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Puntos sobresalientes del libro de EsdrasLa Atalaya 2006 | 15 de enero
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Lecciones para nosotros:
1:2. Se cumplió lo que Isaías había profetizado unos doscientos años antes (Isaías 44:28). Las profecías que contiene la Palabra de Jehová nunca fallan.
1:3-6. Al igual que los israelitas que se quedaron en Babilonia, muchos testigos de Jehová no pueden ser ministros de tiempo completo o servir en lugares de mayor necesidad; pero apoyan y animan a los que sí pueden, y hacen donaciones voluntarias para promover la obra de predicar el Reino y hacer discípulos.
3:1-6. Los fieles repatriados ofrecieron su primer sacrificio en el séptimo mes del año 537 antes de nuestra era (tisri, correspondiente a septiembre-octubre). Los babilonios habían entrado en Jerusalén en el quinto mes (ab, correspondiente a julio-agosto) del año 607, y dos meses después, la ciudad había quedado completamente deshabitada (2 Reyes 25:8-17, 22-26). Los setenta años de desolación terminaron en el momento predicho (Jeremías 25:11; 29:10). Todo lo que la Palabra de Jehová promete se cumple sin falta.
4:1-3. El resto fiel rechazó una oferta que habría significado formar una alianza religiosa con adoradores falsos (Éxodo 20:5; 34:12). Del mismo modo, los siervos de Jehová de la actualidad no participan en movimientos interconfesionales.
5:1-7; 6:1-12. Jehová puede dirigir los asuntos para el bien de sus siervos.
6:14, 22. Participar con celo en efectuar la voluntad de Jehová redunda en su aprobación y bendición.
6:21. Al ver el progreso de la obra de Jehová, tanto los samaritanos que vivían en aquella tierra como los judíos repatriados que se habían dejado llevar por las influencias paganas se sintieron impulsados a efectuar algunos cambios necesarios. ¿No deberíamos nosotros participar con entusiasmo en proclamar el Reino y en los demás aspectos de la labor que Dios nos ha encomendado?
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Puntos sobresalientes del libro de EsdrasLa Atalaya 2006 | 15 de enero
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Lecciones para nosotros:
7:10. Esdras nos dejó un excelente ejemplo, ya que fue un estudiante diligente y un buen maestro de la Palabra de Dios. Cuando iba a consultar la Ley de Jehová, primero oraba para preparar su corazón y luego examinaba atentamente lo que Jehová decía. Esdras aplicó lo que aprendió y se esforzó por enseñar a los demás.
7:13. Jehová quiere siervos deseosos de adorarle.
7:27, 28; 8:21-23. Esdras atribuyó el mérito a Jehová, oró con fervor antes de emprender un viaje largo y peligroso, y estuvo dispuesto a arriesgar su propia seguridad por la gloria de Dios. Por todo ello, constituye un magnífico ejemplo para nosotros.
9:2. Hemos de tomarnos en serio la exhortación de casarnos “solo en el Señor” (1 Corintios 7:39).
9:14, 15. Las malas compañías pueden hacer que perdamos el favor de Jehová.
10:2-12, 44. Los hombres que se habían casado con mujeres extranjeras se arrepintieron humildemente y rectificaron su mal proceder. Tanto su actitud como sus acciones fueron ejemplares.
Jehová cumple sus promesas
¡Qué valioso es para nosotros el libro de Esdras! Justo a tiempo, Jehová cumplió su promesa de liberar a su pueblo del exilio en Babilonia y restablecer la adoración verdadera en Jerusalén. ¿No fortalece este hecho nuestra fe en Jehová y en sus promesas?
Pensemos en los buenos ejemplos que encontramos en este libro. Tanto Esdras como el resto de judíos que regresó con él para restaurar la adoración pura en Jerusalén demostraron una devoción ejemplar. Este libro también destaca la fe de los extranjeros temerosos de Dios y la humilde actitud de los pecadores arrepentidos. Sin duda, el relato inspirado de Esdras constituye una prueba clara de que “la palabra de Dios es viva, y ejerce poder” (Hebreos 4:12).
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