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Puntos sobresalientes del libro de Ezequiel (parte 2)La Atalaya 2007 | 1 de agosto
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“PON TU CORAZÓN SOBRE TODO LO QUE TE VOY A MOSTRAR”
Han pasado catorce años desde que Jerusalén fue destruida (Ezequiel 40:1). Y restan aún cincuenta y seis años de exilio (Jeremías 29:10). Cuando Ezequiel está por cumplir 50 años, es llevado en una visión a la tierra de Israel. Allí escucha estas palabras: “Hijo del hombre, mira con tus ojos, y con tus oídos oye, y pon tu corazón sobre todo lo que te voy a mostrar” (Ezequiel 40:2-4). ¡Qué emocionado debió sentirse al recibir la visión de un nuevo templo!
El glorioso templo que observa Ezequiel tiene seis puertas y treinta comedores; el profeta ve también el Santo, el Santísimo y dos altares: uno de madera y otro para las ofrendas quemadas. Del templo salen unos chorrillos de agua que crecen hasta convertirse en un torrente (Ezequiel 47:1). En otra visión, Ezequiel contempla franjas de terreno que cruzan el territorio de este a oeste. Se trata de las porciones que heredarán las tribus de Israel: una para cada tribu. Entre las porciones de Judá y Benjamín hay una franja administrativa en la que se ubican “el santuario de Jehová” y una “ciudad” llamada Jehová-Samah (Ezequiel 48:9, 10, 15, 35, nota).
Respuestas a preguntas bíblicas:
40:3–47:12. ¿Qué representa el templo de la visión? El colosal templo que Ezequiel observó nunca fue construido. Más bien, sirvió para representar el templo espiritual de Dios, es decir, las disposiciones que él ha establecido en nuestros días para que lo adoremos (Ezequiel 40:2; Miqueas 4:1; Hebreos 8:2; 9:23, 24). Aunque la visión del templo se cumple durante “los últimos días” —cuando se refina a la clase sacerdotal—, su cumplimiento final ocurrirá en el Paraíso (2 Timoteo 3:1; Ezequiel 44:10-16; Malaquías 3:1-3). En el tiempo de Ezequiel, esta visión sirvió para asegurar a los judíos exiliados que la adoración verdadera se restauraría y que cada familia judía recibiría su propia herencia en la tierra.
40:3–43:17. ¿Por qué es significativo que se midiera el templo? Porque constituyó una garantía de que el propósito de Jehová de restablecer la adoración pura se cumpliría sin falta.
43:2-4, 7, 9. ¿Qué eran “los cadáveres de sus reyes” que debían sacarse del templo? Según parece, dichos cadáveres eran ídolos. Tanto la clase gobernante de Jerusalén como el pueblo habían contaminado el templo de Dios con sus ídolos. Para todos los efectos, estos habían llegado a ser sus reyes.
43:13-20. ¿Qué representó el altar que Ezequiel contempló en la visión? Representó el propósito de Dios de rescatar a la humanidad mediante el sacrificio de Jesucristo. Gracias a dicho sacrificio es posible que los ungidos sean declarados justos y que la “gran muchedumbre” tenga una condición limpia ante Dios (Revelación 7:9-14; Romanos 5:1, 2). Esto explicaría por qué en la visión de Ezequiel no aparece “el mar fundido” del templo de Salomón, aquel gran recipiente que los sacerdotes usaban para lavarse (1 Reyes 7:23-26).
44:10-16. ¿A quién prefiguró la clase sacerdotal? Prefiguró al grupo de cristianos ungidos de nuestros días, al cual Jehová ‘refinó y limpió’ cuando vino a su templo en 1918 (Malaquías 3:1-5). A los que estaban limpios o se habían arrepentido se les permitió seguir sirviendo a Dios. Pero tendrían que esforzarse por “mantenerse sin mancha del mundo” y así dar el ejemplo a la “gran muchedumbre”, representada por las tribus no sacerdotales (Santiago 1:27; Revelación 7:9, 10).
45:1; 47:13–48:29. ¿Qué representan “la tierra” y su repartición? “La tierra” representa el ámbito de acción del pueblo de Dios. Sin importar el país en el que viva, cada siervo de Jehová de nuestros días tiene un lugar en esa “tierra” restaurada, siempre y cuando mantenga pura su adoración. La repartición de “la tierra” tendrá su cumplimiento final cuando llegue el nuevo mundo; allí todos los fieles heredarán un lugar en el cual vivir (Isaías 65:17, 21).
45:7, 16. ¿Qué prefigura la contribución del pueblo para el sacerdocio y el principal? En el templo espiritual de nuestros días, la contribución es principalmente de carácter espiritual e implica estar prestos a ayudar y ser cooperadores.
47:1-5. ¿Qué simbolizan las aguas del río que Ezequiel contempla en visión? Simbolizan los medios que Jehová ha dispuesto para que obtengamos vida. Estas aguas incluyen el sacrificio redentor de Jesucristo y el conocimiento de Dios que se halla en la Biblia (Jeremías 2:13; Juan 4:7-26; Efesios 5:25-27). En nuestros días, el caudal del río ha ido aumentando gradualmente a fin de satisfacer las necesidades de la gran cantidad de personas que están abrazando la adoración verdadera (Isaías 60:22). Y en el Milenio, las aguas de vida de este río fluirán con todo su poder e incluirán los “rollos” que serán abiertos para aumentar nuestra comprensión espiritual (Revelación 20:12; 22:1, 2).
47:12. ¿Qué representan los árboles frutales? Estos árboles simbólicos representan las dádivas espirituales de Dios que permitirán a la humanidad recuperarse y alcanzar la perfección.
48:15-19, 30-35, nota. ¿Qué prefigura la ciudad de la visión? El hecho de que “Jehová-Samah” se sitúe en suelo “profano” nos hace pensar en algo terrenal. Según parece, la ciudad prefigura una administración terrestre que beneficiará a los miembros de la justa “nueva tierra” (2 Pedro 3:13). Las puertas ubicadas en cada uno de sus lados ilustran lo accesible que es. Los superintendentes del pueblo de Dios deben ser tan accesibles como esta ciudad.
Lecciones para nosotros:
40:14, 16, 22, 26. Las palmeras grabadas en los muros de los pasos de entrada al templo son una indicación de que solo se admite a personas rectas (Salmo 92:12). De esta ilustración aprendemos que Jehová no aceptará nuestra adoración a menos que seamos rectos.
44:23. ¡Qué agradecidos podemos estar por todo lo que la clase sacerdotal de nuestros días hace a favor de nosotros! “El esclavo fiel y discreto” ha asumido la tarea de darnos alimento espiritual oportuno de modo que podamos distinguir entre lo que es limpio y lo que es inmundo a los ojos de Jehová (Mateo 24:45).
47:9, 11. El agua simbólica —que incluye el valiosísimo conocimiento de Dios— está teniendo un maravilloso efecto revitalizante en quienes la beben (Juan 17:3). En contraste, quienes rechazan el agua de vida serán dados “a sal”, es decir, serán destruidos para siempre. Es vital, por lo tanto, que hagamos “lo sumo posible para [...] maneja[r] la palabra de la verdad correctamente” (2 Timoteo 2:15).
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Puntos sobresalientes del libro de Ezequiel (parte 2)La Atalaya 2007 | 1 de agosto
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[Ilustración de la página 9]
El glorioso templo de la visión de Ezequiel
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