libro El Reino de Dios ya está gobernando? Esto nos ayudaría a recordar el sorprendente alcance que ha tenido la predicación en los últimos cien años. También nos permitiría darnos cuenta de que la organización de Jehová ha dado pasos gigantes en campos como la educación cristiana, las batallas y victorias legales, y hasta en el uso de los adelantos tecnológicos para cumplir la voluntad divina.
29 Ciertamente, se ha logrado mucho en la labor de restaurar la adoración pura en los últimos días de este malvado sistema. Esto nos confirma que el carro de Jehová sigue en marcha. ¡Y pensar que formamos parte de esa organización y servimos al gran Soberano! ¡Qué honor tan grande! (Sal. 84:10).
La parte terrestre de la organización de Jehová siempre está en marcha. (Vea los párrafos 28 y 29).
30. ¿De qué hablaremos en el siguiente capítulo?
30 Pero aún podemos extraer más lecciones de la visión de Ezequiel. En el siguiente capítulo hablaremos con más detenimiento de los cuatro “seres vivientes” o querubines. ¿Qué nos enseñan estas extraordinarias criaturas acerca de nuestro glorioso Soberano, Jehová Dios?
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¿Quiénes son los seres vivientes de cuatro caras?La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
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CAPÍTULO 4
¿Quiénes son los seres vivientes de cuatro caras?
IDEA PRINCIPAL: Estudio detallado de los seres vivientes y lo que aprendemos de ellos
1, 2. ¿Por qué a veces Jehová utiliza medios visuales para enseñarles verdades profundas a sus siervos en la Tierra?
REUNIDOS en la cocina, alrededor de la mesa, unos padres están estudiando la Biblia con sus niños. Para ayudarlos a entender una enseñanza bíblica, el padre les hace unos dibujos muy sencillos. Y las sonrisas y los comentarios animados de los niños demuestran que lo está consiguiendo. Con palabras y dibujos, ayuda a sus pequeños a captar conceptos acerca de Jehová que serían difíciles de entender para niños de su edad.
2 Del mismo modo, Jehová se ha valido de medios visuales para ayudarnos a nosotros —sus hijos terrestres— a captar realidades invisibles que de otra forma no podríamos comprender. Por ejemplo, a fin de explicarle al profeta Ezequiel verdades profundas acerca de él mismo, Jehová le mostró una visión llena de imágenes asombrosas. En el capítulo anterior estudiamos una de esas imágenes. Centrémonos ahora en un aspecto específico de esa visión espectacular y descubramos por qué entender su significado nos puede acercar más a Jehová.
“Había algo parecido a cuatro seres vivientes”
3. a) De acuerdo con Ezequiel 1:4, 5, ¿qué vio el profeta en esta visión? (Vea el dibujo del principio). b) ¿Qué revela sobre Ezequiel la forma en que describe lo que vio?
3 Lea Ezequiel 1:4, 5. Ezequiel cuenta que “había algo parecido a cuatro seres vivientes” con características de ángel, de ser humano y de algunos animales. Fíjese en lo cuidadoso que es Ezequiel al describir lo que ve. Dice que “había algo parecido a” seres vivientes. A medida que usted lea toda la visión del capítulo 1 de Ezequiel, se dará cuenta de que el profeta usa constantemente expresiones como “algo parecido a”, “algo así como”, “era como” y “alguien que parecía” (Ezeq. 1:13, 24, 26). Es obvio que Ezequiel comprendió que solo estaba viendo representaciones o imágenes de realidades invisibles que existen en los cielos.
4. a) ¿Cómo se habrá sentido Ezequiel al ver la visión? b) ¿Qué sabía Ezequiel sobre los querubines?
4 Ezequiel debió quedar impresionado con las escenas y los sonidos de la visión. Los cuatro seres vivientes parecían “brasas ardientes” y “se movían como relámpagos”, a gran velocidad. El sonido que hacían sus alas era “como el ruido de aguas caudalosas” y el que ellos hacían al moverse era “como el de un ejército” (Ezeq. 1:13, 14, 24-28; vea el recuadro “Ezequiel observa ‘a los seres vivientes ’”). En una visión posterior, Ezequiel se refirió a esos cuatro seres vivientes como “querubines”, una clase de ángeles muy poderosos (Ezeq. 10:2). Puesto que Ezequiel creció en una familia de sacerdotes, sin duda sabía que los querubines tienen mucha relación con la presencia de Jehová y que están al servicio de Dios (1 Crón. 28:18; Sal. 18:10).
“Cada uno tenía cuatro caras”
5. a) ¿Cómo reflejan los querubines y sus cuatro caras la grandeza del poder y la gloria de Jehová? b) ¿Por qué nos trae a la mente el significado del nombre de Dios esta parte de la visión? (Vea la nota).
5 Lea Ezequiel 1:6, 10. Ezequiel vio que cada querubín tenía cuatro caras: una de hombre, una de león, una de toro y una de águila. Estas cuatro caras debieron enseñarle mucho sobre la extraordinaria grandeza del poder y la gloria de Jehová. ¿Por qué decimos eso? Es interesante que los cuatro rostros sean de criaturas que representan majestad, fuerza y poder. El león es un majestuoso animal salvaje, el toro es un imponente animal doméstico, el águila es una poderosa ave y el hombre es la obra maestra de las creaciones terrestres de Dios, la que domina a todos los demás seres vivos del planeta (Sal. 8:4-6). Con todo, Ezequiel vio en esta visión que esas cuatro poderosas creaciones de Dios —representadas en las caras de cada querubín— estaban debajo del trono de Jehová, el Soberano Supremo. ¡Qué forma tan acertada de reflejar que Jehová puede usar su creación para cumplir su propósito!a De hecho, refiriéndose a Jehová, el salmista escribió: “Su majestad está por encima de la tierra y del cielo” (Sal. 148:13).
¿Qué nos enseñan los cuatro seres vivientes y sus cuatro caras sobre la grandeza, la gloria y las cualidades de Jehová? (Vea los párrafos 5 y 13).
6. ¿Qué pudo haber ayudado a Ezequiel a entender lo que representaban las cuatro caras?
6 Algún tiempo después de recibir la visión y de reflexionar en lo que había visto, Ezequiel quizá recordó que algunos siervos de Dios de épocas anteriores habían hecho comparaciones con animales. Por ejemplo, el patriarca Jacob comparó a su hijo Judá con un león y a su hijo Benjamín con un lobo (Gén. 49:9, 27). ¿Por qué? Porque el león y el lobo representan características o cualidades que reflejaban la personalidad de estos hombres y de sus descendientes. Así que, teniendo presente esto que Moisés escribió por inspiración divina, Ezequiel tal vez llegó a la lógica conclusión de que las caras de los querubines también representaban cualidades o virtudes muy importantes. ¿De qué cualidades se trata?
Cualidades de Jehová y de su familia celestial
7, 8. ¿Con qué virtudes se han relacionado muchas veces las cuatro caras de los querubines?
7 ¿Con qué virtudes relacionaron al león, al águila y al toro los escritores bíblicos anteriores a Ezequiel? Veamos las siguientes expresiones tomadas de la Biblia: “El hombre más valiente, el que tiene un corazón como de león” (2 Sam. 17:10; Prov. 28:1). “El águila se eleva” y “sus ojos miran muy lejos, en la distancia” (Job 39:27, 29). “La fortaleza del toro produce una cosecha abundante” (Prov. 14:4). De acuerdo con estos versículos, la cara del león valiente representa la justicia; la del águila, una sabiduría que ve más allá de lo evidente, y la del toro, un poder extraordinario. Esto es lo que muchas veces se ha explicado en nuestras publicaciones.
8 ¿Y qué podría representar “la cara de un hombre”? (Ezeq. 10:14). Tiene que tratarse de una cualidad que se pueda representar con seres humanos —criaturas hechas a la imagen y semejanza de Dios—, y no con animales (Gén. 1:27). Dicha cualidad —que en la Tierra es exclusiva de los seres humanos— se destaca en estos mandatos de Dios: “Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón”, y “ama a tu prójimo como te amas a ti mismo” (Deut. 6:5; Lev. 19:18). Cuando obedecemos estos mandatos mostrando amor puro, sin egoísmo, reflejamos el amor de Jehová. De hecho, el apóstol Juan escribió: “Nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:8, 19). Así que “la cara de un hombre” representa el amor.
9. ¿Quiénes tienen las cualidades representadas en las cuatro caras de los querubines?
9 ¿Y quiénes tienen esas cualidades? Las caras son de los querubines, de modo que las cualidades son de todos aquellos a los que representan los querubines de la visión: las fieles criaturas espirituales que componen la familia celestial de Jehová (Apoc. 5:11). Y, así como la vida de los querubines proviene de Jehová, las cualidades de ellos también provienen de él (Sal. 36:9). En consecuencia, los rostros de los querubines representan cualidades propias de Jehová (Job 37:23; Sal. 99:4; Prov. 2:6; Miq. 7:18). ¿Cuáles son algunas maneras en las que Jehová demuestra estas sobresalientes cualidades?
10, 11. ¿De qué maneras nos beneficiamos ahora de la forma en que Jehová demuestra sus cuatro virtudes fundamentales?
10 Justicia. Jehová es el Dios que “ama la justicia” y por eso “no trata a nadie con parcialidad” (Sal. 37:28; Deut. 10:17). De ahí que, sin importar nuestra posición social o el ambiente en que hayamos crecido, todos tenemos la oportunidad de convertirnos en sus siervos y seguir siéndolo, así como de recibir bendiciones por la eternidad. Sabiduría. Dado que “tiene un corazón sabio”, Jehová nos ha regalado un libro repleto de “sabiduría práctica” (Job 9:4; Prov. 2:7). Seguir los sabios consejos de la Biblia nos ayuda a afrontar los problemas del día a día y a llevar una vida con sentido. Poder. Jehová es “muy poderoso” y emplea su espíritu santo para darnos “el poder que va más allá de lo normal”. Este espíritu nos da las fuerzas que nos hacen falta para sobrellevar las dificultades, por graves o preocupantes que sean (Nah. 1:3; 2 Cor. 4:7; Sal. 46:1).
11 Amor. Puesto que Jehová es el Dios que está “lleno de amor leal”, él nunca abandona a sus siervos fieles (Sal. 103:8; 2 Sam. 22:26). Es cierto que pudiéramos sentirnos tristes al ver que los problemas de salud o los achaques de la edad no nos dejan hacer todo lo que hacíamos antes en el servicio a Jehová. Pero, aun así, nos reconforta saber que Jehová tiene muy presente todo lo que el amor nos impulsó a hacer por él en el pasado (Heb. 6:10). Está claro que ya nos estamos beneficiando muchísimo de la forma en que Jehová demuestra su justicia, sabiduría, poder y amor, y en el futuro nos seguiremos beneficiando de estas cuatro virtudes fundamentales.
12. ¿Qué hay que admitir sobre nuestra capacidad para comprender las cualidades de Jehová?
12 Por supuesto, hay que admitir que nuestra comprensión de las cualidades de Jehová es muy limitada, apenas conocemos “los bordes de sus caminos” (Job 26:14). “No está a nuestro alcance entender al Todopoderoso”, pues “su grandeza supera toda comprensión” (Job 37:23; Sal. 145:3). Por eso reconocemos que las cualidades de Jehová no tienen límite, ni en número ni en alcance, y no pueden separarse unas de otras (lea Romanos 11:33, 34). De hecho, la propia visión de Ezequiel confirma que eso es cierto (Sal. 139:17, 18). ¿Qué detalle de la visión destaca esa importante verdad?
Cuatro caras, cuatro alas, cuatro lados
13, 14. ¿Qué representan las cuatro caras de los querubines? ¿Y cómo llegamos a esa conclusión?
13 Los querubines que Ezequiel vio en la visión no tenían una cara, sino cuatro. ¿Qué quiere decir eso? Recordemos que la Palabra de Dios usa a menudo el número cuatro para transmitir la idea de algo que es abarcador o completo (Is. 11:12; Mat. 24:31; Apoc. 7:1). Es interesante que en esta visión en particular, Ezequiel mencione el número cuatro nada menos que once veces (Ezeq. 1:5-18). ¿A qué conclusión nos lleva esto? Así como los cuatro querubines representan a todas las criaturas espirituales fieles, las cuatro caras de los querubines vistas en conjunto representan o abarcan todas las cualidades de Jehová.b
14 Para entender por qué las cuatro caras de los querubines no representan solamente cuatro cualidades, pensemos en lo que ocurre con las cuatro ruedas de la visión. Cada rueda es asombrosa, pero las cuatro ruedas —vistas en conjunto— forman algo más que cuatro asombrosas ruedas: son la base en la que se apoya el carro. De manera parecida, las cuatro caras —vistas en conjunto— forman algo más que cuatro asombrosas cualidades: son la base de la maravillosa personalidad de Jehová.
Jehová está cerca de todos sus siervos leales
15. ¿Qué tranquilizadora lección aprendió Ezequiel en la primera visión que recibió?
15 En su primera visión, Ezequiel aprendió una lección muy importante y tranquilizadora que tenía que ver con su relación con Jehová. ¿Cuál fue? Esa lección la extraemos al principio del libro que escribió el profeta. Primero dijo que estaba “en la tierra de los caldeos”, y luego, refiriéndose a sí mismo, añadió: “Allí la mano de Jehová vino sobre él” (Ezeq. 1:3). Ezequiel no dijo que había recibido la visión en Jerusalén, sino allí, es decir, en Babilonia.c Entonces, ¿qué le enseñó esto a Ezequiel? Que, aunque él era un pobre exiliado al que habían alejado de Jerusalén y su templo, no se encontraba lejos de Jehová y de su adoración. El hecho de que Jehová se apareciera a Ezequiel en Babilonia le demostró que para darle adoración pura a Dios lo importante no era el lugar donde él estuviera ni el puesto que ocupara. Lo que de veras importaba era lo que tenía en el corazón y su deseo de servir a Jehová.
16. a) ¿Qué reconfortante garantía nos da la visión de Ezequiel? b) ¿Por qué se siente usted impulsado a servir a Jehová con todo el corazón?
16 Y a nosotros, ¿qué garantía nos da la animadora lección que aprendió Ezequiel? Nos garantiza que, si servimos a Jehová con todo el corazón, él seguirá cerca de nosotros sin importar dónde vivamos, lo agobiados que estemos o la situación en la que nos encontremos (Sal. 25:14; Hech. 17:27). Movido por el gran amor leal que le tiene a cada uno de sus siervos, Jehová no nos da por perdidos enseguida (Éx. 34:6). De modo que siempre podemos contar con el amor leal de Dios; nunca estaremos fuera de su alcance (Sal. 100:5; Rom. 8:35-39). Además, esta impactante visión de la santidad de Jehová y su incomparable poder nos recuerda que él se merece nuestra adoración (Apoc. 4:9-11). Estamos muy agradecidos de que Jehová usara estas visiones para ayudarnos a entender algunas verdades importantes sobre él mismo y sus virtudes. Cuanto mejor conocemos las atractivas cualidades de Jehová, más cerca nos sentimos de él, y esto nos impulsa a alabarlo y servirle con todo nuestro corazón y todas nuestras fuerzas (Luc. 10:27).
Nunca estaremos fuera del alcance del amor leal de Jehová. (Vea el párrafo 16).
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“Se abrieron los cielos”La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
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SECCIÓN UNO
“Se abrieron los cielos”
IDEA PRINCIPAL: Una vista de la región espiritual donde está Jehová
Ningún ser humano puede ver al Dios todopoderoso, Jehová, y seguir viviendo (Éx. 33:20). Pero Jehová usó visiones para revelarle a Ezequiel cómo es la parte celestial de su organización. Esas visiones no solo nos llenan de admiración y respeto, sino que también nos hacen sentir profundamente agradecidos por el honor de adorar al único Dios verdadero.
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