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Nadie puede servir a dos amosLa Atalaya 2014 | 15 de abril
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CONSECUENCIAS INESPERADAS
8, 9. a) ¿Qué cambios suelen sufrir las familias que viven separadas? b) ¿Qué daños emocionales y morales puede causar la separación?
8 Antes de irse al extranjero, los emigrantes intentan calcular los riesgos y sacrificios que implicará alejarse de su familia, pero pocos se imaginan todas las consecuencias (Prov. 22:3).c En cuanto Liliana se marchó, tanto ella como su esposo y su hijo comenzaron a sentir el dolor de la separación. Jorgito le preguntaba una y otra vez: “¿Por qué me dejaste?”. A medida que los meses que tenía pensado estar lejos se fueron convirtiendo en años, Liliana fue observando preocupantes cambios en su familia. Su hijo se fue distanciando de ella. “El amor que me tenía se esfumó”, recuerda apenada.
9 El hecho de que los padres no vivan con sus hijos puede causar daños emocionales y hasta morales.d Cuanto más pequeños son los niños y más larga la separación, mayor es el daño. Liliana le explicó a Jorgito que se estaba sacrificando por su bien. Pero lo que él sentía era que su mamá lo había abandonado. Al principio le molestaba su ausencia, pero con el tiempo, cuando ella venía de visita, le molestaba su presencia. Como es común en los hijos que han quedado atrás, Jorgito sentía que ella ya no tenía derecho a su obediencia y cariño (lea Proverbios 29:15).
No puede abrazar a su hijo a través de Internet (Vea el párrafo 10)
10. a) ¿Qué puede pasar si se intenta compensar a los hijos con regalos? b) ¿Qué cosas se pierde una familia si uno de los padres vive lejos?
10 Aunque Liliana intentó compensar su ausencia enviando dinero y regalos, se dio cuenta de que solo conseguía alejar más a su hijo. Vio que, sin querer, le estaba enseñando a dar más importancia a las cosas materiales que a los valores espirituales y a la familia (Prov. 22:6). “Quédate allí —le decía Jorgito— y sigue mandándome regalos.” Liliana comprendió que no podía criar a su hijo “a control remoto”, a base de cartas, llamadas telefónicas o videoconferencias. Ella explica: “No puedes abrazar a tu hijo ni darle un beso de buenas noches a través de Internet”.
¿A qué peligros puede enfrentarse si vive lejos de su cónyuge? (Vea el párrafo 11)
11. a) ¿Cómo afecta al matrimonio vivir separados? b) ¿Cómo comprendió una hermana que debía volver con su familia?
11 También se debilitó la relación que Liliana tenía con Jehová. El tiempo que pasaba con los hermanos y en la predicación se limitaba a un día a la semana, si acaso. Además, estaba en peligro la relación con su esposo. Ella tenía que rechazar las constantes insinuaciones de su jefe. Como Carlos y ella no se tenían el uno al otro para darse apoyo, ambos se refugiaron en otras personas y estuvieron a punto de cometer adulterio. Aunque ninguno de los dos fue infiel, Liliana comprendió que estando separados no podían cumplir el mandato bíblico de satisfacer las necesidades emocionales y sexuales de su cónyuge. No podían decirse algo que de pronto les viniera a la mente, regalarse una sonrisa o una mirada cómplice, tomarse de la mano, darse un abrazo, intercambiar “expresiones de cariño” íntimas, ni darle a su pareja “lo que le es debido” (Cant. de Cant. 1:2; 1 Cor. 7:3, 5). Y tampoco podían servir de lleno a Jehová los dos juntos con su hijo. “Cuando en una asamblea se dijo que la adoración en familia es esencial para poder sobrevivir al gran día de Jehová, entendí que debía volver a casa —recuerda Liliana—. Tenía que reconstruir mi espiritualidad y mi vida de familia.”
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Nadie puede servir a dos amosLa Atalaya 2014 | 15 de abril
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14 Una hermana llamada Carin explica: “Cuando nació mi hijo Don, mi esposo y yo trabajábamos en el extranjero. Yo acababa de empezar a estudiar la Biblia. Toda mi familia esperaba que enviara a Don con mis padres para que ellos lo criaran y nosotros pudiéramos ganar más dinero”. Como Carin insistió en criar ella al niño, sus familiares, incluido su esposo, se burlaron y la llamaron perezosa. “A decir verdad, en aquel tiempo no entendía bien qué tenía de malo enviar a mi hijo con mis padres por algunos años —admite Carin—, pero sabía que Jehová nos había dado a nosotros, sus padres, la responsabilidad de criarlo.” Cuando Carin volvió a quedarse embarazada, su esposo no creyente le exigió que abortara. Pero ella logró mantenerse firme gracias a que la buena decisión que había tomado anteriormente había fortalecido su fe. Ahora toda la familia se siente feliz por no haberse separado. Si Carin hubiera enviado a alguno de sus hijos para ser criado por otros, las cosas podrían haber sido muy diferentes.
15, 16. a) ¿Cómo le afectó a una hermana crecer separada de sus padres? b) ¿Por qué decidió Vicky no enviar a su hija con su madre?
15 Otra hermana, llamada Vicky, relata: “Por algunos años me crió mi abuela, mientras que mi hermana menor siguió viviendo con mis padres. Cuando volví a casa, mis sentimientos por ellos habían cambiado. Mi hermana se sentía libre de expresarse y darles un abrazo; estaban muy unidos. Yo, por el contrario, me sentía lejos de ellos. Incluso de adulta me ha costado demostrarles mis sentimientos. Mi hermana y yo les hemos prometido que los cuidaremos cuando se hagan mayores. Yo lo haré más por un sentido del deber; mi hermana lo hará más por amor.
16 ”Ahora mi madre quiere que envíe a mi hija a vivir con ella, como ella hizo conmigo. Yo, con tacto, le he dicho que no. Preferimos criarla nosotros y enseñarle a amar a Jehová. Por nada del mundo quiero dañar mi futura relación con mi hija.” Vicky sabe que solo le irá bien si pone a Jehová y sus principios por encima de los bienes materiales y las expectativas de sus familiares. Jesús dijo claramente: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos [...]. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas” (Mat. 6:24; Éx. 23:2).
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d Informes de varios países indican que muchas familias han sufrido graves problemas porque uno de los cónyuges se ha mudado a otro lugar por cuestiones de trabajo. En el caso de los padres, estos problemas incluyen infidelidad por parte de uno o de ambos cónyuges, homosexualidad e incesto. Los hijos, por su parte, pueden desarrollar trastornos de conducta o dificultades en el rendimiento escolar, así como sentir ira, angustia o depresión y hasta tener pensamientos suicidas.
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