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“Ahora te ha llegado el fin”La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
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1, 2. a) ¿Qué extraño comportamiento tuvo Ezequiel? (Vea el dibujo del principio). b) ¿Qué predecían las cosas que hizo?
TODO el mundo habla del extraño comportamiento de Ezequiel. Los judíos desterrados en Babilonia han estado observándolo. Lleva una semana sentado, aturdido y sin hablar; pero de repente se levanta y se encierra en su casa. Los vecinos no entienden nada de lo que pasa. Entonces el profeta aparece de nuevo, toma un ladrillo, se lo pone delante y hace un grabado en él. Y ahora, sin decir ni una palabra, Ezequiel empieza a construir una muralla en miniatura (Ezeq. 3:10, 11, 15, 24-26; 4:1, 2).
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“Ahora te ha llegado el fin”La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
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4 El asedio de Jerusalén. Jehová le dijo a Ezequiel: “Toma un ladrillo y ponlo delante de ti. Graba en él una ciudad [...]. Cércala” (lea Ezequiel 4:1-3). El ladrillo representaba la ciudad de Jerusalén, y el propio Ezequiel personificaba al ejército babilonio, que sería usado por Jehová. También se le pidió que construyera una muralla en miniatura, una rampa de ataque y unos arietes.b Después colocó todos esos instrumentos de guerra alrededor del ladrillo. Estos sirvieron para indicar que los enemigos de Jerusalén los iban a usar para cercar la ciudad y atacarla. A fin de mostrar que los soldados enemigos serían tan fuertes como el hierro, Ezequiel puso una lámina o “plancha de hierro” entre él y la ciudad, y luego fijó su mirada en la ciudad. Todas esas acciones hostiles sirvieron de “señal para la casa de Israel”, una señal de que algo inesperado les pasaría pronto. Jehová usaría al ejército enemigo para asediar Jerusalén, la principal ciudad de su pueblo, ¡el lugar donde estaba el templo de Dios!
5. ¿Cómo escenificó Ezequiel lo que les ocurriría a los habitantes de Jerusalén?
5 El sufrimiento de los habitantes de Jerusalén. Jehová le pide a Ezequiel: “Debes tomar trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y espelta [una clase de trigo]; [...] y haz con eso tu pan”. También le dijo: “Pesarás y comerás 20 siclos [unos 230 gramos] de alimento al día”. Entonces Jehová le explicó: “Voy a cortar el suministro de alimento” (Ezeq. 4:9-16). En esta escena, Ezequiel ya no personificaba al ejército babilonio, sino a los habitantes de Jerusalén. Lo que hizo el profeta indicó que por culpa del asedio escasearía la comida en la ciudad. Preparó el pan con una mezcla rara de ingredientes, lo que mostró que la gente comería lo primero que encontrara. ¿Hasta qué extremo llegaría el hambre? Como si les hablara directamente a los habitantes de Jerusalén, Ezequiel dijo: “Habrá padres entre ustedes que se comerán a sus hijos y habrá hijos que se comerán a sus padres”. Al final, “las flechas mortales del hambre” causarían mucho sufrimiento y la gente quedaría consumida (Ezeq. 4:17; 5:10, 16).
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